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¿Humano o Animal?

A propósito de la película “el planeta de los simios (la rebelión)” que contiene un mensaje que va mucho más allá de un concepto darwiniano, esta película esconde un mensaje positivo, con relación en la diferencia fundamental entre un comportamiento humano y un comportamiento animal.

El trama de esta película se desarrolla en torno a una vacuna para la enfermedad del alzhéimer y que al probarla en simios, incrementa notablemente su inteligencia, todo lo demás es pura consecuencia de esto mismo, y los simios empiezan a pensar a organizarse poco después a rebelarse, desde una perspectiva muy particular son sus conductas, las que los empiezan a diferenciar de entre sus demás congéneres.

Es este el punto donde parte todo.

Como bien sabemos, los 7 Mandamientos Universales son también  llamados “los 7 Mandamientos fundamentales”.

¿Tu porque crees que sean llamados así?

Pudieron haberlos nombrado “los 7 Mandamientos divinos” o “las 7 órdenes de Dios” o cualquier otro nombre que se te pudiera ocurrir, PERO NO, NO FUERON LLAMADOS ASI, se les conoce más bien como los 7 Mandamientos fundamentales al menos la gente que conoce los nombra de esta manera, es que en realidad SON LOS FUNDAMENTOS DE UNA CONDUCTA NETAMENTE HUMANA, los 7 mandamientos universales no son la plenitud o la perfección, son un camino sagrado, estipulado por el Eterno, efectivo en todos sus aspectos, un camino perfecto, pero no la perfección ni la plenitud, pues constituyen los elementos básicos para que la conducta humana sea eso humana, desde los fundamentos, desde las bases. De los Mandamientos derivan innumerables reglas de bendición y crecimiento, reglas que tú puedes aplicar para perfeccionar tu conducta, para mejorar tu vida, claro si es que quieres y puedes, pero con la conciencia de que es tu deseo personal hacerlo y no porque Dios así lo ordene, es conveniente aclarar que aquel que cumple con cabalidad los 7 mandamientos universales es denominado un justo entre las naciones y tiene su porción en el mundo venidero además que cumple con lo que Dios ha pactado con él y sus antepasados, que de forma general esa es nuestra misión en este mundo, pero como cuando un padre estipula las reglas de la casa ello no implica que los chicos no tienen que dejar de actuar positivamente, por ejemplo el papa dice “por favor no hagan destrozos en la casa ni se peleen”  si adicionalmente además de cumplir estas reglas los chicos también asean la casa o le dan un mantenimiento al jardín ello no es perjudicial, ojo sin que las buenas intenciones sean motivo de tropiezo para nadie.

 Retomando la película, el líder de los simios empieza a diferenciarse de los demás cuando su modo de actuar se modifica causa de su “un poco más refinado” discernimiento intelectual, este simio se empieza a ver menos animal, si tratamos de exportar este ejemplo al Noajismo podríamos decir con un ejemplo el dela prohibición a las relaciones sexuales ilícitas, el hombre que no se pone límites ni frenos se puede acostar con cuanta mujer se le ponga enfrente, con la mujer del vecino, la mujer del amigo, la mujer del compañero de trabajo, en fin con la que se le antoje, tal cual una bestia lo haría, de hecho hay muchos hombres así, esto es una realidad tu probablemente conozcas alguien así………. y su conducta no difiere gran cosa en comparación a la de un animal ¿o sí?, simplemente de forma respetuosa, los animales en época de celo dan rienda suelta a sus instintos y no distinguen entre uno y otro, y así se ve un hombre que no modera ni da trascendencia a su aspecto sexual, somos personas pero en ocasiones nos comportamos como animales, entonces el Mandamiento de “No relaciones sexuales ilícitas” diferencia un comportamiento sexual humano de un comportamiento sexual animal, y si de hecho compartimos ciertas características con algunas especies animales del planeta, pero esto no quiere decir en absoluto que nos tengamos que comportar como animales, mucho más allá de eso, tenemos que elevarnos a través de tales características empleadas con más inteligencia y sabiduría.

Entonces como resumen apreciados lectores, los 7 Mandamientos fundamentales constituyen las bases elementales (fundamentales)  de una conducta humana, son los requisitos básicos para que nuestra conducta se diferencie de la de los animales, son las instrucciones con las cuales nos encontramos con lo mejor que hay en nosotros mismos y consecuentemente en el prójimo.

Te deseo excelente tarde, hasta pronto.

Referencias

http://fulvida.com/id-noajica/identidad/la-corona-de-la-creacin 

El fuego de la buena intención

El hombre es un ser multidimensional: espíritu, mente, sociedad, emociones, cuerpo.
Los mandamientos que Dios ha ordenado a cada cual, Siete para los gentiles, 613 para el pueblo judío, proveen del mecanismo para armonizar nuestras dimensiones, llevarnos a la plenitud, de acuerdo a lo que nuestra esencia espiritual necesita.
Al judío no le basta con los Siete para las Naciones, sino aquellos que corresponden que cumpla de los 613.
Al gentil no le aporta directos beneficios espirituales cuando toma para sí mandamientos que son de los judíos, aunque de alguno de ellos puede obtener gratificaciones parciales en una u otra dimensión. Y sí puede ocurrir lo contario, que usurpe mandamientos de los judíos que tiene prohibido, y esa infracción lesione su integridad, lo aleje de su esencia, le nuble la conciencia, lo someta aún más al dominio del EGO. Es por ello que el gentil debe evitar propasarse en su anhelo por las cosas “de Dios”, no sea que por ansiar lo que no le pertenece, aunque sea con buenas intenciones, termine fracturado, en exilio, perdido, en esclavitud.
Mira lo que pasó a sacerdotes de Dios, hijos del Sumo Sacerdote, amados de Dios:

"Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron en ellos fuego, pusieron sobre él incienso y ofrecieron delante del Eterno fuego extraño que Él no les había mandado.
Entonces salió fuego de la Presencia del Eterno y los consumió. Y murieron delante del Eterno."
(Vaikrá / Levítico 10:2)

Si esto pasó con esta buena gente, llena de buenas intenciones, de familia “sagrada”, conocedores de Dios, imagínate que no pasará con el gentil que presume poder tomar para sí del patrimonio judío, y creerse más “santos” con esa intromisión y vergonzosa conducta…
No querido amigo, no añadas lo que no te corresponde. No dejes que el EGO te haga creer que serás más “santo” por usar lo que no es tuyo, por disfrazarte de judío, por tomar para tí preceptos que no tienen permiso tomar.
Pobres las almas de mesiánicos, netzaritas, falsos judíos todos ellos, así como los que se hacen pasar por descendientes de las tribus perdidas, o lo que se hacen pasar por judíos porque su apellido esto o aquello, o porque algún pariente emigró de España hacia América hace siglos. Pobres de ellos, gente perdida, esclavizada, tiranizada por el EGO, presos de religiones.
Viven en el infierno en este mundo y se preparan un infierno para la eternidad.

Cuando lo cierto es que el camino que Dios ha marcado para los gentiles es perfecto, es bello, es santo, es completo.
El noajismo es la respuesta a la mayoría de los males que aquejan a este mundo.
El noajismo es la clave para hacer de este mundo un paraíso terrenal.
Sin usurpar mandamientos de los judíos, ni tradiciones judías, ni modos que se acostumbra asociar con lo judío.
Lo judío es para los judíos, lo noájida para los gentiles.
Eso es lo que Dios ha decretado, por siempre.
Tengamos cuidado, no seamos como Nadab y Abihu que por querer hacer de más, llenos de buena onda, terminaron incinerados, irreconocibles, perdidos.

Ahora, conoce tu identidad espiritual, ámate, cuídate, vive a plenitud y comparte este mensaje de vida eterna con tus hermanos y con los extraños.

Un mundo de fantasía

Paseamos por cualquier lugar, cualquier ciudad, cualquier pueblo o aldea.

Por doquier batallan trasgos contra elfos, a cada esquina te sobresalta un mago oscuro, o gris o blanco. En cada bosque se cobijan enanos y gnomos.

Cada viejo caserón o cortijo tiene sus fantasmas vagando sus ruinas y mientras andas, puedes encontrarte sin quererlo encima de un antiguo cruce de caminos donde el alma de un suicida deambula sin rumbo, sin saber que sendero escoger.

Los rayos de luna conforman la silueta de una dama a través de unos vetustos ventanales y cada cosa que ves, desde una herradura hasta una estrella, tiene un significado oculto. 

La fantasía; que magnífica herramienta a veces y que sutil presidio otras.

“Sin fantasía no existirían delincuentes ni poetas” decía Curt Goetz (1888- 1960).

Gracias a ella, podemos imaginar distintas posibilidades, podemos suponer acontecimientos, predecir consecuencias, resolver dudas.

Nos permite componer melodías, proyectar edificios, crear obras de arte.

