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Es el amor… amor profundo

Esta semana corresponde a los hijos del pueblo judío que lean la parashá llamada Ekev ("Como consecuencia").
Es una lectura para los judíos, del libro judío llamado Torá, con preceptos para judíos, con enseñanzas de judíos y para judíos.
Pero, podemos tomar para los noájidas sabias lecciones de vida, que nos lleven a un mejor relacionamiento con el prójimo, proximidad con el familiar, encuentro consigo mismo y fidelidad con el Eterno.
Veamos pues cual es el buen pan que hemos horneado para ti con los sabrosos ingredientes que te harán bien aquí y en la eternidad.

Amar es cumplir
En esta sección se indica reiteradamente que el amor verdadero por Dios se expresa exclusivamente en el cumplimiento de los preceptos que Él nos encomienda. En el caso específico del noájida son los Siete Mandamientos Fundamentales, que no debe el noájida usurpar nada del judaísmo, ni atribuirse mandamientos que no son tales para él. Es bueno tomar normas de conducta positivas, especialmente en lo que refiere al trato bueno y justo, ético con el prójimo, así como todo aquello que potencie el cumplimiento de los Siete sin llevarlo a desnortarse.

Así pues, el amor es un eje central, de acuerdo a lo que esta sección manifiesta.
Tal como comprobamos:

"Amarás al Eterno tu Elokim,
¿cómo?
guardarás Su ordenanza, Sus estatutos, Sus decretos y Sus mandamientos,
¿cuándo?
todos los días.
"
(Devarim / Deuteronomio 11:0)

Cuanto más preceptos se cumplen,
conduciéndose lealmente según su propia identidad espiritual,
entonces,
más alto es el grado de amor que está manifestando la persona,
y mayor el amor que recibe (ver Irmiá / Jeremías 31:2, y TB Ioma 54a).

El amor es…
Ahora bien, es imperioso que quede claro el concepto de "amor".

El amor verdadero no es un torrente de emociones, ni sentimientos que se escapan de control, ni siquiera bellas palabras, o pensamientos obsesivos en torno al amado.
Tampoco es una intensa confesión de fe y fidelidad, pero que carece de materialización.
Ni es una pasión del alma, o una entrega desenfrenada y sin objetivo.
Ni siquiera es alcanzar un vasto conocimiento intelectual del sujeto amado, de sus cualidades y circunstancias.

El verdadero amor queda definido por la Tradición sagrada como: actuar de acuerdo a lo que es de mayor beneficio objetivo para el amado y el amador.

Como Dios no precisa nada de nadie,
ni se beneficia absolutamente en nada como consecuencia de los actos/sentimientos humanos;
entonces,
nuestro amor por Él se halla en actuar conforme a Sus mandamientos eternos que nos corresponden,
ya que es ESO lo que Él nos reclama.
Así pues, para amar a Dios los gentiles deben cumplir lo mejor posible con sus 7 preceptos, en tanto que los judíos deben abocarse a los 613 mandamientos de la Torá (TB Menajot 43b, Rosh Hashaná 4a).
Por su parte, el amor de Dios por Su creación se reconoce por la misma existencia de todo lo creado (Hoshea / Oseas 14:5), ya que nada existe si Dios no lo permite, ni nada hay perfecto y sin tachas, excepto Él.

Tal es la regla del amor que se establece en nuestras relaciones sociales.
Amamos en verdad cuando
nuestras acciones sirven para ayudar a desarrollar las mejores potencialidades de nuestro amado,
y de paso,
sacamos a relucir lo mejor que hay en nuestro interior.
Es decir, en el encuentro con el otro, tal como él es realmente, es cuando comenzamos a esbozar nuestro amor.
Y recién cuando actuamos en provecho del otro, sin esperar nada a cambio, es que le estamos amando.

Al respecto, un famoso psicólogo y pensador judío (instruido en nuestra Tradición, aunque bastante apartado de su cumplimiento) alguna vez escribió: "El amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines egoístas." (Erich Fromm, "El arte de amar").
Esta frase es un eco de la antiquísima enseñanza de nuestros Sabios, expresada en Tanna Debe Eliahu 26: "El amor ha de ser perfectamente generoso (no egoísta), y ha de regular todas las relaciones entre las personas".

Otro judío contemporáneo, famoso por su comprensión de los recovecos de la espiritualidad moderna, que suele estar apartada del mensaje de la Torá, dijo alguna vez: "El amor intuye algo que no existe todavía en el otro… intuye las posibilidades personales que todavía no han sido realizadas, posibilidades que todavía están escondidas… y entonces trabaja para realizarlo…" (Viktor Frankl, "Logoterapia y análisis existencial").

El soporte del amor
Por otra parte, es un fundamento muy endeble el amor sin el contrapeso del juicio y la justicia.
Según aprendemos de la enseñanza cabalística, para alcanzar el equilibrio es imprescindible contar con el adecuado balance entre ambos principios.
Ya que el juicio excesivo, conlleva rigidez y temor, lo que dificulta el crecimiento y el desarrollo de las cualidades placenteras de la vida.
Pero el amor sin reglas claras, precisas, objetivas y trascendentes, se convierte en una trampa que engolosina y termina por extraviar.
Para el humano son indispensables los límites al amor, para no transformar una relación trascendente, en algo tóxico, perjudicial.

Así pues, para que tanto el amor como el rigor sean saludables y de bendición, necesariamente deben estar enmarcados por las reglas expuestas por la Torá, sin concesiones extrañas, ni apelar a facilismos que terminan por engañar.

Amor con justicia y justiciero amor.

El placer de amar
Aunque parezca increíble, cuando estamos movidos por la generosidad y pureza de intención, cuando menos nos interesan las ganancias y el gozo egoísta, es cuando más oportunidades tenemos de encontrar satisfacción y felicidad objetiva.

