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¿De dura nuca?

En la lectura de la Torá que corresponde a la nación judía esta semana, el Eterno dice lo siguiente al respecto de los israelitas:

«Yo he visto a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura nuca.»
(Shemot / Éxodo 32:9)

¿Qué podemos aprender de esto?
¿Cuál es la enseñanza para el noájida?

Pues, que más grave que el hecho de haber pecado, es el endurecerse para no enmendar el efecto del error o del pecado.
El Eterno sabe que somos pecadores y falibles, Él nos ha creado así; por tanto, Él admite nuestros errores y limpia nuestras faltas cuando nos arrepentimos.
Tal como ha anunciado el profeta de la verdad:

«Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra Mí; perdonaré todos sus pecados con que pecaron y se rebelaron contra Mí.»
(Irmiá / Jeremías 33:8)

Pero a Él NO agrada el que endurece su nuca, el que niega y reniega de sus acciones negativas, y por eso no se encamina por el buen camino.
A una persona «cabeza dura», que rehúsa el arrepentimiento y la enmienda, le sobrevienen terribles calamidad que ella misma se provoca.
Tal como dice el profeta de la verdad:

«Pero no quisieron escuchar. Más bien, se encogieron de hombros rebeldemente y taparon sus oídos para no oír.
Y endurecieron su corazón como un diamante para no oír la Torá ni las palabras que el Eterno de los Ejércitos enviaba por su espíritu, por medio de los antiguos profetas. Por tanto, se desencadenó la gran ira del Eterno de los Ejércitos.
Aconteció que como llamé y ellos no escucharon, así ellos llamaron y Yo no escuché, dice el Eterno de los Ejércitos.
Más bien, los esparcí con vendaval por todas las naciones que no conocían, y tras ellos la tierra fue desolada hasta no quedar quien fuese ni viniese. Así convirtieron la tierra de las delicias en desolación.’
»
(Zejariá / Zacarías 7:11-14)

Grandes o pequeños pueden ser los errores y/o pecados que cometemos.
Somos personas, y como tales estamos atados a nuestras imperfecciones, bajos deseos, transgresiones. Como bien resumiera el inspirado sabio:

«Ciertamente no hay persona justa en la tierra que haga lo bueno y no peque.»
(Kohelet / Predicador 7:20)

Todo sentimos en nuestro interior esta verdad, todos, con más o menos claridad, llegamos a reconocer que carecemos de perfección para vivir exentos de pecados.
Ante esta realidad, se nos abren a nuestros pies cuatro caminos, cuatro maneras de vivir:

  1. Dedicados a pecar.
    No hacen caso a las advertencias, ordenanzas y consejos de la Torá y los Sabios; pasan sus días dedicados a satisfacer sus anhelos y en la huida constante de sus verdaderos terrores.
    Se saben desahuciados espiritualmente, y como tales ansían la muerte prematura que suponen les dará un poco de serenidad a sus atormentados corazones. Por eso pasan por la vida sin vivirla, son como muertos en vida (aunque quizás gocen de todo tipo de placer físico y material de manera intensa).
    Es como si en lo más profundo de sus mentes se dijeran: «Si no hay remedio, soy pecador, ¿para qué esforzarme? Mejor me dejo hundir en la perdición, en el pecado, en la negación, ¿acaso tengo otra salida?«.
    Este tipo de personas son los miserables, los que dedican su existencia a perjudicar al prójimo y a sí mismos. Son de dura nuca, obstinados en marchar detrás de lo negativo.
  2. Sumidos en fantasías o con estrechez mental.
    Estas personas creen hallar su «salvación» al seguir falsas deidades, al someterse a doctrinas de perdición en ropajes de santidad, al paralizar su pensamiento por convertirse en ovejas de líderes o ilusiones que prometen libertad y solamente entregan esclavitud.
    En lo más íntimo de sus pensamientos, es como si dijeran: «Solo no puedo vencer mis terrores, mi pecados. Necesito de un poder superior que me haga más que vencedor. Quiero sentirme seguro, quiero sentirme pecador pero salvado«.
    Y no se complican criticando estos pensamientos, ni su estilo de vida. No indagan, sino que se someten fanáticamente al «poder» que los encadena. No les importa si es lícito o no, si es verdaderamente salvador o no, lo único que les interesa es huir de sus terrores, y para lograrlo paradójicamente se  adentran muy profundo en sus mismos terrores.
    Estas personas son