Por otra parte, también deja que nos manipulen y nos engañen cuando ésta trabaja al servicio de la superstición y la mentira o de intereses espurios. .

La fantasía no es mala, pero cuando nos sumergimos en un mundo imaginario como alternativa al real, cuando dejamos que la “magia” distorsione nuestra visión, entonces tenemos un problema.

Hay una tendencia creciente en nuestra sociedad que lleva a muchas personas, especialmente jóvenes, a vivir creyéndose personajes de ficción, a ¿vivir? sumergidos en juegos, en un entorno de “realidad virtual”, o cinematográfico  o de forma similar en juegos de rol.

En esta forma de “no vida”, se diluyen las responsabilidades y creamos un medio “ad hoc”, exclusivo para nosotros, excluyente para los ajenos a nuestros códigos. Con valores propios y significados comunes para los que forman parte de nuestro “no mundo”.

Un rato de juego es algo bueno en general, sociabiliza y te saca de la rutina.

Lo malo es cuando crees que tu vida es un juego y tú un personaje de ficción.

Lo que haces con ese comportamiento es en realidad huir; escapar de las inseguridades, de las cargas, de los compromisos, de la verdad.

Cuando consumes las horas, los días, los años en un mundo imaginario, cuando el “humo” te alimenta, cuando te dejas apresar sin necesidad de cadenas, cuando crees tener muchos amigos por tener 500 “amigos” en alguna red social, cuando solo existes a través del monitor de tu ordenador,…realmente ¿Qué haces?

La realidad puede ser tan sencilla como tu quieras vivirla, tanto como quieras verla y mucho más hermosa de lo que puedas llegar a imaginar,  pero si además quieres magia de la de verdad, solo tienes que pararte un instante y mirar a tu alrededor, da igual a donde.

 Observa las maravillosas relaciones que hay entre cada elemento, entre cada objeto. Cada planta, cada flor, cada persona.

Piensa en la infinidad de reacciones químicas que se producen en un segundo en una sola célula, piensa que cada color es el efecto de un cambio de posición de una diminuta partícula en el interior de un átomo.

 Mira el cielo en una noche despejada y verás el pasado de estrellas que ya ni siquiera existen desde hace millones de años.

Podría seguir poniendo ejemplos pero no acabaría nunca porque es algo que supera lo humano.

Si quieres magia, solo tienes que echar un vistazo y admirar que inmensa y bella creación. Pero tan pronto lo hayas hecho, no te olvides de vivir.

Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir.

Gregorio Marañón (1887- 1960), médico y escritor español.

 

 

 

El cordero de oro

La ignorancia es parte sustancial del ser humano (lo demuestra de varias maneras la foto que acompaña este texto).
El desconocimiento alcanza incluso hasta aquellos aspectos personales que pudieran ser sumamente íntimos.
Cargamos con zonas oscuras, puntos ciegos, somos naturalmente incapaces de penetrar el misterio de nuestra existencia, ¡cuánto más lo que está más allá de ella!
Esta ignorancia normal y hasta es bueno que exista, dentro de sus límites. No podemos vivir con la constante presencia de recuerdos, de proyecciones hacia el futuro, de pensamientos, de miedos, de deseos, etc. Tener toda la información al mismo tiempo, todo el tiempo, resulta en una sobrecarga, en ineficiencia, en descontrol, en locura, en muerte.
Gracias a Dios, nuestro cerebro es un gran filtro, entre su infinitud de tareas también nos sirve para bloquear y mantener fuera de la conciencia multitud inmensa de información que no es necesaria ni oportuna en este momento, es bueno que así sea.
Lo que no es tan bueno, es que aquello que debiéramos conocer y ser conscientes esté oculto, cubierto, negado.
Podemos creer que somos esclarecidos, que tenemos el saber y el poder, por lo que controlamos nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestro entorno.
Podemos suponer, con toda buena intención, que al menos tenemos conocimiento y conciencia de lo que nos atañe personalmente, sin embargo, somos esclavos de nuestra ignorancia y a veces incomprensión. Porque, no llegamos a conocer nuestro Yo Auténtico, nos quedamos solamente con las caretas que provee el Yo Vivido. Nos identificamos con etiquetas que nos dieron, nos inventamos personajes que asumimos como “yo”, vamos por la vida actuando como si fuera un teatro, en constante huida de encontrarnos ante el espejo del alma.
Esta ignorancia de nuestro ser, es el exilio de la persona.
Vivimos en exilio, fuera de nuestra tierra prometida.
Abandonados, desamparados, ignorantes de lo que es esencial: nuestro Yo Auténtico.
Al mismo tiempo, como tejemos historias de vida con bases imperfectas (ya que desconocen o rechazan la verdadera naturaleza del Yo), nos sentimos en la necesidad de elaborar miles de excusas, mentir y mentirnos, para no angustiarnos, para mitigar el sentimiento de culpa, para sufrir menos, para eludir la responsabilidad.
Sí, llevamos una vida de ilusión, aunque sea absolutamente real y concreta.
Una vida de desconexión de la realidad, sumergida en cuentos irreales que nos vamos inventando o tomamos de otros (padres, amigos, maestros, compañeros, medios de comunicación, etc.).
Como no estamos conectados con nuestro Yo Auténtico, no podemos estar conectados con el prójimo, ni con el entorno y tampoco con Dios. Apenas si lanzamos algunas líneas de vinculación, nos mantenemos en contacto, nos atamos, nos esclavizamos, pero no nos conectamos.
Si no nos conocemos, si no estamos conectados, si estamos en exilio, si llevamos vida de ilusión, si pasamos por este mundo como turistas sin marcar presencia, si nos mantenemos en la inconsciencia, si seguimos encerrados en celditas mentales, ¿cuál es el sentido de vivir así?

Es NATURAL de nuestra condición humana ser y sentirnos impotentes (faltos de poder).
La reacción original ante esto es la que parte del EGO, y puede expresarse de dos modos:

  • con abatimiento, desesperación, abandono, tristeza, la impotencia hecha carne (pero no concientizada); o
  • con pretensión de controlar todo, incluso aquello que está por fuera de nuestro dominio; fantasear con el control, creerse en posesión de las claves del poder, o buscar manipular la realidad (material o social) para imponer nuestro deseo.

Desde nuestros primeros momento de vida en este mundo el EGO nos acompaña.
En aquella pesadilla que es el verse sumergido por completo en la impotencia de entrar al mundo, el EGO nos auxilió, o eso creemos. Fueron sus rústicas herramientas las que nos permitieron sobrevivir, sobrellevar el terror de la impotencia, conseguir que alguien se hiciera cargo de nuestras debilidades y nos confortara. Fueron los gritos, los llantos, los pataleos del EGO los que alarmaban a los adultos a nuestro alrededor para que nos satisficieran, nos tranquilizaran, nos hicieran sentir menos el cuchillo mortal de la impotencia. Y cuando la satisfacción no era obtenida, o se demoraba, era el buen EGO el que nos desconectaba de la realidad tormentosa, el que nos llevaba al mundo de la inconsciencia, de la insensibilidad, de la anestesia, de la fantasía.
El EGO estaba allí, como salvador. Porque es su función natural, porque eso es lo que debe hacer desde su lugar de existencia en la base primitiva de nuestro cerebro.