En parte esto es así porque siguiendo la ley de la "acción-reacción" (también conocida como mida kenegued mida, o de la justa compensación) , obtenemos aquello que damos. Si proveemos generosamente, estamos en condiciones de recibir ampliamente.

Otra causa la descubrimos cuando comprendemos que todos somos parte de un gran organismo, de la creación del Eterno, y que provenimos de la misma Fuente.
Cuando nuestro prójimo se beneficia por nuestra acción, en realidad estamos colaborando indirectamente con nuestro bienestar, puesto que el bien de uno es el bien del conjunto (a partir del Sefer Tania, Hisvaadiyus 5745, Vol. 3, p. 1423).

Otra causa, según el mismo Frankl dijera: "La felicidad no se puede buscar nunca directamente. Sólo puede venir como consecuencia de haber entregado lo mejor de nosotros mismos por una causa noble". ("El hombre en busca de sentido").
Es decir, el placer solamente se alcanza cuando no lo está persiguiendo afanosamente, ni cuando el gozo es la única finalidad de la vida.
Sino que el placer real surge como un producto derivado de una acción que es beneficiosa para otra persona, y/o que está en correspondencia con lo que Dios demanda de la persona (al respecto ver Rambán a Devarim / Deuteronomio 6:4).

Milenios antes, y con una Sabiduría superior, hallamos este mensaje en la perfecta Torá de Israel, pues le enseña a los judíos, y a través de ellos a los gentiles, que cuando actuamos movidos por el verdadero amor, finalmente llegamos a obtener diversas bendiciones espirituales y materiales, tal como está dicho:

"Y será que por haber obedecido estos decretos,
por guardarlos y ponerlos por obra,
el Eterno tu Elokim guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Él te amará, te bendecirá y te multiplicará…
Así comerás y te saciarás.
"
(Devarim / Deuteronomio 7:12-13; 11:15)

El compendio de Hillel el anciano
El sabio Hillel resumió todo esto que hemos visto en una breve sentencia, digna de ser recordada y llevada a la práctica asiduamente:

"Sé uno de los alumnos de Aarón,
que ama la paz y la persigue,
ama a las criaturas y las aproxima a la Torá
"
(Avot 1:12)

¿A cuál Torá?
Pues, al judío a la Torá escrita y oral, tal cual es heredad y posesión de Israel desde que Dios la entregara al pueblo judío.
Para el gentil es la Torá noájida, que son los Siete Mandamientos Fundamentales.

Moré Yehuda Ribco

 

Relato

Luego de mucho tiempo de espera, aquel hombre por fin se presento frente a su Rebbe. Estaba esperando recibir una bendición de parte del iluminado varón, para de ese modo transitar mejor por la vida.
Sin embargo, se llevó una sorpresa, pues ni bien estuvo parado ante el maestro, éste le dijo: ‘Moishe, ¿qué haces que aún no te has puesto a enseñar Torá?’
Y él contestó: ‘Pero Rebbe, ¿qué puedo enseñar yo? ¡Si apenas conozco el alef-bet!’
A lo que el Rebbe indicó: ‘Moishe, Moishe. Mientras no avances en tus estudios, si eso es lo que sabes, debes enseñar la bet al que solo conoce la alef’.

Preguntas para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • El profeta dice: "Le castigaré por sus caminos y le pagaré conforme a sus obras." (Hoshea / Oseas 4:9).
    A partir de esto, ¿podemos reconocer que son las acciones lo que determina la retribución que Dios da a la persona, o acaso son los sentimientos o creencias?

Dónde estás y qué haces

Hola, buena semana amigo noájida.
Comparto nuevamente contigo del buen pan espiritual que nace en el horno del judaísmo y es compartible con el noájida.
En esta ocasión se trata de la lectura semanal de la porción denominada Ekev, de la cual he seleccionado para compartir contigo los siguientes temas:

1. Nuestras acciones conllevan reacciones. Lo que consideramos un “castigo” de Dios suele ser la necesaria conclusión a lo que hicimos o dejamos de hacer.

2. Es sumamente meritorio agradecer por lo que se obtiene, incluso aunque uno se crea merecedor o que le corresponde. Agradecer a Dios pero también al prójimo. No hay que comportarse como esos religiosos, llenos de rituales y dogmas pero cero de espiritualidad, que se la pasan hablando de su dios y poderes varios, pero desprecian al prójimo y son incapaces de decir “gracias” a quien corresponde.

3. La idolatría está absolutamente prohibida. Son muchas las causas, entre otras porque es engaño, es abrir la puerta a las malas acciones, es justificar el mal, es negar la Autoridad de Dios.

4. Es bueno rezar al Eterno. Pero rezar, no ponerse a dar órdenes a Dios.

5. Israel es la buena tierra que Dios ha dispuesto para que sea hogar del pueblo judío. Por tanto el noájida consciente y activo tiene la tarea de promover el establecimiento pacífico, independiente, seguro, provechoso de la nación judía en su tierra.

6. ¿Cómo se debe evaluar el “éxito”?

Dice la parashá: “No sea que digas en tu corazón: ‘Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.’ Al contrario, acuérdate del Eterno tu Elokim. Él es el que te da poder para hacer riquezas ” (Devarim / Deuteronomio 8:17-18)

El Ben Ish Jai (Jajam Iosef Jaim de Bagdad, 1832-1909) solía enseñar que: “La gente acostumbra ir en la dirección equivocada. Cuando una persona está valorando sus aspectos materiales, generalmente se compara con otro y piensa ‘esa persona está mejor que yo’, cuando en realidad debería evaluarse en relación con alguien en un peldaño inferior y decir ‘estoy mejor que él, tengo suficiente’.
Cuando está valorando su dimensión espiritual, generalmente busca a uno menos activo y dice ‘yo hago más esto y aquello, etc.’, cuando deberíamos estar buscando a alguien que esté en algún grado superior, para tomarlo como ejemplo y tratar de imitar a esa persona en sus buenas cualidades”.