    • los creyentes en las religiones del mundo (especialmente los que se hacen llamar «judíos» mesiánicos, netzaritas, etc.)1,
    • los miembros de sectas fanáticas,
    • los que se pierden detrás de adicciones (de pastores, slogans, drogas, alcohol, personas, apuestas, etc.),
    • los que repiten constantemente consignas y versículos, incluso adecuados al contexto, pero que son usados como profunda anestesia para estar aislados del mundo y de su misión en Este Mundo,
    • en definitiva, todos los que para no encarar la realidad viven de fantasía en fantasía (sea cual sea ésta).

    Son muy obstinados, enceguecidos hasta grados imposibles de creer, y con gran dificultad reconocen que andan perplejos y descarriados, y que debieran cambiar su estilo de vida.

  3. Hundidos en la des-esperanza.
    Se sienten malos, y lo más probable es que nunca hayan hecho algo grave. Consideran que su mejoramiento se obtendrá solamente a base de intensos castigos, sacrificios dolorosos, privaciones, estrictas limitaciones. La tristeza es su compañera de todas las horas, el desánimo es el estilo con el cual afrontan sus días.
    Se sienten malos, pero no por eso se dedican a actuar con malicia, perciben que eso no es correcto.
    Se sienten presos de su vida, pero no por eso huyen hacia la fantasía o el fanatismo, perciben que allí no hay libertad.
    Sienten que hay una salida a sus pesares, pero también sienten que es muy terrible el precio que deben pagar por esta solución y por eso ni la intentan.
    Así engañados por sus «sentires», pasan por la vida sin vivirla.
    También son de «dura nuca», pues mantienen la rigidez de su existencia, tiesos y sin paz.
  4. Viven en verdad.
    Estas personas son las que claman desde sus entrañas:

«Señor, escucha mi voz; estén atentos Tus oídos a la voz de mi súplica.
Oh Eterno, si tienes presente los pecados, ¿quién podrá mantenerse en pie?
Pero en Ti hay perdón, para que Seas reverenciado.
Yo espero en el Eterno; mi alma espera. En Su palabra
(Torá) he puesto mi esperanza.»
(Tehilim / Salmos 130:2-5)

Son personas que viven con verdad, justicia y bondad.
Saben que pecan y que se equivocan, pero no por eso se consideran «pecadores», ni se creen merecedores de castigos infernales. Saben que el Eterno es Juez y Padre, y que Él quiere el arrepentimiento del pecador, no su destrucción. Por eso se arrepienten sinceramente cuando corresponde, piden perdón al prójimo y al Eterno; no se sienten sucios ni avergonzados eternamente cuando deben reconocer sus faltas y pedir perdón.
Como enseñó el rabí Simja Zissel: «Cuando uno es flexible, tiene la capacidad para arrepentirse y enmendarse de sus errores, y cambiar para bien».
No fantasean con ideas falsas y nocivas tales como «la sangre de Jesús me limpia», ni tienen lemas tales como «haré el mal antes de que alguien me lo haga», ni constantemente penan sin hallar respuesta.
¡Muy por el contrario!
Son personas que saben sacar el buen jugo a cada momento: gozan en el momento del gozo, lloran en el momento del llanto, descansan en el tiempo del reposo, bregan en el tiempo del esfuerzo, etc.
No temen vivir, en cada instante tal como éste se presente, pues aman la vida.
No temen a vivir, y por eso son los verdaderos constructores del Shalom.