Es este EGO salvador el que luego se toma como modelo de los dioses, ángeles, salvadores, seres místicos de la guarda, poderos milenarios, extraterrestres benéficos, etc.
Es este EGO el que es identificado luego con aquellos a los que asignamos poder, autoridad, dominio, sabiduría, consejo, etc. Cuando ciertamente el EGO no tiene poder, ni autoridad, ni dominio, mucho menos sabiduría o sapiencia, y es lo contrario a la conciencia.
Sí, el EGO es el origen de las religiones, de todas ellas.
En principio por ser la imagen interna de una “potencia salvadora”, que nos beneficia, que nos “ama” a pesar de nosotros no ser merecedores de ello.
Sí, también los que hacen de Dios, del verdadero y único, un “dios”, otro ídolo, están mancillando al Eterno, al equipararlo con los dioses inventados, con los dioses fabricados por los hombres, al hacer de la creencia personal de Él otro derivado del EGO.
Entonces, no es de extrañar que se pretenda negociar con Dios, imponerle nuestro deseo, creer en Él si nos hace los mandados, demostrar Su existencia si nos hace milagritos, suponer que Él está pendiente de nosotros como si fuéramos el centro del universo y Él nuestro servidor. También los que prostituyen lo espiritual para hacerlo religioso, esos también viven bajo el mando del EGO y no al servicio de Dios.
Todo esto es aprovechado por los miserables traficantes de la fe, sean de la religión que fueran, con el disfraz que usen, en el idioma que hablen, con el dios o dioses o no-dioses (ateos, organizaciones civiles, políticas, militares, nacionales, laborales, gremiales, etc.) que representen.
Allí está el pastor (para llamarlo en modo genérico, no solamente le pastor evangélico o mesiánico), que es el que tiene el supuesto poder, el supuesto saber. El pastor que todo lo sabe, todo lo puede, todo lo manda. El pastor que todo aconseja, prohíbe según su entender, decreta según su parecer. El pastor que no admite controversias, que no acepta preguntas “inoportunas”, que se enoja, que maldice, que presiona, que impone, que decreta, a sus ovejas y a sus dioses. El pastor que toma el lugar visible del EGO, que se convierte a ojos de sus seguidores en un dios, o emisario santificado por el dios. El pastor que nunca miente, nunca estafa, nunca se equivoca. El pastor al cual hay que tener contento, jamás contradecir o contrariar. El pastor que debe ser sostenido por el aporte de sus ovejas. El pastor que puede darse lujos que le niega a sus seguidores. El pastor que hace y deshace, que te dice una cosa y te dice la otra, que te ordena pero él y los que él escoge están libres de esa orden.
Te repito, no solo el pastor de la iglesia, puede ser un rabino, un cura, un sensei, un patrón, un comandante, un gerente, un rebe, un maestro, el burócrata, un guía, un jefe de sección, el conductor del bus, un gurú, un ministro de Estado, un monarca, un… cualquiera que esté ocupando el rol externo del EGO. Ese que se cree en control, o que realmente tiene algún poder sobre ti, sea por la función/cargo que está ocupando, por el lugar social que alcanzó, por la fantasía religiosa que le rodea e impregna con supuestos poderes, etc.
Ahí está el EGO, en ese funcionario, trabajando como el EGO sabe: gritos, pataleo, llanto o desconexión de la realidad, con sus derivados adquiridos con el crecimiento y las experiencias.
Si te pones a mirar desde el ojo de la conciencia, si analizas con la claridad que te estoy compartiendo, pronto verás cómo es que funcionan estas organizaciones basadas en el EGO, soportadas en el EGO, cuyo objetivo es el EGO.
Si estás entrampado en la telaraña del EGO, si tus puntos ciegos son muchos, probablemente no lo distingas, estarás condicionado para ver y no ver, de acuerdo a cómo te han adoctrinado. Una vez que has podido tomar distancia y te has quitado parte de la mochila de encima, cuando has des-aprendido, estás capacitado para aprender, para esclarecer, para crecer.

Cuando alcanzamos a comprender lo que está sucediendo, cómo el EGO está detrás, tanto del pastor como de la oveja, entonces es más sencillo explicar qué está ocurriendo. Se explica porqué la gente se deja estafar y se enoja cuando se trata de ayudarla, se entiende cómo amparan al pastor ladrón que vive a cuerpo de rey gracias al dinero de las ovejas que pasan miserias, se entiende el fanatismo, todo fanatismo, la ceguera.
Todos tenemos puntos ciegos, y el EGO se aprovecha de ellos, los amplifica, aumenta las sombras, porque ante la Luz el EGO se evapora.
La confusión, el caos, el desorden, la falta de razonamiento, la repetición de lema huecos, la prepotencia, la agresión verbal, la humillación, el hacerse la víctima, la queja, el reclamo injustificado, la indiferencia, todo parte de lo mismo y busca lo mismo: el dominio del EGO por sobre la persona.
Cuando Moshé desapareció en el Monte Sinaí y no retornó cuando el populacho lo esperaba, éste temió y acongojado protestó ante Aarón:

"haz para nosotros elohim (dirigentes, poderosos, dioses) que vayan delante de nosotros; porque a este Moshé [Moisés], el hombre que nos hizo subir de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido."
(Shemot / Éxodo 32:1)

Sí, la ceguera se extiende merced al EGO.
Ellos, el populacho, los extraños que se sumaron a Israel sin consentimiento de Dios, estaban aferrados a sus celditas mentales. Eran devorados por el miedo. Reaccionaban a causa del pavor o para obtener su deseo. Ellos no entendían, no comprendían, no tenían conciencia, no podían testimoniar que era Dios quien sacó a los judíos de Egipto, cosa que ellos aprovecharon para escapar también. Ellos veían a Moshé, veían a Moshé blandiendo el palo, veían a Moshé como el pastor, entonces era Moshé quien lo sacó de Egipto. Ahora, el líder ya no está. Desapareció. Entonces, desesperadamente precisan algo que ocupe su lugar. No importa lo que sea, pero que esté ahí, como el pastor, como el EGO materializado y visible.
Tal cual les pasa a algunas personas que han pasado por nuestro hogar FULVIDA, que salieron de la cárcel de la religión de Jesús/Yeshua/Isa (con cualquiera de los nombres que inventen, da lo mismo, es lo mismo), y dejaron al pastor, alias rabino mesiánico, alias moré mesiánico, alias roé, alias… Eso se dieron cuenta de que era nefasto, perjudicial, mentira, mortal, y corrieron lejos, pero bien pronto, bien bien pronto, se entramparon nuevamente. O regresaron a la misma congregación religiosa, o a una similar, o se abalanzaron sobre un rabino o alguien que se vende como tal, o se clavaron a otro líder religioso, por lo general líderes ávidos de dinero, poder, dominio sobre otros, renombre, aplausos. Bien rápido pidieron, demandaron, exigieron tener un líder como antes, alguien que fuera delante, alguien que encarnara al EGO. Amenazaron con escándalos, desastres, etc., para obtener su deseo, su retorno al caos, su sumersión en la inconsciencia e irresponsabilidad.
Sí, recuerdo a muchas personas que pasaron por aquí, por FULVIDA, y al no dárseles otro pastor que encarnara al EGO, ni otro falso dios que les esclavizara, rápidamente regresaron a sus celditas mentales, a servir a hombres, a adorar ídolos, a dormir nuevamente en la pesadilla del EGO.
Los que nos mantenemos aquí queremos hacer bien las cosas, nos miramos unos a otros y preguntamos qué estaremos haciendo mal. Seguramente que cada día podremos ir corrigiendo muchas cosas, sea en lo personal como en lo institucional. Pero, el hecho evidente, que surge cuando se analiza las cosas con calma y con el conocimiento que surge al ver al EGO, es que esas personas no fueron libres, no despertaron, sino tan solo se dieron vuelta en la cama, abrieron un poco los ojos, y volvieron a dormir. No quieren libertad, quieren servidumbre. No están preparados para servir a Dios, sino mantenerse esclavos del EGO. Con la excusa que sea, que mi esposa sigue allí, que mi esposa amenazó divorciarse, que Yehuda no me enseña hebreo, que el “rabino” tal me enseña “kabbalah”, que yo quiero seguir predicando “la palabra”, que en FULVIDA no hay “torah”, que siempre se habla de lo mismo, que… excusas, lo mismo que el populacho, quieren un pastor, quieren alguien con aparente fuerza que les marque el camino con su bastón, quien más inconsciencia y no libertad.
Analicemos, no demos excusas, analicemos y encontremos qué hay detrás.

Los esclavos del EGO, en su sumisión, en su esclavitud, tienen la necesidad de adoctrinar a otros, de manipular a los demás, de sumar gente a sus filas, de que nadie los contradiga, de reinventar la historia, de predicar la mentira con insistencia hasta que parezca que es verdad:

"… hizo un becerro de fundición, modelado a buril. Entonces dijeron: -¡Israel, éste es tu elohim (dirigente, líder, dios, poderoso) que te elevó de la tierra de Egipto!"
(Shemot / Éxodo 32:4)

Oh sí, el actuar como misionero es parte del síndrome del EGO.
El populacho, los extraños que huyeron detrás de los judíos ahora vienen a predicar “la verdad” a los judíos. Los “mesiánicos”, los “netzaritas”, los gentiles paganos que se hacían pasar por judíos, rápidamente querían adoctrinar al os judíos acerca de “torah”, de Dios. Cuando es evidente que el becerro de oro recién salió de la fundición, que era un muñeco de oro hecho por el hombre, estos misioneros con total desparpajo, con total desvergüenza anuncian y proclaman que ese es el dios de la salvación.
Sí querido amigo, el cuentito que te traen los falsos judíos mesiánicos es similar al que contaba el populacho que adoraba al becerro de oro.
Ponían al becerro en el lugar de Dios, o tal vez en el de Moshé. Como sea, le atribuían poderes mágicos, milagrosos, era la verdad y la vida, era la única conexión con Dios. Ese becerro era el que los salvó de Egipto.
Mentiras descaradas, evidentes estafas, pero dichas con tal pasión, con tanta insistencia, con tanto versículo apañado para acomodarlo a sus gustos, con tanta convicción, que finalmente los ingenuos e ignorantes podían creerles, podían sumarse a sus filas de desquiciados adoradores del EGO.
Lo vemos hoy en día, algunos lo soportan a diario dentro de sus familias o amistades.
Deben resistir el embate de los misioneros, falsos judíos que se hacen llamar efraimitas, netzaritas, mesiánicos, que vienen con su cuento preparado, entrenados en repetir lo mismo una y otra vez, en no responder a preguntas sino solamente seguir un curso de pensamiento ya dictado.
Ello vienen a traer “la revelación”, acerca del mesías, del que volverá, del hijo del hombre, del hijo de su dios, de… del becerro de oro, recién salido de la fábrica del EGO pero que es venido y vendido como sagrado, como de Dios, como salvador, como redentor.
Es así, tal cual lo vemos en el relato de la Torá, tal cual pasa hoy en día.
El “cordero”, es el becerro de oro.
Así como el populacho se inventó a su elohim, los seguidores del dios/mesías de “Nazaret”, igual hacen.
Pero también los que comercian con supuesta Kabbalah, y los que se hacen pasar por judíos aunque no sean mesiánicos, y los que se la pasan inventando historias religiosas para quedarse felices, y los que se fanatizan detrás de hombres, y… no… no es solo “pecado” los seguidores del cuento del nuevo testamento… parece que es “pecado” de los hombres en general…