No se trata de competir con otros, ni de una carrera en la cual se demuestre que uno es mejor que nadie. Sino en tomar el modelo del que ha encontrado un sistema para perfeccionarse, adoptar ese método, adaptarlo para acondicionarlo a las cualidades propias y usarlo para mejorar. Es una relación en la cual no hay perdedores, pero sí ganadores.
Es bueno verse en otros para aprender a verse a uno mismo, saber dónde está ubicado y proponerse una meta posible para alcanzar.

 

Relato: El cuento

Como cada noche la niña compartía con su papá la lectura de algún cuentito antes de ir a dormir.
Ella sabía el dibujito de alguna letra, de a poco las iba reconociendo, quizás si se lo proponía hasta podría leerse algún cuento. Pero ella quería esos minutos únicos en toda la jornada. Era el placer de oír a su papá relatando, de las entonaciones que usaba, ver esos gestos, el sentir la risa compartida, ese momento era mágico. Antes de dormir encontraba lo que en todo el día no tenía. Entonces, dormía feliz, satisfecha, abrazada a su osito, llena de cariño, segura, confiada.

Pero, los grandes no siempre viven al ritmo de los niños.
Tiene cosas “más importantes” (acentuar estas palabras cuando se leen en voz alta), quizás un trabajo que terminar ante la computadora, un programa que ver en la tele, un partido de fútbol por el cual angustiarse durante un rato, charlas de negocios, preocuparse por “cosas de adultos”, en fin, cosas de grandes, que siempre son “más importantes” y que no pueden desperdiciarse en cuentitos para niños…

Entonces el padre compró unos cuentos ilustrados que ya venían con su lujoso CD en el cual artistas de renombre narraban las historias para niños.
Tenían efectos especiales de sonido, eran perfectos desde el punto técnico, llenos de arte y calidad (y así habían costado).
Puse la radio con lector de CD encima de la mesita de luz de su hija, le enseñó que botón presionar, cómo escuchar nuevamente, ir a otro cuento, todo lo necesario.
Le dio el besito de buenas noches sobre la frente, para estar en menos de un minuto nuevamente enfrascado en su “más importante” ocupación.

No pasaron ni tres minutos cuando la niñita se apareció junto a él, el libro en la mano y una carita de ángel pedigüeño, para decir: “¿Me lo lees, por favor?”
“Hija, tengo que hacer esto y aquello, usa el CD, ya sabes cómo” – dijo él, mientras la quitaba de delante de la pantalla, porque ella parecía no darse cuenta de que estaba tapando la película.
“Sí, pero quiero compartirlo contigo” –dijo ella casi en un suspiro.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que sigue este cuento?

2. ¿Cuál es la moraleja del cuento?

3. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

4. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana de un noájida?

5. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

El impulso del noájida “bien intencionado”

Comparto contigo una enseñanza judía, para judíos, en contexto judío, al respecto de la Torá y de los 613 mandamientos para los judíos.
NO ES para que te confundas y asumas que la Torá y los 613 son parte del tesoro de las naciones, pues no es así. Tampoco para que te creas en potestad para estudiar Torá como deben los judíos, ni para que te pongas a predicar “la Palabra”, ni para que te impongas limitaciones que Dios no quiere para ti.
Sino que es para que entiendas el mensaje universal que porta, aquel que es provechoso y de bendición para cualquier persona, sea judía o noájida, y a partir del sentido del mensaje puedas fortalecer tu propia identidad, crecer en todos tus planos, afianzarte y desarrollar todos tus potenciales.
Ahora, la enseñanza.

El rabino Gifter (en «Pirkei Torá», traducido libremente por nosotros) nos enseña:

«Dice la Torá:
No añadáis a las palabras que Yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Elokim, que Yo os mando.’
(Devarim / Deuteronomio 4:2).
La tendencia natural del hombre es de abstenerse a ser sometido a la voluntad ajena.
Nosotros queremos auto-gobernarnos.
Esta tendencia puede impedir grandemente nuestro servicio a Dios, ya que el verdadero servicio a Dios demanda una completa sumisión al gobierno de la Torá.
Añadir o quitar de los mandamientos -que son la manifestación de nuestro servicio a Dios- está para satisfacer la propia voluntad, pero no la voluntad de nuestro Creador.»

¿La voluntad de quien vas a cumplir?
¿La tuya?
¿La de tu pastor?
¿La de tu seudo rabino?
¿La de tu sociedad?
¿La de tu secta?
¿La de tus amigos?
¿La de tu pareja?
¿La de tus hijos?
¿La de tu patrón?
¿La de tu religión?
¿La de tu partido político?
¿La de aquel o ese otro?
¿La de los dioses?
¿La de DIOS?

El hombre saludable comprende y toma para sí el consejo de los sabios, aunque ni siquiera lo conozca:

“Haz que Su voluntad sea tu voluntad”
(Pirkei Avot 2:4)

Hacer nuestra la voluntad de Dios.
Estar en perfecta armonía con Él.

Esto implica que el noájida debe tomar conciencia de que Dios ha dictado solamente Siete Mandamientos Universales para él, ni más, ni menos.
Comprender que esos siete mandamientos son raíces de los cuales se enarbolan diversas reglas saludables de conducta, buenas para la persona y para la sociedad.
Tales son los mandamientos, no otros, ni más, ni menos.

Cuando el noájida asume mandamientos de los judíos como si fueran propios, está estafando a su ser, mintiendo para afuera, provocando el caos, llevando destrucción al mundo.

