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Constructores en el tiempo

En este texto, pretendo reseñar un aspecto que generalmente se suele pasar por alto y que paradójicamente es de la mayor importancia. Es algo que queda bien expuesto en el Pueblo judío y de lo que todos deberíamos tomar nota en nuestros planos personales.

Cuando construimos, cuando mejoramos el mundo, cuando actuamos, ¿dónde lo hacemos?

Supongo que la mayoría habrá pensado inmediatamente que en el mundo, o en nuestro país o en casa. Quizás en el barrio o en la ciudad o en el lugar de trabajo. .

Ciertamente si lo habéis considerado de esa manera, estaréis en lo correcto. Lo acabáis de ubicar en el espacio.

Pero ¿cuántos pensasteis que cuando realizamos las acciones descritas, cuando nos conducimos e intervenimos, cuando edificamos con nuestras obras, nuestros gestos, nuestro altruismo o egoísmo…, en realidad estamos  cimentando en el tiempo? Y cuidado, también cuando vegetamos y holgazanamente dejamos escapar el instante que nos ha sido dado.

Para la mayoría es fácil situar nuestros quehaceres diarios y nuestras rutinas en el espacio. Voy  a trabajar, termino y vuelvo al hogar, luego quedaré con los amigos en la  cafetería habitual. Pasearé por la orilla del mar con mi pareja y cenaremos en aquel romántico restaurante que tanto nos gusta…es fácil situar nuestros quehaceres en un espacio.

Veamos ahora como lo hacemos en el tiempo. Suena el despertador, me acabo de levantar y mágicamente el lienzo sobre el cual puedo comenzar a dibujar mis obras y acciones ya ha sido desplegado y seguirá ahí disponible hasta que el sueño me venza (en realidad seguirá ahí aunque duerma). Me levanto, cepillo los dientes, enjuago la cara, desayuno, café y…ya soy persona. Que hago hoy para construir, ¿cuántas acciones puedo comenzar a esbozar? ¿Cómo sigo en este día edificando?

Primero comienzo por lo más importante (que no es lo mismo que urgente). Esas tareas que conviene realizar de forma ineludible. Después esas que son necesarias (estudiar, entrenar, etc.) y continuamos por las más altruistas (o egoístas, según decidamos hacer), las que  voluntariamente y con más creatividad nos ayudan en nuestra tarea de mejorar el mundo y también de disfrutar.

 No es que las otras faenas sean menos importantes, pero sí quizás más rutinarias.

¿Cuánto podemos hacer hoy por mejorar el mundo y disfrutar por el camino? ¿Qué actos vamos a realizar? Hay tantos, ¿por dónde empezaremos?

Escribía al principio que el Pueblo judío es un claro exponente de edificación en el tiempo y lo explico. Quizás más que ningún otro pueblo en la tierra tiene definido claramente el lugar que deben ocupar en el espacio y sin embargo, posiblemente es el único que ha tenido que ser patria, nación, reino y país desarrollándose únicamente en un marco temporal por miles de años y hasta hace muy poco.

Esa es la importancia de la tradición (según la de cada quien, pero siempre acorde a lo que correspondiente y permitido), de ser también un constructor en el tiempo. Al colocar los ladrillos en esta obra en el momento que nos ha sido dado contribuimos y somos parte de una obra atemporal  y como en toda construcción que queremos que sea perdurable, es la importancia de que los cimientos y las bases sean las mejores.

Evidentemente es una apreciación personal pero espero que  sirva para ver que nuestra vida, lo que hacemos y lo que somos, en definitiva, nuestra capacidad de actuar, se desarrolla en un modelo espacio-temporal.

Forja, crea, trabaja sobre tu tiempo y estarás modificando el espacio, pero recuerda, también importa el espacio.

Como decía Séneca ( Filósofo, político y escritor hispanorromano, 4 AEC- 65 DEC)

«No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va»

¿Sabes adónde vas?

El mundo, ¡que bello lugar!

En este escrito, he querido ver el mundo un poco color de rosa para compensar que hay muchos que lo ven en blanco y negro. Aunque no olvides que lo mejor es contemplarlo siempre tal cual es, con su infinidad de delicados matices, con sus sombras y con sus luces.

Curiosamente y contra lo que se suele pensar habitualmente, al contrario de aquel verso escrito por Jorge Manrique: « cualquier tiempo pasado fue mejor»; el mundo en el pasado raramente y excepto quizás en algún lugar puntual y efímero, fue mejor que ahora.

En este texto quiero realizar un somero repaso a algunas aportaciones que gracias a unas pocas personas, han alumbrado a la humanidad y que pese al actual pesimismo globalizado, la han llevado a cotas de bienestar inimaginables en otros tiempos.

No pretendo que sea este artículo una oda a la autocomplacencia y mucho menos a la inactividad o el conformismo. Pero sí me gustaría que sirviera de acicate para impulsarnos un poco a todos en la tarea diaria de mejorar el planeta así como la existencia de cuantos en él habitamos.