Cuando al populacho se lo contraría, es despiadado. Deja correr la sangre, Agrede como puede. Es el fanatismo en persona. No se le lleva la contra. No se trae una lámpara que ahuyente las sombras. El populacho está ahí para servir al EGO, para no sentirse impotentes, para sentirse parte de algo más poderoso que les da poder y sentido a sus patéticas vidas.
El EGO domina, por lo cual hay violencia, más o menos encubierta. Hay falsedad, hay mentira, hay disfraces, hay locura, en una mayor o menor medida.
El EGO está al mando, entonces el misionero grita, llora, patalea o se desconecta de la realidad, con todas las conductas derivadas de éstas.
Piensa en el tiempo que tú eras misionero, una oveja de tu pastor. ¿Acaso no predominaba alguna de estas conductas?
O ahora, cuando te topas con todos esos disfrazados de judíos en tu vida, en el mundo o en Facebook, o en otros lugares de internet. Allí están, chapuceando en algo que creen es hebreo, mintiendo sobre su idioma. Haciéndose llamar por nombres que no son los suyos. Jurando tener un linaje que no es real. Afirmando acerca de doctrinas que no entienden pero ellos creen. Te imponen sus ideas, debes decir que sí o ellos se ofenden, se enoja, maldicen, se burlan, levantan la voz, gritan, amenazan, se hacen las víctimas, recurren a trucos como decirte que no debes juzgar, o debes amar, o que no te comportas como alguien de “torah”, o que ellos son maltratados como dijo su salvador que pasaría, o que su “rebe” es todo lo que el mundo precisa, o que su escuelita es la única santa, o… al final ellos son duros como piedras, son paredes, no entienden, no comprenden, no salen de su lugar, te cansan, te desesperan. Si tú eres débil, caes en la trampa de las risas y abrazos de bienvenida. O te dejas caer, ya cansado de luchar y ser incomprendido. Ellos son realmente los débiles, pero tienen el poder del imperio romano (EDOM) detrás. Tienen la falsa fortaleza del EGO que les impulsa a cualquier acción con tal de alcanzar sus deseos.

Pero, seamos justos y compasivos, no seamos severos, realmente para quien está encarcelado por el EGO es absolutamente difícil darse cuenta de esto, admitirlo, tomar conciencia, despertar, mantenerse fiel luego de hacerlo. El EGO hace muy bien su trabajo, por lo cual nos mantenemos en la ignorancia, absortos a la realidad, domesticados, esclavos, encerrados en la celdita mental que no tiene puerta ni llave pero de la cual no salimos.
Tampoco seamos severos, porque aprender esto lleva su tiempo y esfuerzo, y vivirlo a pleno, con lealtad, mucho más.
Así pues, el mundo de los hombres se encuentra sometido por el EGO.

(Recordemos, el EGO no es un demonio, no es un dios, no es un ángel caído, no es una fuerza mística, no es un alienígena que se posesionó de nuestra alma, no viene de fuera, no es antinatural; el EGO es una función natural, normal, de todo ser humano. Su meta es que la persona sobreviva, pero cuando se excede de sus límites, la lucha por la supervivencia lleva al egoísmo, egolatría, egocentrismo, violencia, malicia, abandono, dolor, sufrimiento, etc.
Recordemos y tengamos claro, no existe una lucha del EGO contra Dios, ni contra el hombre. Nada se opone a Dios. Y el EGO no está en lucha con el hombre, es parte natural y normal de él).

Un buen consejo para lidiar con los esclavos del EGO es no lidiar con ellos.
No enojarse, y si uno se enoja no demostrarlo.
No debatir ni rebatir, aunque uno pueda demostrar a cabalidad la falsedad del misionero, puesto que él está ciego y encerrado en su celdita. De nada sirve la razón y la lógica.
No luchar para ver quien sabe más, quien es más inteligente.
No es necesario, de hecho, es contraproducente.
Lo mejor, cuando se está en un mano a mano y no hay terceros que pueden ser perjudicados al escuchar la doctrina podrida del religioso, es no seguir su plan marcado de repetir lemas hasta el cansancio, de hablar en términos “bíblicos”, de cansarse por no llegar a nada con ellos. No, nada de esto es bueno. Lo mejor es uno hacer su propio juego y no jugar al de ellos.
¿Cómo es esto?
Nuevamente, no confrontando, no queriendo demostrar nada, no haciendo alarde del propio poder, no insultando, no aclarando versículos.
Sino, hacer una única pregunta y no salir de ella hasta que se obtiene una respuesta satisfactoria de parte del misionero.
Una pregunta inicial muy interesante es: “¿Para qué vino aquí?”, o también, “¿Para qué me está diciendo lo que me dice?”.
El misionero lanzará montón de lemas huecos, versículos, admoniciones, palabras incongruentes, supuestas respuestas. Usted ha de mantenerse firme en su pregunta, hasta que obtenga una respuesta satisfactoria. La tal respuesta debe provenir de la persona, no de sus amos, ni de libros, de tampoco sirve que esté formada con frases hechas. Debe ser personal, desde el alma de la persona que está en rol de misionero.
Luego, vaya usted al terreno personal, NO de la agresión, ni descalificación, ni de competencia, sino para conocer a la persona, su situación, su sentir. Que hable de cómo se siente con su familia, con su trabajo, con su vida. Nuevamente, no es para que usted salte y diga “Aha, ¿viste como creer en el muchachito no hizo que tu padre no abusara de ti, ni que tu marido te respete y no te golpee, ni que tu hijo no se drogue? ¿Viste como tu falso dios no sirve para nada porque no es verdad?” ¡No! No es para burlarse de la persona del misionero que usted preguntó por lo que le concierne a ella, sino para abrir un canal de Comunicación Auténtica, que lo lleve a tratar de entablar conexión de Yo Auténtico a Yo Auténtico. Seguramente fracasará, ya está avisado, pero vale la pena el intento. Porque quizás la próxima vez tenga éxito, o tal vez ahora, quien lo sabe… lo importante es no responder al EGO con EGO.
Nosotros también estamos sometidos al EGO, no por identificarnos como noájidas leales o judíos verdaderos con conocimiento y vida de judaísmo estamos libres del EGO.
El EGO está en nosotros, es parte nuestra, opera con fuerza en nuestra vida cotidiana.
Por ello, debemos estar atentos y no dejarnos llevar por él.
Porque, cuando entramos al juego del misionero, en realidad estamos poniéndonos en modo EGO para relacionarnos con el otro en modo EGO. Eso es malo, para uno y el otro.
Pero, si estamos conscientes y hacemos el esfuerzo, el EGO no tendrá tanta injerencia en nuestras conductas, aunque la tenga.
Algo será diferente si trabajamos desde el modo Dios y no desde el modo EGO.
Al no entrar a bailar la danza del EGO, dejaremos descolocado al misionero, que solamente sabe de EGO, no más.
Tratará de fortalecerse, de cerrarse, de fanatizarse aún más.
Pero recordemos, a pesar del EGO, a pesar de la indoctrinación, a pesar del fanatismo, allí dentro, en algún lugar está el espíritu puro, la conexión que también el misionero tiene con Dios. También en él habla la vocecita sagrada, aunque tapada por el griterío de la congregación de burladores.
Ahí, en algún lugar ahí, está el lazo sagrado para conectarnos con el misionero, con el siervo del EGO.
Repito, no esperemos milagros, pero estamos aquí para ser felices construyendo shalom. Así que… vamos a hacerlo…

  1. ¿Qué nuevas enseñanzas has tenido leyendo y comprendiendo este texto?
  2. ¿Cómo te puede ayudar a ser más feliz?
  3. ¿Tiene alguna utilidad práctica a la hora de tatar con tu EGO?
  4. ¿Pondrás en práctica alfo de lo aprendido aquí?
  5. ¿Cómo harás para difundir, compartir, este mensaje de vida?
  6. ¿Qué harás para apoyar nuestra sagrada tarea y que no se pierda?