Sí, es cierto, hay mandamientos judíos que pueden ser tomados como buenas costumbres por el noájida, tales como rezar, dar caridad, respetar a los padres, amar al prójimo, entre otros, pero en modo alguno el noájida tiene derecho a decir que eso es lo que Dios le ha mandado, pues no es así.
Seguramente que se podría encontrar formas de sintonizar todas estas buenas acciones que son mandamientos para los judíos para que sean reglas de vida –opcionales- para el noájida. A excepción de aquellos mandamientos que expresamente dice la Ley que quedan absolutamente por fuera de los noájidas, tales como el Shabat con sus formalidades, el uso de tzitzit (digamos, el manto ritual, para comprendernos fácilmente), las festividades con sus modismos, el estudio de la Torá (solamente aquellas porciones limitadas que conllevan el reforzamiento de la identidad noájica están permitidas), entre otros que hemos expresado en otras ocasiones.

Así pues, querido hermano noájida, que nadie te lleve a añadir o quitar de tus Siete Mandamientos.
NADIE.
Pues nadie tiene la autoridad de Dios.
Él ha decretado, es Su Voluntad, que sean para ti los siete mandamientos universales, no otra cosa.
Por tanto, cuando algún “iluminado” oscuro te exija celebrar festividades judías como los judíos, actuar como judío, disfrazarte como judío, o hacer cualquier de los mandamientos para los judíos “o te vas al infierno”, debes ponerle un freno a tal persona, no caer en el error, fortalecerte en tu belleza interior y no corromperte detrás de las “buenas intenciones” sin conocimiento que suelen desmoronar al mundo.

Sé humilde, sé sabio, sé bueno, sé justo, al aceptar con alegría tu sagrada porción que se llama “noajismo”.
Que no es sucursal del judaísmo, que no es mala copia del judaísmo, que no es un paso hacia la conversión al judaísmo, que no es el hermano bobo del judaísmo, que no es servil del judaísmo, que no depende del bastón del rabino judío.
Sé feliz con la sagrada herencia que Dios mismo ha diseñado para ti y te la ha regalado.
No pretendas saber más que Dios, no hagas caso a tu EGO que te indica que eres tú el que decide cómo debe ser la realidad.

Sométete a la Voluntad de Dios, en lugar de presumir que eres “religioso” porque te pones algún gorrito, farfullas palabras hebreas, dices predicar en nombre de algún rabino, pones a algún rabino como pretexto para sostener con vida a tu sectita…

Dios no quiere tus disfraces, ni tu palabrería, ni tu jasideismo, ni tu cabalismo, ni tu torpe locución en algo parecido hebreo, ni tu aspiración a ser un ser especial… nada de eso quiere Dios de ti.
Él te ha indicado lo que quiere: que cumplas los Siete Mandamientos.
Que seas humilde, que seas bueno, que seas justo.

Sí, para el que está sometido al EGO estas palabras duelen, porque les obliga a ponerse en su lugar.
Se armarán mil invenciones para mantener al EGO en el poder, para seguir ejerciendo la prostitución de la religión en vez de santificar la vida con espiritualidad.

Ahora, haz tu vida.

«Caridad» Su verdadera Esencia!

Enseñaron los Sabios que el sustento del hombre esta determinado en el comienzo del año, y asi tambien sus privaciones y perdidas. Si se lo merecera – dara a la caridad el dinero que le fue decretado perder, y si no lo merecera – lo perdera por medio de multas, impuestos, deterioros, doctores, etc. En otras palabras la caridad previene penalidades.

Muchas de las multas y perdidas economicas que les llegan al hombre, provienen de su falta de caridad.

 Se cuenta sobre un gran Sabio que tuvo un sueño a comienzo del año, en el cual se le revelo que los hijos de su hermana estaban destinados a perder ese año la suma exacta de setecientos dinares.

Que hizo el sabio? Durante todo el año visito a sus sobrinos una y otra vez, y les pidio caridad con todo tipo de excusas y convencimientos, una vez para esta causa y otra vez para otra, hasta que recolecto casi toda la suma excepto diecisiete dinares que no logro llevarse.

El dia de fin de año al anochecer, llego a la casa de los sobrinos un recaudador del emperador, y en su mano una orden para cobrarles diecisiete dinares. Despues que le dieron el dinero y el recaudador se fue, se quedaron los sobrinos del Sabio con el temor de que la oficina de impuestos habia puestos sus ojos sobre su dinero, y volverian a ahora a recolectar mas y mas. Cuando contaron su pesar a su tio, este los tranquilizo y les dijo: «No tengan miedo! Los dieciciete dinares que pagaron son suficientes, y no tendran que pagar mas».

«Y como lo sabes?», preguntaron escepticos los sobrinos, «Acaso tienes contactos con los recaudadores de impuestos, o  acaso eres un profeta?».

Les contesto el Sabio: «No tengo ningun contacto con los recaudadores de impuestos del emperador, y no soy un profeta o hijo de profeta. Pero contactos con el Encargado Superior – el Creador del Universo – si que tengo. Ya en el principio del año me fue mostrado exactamente cuanto dinero perderian, y recolecte casi toda la suma para caridad, tendrian que haber pagado todos los setecientos dinares obligatoriamente, no para bien y con mucha pena para el dinero que se hubiera llevado el fisco. Pero ahora ustedes tuvieron el merito de donar el dinero para objetivos importantes, y ganaron mucho mas con los privilegios y la recompensa por la caridad que hicieron. Es tambien muy probable que se enriqueceran, porque cada uno que abre su mano para hacer caridad, esta bendecido en todo lo que hace».