Recordad y tened presente que unas pocas personas  impulsaron el progreso pero fueron muchas las que hicieron posible cada cambio, cada mejora, cada avance.

Vivimos en la actualidad una cierta desidia generalizada y desconfianza hacia todo, en especial a quienes nos dirigen y nos rodean. En cambio, nos mantenemos  ajenos a ciertos hechos y realidades otrora bastante habituales.

Trasladémonos imaginariamente a cualquier época del pasado y miremos a nuestro alrededor, os invito a imaginarlo vívidamente.  Veremos gracias a nuestros” poderes” (entiéndase poderes como imaginación) que la población mundial no ha pasado de los mil millones de personas antes del siglo XVIII y que a pesar de esto, con siete veces menos población que ahora, los grupos humanos de entonces se pasaban el tiempo en guerras constantes.

Repararemos en el atroz sufrimiento de millones de personas como resultado de esas guerras, de enfermedades, de tratamientos inadecuados, de ideas genocidas y autoritarias, de creencias absurdas y de inspiraciones mágicas.

No existía la anestesia como la conocemos hoy;  un simple dolor de muelas era una tortura, pero además podría decirse irónicamente que  la tortura era algo extendido, habitual y aceptada por casi todos.

No se conocían los antibióticos por lo que millones de personas morían inexorablemente de infecciones y epidemias.

Imaginad una época donde el simple acto tan normal en nuestros días de afeitarse cada mañana llevara aparejado un riesgo de defunción nada desdeñable.

La higiene no se relacionaba con la salud y en la práctica, el mismo médico que atendía a un moribundo de cualquier enfermedad era el que ayudaba a traer los niños al mundo sin ni siquiera lavarse las manos.

La media de vida, al contrario de lo que mucha gente cree, no se refiere a que antes no hubiera personas que vivieran setenta u ochenta años. Se refiere a que gran cantidad de los recién nacidos morían casi al instante. Veamos como se  hace la media para que se entienda fácilmente; si dos personas nacen y una llega a los setenta años y otra fallece a los cero años, sumamos el total de las dos edades (setenta más cero) y lo dividimos entre dos (dos personas) para calcular la media, que en este caso sería treinta y cinco años.

Un pasado en el que alimentarse no estaba asegurado y en el que resguardarse del frío y encontrar cobijo no era algo a dar por supuesto.

Reflexionemos un poco, volvamos al presente. En unos doscientos años (que en la escala de nuestra existencia es muy poco tiempo) la población mundial no se ha duplicado, se ha septuplicado.

Sigamos razonando, tenemos siete veces más personas, pero ahora casi todos comemos, el dolor físico, en la mayoría de los casos nos pasa de largo o se mitiga bastante.

Una enfermedad no es en general sinónimo del final de nuestra vida.

Aunque aún hay guerras y conflictos,  robos y asesinatos, la sociedad no los  percibe igual que en el pasado y para la mayoría, la vida humana posee un gran valor. Teniendo en cuenta que somos siete veces más bocas que alimentar, personas que atender, individuos que organizar y resguardar, en el mundo hay menos hambre, menos dolor y quizás menos maldad que en el pasado.

Hasta aquí llegaré en esta ocasión con el optimismo.

De otro lado, ahora todo es global. Las dos mayores guerras de la historia se han producido en el siglo pasado y solo estamos al comienzo del XXI.

Nunca el ser humano poseyó el poder de fulminar el planeta en el pasado.

Grandes retos tenemos por delante, también en el pasado los tuvieron otros.

Unas pocas personas,” esclavas” de su época como ahora lo somos los que leemos este artículo, porque ninguna persona escapa a su tiempo, marcaron entonces la diferencia y gracias a su esfuerzo y constancia, mejoraron el mundo.

 ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿Seguiremos sentados frente al televisor o el ordenador, quejándonos y perdiendo lo más valioso que tenemos, nuestro momento?

¿Nos prepararemos y formaremos a la vez que vamos haciendo desde ya lo que podamos para construir una realidad mejor? ¿Esperaremos a estar perfectamente preparados antes de empezar a riesgo de que nunca llegue ese momento por causas ajenas a nuestra voluntad?

¿Qué vais a hacer vosotros? ¿Qué vas a hacer tu?…

Horizontes

Muchas personas pasan por este lugar y quiero pensar, que aunque su tránsito sea fugaz, aunque no participen activamente, aunque quizás no vuelvan nunca; me gustaría creer que se llevan lo principal. Que en todo caso, quedarán impregnados a encaminar sus vidas y las de quienes les rodeen acorde con lo verdaderamente correcto, a lo que aquí se enseña, o al menos a parte de ello.

Estas líneas están dedicadas a todos los que han aprendido el arte de navegar rumbo al horizonte o al menos sus nociones básicas, donde sea que estén ahora o lo que quiera que hagan.