Gracias por acompañarme hasta aquí.

Shekel completo

En la parashá Ki Tisá nos encontramos con una porción también conocida como Shekalim:

"(12) ‘Cuando hagáis el censo para obtener el número de los Hijos de Israel, según los que sean contados de ellos, cada uno dará al Eterno el rescate por su persona. Así no habrá mortandad entre ellos, cuando hayan sido contados.
(13) Esto dará todo el que sea contado: medio siclo conforme al siclo del santuario. El siclo tiene 20 geras. La mitad de un siclo será la ofrenda alzada para el Eterno.
(14) Cada uno que sea contado, de veinte años para arriba, dará esta ofrenda alzada para el Eterno.
(15) Al entregar la ofrenda alzada para el Eterno a fin de hacer expiación por vuestras personas, el rico no dará más, ni el pobre dará menos del medio siclo.
(16) Tomarás de los Hijos de Israel el dinero de las expiaciones y lo darás para el servicio del tabernáculo de reunión. Ello será un memorial a los Hijos de Israel, delante del Eterno, para hacer expiación por vuestras personas.’"
(Shemot / Éxodo 30:12-16)

Se codifica como mandamiento, el numerado 105 en la cuenta del Sefer HaJinuj, que cada judío mayor de 20 años de edad, sin importar su condición económica o social, debía contribuir con un medio shekel, a ser entregado como aporte para las obras del servicio a Dios en el Templo dedicado a Él.
Este mandamiento es de vigente obligación en tiempos del Templo, tanto para los judíos que habitaban Israel como para aquellos en el extranjero. 
Actualmente que no tenemos el Templo, se recuerda este mandato sagrado por medio de la lectura de esta sección en la parashá de esta semana, así como lectura complementaria especial anual del shabbat que antecede el comienzo de Adar.

Podemos aprender muchas cosas, pero quiero enfocarme ahora en una, quizás luego en otra más.
Se ordena que cada uno dé medio shekel.
Ya sea pobre o rico, apegado a los mandamientos o no, quiera o no, cada uno tenía que contribuir con medio shekel.
Podemos preguntarnos, ¿por qué medio shekel y no uno entero?
Una respuesta es que así todos podían pagar.
El pobre no tenía la excusa de su pobreza, el medio shekel anual era una suma accesible; en caso de no tenerlo, que pidiera prestado era su opción, su deber.
Por su parte, al rico se le imponía un límite específico en este tributo en particular, si quería dar más dinero para las obras del Templo, podía hacer otros donativos, por fuera de este tributo.
Aquel que no quería, igualmente debía, era un impuesto ordenado por la Torá, ley de la nación judía.
Aquel que no era muy observante (aunque en la antigüedad era algo muy poco común encontrar judíos alejados del modo de vida de la Torá ), se le recalcaba que éste era un impuesto obligatorio, que tenía otros fines aparte de los rituales. Servía también como censo, para saber el número de judíos adultos integrantes de la nación (Shemot / Éxodo 38:26).
Por este último aspecto, se codifica que era deber de todo judío adulto, cohén, leví e Israel; sea libre o liberto; sea judío de nacimiento o por conversión legal. Mujeres, siervos y niños estaban exentos, pero si uno de estos tres grupos quería entregar el medio shekel, se tomaba. Pero, en modo alguno se aceptaba de los gentiles, aunque fuera un noájida, no se aceptaba su contribución de medio shekel, pues era un tributo exclusivamente para los miembros de la nación de Israel, no para los gentiles.
(Comentario aparte, vemos aquí otro de los mandamientos de la Torá que el noájida que quiere atribuirse por sobre sus Siete, no tiene derecho, ni debe hacerlo. Tal como lo es el Shabbat y festividades de la Torá, tal como los celebran los judíos, ni estudio de Torá como los judíos, ni tefílín, ni mezuzá, ni tzitzit, ni circuncisión, que han sido decretados por Dios como exclusivos de los judíos y no permitidos para los gentiles, aunque tengan la más noble y pura de las intenciones).

Pues bien, medio shekel para que todos los que estaban obligados, puedan pagar.

Pero, podemos encontrar otro motivo quizás.
Podría ser, que esto nos enseña que todos somos parte de algo más grande. Algo que nos identifica, que nos es propio, pero que no somos nosotros.
Es una identidad transpersonal, formada por mí JUNTO con otros.
En este caso en particular, la identidad espiritual de pertenecer a Israel, al pueblo judío.
(Obviemos ahora la aparente dificultad de que mujeres, niños y esclavos no estaban obligados a este mandamiento. Concentrémonos, por favor, en la enseñanza que aplica a toda persona ,sin distinción de género, secta, gremio, condición social, identidad espiritual).
Cada uno tiene algo que aportar. Cada uno es parte, y si no cumple con la suya propia, el sistema completo está en falta.
No somos perfectos, pero se quiere que seamos lo mejor que podemos ser, con uno mismo y con el prójimo.
Por eso había que dar la mitad de un shekel, para que cada uno se sienta parte, para que entre hermanos se complementen.
Tú no eres el encargado de todo, no se te exige que hagas todo, pero sí que te intereses en conocer lo que te corresponde y lo hagas.
Medio shekel, no uno entero, porque el entero se consigue junto a los otros, a aquellos que tienen que construir contigo una mejor realidad.

Una realidad que no es llana, unidimensional, sin texturas diversas.
Es un multiverso, tal como el humano es multidimensional.
Somos cuerpo, somos emociones, somos pensamiento, somos la sociedad, somos esa conexión infinita que es el espíritu. Todo ello somos.
Somos uno, en la múltiple diversidad.
Aprender a ser lo mejor que puedes ser: tú mismo, en tu multidimensionalidad, en la armonía de tus dimensiones.
Ser tú y no un títere de los deseos de otros, o de las manipulaciones de tu EGO.
Ser tú, que tu Yo Esencial guía a tu Yo Vivido y se coordinen, y formen una personalidad integrada, saludable, bendita y de bendición.
Ser tú, no es la soledad, no en el exilio del ser, sino que formando parte de una comunidad de pares, de gente buena, justa, comprometida, leal. Una comunidad que si tú no estás, deja de existir como debe ser.

Otro aspecto de esta parashá.
El acto de dar, tal como nos enseña este mandamiento para los judíos, es el que nos redime, expía por nuestras almas.
¿Cómo puede ser que tan poco dinero sea el necesario para expiar por las culpas?
Hay una respuesta práctica, concreta. Ese dinero, el del medio shekel dedicado al Templo, era usado para comprar los animales y objetos necesarios para las ofrendas de expiación colectiva, entre otras cosas. Por tanto, como uno aportaba a eso, recibía el beneficio indirecto.
Pero hay otra respuesta alternativa.
La redención, la expiación, la “salvación” está en el acto generoso, en la apertura bondadosa hacia el prójimo, en la obra benéfica para la comunidad.
No en un acto ritual, ni en palabrería sin sentido, ni en mística hueca, ni en doctrinas religiosas, ni en sacrificios de sangre, ni en la fe… en la obra de bien, en el acto de bondad, en la construcción de shalom en la realidad.
Aquí vemos que no importa la cantidad, sino el hecho de dar.
El ideal es dar de forma desinteresada, sin esperar NADA (pero realmente NADA) a cambio. Ni en esta vida, ni en otra vida. Ni del que ha recibido, ni del que te ha visto, ni de la caricia egoísta que uno mismo se regala por hacer bondades.
Hacer el bien al prójimo simplemente porque uno hace bien al prójimo.
Seguramente que los beneficios no tardan en llegar para el que tiene un estilo de vida generoso, pero se multiplican mucho más para el que da sin esperar nada a cambio.
Por supuesto, el dar no es una receta mágica que te previene de desgracias, de enfermedades, de malicias de otros, de catástrofes, de accidentes… no querido amigo, el dar no es un hechizo que soluciona tu vida, como no lo es ningún cumplimiento de mandamiento, ni ningún rezo.
Uno da, porque es bueno hacerlo, y si de ello se obtiene beneficio (cosa que ocurre), ¡qué bueno!
Pero recuerda, medio shekel, no todo lo que tienes.
Porque somos limitados, dependemos constantemente del medio, de la naturaleza, de otras personas. Si solamente damos, cosa que es una ilusión, y no recibimos, nos extinguimos velozmente, o llevamos una vida miserable, por completo falta de salud, por fuera del marco de vida que Dios pretende para Sus hijos humanos.