Se lamentaron los sobrinos por su gran esfuerzo y le dijeron: «Querido tio! Por que n0 contaste del principio que asi fue decretado desde lo Alto? Lastima que te cansaste una vez tras otra para venir y convencernos de hacer caridad. Nos hubieras advertido que nos fue decretado perder los setecientos dinares y hubieramos dado toda la suma de una vez al comienzo del año»

«Yo quise que lograran hacer caridad por la caridad en si, sin ningun interes personal y no para salvarse de un Decreto Celestial», les respondio el Sabio.

Los sobrinos le agradecieron, y debido a que asi eran las cosas y que aceptaron que cada año se le decreta al hombre cuanto perdera, desde aquel momento ellos buscaron todas las posibilidades y oportunidades para hacer cuanta mas caridad posible, entendiendo el gran poder de este elevado Precepto.

Aportemos de manera desinteresada con Fulvida , organizaciones que ayuden al necesitado , grupos de adicciones……

«CERO APORTES A TODO LO QUE TENGA AFINIDAD CON LA IDOLATRIA. NO CONTRIBUYAS AL CAOS»

Refencias: En el Jardin de la Fe.

Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

Dar sentido a la vida

Hola amigo noájida, nuevamente te ofrezco el gratuito pan espiritual que satisface tu alma.
En la ocasión te comentaré brevemente sobre la porción de lectura de Torá para los judíos que corresponde a esta semana en curso.
Recuerda, es la Torá judía, para los judíos, con mandamientos y enseñanzas judíos. Es bueno conocerlo para estar con los pies sobre la tierra y la cabeza en los cielos, también para tomar conductas saludables a partir de las antiguas y sagradas enseñanzas de Israel.
La sección se denomina Vaetjanán, de la cual he seleccionado los siguientes puntos de interés:

1. El rezo es una poderosa herramienta de comunicación entre el hombre y Dios. Podemos alabar, agradecer, pedir, conversar con Dios, conocernos profundamente por medio de buscar el canal del vínculo sagrado, pero no debemos esperar que Él nos dé todo aquello que nosotros pretendemos.

2. La comodidad, o el deseo por la misma, suele llevar a las personas a cometer errores.

3. Cuando la persona peca tiene un camino siempre abierto hacia Dios, se llama: TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero.

4. Se recuerda la Revelación ocurrida en Sinai de Dios ante los judíos, con la consiguiente entrega de la Torá y las Tablas del Pacto para sellar la unión especial entre Dios y los judíos. Leemos la segunda forma del Decálogo.

5. Dios es Uno y Único, leemos la porción muy famosa y sagrada del “Shemá Israel”.

6. Podemos amar a Dios por medio de conocer y cumplir lo que Él desea que hagamos.

7. Todo tipo de disfrute de la bendición está disponible para aquel que se entrena en andar por la buena senda, aquella diseñada por Dios.

8. Apartarse de las malas influencias, los malos consejeros, los malos amigos, es muy saludable.

9. Dios quiere lo mejor para nosotros, lo prepara, lo entrega, pero no siempre sabemos recibirlo y aprovecharlo. Lo mejor para el noájida es el noajismo, sin dudas, pues es el legado eterno que Dios ha conferido a las naciones del mundo.

 

Relato: El hombre veloz

José iba en su nuevo automóvil a mucha velocidad. Rápido… correr… más metros devorar… velocidad… a algún lugar quería llegar…
Ah, José amaba a su auto nuevo. Reluciente, hermoso, moderno, un bólido, seguro, para que le envidiaran, para presumir, para ser alguien, el súmmum de la felicidad según la entendía José.
Avanzaba por las calles, que pasaban casi borrosas ante sus ojos, hasta que un fuerte golpe a un costado lo hizo detener la marcha por completo.
Descendió, ya con el rostro surcado de ira, rencor, angustia, presentimientos. Su gesto se enturbió a un más cuando pudo descubrir la causa del tremendo ruido que le había obligado a parar: un ladrillo había lesionado un lado de su belleza.
Observó atentamente los alrededores y descubrió allí a un niñito, con cara de asustado y culpable… ¡sí había sido él el criminal que le destrozó el alma que dañó su auto!
Corrió hasta el niño, lo zarandeó, lo sacudió, le gritó, le dijo cosas imposibles de reproducir aquí. El odio, el enojo, la impotencia, todo junto estallaron en contra del pequeñito.
El niño llorando, asustado, casi sin voz le dijo: “Mi hermanito está caído y no respira. Nadie se detuvo a ayudarme. No sabía qué hacer. Perdón… ¡ perdón! ¿Pero alguien me puede ayudar? Usted… ¿usted me puede ayudar?”.
José salió disparado hacia la casa, allí estaba el niñito, lo tomó entre sus brazos, corrió hasta su bello auto golpeado, a la carrera comenzó a devorar metros, rápido, a mucha velocidad rumbo al hospital más cercano…

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que terminaría este cuento?

2. ¿Cuál es la diferencia entre la carrera del principio y la del final?

3. ¿Cuál es la moraleja?

4. ¿Estuvo bien lo que hizo el niño para llamar la atención?

5. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

6. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

7. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

¡Te deseo un feliz séptimo! Moré Yehuda Ribco

La Perspectiva Espiritual – No judios

Autor: Reb Gutman Locks

No creas que el requisito de ayudar a otros espiritualmente aplica unicamente a tu socio judio. A nosotros tambien se nos encomendó ser luz para la Naciones. Esta obligación recae sobre cada uno de nosotros. Tenemos que ayudar a que cada persona llegue al conocimiento de un único Dios, y cómo pueden ellos llevar una vida santa.

Un no judio está obligado a cuidar los siete mandamientos que fueron dados a Adam y Noaj. Estos se refieren a la prohibición de idolatria, blasfemia, asesinato, adulterio, robo, comer carne de un animal que aun está con vida, y tener cortes de justicia en sus ciudades. De todas estas la que más precisan es la que prohibe la idolatria. Hay muchas personas que creen que están adorando al Único Dios, pero en realidad están adorando a un idolo. Un idolo es cualquier representación de Dios, o adoración de un dios limitado.