Escribo para celebrar que vuelvas o no, ya sabes:

  • que caminar tras un madero, arrastrarte en pos de una estatua, llorarle a una imagen; únicamente estrechará la vasta extensión que tienes ante ti, haciéndote depender de objetos inanimados y sin alma, haciéndote esclavo de los mismos y de quienes los usan para ello. La Creación es tan inmensa que no debemos perdernos el todo por la parte y si necesitas conectarte con el Creador, Él lee en los corazones sin necesidad de intermediarios.
  • Que creerte infalible o confiar en que otro hombre lo es, sentirte dueño absoluto de la verdad y la razón, sólo te enceguecerá en tu caminar. Es tu obra lo que cuenta, lo que hagas o no hagas.
  • Que si egoístamente siegas una vida humana, le arrebatarás todos sus horizontes posibles, mas con los de éste también malograrás los tuyos.
  • que si te quedas con lo que te es ajeno, irás perdiendo el rumbo y haciéndoselo perder a otros.
  • Que si no cuidas de los tuyos al máximo y de los demás tanto como te sea posible, estarás dejando caer por la borda a la humanidad misma.
  • Que el sufrimiento se convierte en perversión cuando es gratuito,tanto el tuyo como de los que te rodean, personas o animales. Que todo esta ahí para ti en su justa medida y que cada criatura viva es digna de tu respeto.
  • Que si transitas por la vida haciendo trampas, invitarás a que todos las hagamos y que si miras a otro lado cuando alguien es perjudicado por éstas, ya te llegará el turno de ser el afectado. Que si pisoteamos la justicia, no tardará en aplastarnos la injusticia.

Al saber esto y actuar consecuentemente a ello, aprendiste la mayoría de técnicas de navegación necesarias para transitar ese inmenso y vasto horizonte que ante ti se abre.

En cualquier dirección que decidas avanzar, en momentos de calma o entre vientos y tormentas, sabrás gobernar la nave.

Algunas veces disfrutarás de la compañía de quienes te rodean, saborearás los manjares que se te brinden y quizás en muchas ocasiones alcances a ver la belleza infinita que todo lo envuelve.

En otras, tendrás que luchar, que sufrir necesariamente, que esforzarte y sacrificarte. Por ti, por los demás, por una idea que defiendes o por la que sufres, por mil razones, por muchas causas.

Pero recuerda en todo momento sentir el fluir de la vida que te llena y rebosa en cada ser.

Brindo porque la justicia y la bondad sean compañeras en tu navegar a través del horizonte, sea cual sea éste. 

Más libre que el viento

Has nacido en un país libre o casi libre. Puedes decir y pensar como quieras, puedes escribir lo que te parezca e incluso puedes hacer casi lo que te venga en gana…pero luego, tendrá consecuencias, porque cada acción las tiene y también cada inacción.
Puede que por el contrario, tu país no sea lo libre que debiera, o tu sientes que no lo es, o no en todos los aspectos. Otros deciden o han decidido ya por ti lo que es correcto que hagas, el como y el cuando.
En ambos casos, una observación; la libertad, la verdadera, nace en tu interior y es ahí donde debes conquistarla.

Piensa un momento en esas cosas que te esclavizan, que se visten de necesarias, de imperiosas y que acaban por ordenarte sin necesidad de palabras lo que tienes que hacer, el donde, el cuando e incluso el como.
Analiza el impulso que subyace tras estas “necesidades- hábitos” y en las consecuencias de claudicar ante ellos.
Medita en lo que estas dejando de hacer y deberías al rendir voluntario tributo a esos caprichos. Observa que mientras más les sirves, menos estas sirviendo, menos útil eres al fin mismo de tu existencia.

Una clave para comprender esa libertad es que más allá de lo que creas y de tus temores, más allá de lo que te digan, más allá de la costumbre, en realidad puedes decidir hacer lo que quieras dentro de las leyes naturales, para bien o para mal; con sus consecuencias.
Dicho esto, añado como consejo que escojas cuidadosamente lo que quieres hacer, lo que tú quieres hacer. No lo que la rutina de hábitos, caprichos y auto-obligaciones te hacen querer o creer que quieres.

Haz lo que creas que debes de tal manera que tu obra te permita sentirte un verdadero ser humano, de tal modo que en tu interior, esa débil voz que desde lo más profundo te susurra lo bueno y lo malo de tus acciones elevando su veredicto sobre la trivialidad y la futilidad, sobre lo accesorio y lo breve; que esa vocecilla sea dulce, calmada y segura en tu profundidad.

Define tu potencial, tus aptitudes, tus ilusiones, tu realidad y algo muy importante, quizás lo más importante: la libertad de los otros.
Al reconocerlos como seres libres, entenderás las limitaciones para el mejor desarrollo de tu independencia, porque no lo olvides, vivimos en sociedad, en comunidades, con los demás.