¿Te has dado cuenta de que es a través del EGO que te afectan las desgracias?
Es el EGO el que nos hace inventar diferencias donde no están, conflictos donde no existen, quejas donde debiera haber agradecimiento.
Es el EGO el que nos sumerge en el sentimiento de impotencia, de hastío, de desesperanza, de dolor, de sufrimiento. El EGO el que nos hace vivir de deseos, de vanidad, de fantasías. El EGO el que nos hace creer unidades, en lucha por la supervivencia, en la guerra por la supremacía del más apto.
El EGO que nos inventa religiones, dioses, salvadores, necesidad de depender de aquello que es dispensable.
Seguir por los caminos que te marca el EGO, no puede hacerte dichoso; sólo puede hacerte desgraciado.
Si bien el EGO pretende la supervivencia, su funcionamiento sacado de su preciso contexto te lleva al constante sentimiento de amargura, de impotencia, de fracaso. Aún dentro del éxito, del aplauso, está la sombra del EGO, sus hambrientas fauces devorando tus carnes, corrompiendo tus pensamientos, destilando podredumbre en tus emociones, fantaseando poderes irreales con tal de suprimir tu vitalidad, de negarte tu realización, imposibilitar tu participación en la construcción de Shalom.
El EGO es el infierno, aquí y en allá.
Sabemos, lo repetimos, el EGO es una función natural, muy necesaria en su momento específico, parte de nuestro sistema de supervivencia básico. No es un ángel, ni un demonio, no es un espíritu maligno, ni un corruptor místico. Es parte de tu ser, es parte de tu naturaleza. Por tanto, no está en la mística, en conjuros, en rituales estrambóticos el poder librarte de sus mañas.
Presta atención cuando sufras, es allí que debes tratar de observarte, de descubrir los movimientos del EGO, sus herramientas que son tan toscas en funcionamiento.
Si haces bien la investigación, si puedes zafar de la emoción del momento, si tu pensamiento logra respirar un poco fuera de la celdita mental, entonces pronto descubrirás que de algún modo el EGO está detrás del sufrimiento.

¿Cómo se vincula el EGO con el tema que trajimos de la parashá Ki Tisá?
¿Cómo nos da poder sobre el EGO lo que aprendimos de la parashá Shekalim?

Escucho tus respuestas.
Gracias, por compartir este estudio conmigo.
Has sido generoso con tu tiempo, que es tu vida, por haber llegado hasta aquí junto a mí.
Ahora, sigamos elaborando conocimiento, comprensión, shalom con los comentarios, con las obras que apoyan a nuestra tarea de esclarecimiento, de redención.
Hasta luego. Que pases el mejor día de tu vida.

Una lección de vida

Era el día viernes pasado, había salido de la facultad y me tenía que ir a la terminal de ómnibus para volverme a mi ciudad natal. Me tome el colectivo correspondiente para llegar a la estación. Había mucho transito por lo tanto demore una hora y media para llegar.

Una vez en la terminal le tuve que avisar a mis padres para que me saquen el pasaje. Una vez ellos habiéndome pasado el código del mismo lo retire de la boletería. Mientras esperaba en el pre embarque, comí unas galletitas, bebí un poco de gaseosa y a las catorce y cuarto me subí en el ómnibus. Antes de partir para mi lugar de origen; una señora se subió contando que a su hijo lo iban  a operar del corazón, y estaba recaudando dinero para la operación. Yo note que cuando la gente le daba dinero, ella le entregaba una tarjeta con una imagen idolátrica. En ese momento dude de hacer caridad con ella pero luego me di cuenta que cuando yo le daba el dinero podía decirle que no quiero tal imagen y así hice yo le di parte de mi posesión y ella me ofreció el amuleto pero yo le dije que no lo quería.

Finalmente, ella paso por mi lado yo le di un poco de dinero. La señora se bajo del colectivo y el viaje a mi ciudad comenzó.

Alegría secreta

Las religiones por lo general se presentan como la respuesta a todas las angustias, las religiones supuestamente monoteístas además insisten en ser el camino único y excluyente hacia la verdadera felicidad.
Así andan promoviendo sus doctrinas y negocios los mercaderes de la fe.
”Cree en esto y odia aquello, y te irás al paraíso”.
”Sígueme a mí y dame de tu dinero, esa es la razón de tu vida”.
”Congrégate con los hermanos, repudia al diferente, pero di que eres tolerante, entonces serás bendito”.
”Solo a través de mí tienes la verdad, la felicidad y la vida… ahora, págame por todo lo que te prometo”.
Oh sí, la religión con sus vanas promesas de que cumplas con ella para ser feliz. Entonces se hacen pactitos con los dioses, se negocian acuerdos, se inventan astucias para engañar a los dioses, se pretende ser más poderoso que Dios. Porque, también entre los que se visten de santos hay muchos que no son más que adoradores del EGO. Pervierten lo espiritual para hacerlo religión. Hacen del cumplimiento de los verdaderos mandamientos simples monedas de intercambio con Dios, al que buscan obligar a que les satisfaga en sus deseos a cambio del cumplimiento de los mandamientos.
Negociantes de la fe. Tanto los que embaucan al prójimo con religiones inventadas, con doctrinas podridas; como aquellos otros que son muy fieles a libros y verdaderas doctrinas santas, pero que no son más que negociantes, lo hacen para obtener favores de Dios. Adoradores del EGO, al que presuntuosamente, idolátricamente, hacen pasar por Dios.

Sí, también las “religiones no religiosas” ofrecen cosas parecidas.
“Pon tu fe en la ciencia y serás feliz”.
”El hombre es la medida de todas las cosas, así que tú síguenos en nuestro marco humanistas y serás feliz”.
”Ten el último juguete electrónico carísimo de “La Manzanita” y serás feliz”.
”Actualiza tu sistema operativo y tu paquete ofimático, y serás feliz”.
”Grita los goles de tu equipo y festeja la derrota del tradicional adversario, y serás feliz”.
”Bebe tal cerveza, toma aquel whisky, disfruta de tal bebida cola, y serás feliz”.
”Usa aquella ropa, está a la moda, vacaciona allí, comenta esa película, escucha esta música, serás feliz”.
”Esa pasta de dientes, ese desodorante, ese perfume, ese color de labial, y serás feliz”.
”Maneja aquel auto y modelo, ten un cuerpo así y no asá, baila con aquellas personas, júntate con ellos y rechaza a esos otros, y serás feliz”.
”Cree en cualquier cosa de moda, respira como te ordenan, repite lemas sin sentido, adora lo que te presentan, y serás feliz”.
”Junta mucho dinero y derróchalo en lujos que no precisas, en placeres que son de apariencia, en comprar amistades, y serás feliz”.

Sí, queremos la felicidad… ¿o eso es lo que nos enseñan a creer?
¿Queremos realmente la felicidad?
¿Nos hace falta?
¿Nos falta?
¿Nos enseñan a creer que queremos la felicidad?
¿Nos enseñan a creer que somos infelices?
¿Nos enseñan a creer que tener más nos hará felices?
Cada una de estas preguntas merece que nos tomemos un tiempo para reflexionar, para evaluar, para responder con seriedad.
Ninguna de estas preguntas es sencilla ni merece ser pasada sin respuesta desde lo profundo.
Yo no te brindaré las respuestas ahora, suficiente con haber planteado estas interrogantes. Si quieres haces el esfuerzo de responderlas, si no, no lo hagas.

Nos enseñan que si conseguimos tal pareja, tal estilo de casa, tanto dinero, aquel auto, esas amistades, ese dios, etc., seremos felices.
Nos enseñan a seguir una receta mágica, una fórmula milagrosa, a presionar un maravilloso botón secreto que nos proveerá de satisfacción inmediata, o de promesas de redención y placer eternos.
Todo lo que queremos y más después de pasar ese umbral, de rezar tal salmo, de adorar esa imagen, de poseer esto y aquello, de creer en aquello otro, allí siempre habrá felicidad, es la promesa que nos hacen, la creencia que nos enseñan y que nosotros tercamente aceptamos y reclamamos.

Vivimos en una ilusión, en un completo delirio que es socialmente avalado y promovido. No es el delirio de los que son enviados al hospital siquiátrico, ni medicados para controlar sus mentes, sino el delirio que es aplaudido y sostenido por la sociedad.
Estamos dentro de una burbuja de irrealidad, en la cual nos hacen creer que la felicidad está al alcance con unos procedimientos fantásticos, de libro de cuento.
Se nos deja en un estado de confusión constante, de inmadurez, en una etapa mental/emocional en la cual se cree controlar por medio del pensamiento mágico, del deseo, de conexiones metafísicas que mueven al universo a conceder deseos.
Nosotros nos acurrucamos en ese estilo de vida infantil, lleno de temores, de deseos, de hechizos.
Creemos que la felicidad la encontraremos al final del arcoíris, a través de una oración mágica, chasqueando tres veces, silbando, etc.
Sí, también con buenas intenciones nos llevan a esa fantasía de poder, y nos dicen que los niños buenos son visitados por papá-noel, o rabí-noel, o nos vamos al paraíso, o se resolverán nuestros problemas.
Y no, no es así.