Con frecuencia, en el Kotel, tengo la oportunidad de intentar ayudar a no judios La gran mayoria de los visitantes no judios que vienen al Kotel tienen un trasfondo cristiano, asi que tomo eso como punto de partida para moverlos hacia la verdad.

La conversación es más o menos asi:

«Dime, según tu religión, está presente Dios en la maldad?»

Por lo general se quedan pensando un poco o a veces responden «De ningún modo!»

«Por eso es que nosotros decimos que la religión de ustedes sirve a un dios pequeño. Porque el dios de ustedes está unicamente en lo bueno. El Dios de las Escrituras Hebras está en todos lados. El Rey David escribió, ‘Si hago mi cama en el infierno, alli estás Tu’. Dios está incluso en el infierno. Dios es ilimitado. Pero ustedes tienen un dios limitado».

Para llegar a ser «creyentes» en su religión muchos de ustedes pasaron por un rito, «pedir a dios que entre a su corazón». Despues de hacerlo creen que Dios está alli, y todo lo que tienen que hacer de ahi en adelante es tener fe y seguir su biblia. Asi que les pregunto, «Ya que Dios está en todos lados, no tienes por qué pedirle que entre a tu corazón, verdad?. Él ya estaba alli antes que tu. A pesar que tienen una mente prejuiciada que los protege del cambio, ellos se marchan con este pequeño cambio de ideas que retan sus falsas creencias.

Cuando un no judio observa estas siete leyes el se convierte en una «Persona Justa». Tiene porción aqui y en el MundoVenidero. No hay mayor placer para él. Qué regalo tan hermoso le estarás dando.
[i] Isaias 42:6
[ii] Salmos 139:8

Autor: Reb Gutman Locks

Fuente Original: http://mysticalpaths.blogspot.com/2007/12/spiritual-perspective-non-jews.html

Los Huecos en La Vida

Espero mi apreciado lector se encuentre bien con los suyos.

Mis queridos lectores, hoy les voy a hablar de la caridad. No quiero extenderme en el tema, pues hay muchos que no tienen mucho tiempo, y los que lo tienen hay demasiado material aquí para su disfrute y aprendizaje. No quiero exponer versículos, sino compartirles unas palabras desde mi muy humilde y escaso conocimiento acerca de la temática.

Es sabido en la tradición que aquel que da termina por recibir. ¿Y porque esto es así?

Dios es quien una vez al año (desde el calendario universal, en la fiesta del Rosh Hashana) determina el sustento y salud de la persona, es decir, la persona determinada en todo el año no tendrá ni más ni menos que lo que Dios determinó para él.

Cuando alguien da o comparte de lo suyo, en uno mismo queda un hueco. Que la providencia Divina, por así decirlo, se ve obligada a llenar. A causa de todo esto, quien comparte de lo suyo termina recibiendo de Dios. Y no crean que esto corresponde solo al dinero, pues uno en ocasiones diversas no solo puede dar dinero, sino también amor, consejo, cariño, amistad, etc.

O, bien cabe preguntarse: ¿Cómo era esto en tiempos donde no existía el dinero?…

Sin embargo, cabe también aclarar que este conocimiento no debe afectar en lo más mínimo a tus acciones generosas o pensamientos bondadosos. Cuando realices un acto de caridad, no lo realizarás porque sabes que ello volverá, sino que tu corazón no esperará recompensa o devolución, pues tus actos bondadosos deben ser igual a los del Padre, es decir, dar desinteresadamente, sin esperar ni desear nada a cambio.

Entonces, has huecos en tu vida que el Padre se encargará de llenarlos, pues al fin y al cabo, tú te lo mereces.

 

El leal a Dios es Noajida.

Pd: Mi internet no anda muy bien que digamos, por eso la falta de imagen en el texto. Pero espero sepan apreciar el contenido y llevarlo a la práctica, eso es lo importante. Gracias!

 

 

¿Sólo Siete?

La pasión de las “buenas intenciones” que llevan al desastre nos acompaña desde que el hombre es hombre.
Cuando Eva asumió que comiendo del fruto prohibido las cosas serían mejor en adelante, siempre andamos pretendiendo saber más que Dios y terminamos desbarrancando por quebrar los límites.
Te brindaré una breve lista de ejemplos del Tanaj, aparte del ya mencionado.
Casos no faltan, pero para no extenderme ni aburrir me limitaré a dos que supongo son bastante conocidos.