Tu esclavitud nace en lo más profundo de ti y cuanto más acorde a tu conciencia actúes, mayor cota de libertad interior lograrás. Pero para ello tienes que actuar.

Empieza por esas pequeñas cosas de cada día en las que puedes mejorar; viejos temores infundados, tareas eternamente pospuestas, esa vida que en realidad te gustaría llevar y a la que nunca te decides y avanza en lo que te sea más fácil, creando poco a poco un conjunto de hábitos saludables.
Con constancia y sin agobios pero con acciones, sin descuidar ningún aspecto importante de tu vida ni de la de los que te rodean.

El hábito se conforma repitiendo y obteniendo pequeñas recompensas. No te frustres, ve poco a poco. Al principio es mejor así.
Para casi todo en la vida, mejor empezar en lo poco porque como dice el refrán: “quien mucho abarca poco aprieta”, pero has de ser constante.
.
Cuando sepas lo que realmente quieres, podrás ponerte a ello, y cuando trabajes en hacer lo que quieres estarás obteniendo la ansiada libertad interior.
Eres libre, usa tu libertad.

“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.”

Franz Grillparzer
1791-1872. Dramaturgo austriaco.

Ideas para Fulvida (respuesta a los comentarios sobre el post: Sheminí)

Este post, empezó siendo una respuesta al magnífico texto publicado por el moré con el nombre Sheminí (http://fulvida.com/id-noajica/identidad/shemin) , más concretamente a los comentarios que de éste fueron derivando, pero ante su extensión, he creído más conveniente reconvertirlo  y publicarlo como artículo en vez de cómo respuesta.

Lo primero, agradecerle moré tan interesante y esclarecedor texto. Como muy bien señala, escrito al viejo estilo y en su más genuina línea.

Tras meditar sobre el rumbo de Fulvida, tengo algunas ideas aunque no muy definidas aún.

En la etapa en la que nos encontramos, creo que lo fundamental, lo más importante, es todavía y por mucho tiempo la expansión y creo que es en este punto donde debemos poner nuestro mayor esfuerzo.

Gracias al trabajo de muchas personas y a la sabia guía del moré, el sitio se ha convertido en punto de referencia para el Noajismo en lengua hispana. Sigamos desarrollando esto.

Recuerdo que cuando llegué hastala Webde “serjudio.com” y a través de ella hasta “Fulvida”, lo hice buscando respuestas a temas “religiosos”, espirituales. Lo que ocurrió es que casi todas las respuestas, y además las más coherentes, las encontré en el mencionado lugar.

De otra parte, aquí en España la situación es por lo que veo, muy diferente a la de América. Aquí la gente se adscribe mayoritariamente al catolicismo de palabra pero de hecho cada cual vive como quiere diciéndose católico, realizando ciertos ritos costumbristas pero creyendo en lo que le viene en gana, que no es otra cosa que una amalgama de ficción, tradición y misticismo, todo acomodado al interés propio de cada uno.

Si la persona tiene inquietudes y se hace preguntas las buscará, pero si encuentra cualquier atisbo de religiosidad “ajena” o similar, se espantará y no querrá saber más de dicha fuente porque tiene impreso en sus adentros que es algo sectario y lo tomará como una agresión.

Lo que me viene a la mente es que hay que empezar por lo primero y la verdad es que hace 10 o 15 años el Noajismo como concepto difundido no existía (por lo menos en España).

Me pregunto que es más importante, ¿el envoltorio o el contenido?

Pienso que tenemos que hacer el esfuerzo por expandir, por aclarar, con sinceridad pero sumando más que dividiendo o excluyendo. Fulvida debe seguir siendo el sitio de referencia y es esencial, la orientación del moré.

Las filiales deberían ser blog s o páginas Web con contenidos que se inspiren en el Noajismo, que hablen sobre todos los aspectos a la luz de las 7 Leyes, pero adaptados a cada lugar (no a la idolatría de cada lugar pero si en respuesta a ella).

Los contactos personales son tan incipientes y escasos que lo mejor es desarrollarlos a través de redes sociales y que se cree comunidad de manera espontánea. Según vaya habiendo personas con interés en común ellas mismas irán contactando para ayudarse y crear objetivos concretos acordes a nuestro camino.

A nivel individual, y en referencia a proyectos determinados, creo que lo mejor es orientarlo hacia la difusión de libros, de textos, de cuentos, de ayuda,  a la luz de la verdad, pero más que como Noajismo explicito, como sugerencia a las Leyes para las Naciones.

Pensemos que la humanidad lleva milenios alumbrando arte, literatura, creencias, costumbres y formas de vida contaminadas. Vayamos y sigamos poniendo claridad.

Reescribamos ahora con iluminación, pero de la auténtica.

Os imagináis el Fausto de Goethe,La DivinaComediade Dante, el Mercader de Venecia de Shakespeare ¿Cómo quedarían?, ¿dónde quedarían?