El dinero no compra la felicidad, ni la manda a hacer.
La salud no es sinónimo de estar feliz.
El amor no suele ser un estado permanente, ni de permanente felicidad.
Aquel que cumple con integridad los mandamientos que Dios le ha dado para que cumpla no vive sin sufrimientos, ni sin altibajos, ni en perfecta armonía.
Las tribulaciones están a la puerta, esperando para ingresar.
No, la felicidad no está misteriosamente guardada y lista para sorprendernos cuando queremos.

Parece que nos enseñan a buscar la felicidad allí en donde no se la encuentra.
No podemos saciar nuestra sed con el contenido de un pozo seco, ni el delirio de satisfacción satisface.
Parece que muy pocos pueden responder con facilidad a la sencilla pregunta: ¿para qué ser feliz?
Si pudiéramos, quizás sabríamos ser felices.

Miremos a los personajes del Tanaj, no hay uno que no haya pasado tormentas, conflictos, dolores, separaciones, enfermedades, guerras internas y externas.
Allí están, célebres personajes que recordamos luego de milenios, muchos de ellos ejemplos de virtud, de obediencia a Dios, de acatamiento a sus mandamientos, que tropiezan, que caen, que les cuesta reincorporarse, que sufren, que no están embotados en el delirio de vivir en un paraíso terrenal constantemente, sino que trabajan en la construcción de Shalom.
Ellos son nuestro espejo, son nuestra guía, y no encontramos que ninguno haya tenido una vida sedosa, sin traumas, sin pasiones encontradas.
Desde el abismo clamaba David, desde el destierro soñaba Iaacov, en el pozo lloraba Iosef, en la impotencia golpeaba rocas Moshé, ellos sufrían, no estaban inmersos en una burbuja de irreal felicidad.
Sin embargo, pudieron ser felices.

La felicidad no está en el tener, en cosechar trofeos, en darle alimento al EGO.
Porque es el EGO el que nos impulsa a hacer cosas para sentirnos con poder, con control, en dominio, al amparo de la debilidad.
Es el EGO el que nos asusta y nos hace correr como desesperados en busca de la clave secreta que nos convierta en todopoderosos.
Es el EGO que nos confunde y no nos permite identificar nuestro ser, conoceros, amarnos, respetarnos, unificarnos, ser uno, conectarnos con nosotros mismos, con el prójimo y con Dios.
Es el EGO el que promete todo tipo de felicidades, pero nos aleja de la felicidad.
Porque es el EGO el que nos hace creer que la felicidad es algo que se obtiene, cuando la felicidad es un resultado de lo que nos está sucediendo aquí y ahora.

La felicidad es el resultado de los que nos está sucediendo aquí y ahora.
¿Cómo?
Si nos falta esto y aquello, si nos duele lo de más allá, si nos corroe la duda, si sufrimos, si no tenemos, si deseamos, si realmente las cosas no pintan bien…
¿Cómo?

 

Cuando dejamos de buscar fuera lo que está dentro.
Cuando unificamos nuestras dimensiones y las ponemos en sincronía con la dimensión espiritual.
Cuando encontramos o elaboramos el sentido a lo que nos está sucediendo.
Cuando comprendemos intensamente que este momento, éste y no otro, es nuestra única vida, nuestra única oportunidad, y que no tenemos otro. Entonces dejamos de hurgar sin piedad en el pasado, no achacamos más culpas, nos dejamos de cargar la pesada mochila del sentimiento de culpa, hacemos oídos sordos a los miedos, eludimos la ilusión de pretender controlar aquello que está por fuera de nuestro control.
Admitimos nuestra existencia, admitimos nuestras circunstancias, vivimos el aquí y ahora sin luchar en vano contra aquello que es imposible derrotar. Por más que tratemos de espantar a las sombras con palos, éstas no se irán. Las sombras se corren en presencia de una luz, no cuando son apaleadas. Lo mismo ocurre con las fantasías de control, que deseamos imponer nuestro deseo, marcar el ritmo al mundo, dominar aquello que no está bajo nuestro imperio, y fracasamos, caemos en la angustia, nos sumergimos más en la insatisfacción y la infelicidad.

Pero, vivir el aquí y ahora como lo que es, nuestra única vida; dejar fluir aquello que no puede ser retenido; no luchar contra lo que es imposible pelear; no retener lo que tiene que partir; no querer controlar lo que no se puede controlar.
Así se llega de a poco a la armonía interna que produce la armonía con el entorno.
Armonía de nuestras dimensiones para alcanzar la armonía con los demás.
De a poco, cada cosa en su tiempo.

Para que la música penetre los sentidos, cobre vida, estremezca el alma, es necesario algo más que aprender una técnica de ejecución instrumental. Es necesaria la inspiración, la maestría, el arte, ese brillo que no se produce por magia, ni por aburrida repetición de una técnica. Es el espíritu puesto al mando, con las otras dimensiones en armonía. Entonces la música está viva y hacer estremecer.
Así también la felicidad, la verdadera. Es un producto que resulta de un estado del ser, de un entrenamiento para superar las limitaciones del EGO.
Resplandece cuando la persona vive a plenitud el aquí y ahora, especialmente en los actos de bondad generosa, en el dar sincero, sin esperar nada a cambio. Cuando se beneficia en verdad a otro, por su bien, sin esperar nada, absolutamente nada.

El secreto de la alegría secreta ya te ha sido revelado.

Al caer la noche, vuelven los fantasmas

Hace tiempo, en una de nuestras enriquecedoras conversaciones, me refería un buen amigo que a diario cada uno actúa asumiendo un papel. Tratando de parecer seguros de lo que hacemos e imperturbables en nuestros cometidos:

 – “pero al llegar la noche, cuando vas a dormir, entonces vuelven los fantasmas, ellos están ahí”-.

Esas fueron más o menos sus palabras. No le pregunté por sus fantasmas. Creo que es demasiado personal. Pero al escribir este texto, pensé en los míos.

Lógicamente cuando hablo de “fantasmas” lo hago metafóricamente. Son en realidad nuestras inquietudes, nuestros temores, las turbaciones de lo que hicimos y de lo que no. Nuestras acciones y nuestras inacciones.

Son las incertidumbres que el futuro nos depara, son los errores del día pasado, son los recelos y las dudas, nuestra incapacidad ante lo que nos supera. Son esas cosas que “te pinchan” cuando no tienes otras que te entretengan sin pensar.

Detente un segundo y medita: ¿construyes o destruyes?

En tu pareja, en tu familia, en tus amigos, en tus compañeros de trabajo, en tu ciudad, en tu país, en el mundo. ¿Qué haces?

Nos preocupamos mucho por miedo a perder lo que tenemos; personas, objetos,… sin darnos cuenta que más que tener, en realidad compartimos nuestra existencia con ellos.

Ante cada situación  asumimos un papel. Es una forma de verlo, pero y si lo enfocamos de otra manera; ante cada situación, usaremos unas cualidades características.

Procuremos no meternos en ningún papel. Seamos quienes realmente somos, descubrámoslo. Con nuestras virtudes y con nuestros defectos. Con esas cualidades que nos hacen especiales si no únicos.

Repasa mentalmente lo que te convierte en ti mismo. Intenta minimizar tus defectos, pasa de largo por ellos, sin ignorarlos pero sin darles mucha importancia. Cuando llegues a tus virtudes, a tus capacidades, detente en ellas. Piensa en estas con detenimiento, deja madurar en tu imaginación la infinidad de usos que le puedes dar a estas para mejorar lo que te rodea y a quienes junto a ti viven.

Determina acciones concretas aprovechando aquello en lo que sabes que se te da bien, aquello en lo que destacas o eres bueno.

Luego, trasládalo. De forma altruista, sin intereses.

No requiere de acciones muy complicadas, pero intenta que sean eficaces. Busca la efectividad, pero sobre todo actúa.

Si te es más fácil, hazlo por interés, pero que siempre ayude o beneficie a los demás con justicia.

Actúa de dentro hacia fuera, como una onda en expansión.

Si has comenzado ha realizarlo, que a la vez es realizarte; pregúntate de nuevo.

¿Construyo o destruyo?

Quizás con estos consejos los fantasmas no vuelvan o lo hagan en menor grado. En todo caso y por si acaso, te dejo una cita que puede que te ayude a dormir mejor:

“Acaba cada día y dalo por terminado.

Has hecho lo que podías.

Sin duda habrá habido errores y absurdos; olvídalos lo antes posible.

Mañana será un nuevo día, empiézalo bien, con serenidad y con tanto ánimo que no lo empañen las nimiedades de ayer”.