Para ir concluyendo por hoy, recordemos el proverbio del sabio:

«La persona que al ser reprendida endurece la nuca, de repente será quebrantada, y para ella no habrá remedio.»
(Mishlei / Proverbios 29:1)

Recuerda esta enseñanza mientras meditas en cual de las cuatro tipos maneras de vivir te encuentras tú habitualmente.

¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco
Notas:

1- Como mencioné en el comentario de la semana pasada, hay muchos malvados que se adueñan de las mentes y corazones de «fantaseadores», y les venden ilusiones de perfección, de amor, de identidad, de ligadura con Dios. En verdad estos malvados timadores solamente ansían poder y riquezas, y no tienen interés alguno en el bienestar de «sus ovejas». Son los «narcotraficantes de la fe». Tienen verdaderos imperios de producción, distribución y venta de sus poderosas drogas (dogmas, libros, cds, videos, amuletos, objetos rituales, etc.). Estas drogas son poderosas, pues atacan con violencia mentes, corazones, familias, etc. Y vienen en envoltorios de santidad, haciéndose pasar por méritos y bondad. De las drogas espirituales más nefastas que existen en la actualidad, podemos mencionar entre otras a los que dicen ser judíos pero no lo son y aman a Jesús (lo crean dios, Mesías, o rabino), que desde la base engañan a los que consumen sus ideas. Les mienten diciéndoles que ustedes son judíos (mesiánicos o con otras denominaciones falsas como ésta), les obligan a hacer actos reñidos con la Voluntad del Eterno pero ellos afirman que son enviados de Dios. Sus prédicas son drogas nefastas, que atacan y no brindan factor positivo. Por lo que les recomiendo, con todo mi cariño y aprecio, que si están infectadas sus vidas con estas «drogas de la fe», pidan asistencia a verdaderos maestros y rabinos, gente que en verdad está comprometida con la Torá y con el crecimiento integral de la persona.
Dejen de lado a esos «narcotraficantes de la fe» que ustedes llaman «pastor», «jajam», «pakid», «moré», «rabí», pero que en verdad no son más que avispados comerciantes de la «fe»; pues estas personas solamente aman sus bolsillos, sus carteras, y todo lo que ustedes les puedan dar para que ellos acrecienten su poder terrenal. Mientras tanto, ustedes están con sus almas debilitadas, con sus lazos familiares rotos, con sus vidas truncadas, y para peor con su relación con Dios manchada y corrompida.
No sean obstinados, no endurezcan su cerviz, si se dan cuenta de que están viviendo en la fantasía creada por un miserable, ¡están a tiempo de volver al buen camino! ¡Vuelvan al camino de la Luz!
Si solamente tienen una pequeña duda, aunque sea pequeñita, no dejen de indagar en la VERDADERA TORÁ, pues el feo producto de los «narcotraficantes de la fe» no resiste la mínima confrontación con la Luz de la Torá.
Anímense mis queridos, vengan al camino de la Luz. El Padre los espera de este lado… lejos de los pordioseros que corrompen la verdad.

Respuesta a un ateo

gyrating quasarExistencia de un Ser Supremo, la respuesta a los ateos

La responsabilidad que lleva el contribuir a forjar un destino que nos lleve a todos por buenas lides es grande y requiere de mucha atención y sobre todo la petición de sabiduría al Eterno para que nos ayude e ilumine para saber acerca de qué escribir. Curiosamente hoy por la tarde un conocido que está en el área gris entre el ateísmo y la idolatría me preguntó si yo creía en un ser superior y le contesté que sí. Cuando le repliqué a su pregunta el me dijo que no estaba muy seguro en que creer y que se denominaba agnóstico y que tanto él como su novia eran de corte agnóstico.

Me hizo una pregunta acerca de mis creencias y yo le respondí que en algún momento de mi vida yo también fui ateo y creía en las palabras que decía Víctor Hugo en Los Miserables acerca de aquéllos que creían en Di-s. El me preguntó, entonces ¿cómo es que dejaste tus creencias ateas y ahora crees en un ser supremo? Yo le respondí que fue muy fácil. Después de una serie de infortunios que ocurrieron a raíz de malas decisiones donde perdí todo lo que tenía decidí buscar en la Ciencia las respuestas a mis problemas existenciales.