Dios ordenó al rey Saúl que exterminase por completo al pueblo de Amalec, no se debía dejar con vida ni a los animales. Tampoco se podía traer botín de guerra. (Los motivos y explicaciones para tan drástica determinación no son tema para este artículo).
El rey Saúl dejó con vida al más perverso de todos, al propio rey de Amalec llamado Agag. Por si fuera poco, dejó escapar a la joven esposa de Agag, quien estaba embarazada y de cuyo seno saldría años más tarde el asesino y genocida Amán, aquel del relato de Esther.
También a instancias de las quejas del pueblo que lo siguió a la batalla trajo buen ganado.
Ambas cosas estaban prohibidas por el directo mandato de Dios dado a Saúl por intermedio del profeta Samuel.
Sin embargo, al regresar de la guerra el rey dice –honestamente- al profeta: "¡El Eterno te bendiga! He cumplido la palabra del Eterno." (1 Shemuel / I Samuel 15:13).
Sí, se presenta en nombre de Dios. Bendice en Su nombre. Dice haber cumplido Su mandato. Honestamente lo dice… ¿no?
Pero es evidente que no ha hecho lo que Dios ha mandado.
Sino que sus acciones fueron negativas, muy negativas.
Así se lo hace notar drásticamente el profeta, el que incluso le anuncia que Dios le ha quitado el cetro del reino y le fue entregado a otro. ¿Por qué? Porque Saúl no era apto, no era leal, no era un buen rey. Era un “buen tipo”, lleno de “buenas intenciones”, pero sin la adecuada fidelidad a cumplir con lo que debía cumplir.
Él añadió porque quiso, porque lo presionaron, porque lo engañaron, porque se dejó manipular, porque era débil emocionalmente, porque quería hacer algo más de lo mandatado pero en honor a Dios.
El resultado fue el fracaso personal, el descalabro familiar, la ruptura de Israel y eventualmente provocaría la amenaza casi cumplida de la desaparición del pueblo judío por medio de Amán, el descendiente de Agag que sobrevivió a pesar de que Dios había dicho que ninguno de Amalec viviera.
Sí, buenas intenciones tenía el rey, buenas excusas se inventó, muy “religioso” pretendía ser a pesar de contradecir a Dios, porque él dijo: "El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Eterno tu Elokim." (1 Shemuel / I Samuel 15:15).
Oh sí, el era religioso, no era culpable de nada, eran los demás los que hacían mal. Él tenía intenciones muy religiosas, quería elevar buenos sacrificios en honor a Dios, al mismo Dios que le había ordenado que no trajera esos animales, que nada quería de allí… pero Saúl pretendía saber mejor que Dios lo que era bueno.
Añadió al mandamiento de Dios, con la excusa de que era para mejor servir a Dios.
La clara respuesta de Dios fue: "Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, Él también te ha desechado a ti, para que no seas rey." (1 Shemuel / I Samuel 15:23).
Así es, las buenas intenciones no cuentan cuando se hacen traspasando los límites impuestos por Dios.
El religioso, ese que añade lo que nadie le exige ni quiere, termina por despreciar a Dios, de tanto que dice amarlo.
Eso pasa tan a menudo, a cada rato.
Aunque no lo creas, la mayoría de los idólatras no están en ese estado de carcoma espiritual a causa de la rebeldía y oposición a Dios, sino porque de tanto “amar” a Dios sin conocimiento cabal y sin educación para dominar a sus EGOs, terminan andando por la senda de la derrota, del mal, de la enajenación, de la negación de Dios.
¡Terrible! Cierto.
Recuerda, la religión nace cuando se carece de sentido de lo espiritual.
¿Te pasa a ti?

Otro ejemplo de las santas escrituras del pueblo judío.
El profeta Jonás fue enviado por Dios a la gran ciudad para advertirles de que si no se arrepentían de su mal proceder, Él los destruiría pronto.
El profeta por varios motivos prefirió desoír a Dios (tampoco son tema de este estudio, así que no los pidas encontrar aquí).
Sin embargo Dios forzó al profeta a cumplir con su misión.
La gente de Nínive se arrepintió, el espantoso castigo no fue enviado, miles se salvaron del desastre gracias a la poco simpática intervención del profeta.
Éste, en vez de celebrar que miles no murieron, se enfadó.
En lugar de festejar que por un instante muchos gentiles encontraron el camino correcto al Eterno, el noajismo, se ofuscó.
El profeta se enojó muchísimo con… Dios.
¿Por qué?
Él mismo lo dice: "Porque sabía que Tú eres un Elokim clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal. Ahora, oh Eterno, por favor, quítame la vida, porque mejor sería mi muerte que mi vida." (Ioná / Jonás 4:2-3).
¿No te parece increíble?
A Jonás le molesta que Dios sea compasivo, que perdone, que no castigue al que se arrepiente, que tenga piedad del pecador –incluso aunque no crea en Él-.
¿Cómo se atreve Dios a actuar de esa manera tan bondadosa?
Tal sería la queja amarga del profeta.
Para vivir de esta manera, mejor la muerte, confiesa el profeta.
¿De qué vale una vida cuando Dios es misericordioso hasta con pecadores, que ni siquiera llegan a creer en Él, pero se arrepienten de la maldad que hicieron y prometen no volver a cometerla?
Para vivir así, mejor morir… ¿te parece amigo lector?
Yo creo que no, pero bueno… de esta clase de religiosos abunda el mundo. Los fanáticos religiosos, que nuevamente por carecer de sentido espiritual se enfrascan en teología, rituales, dogmas, extremismo, odio… desprecian al hombre, desprecian a Dios.
Jonás tenía “buenas intenciones”, no hacia el prójimo gentil, pero sí hacia Dios. Al menos eso era lo que él creía.
Para él era indispensable que esos malvados gentiles tuvieran fe en Dios, e incluso que fueran sacrificados, ¡aunque hubieran comprometido su honor a no volver a maltratar al prójimo!… con tal de que Dios fuera alabado y adorado por todos los demás, tal y como Jonás tenía en mente que debía ser.
Sus buenas intenciones, su religiosidad, le nubló el entendimiento, le oscureció el corazón, le llevó al fracaso.
Con ironías muy finas el relato del libro nos demuestra que a Dios en poco agrado ese extremismo, ese dogmatismo, esa religiosidad.
Dios prefirió el sincero arrepentimiento, aunque motivado por el miedo a la destrucción, de los idólatras de Nínive antes que el cuadrado fervor religioso del profeta.
Recuerda, la religión adora ídolos –aunque lo llamen Dios, el de Israel, el único-; la espiritualidad conecta con Dios.
¿Qué es lo que haces tú?

Ejemplos, podemos seguir mentando, pero hasta aquí por hoy.