No hablo por supuesto de plagiar, ni perder tiempo ni recursos en modificar dichas obras que como quiera que sea, con sus virtudes y sus defectos, son ya patrimonio universal. Pero esas pasiones, esas cuestiones, esas dudas y preguntas que en estos libros son tratadas, siguen ahí, son parte de lo humano.

Creemos blog alternativos, escribamos cuentos, difundamos. Promovamos donaciones a ONGs para ayudar a los necesitados, empezando por los de nuestras regiones.

Se puede crear un blog de contenido social, político, científico, deportivo, pero sujeto a las 7 Leyes para las Naciones.

No propaganda barata, no manipulación, no invención, solo ver la vida misma al prisma de nuestras 7 Leyes.

Por ejemplo; creemos un blog con espacios sobre consecuencias de rituales (exorcismos, torturas, etc.), sobre denuncias de ilegalidades (políticas, sociales, etc.), sobre defensa de los animales y la naturaleza, promoviendo la solidaridad y la caridad, promoviendo el respeto a nuestros mayores y en especial a nuestros padres, con fechas según el calendario civil y el Universal.

Leamos la realidad, la prensa, las noticias, con nuestros propios ojos.

Que sean blog nacionales o multinacionales por orden de cercanía geográfica adaptándose al grado de dedicación que cada uno pueda dedicar para que haya un contenido de calidad en cada blog y tratemos todos los aspectos menos el espiritual, ese que quede en Fulvida.

Luego vinculemos estos blogs o Webs entre ellos y con Fulvida.

Bueno, son ideas que me asaltan a “bote pronto” y que espero que debatamos, corrijamos, aclaremos y concretemos.

Muchas gracias por vuestra atención y quedo a la espera de vuestras opiniones.

 

Siete mil millones de mundos

Permíteme una pregunta; ¿estás despierto o dormido?

A diario veo personas hablando, paseando, murmurando, criticando, sonriendo, a veces llorando, a veces gritando.

Cada uno en el centro de su mundo.

Miles de creencias, supersticiones, suposiciones y “certezas”; miles de ilusiones, sueños, esperanzas. Miles de acciones buenas, malas y regulares. De envidias y de amores.

Hay tantas “realidades” como seres vivos y cada uno es el protagonista de la suya. Con sus aciertos y sus errores. Con sus juicios y prejuicios, con sus exclusiones e inclusiones.

Así, a través del filtro de nuestro propio mundo, vemos los millones de otros mundos que igualmente nos observan a través de sus personales filtros,  repitiéndose  por cada una de unas siete mil millones de personas y de aún muchos más seres vivos.

Miles de millones de intereses, de verdades y mentiras, de distracciones y grandes dosis de futilidad y de egoísmo.

Te voy a pedir que te respondas a las siguientes cuestiones:

¿Sobre qué basas “tu realidad”?, ¿sobre qué apoyas “tu mundo”?. Y los otros siete mil millones de “mundos”, ¿qué haces con ellos?

¿Qué importa realmente en la vida?                                                                           

 Tómate unos segundos. Mira a tu alrededor. Respira profundamente. Oye atentamente los sonidos que te envuelven, siente lo que te rodea y en especial a quienes te rodean aunque no estén en el mismo lugar que tú.

Y ahora… ¿Cuántas realidades hay y cuántas te han vendido?

“Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo.”

Heráclito (535 AEC- 484 AEC aprox.)

Filósofo griego

Nuevamente te pregunto;  ¿estas dormido o despierto? ¿Estás en “tu mundo” o en el mundo? ¿Estás en uno de esos siete mil millones de mundos o en el mundo de esos siete mil millones?

Si sabes donde te encuentras, verás que hay mucho trabajo por hacer para que este lugar único y único lugar sea cada día un mundo mejor para todos y cada uno de los que en él estamos.

Si todavía sigues encerrado en “tu mundo”, salte y únete al nuestro, al de todos y  ayuda a convertirlo en el paraíso que puede llegar a ser.

Por favor, no busques más excusas y empieza a trabajar ya en ello. Haz hasta donde puedas, hasta donde sepas, pero haz algo. 

Zeitgeist

Año 1382 EC.  , Toledo (Reino de Castilla). Un hombre camina con decisión desde la Sinagoga a la Corte, en la que es reconocido y respetado como un influyente consejero.

Admirado en su comunidad, tanto su vida como la de los suyos es próspera y llena de bendiciones. Disfruta de la compañía de sus pequeños y de la de su buena esposa, así como de una caritativa familia. No le falta que comer y es agradecido.

Año 1591 EC., a poca distancia del mismo lugar, un descendiente de aquel hombre camina vacilante, dolorido y atormentado. Apenas se mantiene en pie, es empujado y humillado públicamente en la mismísima catedral para que sirva de escarnio.

 Está a punto de ser juzgado y condenado en un juicio “justo” oficiado por la “Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición.”