Siempre he utilizado el medio escrito para reflexionar acerca de ciertas situaciones que se me presentan y opté por escribir un libro que diera sustento a mi tesis ateísta pero cuál fue mi sorpresa que al adoptar el método científico para demostrar la inexistencia de un ser supremo me llevó a una encrucijada porque me di cuenta que no podía dejar de probar la existencia de un ser supremo pero tampoco la podía probar y esa disonancia en la supuesta lógica aunada a los estudios en la universidad me llevaron a encontrar nuevos paradigmas.

Ante tal incertidumbre de haber encontrado un obstáculo magnánimo en mi empresa se me ocurrió investigar más acerca del origen de las cosas. Una serie de sucesos me llevaron a encontrar verdades que eran irrefutables y que no podían ser debatidas. El golpe que sufrió mi EGO fue fuerte y me costó aceptar la verdad. Porque lejos de ser este un mundo antropocentrista en cuanto a la posibilidad de todos y cada uno de nosotros de controlar todos y cada uno de los fenómenos que se dan a nuestro alrededor, me di cuenta que había un cierto grado de aleatoriedad que en ese momento no lograba entender pero que no obstante mi falta de entendimiento, dicha aleatoriedad existía, negarla habría sido contrafáctico.

Una cosa llevó a la otra y finalmente me di cuenta que mi inhabilidad para demostrar la inexistencia de un ser supremo estaba presente y latente, había perdido. Como siempre no faltó más de un oportunista que viendo mi predicamento me ofreciera disque-panaceas que iban desde filósofos chinos, falsas deidades hindúes, colgados y falsos profetas envenenados, lo cual no quiere decir que me uniera a ellos pero sí analicé las distintas posibilidades que me presentaron. Cuanto más investigaba acerca de las varias religiones más me daba cuenta que había congruencias, como si una copiara a la otra. Hasta llegué a creer que quizás el conocimiento estaba distribuido en llaves a través de todas y cada una de ellas.

Finalmente una serie de hechos duros me hicieron buscar ayuda y encontré ayuda en el pueblo judío que me dio consejo. Inclusive fue tanta mi admiración y mi ahínco por formar parte de la sagrada nación que busqué convertirme, sin embargo en esos días en que iba a comenzar el proceso de conversión por la rama Reformista decidí buscar más información acerca del judaísmo y su punto de vista acerca de los gentiles y encontré Fulvida. Me llamó la atención la sinceridad del Moré y cómo era que contestaba a las preguntas sin tapujos, diciendo las cosas como son y eso me gustó aunque al principio no comprendía bien esto de la identidad espiritual noájida porque no lograba entender que ser un noájida era ser un gentil justo, que de hecho, fue lo primero que mi patrocinador judío me dijo cuando consideré convertirme y recordé las palabras que dijo el pueblo judío de que primero harán y luego preguntarán. Así que se hizo evidente que era necesario aceptar ciertas premisas básicas para poder encontrarme a mí mismo a pesar de no comprenderlas o no estar de acuerdo con ellas. Lo primero que tenía que hacer era aceptar la existencia de un ser supremo como único pero aún así quedaban dudas acerca de la intervención divina en todas y cada una de las actividades que realizamos.

Y aquí ese conocido y yo encontramos un punto de convergencia porque entiendo lo que él y otros que están y han estado en nuestra misma posición pasan. Desde el Renacimiento y a través de la Revolución Francesa hasta las publicaciones Marxistas y demás se ha venido dando un apartamiento de las nociones teológicas y principalmente del concepto monoteísta para ser remplazadas con “creencias inorgánicas” donde los efectos fenoménicos universales son considerados como sucesos que ocurren en el tiempo y en el espacio producto de la actividad mecánica. Sin embargo esta postura que es la piedra angular del ateo presenta un grave orificio en su base y es que aún así no logra probar cómo es que esa actividad inorgánica se da.