Ralph Waldo Emerson (1803-1882)

 

 

 

 

 

Noajismo y FULVIDA visto por una persona que recién despierta

Una señora que ha llegado al HOGAR FULVIDA en los últimos días nos ha brindado un breve resumen de cómo ella percibe al recién descubierto (por ella) noajismo, así como a FULVIDA.
He aquí el mismo:

" …veo que Jesús nunca fue, es ni será el mesías judío.
Veo que sigo siendo una gentil con la bendición de seguir a cabalidad el cumplimiento de las 7 leyes noájidas,
veo que no hay que complicarse mucho la existencia para agradar al Eterno,
veo toda la manipulación, descaro y desfachatez por parte del hombre nunca jamás ha sido por parte de Dios
veo que somos responsables de nuestros actos y acciones,
que el Eterno no predispone,
que la decisión de mover la balanza hacia lo bueno o lo malo siempre recaerá en nuestras vidas y en nuestro bello pero muy mal tratado planeta,
veo que el hombre es perfecto pero imperfecto por su ego,
veo que no solo faltarle al Eterno es con la violación de uno, algunos, o todos los 7 mandamientos universales, el solo hecho de no concientizar nuestros pecados personales como la ira, la indiferencia hacia los demás, el egoísmo, etc. también pecamos en contra de nuestro creador.
Veo que no necesitamos hacer rituales complicados ni oraciones descabelladas para acercarnos al Eterno y pedir de corazón perdón por todas nuestras faltas.
Veo que Noaj es el padre de los Noajidas o gentiles (eso lo aprendí aquí).
Veo que los extremos son malos porque conducen a un fanatismo el cual también desagrada a nuestro creador.
En fin, es una concepción muyyyy distante de la concepción decadente llamada cristianismo (mesiánicos, netzaritas, etc.).
Voy a seguir leyendo, madurando mi espiritualidad y tratar de agradar al máximo al Eterno.
Veo gente seria, sincera, capaz de salir hacia adelante a pesar de lo que les haya tocado vivir.
Siento (porque no lo veo) que en FULVIDA hay hermandad, respeto y muchas ganas de ayudar a los demás.
Veo que al accionar justicia terrenal (cortes terrenales) agradamos al Eterno.
El concepto del cristianismo: no hagas nada deja que Dios lo soluciones todo (si te roban, si te violan, si te matan) no hagas nada que Dios se ocupa (así no es), en nuestras manos esta hacer la diferencia y despertar a quienes siguen dormidos (así como yo lo estaba).
Gracias, Gracias por sus arduos trabajos y esfuerzos,
Aracelis Gil”

Para ser una recién llegada, creo que ha atinado en varios aspectos. Es un muy buen pan espiritual, con un adecuado enfoque.
En algunos puntos, sin embargo, habrá que continuar el proceso de des-aprendizaje para seguir aprendiendo y viviendo a plenitud. No se quita la pesada mochila en un par de días. Todo tiene su tiempo, su proceso, su momento para madurar.
Sin dudas, está en el buen camino ahora.
Muchas gracias.

Síntesis sobre el EGO

Este texto se basa en la síntesis analítica realizada por Luis Diego Pérez Chacón, aquí: http://fulvida.com/ajenos/misioneros/te-concedo-tu-deseo, con algunas correcciones, modificaciones y ampliaciones de mi parte. Gracias Luis, a construir Shalom en usted, en casa, en Costa Rica, en el Mundo.

1. El primer trauma en nuestra vida es nuestro propio nacimiento.
Pasamos de estar en un estado de completa dependencia, a otro de urgente supervivencia.

2. El Activo natural (EGO) es el recurso que entra en función para posibilitarnos nuestra supervivencia.

3. Al no contar con mecanismos neuronales, ni aprendizaje previo que permita dar significado a lo que ocurre, el recuerdo de tal momento traumático queda registrado en el cuerpo.

4. Esa sensación aterradora de la primera y primitiva Impotencia (falta de poder, control o dominio) se preserva en el cuerpo, por fuera de los códigos semánticos, desprovista de conexiones simbólicas racionales.
Se puede volver a experimentar a través del cuerpo y no de la conciencia.

5. Como mecanismo de defensa, el activo natural llamado EGO, entra al rescate con demandas (gritar, patalear, llorar para recibir alimento, calor, medicina, atención). Si no hubiera sido así, al momento de nacer moriríamos del terror o de inanición, o de frío, o de las múltiples carencias que nos circundan y como bebes no podemos controlar ni satisfacer.
Si no consigue satisfacer sus necesidades con sus demandas, entrará en un estado de desconexión con la realidad (dormir en el bebe, más adelante puede ser fantasear, desmayos, engaños, etc.), como modo sumamente rudimentario para preservar las energías vitales y no sucumbir inmediatamente, además de cuidar de no ahogar a la persona en el terror al punto de no poder superarlo más.

6. Como esa falta de poder quedó registrada corpóreamente y no en la cognición, se reactivará la sensación de impotencia terrorífica y mortal cada vez que sintamos fragilidad, falta dominio o control sobre grandes o pequeños sucesos, naturales o simplemente circunstanciales.
Esta reactivación producirá efectos corporales de mayor o menor intensidad, sentimiento de tristeza, de abandono, de angustia, de terror, de ansiedad, de desconsuelo, taquicardia, falta de aire, agitación, debilidad, dolores, etc.
Por tener el EGO una base cerebral, eventualmente también se podrían producir distorsiones de la percepción, de la cognición, del razonamiento, en las praxias, etc.
Los recuerdos de la impotencia, ese volver a experimentar en el cuerpo el registro,  podrán ser percibidos, hechos conscientes e interpretados de acuerdo al aprendizaje que haya hecho la persona en su vida. Aquel que no conoce el “secreto” del EGO, podrá obviar los signos y síntomas, o podrá explicarlos de modos alternativos, sin llegar a la médula del asunto.
Igualmente, conocer y entender NO es suficiente para resolver.

7. En la vida deseamos poder, en sus múltiples facetas (salud, dinero, amor, dominio, renombre, etc.), aunque no sepamos el porqué, lo anhelamos; pero lo que busca nuestro cuerpo, y ahora también nuestro pensamiento, es escapar del terror por la falta de control.

8. Como, de manera natural nuestro EGO entró al recate en un primer momento, de manera natural ahora también lo hace, como mecanismo de defensa también ante el espeluznante terror, pero ya no mediante llanto, sino DESEANDO PODER, dominio, control; y como quedó orgánicamente registrado tanto el terror como el mecanismo para calmarlo, ahora nuestro raciocinio se enfoca completamente en el EGO como medio para lo bueno (vemos la salvación cristiana buena, la defensa de ideas descabelladas buena, la venganza dulce, el resentimiento justificado, la autocomplacencia buena, el ateísmo bueno, la creencia ridícula buena.. es decir, cualquier cosa que nos haga sentir que tenemos un poco de control, sobre nuestra vida y la vida de los demás, para así tener dominio sobre lo que nunca vamos a tener: La Corriente de la Vida).

9. El EGO en sí no es malo, de hecho su función es preservar la vida.
Aunque sea paradójico, el EGO es el instinto de vida pero cuando se convierte en el amo genera enfermedad, miedo, descontrol, pobreza, sufrimiento y hasta muerte.

10. El EGO secuestra el pensamiento, entonces cada vez que el EGO actúa fuera de su real área de funcionamiento, la persona inventa excusas tales como que es para protegernos, que es algo necesario o  bueno, y así actuamos; pero los resultados son de fracaso, basta una ojeada a la misma historia de nuestra vida (religiosidad, problemas interpersonales, perdidas de trabajos, problemas de salud, y un sin fin de etcéteras.)

11. La percepción de las cosas a través de los sentidos está contaminada EGO, que se ha convertido en un colador de lo bueno y malo; es decir, nos mantiene en un estado de pensamiento y existencia infantil, dependiente, aferrado a lo mágico, etc.

12. ¿Cómo liberarse del EGO? ¿Como no sucumbir al deseo de Poder?
La respuesta que he hallado en FULVIDA: sujétese a PRINCIPIOS ESPIRITUALES:

   A) Recordar, reconocer, valorar, amar, respetar, nutrir la propia identidad en todas sus dimensiones, especialmente la espiritual. Los gentiles nacen con espíritu noájico, y como tal deben vivir.

   B) No pretender obtener las cosas a través de magia, pactos con dioses, pensamientos positivos, etc.

   C) La religión que nos obligaron a practicar, aunque fue un paliativo a nuestra impotencia, resultó que nos convirtió en creyentes de fábulas, nos hizo sentirnos superiores, salvos del infierno, criticones, y hasta nos separó de otras buenas personas que tal vez no creían como nosotros.

   D) Ser amables, comprensivos; estar atentos a escuchar y suplir las necesidades de otros, aunque cueste algún sacrificio personal.

   E) El actuar en beneficio de otros, es esencial.

   F) DESEAR PODER deriva en malestar emocional.

   G) La palabra clave siempre va a ser ACCIÓN buena, justa y verdadera.