La confesión había sido previamente obtenida como legalmente correspondía. Es decir, que tras sufrir la asfixiante y dolorosa cuerda alrededor de su pecho en un pequeño asiento mientras prensaban sus pulmones para lograr que se delatara, tras tumbarlo en el “potro” asiendo su cabeza con una fría argolla y estirar sus miembros hasta dislocarlos; como decía antes, después de  seguir el procedimiento habitual para estos reos, habían conseguido su declaración.

Ciertamente y sin ningún lugar a duda, había estado judaizando y desviando del “recto camino a los hombres de bien”.

Cuando la pira de leña comenzó a arder y el humo ascendía inundando sus pulmones  robándole el poco aire que le quedaba, mientras una multitud enrabietada lo insultaba e increpaba,  ese hombre asustado pensaba dentro de lo que su extremo padecimiento le dejaba, “¿Cómo hemos llegado a esto?, ¿Cómo es esto posible?

Año 1917 EC., Berlín, Alemania. El viejo médico se dirige hacia Rykestrasse donde se ubica la sinagoga. A su salida y mientras se encamina a su domicilio, conversa con su joven hijo y le instruye en aspectos puntuales de su oficio.

Es un hombre dichoso en un hogar feliz.

El respetable doctor  es muy querido por la gente del lugar. Se siente afortunado de poder ayudarlos y de sentir el agradecimiento de esas personas.

Sabe que hace lo que debe y lo realiza gustosamente…

Año 1944 EC., Auschwitz II (Birkenau). Un individuo delgado y escuálido, arrastra sus pies heridos y encallecidos siguiendo a la multitud de personas que como él,  desnutridos, magullados y con sus cuerpos desnudos y endebles se dejan llevar por las indicaciones que una voz autoritaria de un soldado les dicta.

Recuerda las charlas con su padre, camino de casa, cuando era un niño radiante y lleno de mil ilusiones. Su rostro se ensombrece y su mente es asaltada por imágenes que le trasladan a la funesta noche de aquel 9 de noviembre de 1938. Aquellos hombres golpeando a su tío, destrozando el taller en el que tantas horas había trabajado. La noche en la que todo empezó; la  Noche de los Cristales Rotos.

Cuando las puertas de la gigantesca sala de duchas se cerraron tras ellos, sabía que algo no iba bien. Al ver a las otras personas que le rodeaban caer al suelo retorciéndose de dolor y miedo a medida que eran envueltos por una tétrica niebla química, pensó…- “¿Cómo esta pasando esto?, ¿por qué?, ¿cómo se ha llegado hasta aquí?

Estas son dos historias ficticias pero con grandes paralelismos a lo que millones de personas han sufrido a lo largo de la historia por el simple “delito” de ser judíos, de pensar diferente, o de ser críticos.

Podría seguir con la ficción y situarla en Roma, en la Rusia revolucionaria, en las Cruzadas, en Polonia, casi en cualquier país de Europa, incluso en Hebrón.

La lista es tristemente larga.

Año 2012 EC., cualquier lugar del mundo. Muchas personas creen que una conspiración sionista-norteamericana-occidental,  quiere el control mundial y esclavizar al resto del “mundo libre” controlando a todos los países que en nombre de su legitima religión-ideas-ateismo-etc. (intereses) se le oponen.

Es un sentimiento, una contagiosa manera de ver el mundo, que cada día crece y se expande utilizando nuestros miedos más ancestrales y que disfrazándose de pensamiento crítico, no es sino un nuevo sectarismo.

Para ello no dudan en mezclar sionismo con Israel, con judío, con hebreo, con terrorismo  y con muchas cosas más, porque la historia les ha demostrado, que no hace falta que sea verdad.

 Solo necesitan repetirlo mucho y a mucha gente para que se convierta en su (de ellos) verdad. Una que sea fácilmente digerible, con culpables que disimulen su ineficacia y sus errores. Sobre todo que sea excluyente, que apele al sentimentalismo, ha de ser dogmática y que sirva bien a sus intereses (petróleo, energía, poder, expansión,…) pero sobre todo, tiene que haber un o unos culpables claramente definidos.

Debe de ocultar que en realidad en el mundo actúan muchos grupos de diversa ideología y religión por el control de los recursos naturales y ha de parecer que todo es ejecutado por esa “conspiración (da igual lo que pongamos siempre que añadamos sionista o judeo)”.

El título que he elegido para este texto no es casual. Es una palabra alemana que viene a designar el clima social y cultural de una época.

Ahora, estamos viviendo una, muchas han sido y otras serán.

La mayoría no somos judíos. Tampoco lo eran los causantes de los lamentables y  verdaderos dramas antes recreados ni los de hoy en día.  Es por eso que tenemos aún más responsabilidad en que ello no vuelva a ocurrir.