Al existir un grave problema en cuanto a la tesis o las tesis adoptadas por los negadores de la existencia de un ser supremo, no es posible, racionalmente hablando que se pueda sustentar y mucho menos adoptar una actitud positiva hacia la negación de un ser supremo.

Por otro parte y dando sustento a la postura de la aceptación de un ser supremo tenemos al pueblo judío que ha demostrado mantenerse firme y poseer un je ne sais quoi que les permite salir adelante. Por ejemplo, la guerra de Yom Kippur fue uno de los actos más viles y despiadados aparte de cobardes que realizaran en contra de Israel y sin embargo Israel se levantó y ganó esa batalla. En la Segunda Guerra mundial la batalla del gueto de Varsovia fue un hito por lo aguerrida que fue. Pero quizás el hecho que me hizo ver la santidad del pueblo judío fue la interpretación analógica que dice que todo lo que es bueno para uno usualmente no es aceptado o deseado. Pondré un ejemplo típico. ¿Qué es más saludable, ir a un restaurante de comida rápida o comer una ensalada de lechuga? Obviamente la ensalada de lechuga es la respuesta pero la mayoría de la gente prefiere la comida rápida a pesar de lo nociva que es este tipo de comida. No nos gusta hacer ejercicio porque es más fácil emperezarnos y ver la televisión que salir a correr un rato. Y cuando se trata de ejercicio espiritual es mejor no hacer nada que hacer y cuando alguien viene y nos dice que en realidad el ejercicio espiritual es acción y no omisión entonces no nos gusta y si le aunamos el hecho de que ese ejercicio espiritual implica adoptar una conducta monoteísta que menoscaba la esfera de poder de la camarilla de turno y por ende de intereses adoctrinados en las mentes de las masas para el control masivo y avance de las ambiciones de los inescrupulosos, entonces tenemos la persecución de personas inocentes.

Pero el hecho que nos neguemos a aceptar la verdad no elimina esa verdad, es lo que se conoce como contrafacticidad, así que una postura atea negadora de verdades que están ahí y que son evidentes es contrafáctico y por ende falaz. Discúlpenme si me he extendido en este comentario pero no es posible llegar a una conclusión lógica sin antes presentar las premisas que dan sustento al comentario final.

Por tanto tenemos en primer lugar que la existencia o inexistencia de un ser supremo no puede ser probada pero tampoco se puede desprobar lo cual da origen a la duda. A partir de esa duda podemos tomar dos caminos, uno que lleve a aceptar la existencia o inexistencia o por el contrario que niegue la inexistencia o acepte la inexistencia, esto como primera premisa. En segundo lugar tenemos hechos que evidencian un distingo propio de la nación judía y que nada tienen que ver con lo que nosotros comúnmente llamáramos justificación lógica porque lógicamente hablando los árabes debieron de haber ganado las guerras del sesenta y siete y la de Yom Kippur por su aparente superioridad militar y logística, lógicamente hablando no es posible ver cómo es que países donde ha habido migración judía han alcanzado prosperidad o al menos un estilo de vida superior a la media y que beneficia a todos, idólatras, ateos o monoteístas.

Quizás es por eso que se da la persecución del pueblo judío, porque a la gente no le gusta oír la verdad. Es mejor la comodidad de la vagancia y de la pereza que el levantarse y trabajar. Tenemos una cultura que rinde pleitesía al ocio y a la holgazanería aunque de modo solapado, porque trabajamos y trabajamos para supuestamente procurarnos bienes y servicios que nos brinden comodidad y descanso cuando en realidad lo único que hacemos es crear una paradoja. Al final del día nos vemos al espejo y nos damos cuenta cuán vacíos estamos.

Pero si vemos a las leyes noájidas, de primera entrada no tienen sentido porque nuestro sobre-expandido EGO no puede aceptar la sumisión y la servidumbre a un ser cuya existencia no podemos probar ni desprobar, especialmente cuando se nos hace creer que somos seres destinados a convertirnos en millonarios y estrellas de cine que es lo que la «farsándula» quiere hacernos creer. La verdad es que somos tan ignorantes que ni siquiera sabemos lo que queremos.