En nuestra época, ¿qué pasa con los noájidas que sienten que “deben” bucear en Torá, enroscarse en supuesta Kabbalah (porque a la verdadera te aseguro que ni siquiera la rozarán) y fraguados “centros” cabalisteros, judaísmo en varios sabores y colores, sectas jasideas, supuestas conversiones al judaísmo, ponerse nombres en hebreo o algo que suena parecido, en refunfuñar para añadir mandamientos “de la Torá” a los Siete que ciertamente ha dado Dios para los noájidas?
Esos noájidas que bailotean y saltan de sitio web en portal judío o que parezca tal, que ponen candelabros y estrellas en sus perfiles personales, que compran libritos y libretes, que se inscriben en cursos y seminarios, que se la pasan mensajeando noticias de Israel o de rabinzagos aquí y allá, que repiten como lelos lo que rabinos o gente que se hace pasar por tal predican… ¿qué vacío emocional y corruptela mental tratan de llenar con estas buenas intenciones plagadas de ignorancia supina?
(Sí, los que estamos estudiando sabemos que es el EGO lo que se encuentra por detrás, pero no nos quedemos con la respuesta simple y cierta. Indaguemos un poco más.)
¿No siguen el mismo patrón de los bien intencionados que a lomos de la ignorancia acarrean el desastre?

¿Quien se anima a continuar este artículo?

No a la religión

La religión es la subversión de la espiritualidad.

¿Subversión?
¿Qué es eso?
¿Acaso una versión minimalista o inferior de algo?
¿Quiere decir que la religión es como una versión mínima, básica, de la espiritualidad?

¡Ciertamente NO!
La idea es que la religión es lo que mina, socava, destruye, corrompe la espiritualidad.

El diccionario nos dice:

f. Inversión,desestabilización o revolución de lo establecido.
(Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe)

Interesante, al menos así lo veo yo.

Pero… ¿será cierta esta apreciación?
¿Tú también consideras que la religión invierte, desestabiliza, revoluciona, demuele, afea, perjudica lo espiritual?

Veamos.

¿Qué es religión?

El mismo diccionario que consultamos anteriormente nos trae:

  • f. Conjunto de dogmas,normas y prácticas relativas a una divinidad.
  • Cada una de las diferentes doctrinas según dichas creencias.

A lo cual podemos añadir la visión a partir de la etimología de la palabra, para descubrir qué significa en su origen:

  • Los que indican que en latín re-ligare es “volver a atar, volver a vincular”.
  • Los que expresan que re-ligare es “atar fuertemente a alguna deidad por medio de manipularla con rituales preestablecidos”.

Ambas ideas son absolutamente contrarias a lo que es la espiritualidad, y por tanto no tienen relación real  ni con el judaísmo ni con el noajismo.
En nuestro saber no existe un corte del lazo que vincula a Dios con el hombre. Nunca jamás esa esencia espiritual divina que hace parte del hombre deja de existir. Nuestro Yo Esencial es nuestro puente constante, sin cortes, sin interrupciones. 
Judaísmo y noajismo NO SON religiones, ni lo pueden ser, aunque muchos por confusión o modismos lingüísticos así las denominen.

Pero, el supuesto corte del lazo sagrado sí está expresado y es sustancial en la fantasía de todas las religiones, particularmente (y la que conocemos más por su vecindad) entre los cristianos en todas sus vertientes (sí también de esos que se hacen pasar por judíos, sea como mesiánicos, netzaritas, notzaritas, ebionitas, sefaraditas renovados, seudo bnei anusim, noájidas creyentes en yeshua-jesús-jebús, entre otras tantas sectas). Para ellos el “pecado original” constituye un quebrantamiento de todo hombre. Todo hombre nace pecador. Todos hemos caído a causa del pecado original. Sin la acción ritual, o sin la fe, según la doctrina, el hombre está abandonado de Dios, está solo, está en pecado, es hijo del infierno, está sin salvación. Por lo cual, necesita la religión, precisa de la fe, es indispensable que se subordine a su “salvador” y a los emisarios del mismo, para que sea “salvo”, para pueda ser un “hijo de Dios”.
Esta patraña nociva, este mito barato, este veneno mortal, es lo que sustenta a la religión. En todo contrapuesto a la espiritualidad. Falsifica la esencia de la persona, sustrae la Presencia de Dios del mundo, instala la necesidad mentirosa de “salvadores” mágicos. Esa tosca manipulación es la religión, todas ellas.

En la otra punta, en las antípodas, en el lado luminoso de la vida, se encuentra el entendimiento y aceptación de la propia identidad espiritual: sea como noájida, sea como judío.
No tenemos que hacer malabarismos, ni manipular, ni amenazar, ni maldecir, ni presionar, ni pactar, ni negociar, ni esclavizarse, para admitir que TODOS somos hijos de Dios, TODOS, sean personas que compartan la “fe verdadera”, o no. Sean que actúan bien o no. Sean amigos o lo contrario.
Para nosotros todos somos hijos de Dios, algunos lo saben y se comportan como tales. Otros lo saben pero se comportan de otra manera. Otros no lo saben ni se comportan como debieran (gentiles al cumplir sus Siete Mandamientos, judíos al cumplir lo que pueden de los 613 mandamientos de la Torá).

Nosotros no andamos enfocados en rituales, ni en manipular a dioses y hombres.
No condenamos a infiernos, no amenazamos con maldiciones, no provocamos el desaliento, no vendemos falsas ilusiones, no damos vacías esperanzas.
Andamos por la vida haciendo el bien y la justicia, tal como se nos ha indicado.

Cuando nos dejamos de alimentar espiritualmente, es que recurrimos a la religión.
Todo aquel que está vacío de espiritualidad, se hace toscamente religioso.
Se fanatiza, el esbirro del EGO, porque se siente desprovisto de la Luz divina.

Por supuesto es un tema muy interesante, pero creo que ha sido suficiente por el día de hoy.
¿Tú que crees?