Año 2020 EC, o 2030 EC, o 2040 EC, ¿Qué vamos a dejar que pase?, ¿hasta donde llegaremos esta vez?

Dejo una cita para la reflexión:

“Los judíos fueron acusados por los nacionalistas de ser generadores del comunismo; por los comunistas de regir el capitalismo. Si viven en países no judíos, son acusados de dobles lealtades; si viven en el país judío, de ser racistas. Cuando gastan su dinero, se les reprocha ser ostentosos; cuando no lo gastan, ser avaros. Son tildados de cosmopolitas sin raíces o de chauvinistas empedernidos. Si se asimilan al medio, se les acusa de quintacolumnistas, si no, de recluirse en sí mismos.”

Gustavo Perednik, España descarrilada, 2005.

¿Hasta cuándo?

Un mundo de fantasía

Paseamos por cualquier lugar, cualquier ciudad, cualquier pueblo o aldea.

Por doquier batallan trasgos contra elfos, a cada esquina te sobresalta un mago oscuro, o gris o blanco. En cada bosque se cobijan enanos y gnomos.

Cada viejo caserón o cortijo tiene sus fantasmas vagando sus ruinas y mientras andas, puedes encontrarte sin quererlo encima de un antiguo cruce de caminos donde el alma de un suicida deambula sin rumbo, sin saber que sendero escoger.

Los rayos de luna conforman la silueta de una dama a través de unos vetustos ventanales y cada cosa que ves, desde una herradura hasta una estrella, tiene un significado oculto. 

La fantasía; que magnífica herramienta a veces y que sutil presidio otras.

“Sin fantasía no existirían delincuentes ni poetas” decía Curt Goetz (1888- 1960).

Gracias a ella, podemos imaginar distintas posibilidades, podemos suponer acontecimientos, predecir consecuencias, resolver dudas.

Nos permite componer melodías, proyectar edificios, crear obras de arte.

Por otra parte, también deja que nos manipulen y nos engañen cuando ésta trabaja al servicio de la superstición y la mentira o de intereses espurios. .

La fantasía no es mala, pero cuando nos sumergimos en un mundo imaginario como alternativa al real, cuando dejamos que la “magia” distorsione nuestra visión, entonces tenemos un problema.

Hay una tendencia creciente en nuestra sociedad que lleva a muchas personas, especialmente jóvenes, a vivir creyéndose personajes de ficción, a ¿vivir? sumergidos en juegos, en un entorno de “realidad virtual”, o cinematográfico  o de forma similar en juegos de rol.

En esta forma de “no vida”, se diluyen las responsabilidades y creamos un medio “ad hoc”, exclusivo para nosotros, excluyente para los ajenos a nuestros códigos. Con valores propios y significados comunes para los que forman parte de nuestro “no mundo”.

Un rato de juego es algo bueno en general, sociabiliza y te saca de la rutina.

Lo malo es cuando crees que tu vida es un juego y tú un personaje de ficción.

Lo que haces con ese comportamiento es en realidad huir; escapar de las inseguridades, de las cargas, de los compromisos, de la verdad.

Cuando consumes las horas, los días, los años en un mundo imaginario, cuando el “humo” te alimenta, cuando te dejas apresar sin necesidad de cadenas, cuando crees tener muchos amigos por tener 500 “amigos” en alguna red social, cuando solo existes a través del monitor de tu ordenador,…realmente ¿Qué haces?

La realidad puede ser tan sencilla como tu quieras vivirla, tanto como quieras verla y mucho más hermosa de lo que puedas llegar a imaginar,  pero si además quieres magia de la de verdad, solo tienes que pararte un instante y mirar a tu alrededor, da igual a donde.

 Observa las maravillosas relaciones que hay entre cada elemento, entre cada objeto. Cada planta, cada flor, cada persona.

Piensa en la infinidad de reacciones químicas que se producen en un segundo en una sola célula, piensa que cada color es el efecto de un cambio de posición de una diminuta partícula en el interior de un átomo.

 Mira el cielo en una noche despejada y verás el pasado de estrellas que ya ni siquiera existen desde hace millones de años.

Podría seguir poniendo ejemplos pero no acabaría nunca porque es algo que supera lo humano.

Si quieres magia, solo tienes que echar un vistazo y admirar que inmensa y bella creación. Pero tan pronto lo hayas hecho, no te olvides de vivir.

Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar.
Descansar, es empezar a morir.

Gregorio Marañón (1887- 1960), médico y escritor español.

 

 

 

Al caer la noche, vuelven los fantasmas

Hace tiempo, en una de nuestras enriquecedoras conversaciones, me refería un buen amigo que a diario cada uno actúa asumiendo un papel. Tratando de parecer seguros de lo que hacemos e imperturbables en nuestros cometidos:

 – “pero al llegar la noche, cuando vas a dormir, entonces vuelven los fantasmas, ellos están ahí”-.

Esas fueron más o menos sus palabras. No le pregunté por sus fantasmas. Creo que es demasiado personal. Pero al escribir este texto, pensé en los míos.

Lógicamente cuando hablo de “fantasmas” lo hago metafóricamente. Son en realidad nuestras inquietudes, nuestros temores, las turbaciones de lo que hicimos y de lo que no. Nuestras acciones y nuestras inacciones.

Son las incertidumbres que el futuro nos depara, son los errores del día pasado, son los recelos y las dudas, nuestra incapacidad ante lo que nos supera. Son esas cosas que “te pinchan” cuando no tienes otras que te entretengan sin pensar.

Detente un segundo y medita: ¿construyes o destruyes?

En tu pareja, en tu familia, en tus amigos, en tus compañeros de trabajo, en tu ciudad, en tu país, en el mundo. ¿Qué haces?

Nos preocupamos mucho por miedo a perder lo que tenemos; personas, objetos,… sin darnos cuenta que más que tener, en realidad compartimos nuestra existencia con ellos.

Ante cada situación  asumimos un papel. Es una forma de verlo, pero y si lo enfocamos de otra manera; ante cada situación, usaremos unas cualidades características.

Procuremos no meternos en ningún papel. Seamos quienes realmente somos, descubrámoslo. Con nuestras virtudes y con nuestros defectos. Con esas cualidades que nos hacen especiales si no únicos.

Repasa mentalmente lo que te convierte en ti mismo. Intenta minimizar tus defectos, pasa de largo por ellos, sin ignorarlos pero sin darles mucha importancia. Cuando llegues a tus virtudes, a tus capacidades, detente en ellas. Piensa en estas con detenimiento, deja madurar en tu imaginación la infinidad de usos que le puedes dar a estas para mejorar lo que te rodea y a quienes junto a ti viven.

Determina acciones concretas aprovechando aquello en lo que sabes que se te da bien, aquello en lo que destacas o eres bueno.

Luego, trasládalo. De forma altruista, sin intereses.

No requiere de acciones muy complicadas, pero intenta que sean eficaces. Busca la efectividad, pero sobre todo actúa.

Si te es más fácil, hazlo por interés, pero que siempre ayude o beneficie a los demás con justicia.

Actúa de dentro hacia fuera, como una onda en expansión.

Si has comenzado ha realizarlo, que a la vez es realizarte; pregúntate de nuevo.

¿Construyo o destruyo?

Quizás con estos consejos los fantasmas no vuelvan o lo hagan en menor grado. En todo caso y por si acaso, te dejo una cita que puede que te ayude a dormir mejor:

“Acaba cada día y dalo por terminado.

Has hecho lo que podías.

Sin duda habrá habido errores y absurdos; olvídalos lo antes posible.

Mañana será un nuevo día, empiézalo bien, con serenidad y con tanto ánimo que no lo empañen las nimiedades de ayer”.

Ralph Waldo Emerson (1803-1882)

 

 

 

 

 

En lo más profundo

Hay un lugar muy dentro de cada uno de nosotros, en lo más profundo de nuestro ser, en el que las excusas no valen, en el que no caben medias tintas, en el que no engañamos a nadie; ni siquiera a nosotros mismos.

Es ese punto en el que la verdad impera simple y llanamente como una llama inextinguible que con su fulgor desvanece cualquier máscara.

En ese espacio interior, sabemos lo que nos conviene y lo que no, lo que hacemos y lo que deberíamos hacer. Ahí sabemos de nuestras mentiras y de nuestras verdades, de nuestros temores y de nuestros valores.

Ten presente lo útil que es visitar ese recóndito paraje dentro de ti y poder echar un vistazo a la verdad tal como es en su pureza antes de que los intereses, las necesidades, lo vientos de cada día, comiencen a teñirla de mil tonalidades.

Cuando te sientas perdido o abrumado,  cuando estés indeciso o incluso muy decidido, recuerda  buscar la luz que  serenamente  ilumina tus adentros y cuando hayas dado con ella, deja que prenda en tus actos, que alumbre tus decisiones y que su brillo se refleje en tus obras.

Convierte el “debería hacer”, en “hago lo que debo” y a partir de ahí, las preocupaciones lo serán menos, porque ya estarás en el camino. Estarás andándolo y el resto no dependerá de ti. Sabrás que estas realizando tu parte y que el resto depende de Él.

Después de lo dicho,  aprende a ver esa misma luz en los demás, en la medida de cada cual. Unas veces refulgente, otras centelleante, en algunos casos casi en penumbra y en otros titilante.

Procura mantener radiante  tu llama para que encienda a las más tenues y resplandezca con las más deslumbrantes y si ves que a veces se torna temblorosa, no temas; es porque estás vivo. Vuelve a encenderla.

En lo más profundo de tu ser, sabes que esto sólo son palabras… y a ti te toca convertirlas en hechos.

No lo dejes para mañana porque solo tienes el ahora.