Así que amigo y amiga ateo y atea, no te voy a andar con rodeos, en el momento que aceptes la verdad de las cosas no vas a encontrar un camino fácil, muy por el contrario es empinado y lleno de vacíos y precipicios y gente dispuesta a empujarte al abismo. Lo que sí te puede decir es que hay personas que están dispuestas a ayudarte a que salgas del abismo antitético como lo es la negación de la existencia del Eterno y que a pesar de lo empinado, sinuoso y peligroso que te pueda parecer, lo cierto es que tu sobre-expandido EGO te miente en tu propia cara, porque en realidad ese empinamiento, precipicios y sinuosidad que vez no es más que la elevación de tu espíritu que ve tus antiguas banalidades como precipicios y la sinuosidad es la flexibilidad que adquieres con la tolerancia y amor por tu prójimo.

No te voy a dar la típica charla religiosa , más bien voy a apelar a tu raciocinio y a tu intelecto para que seas tu quien analice las cosas y tome las decisiones del caso. Sólo recuerda que la lógica es premisas y que si la premisa mayor es falsa entonces la conclusión es falaz. No busques un acercamiento hegeliano que de nada te va a servir, mejor busca encontrarte a ti mismo o a ti misma y decide si quieres seguir viviendo en el vacío e infelicidad que tienes o si quieres darle oportunidad a algo que cambiará tu vida para siempre pero tampoco apeles a la lógica porque de nada te va a servir sino hasta cuando aceptes la verdad, por eso primero haremos y luego preguntaremos porque la voluntad del Eterno no se cuestiona solamente se hace. Las preguntas vienen después.

Que El Eterno bendiga al pueblo de Israel y a los judíos para que sigan trayendo luz al mundo y que bendiga a aquellos que legítimamente buscan traer paz y armonía al mundo.

Conciencia espiritual, la conexión

Uno de los fundamentos para nuestro equilibrio es lograr un estado de conexión (consigo mismo, con el prójimo, con el mundo, con Dios).
Tal es la función primordial de nuestra dimensión espiritual: servir de nexo con el universo y con el Eterno.
Las mitzvot, los preceptos, son los eslabones que construyen y sostienen esta conexión.
Recordemos que mitzvá está íntimamente asociada con las voces tzav y tzevet, es decir ordenanza y grupo.
Es su doble faceta, son mandamientos pero al mismo tiempo son mecanismos de conectividad estipulados por Dios para el hombre.
Cada uno de los Siete Mandamientos Fundamentales para los gentiles, como los 613 de los judíos, sirven para establecer, sostener y vitalizar nuestra conexión con la Realidad.
Al cumplir mandamientos NO se está complaciendo a Dios en alguna necesidad “personal” de Él, sino haciendo un gran favor a nuestro ser y a la creación entera.
Nos estamos nutriendo, estamos perfeccionando nuestro ser, adquiriendo placer para la eternidad, conectando nuestro espíritu con el manantial multidimensional de espíritus y con la Fuente de toda vida.

Pero, nuestra vida encarnada en nuestro existencia terrena padece de muchas “necesidades” diferentes, en sus varias dimensiones del ser.
Alimentación, nutrición, cobijo, resguardo, seguridad, empleo, vivienda, cónyuges, sentido de vida, cariño, curiosidad, amistad, puedes tú añadir ítems a esta lista, incluyendo lo que te resulten necesidades, desde las prioritarias y esenciales hasta las derivadas de la moda, el placer vacío, la necedad, etc.

Lo cierto es que en nuestro mundo cada vez estamos más atareados, como los sistemas operativos de computadoras, tenemos que abrir varias ventanas y ejecutar diversos programas al mismo tiempo.
Como esos sistemas operativos, cada vez consumimos más recursos, cada vez nos resulta indispensable sumar más aparatitos, complementos, funciones que llenan el ojo.
Todos queremos ser Windows 7, el último Linux, el mejor Mac Os X, etc..
Nos parece común correr, no tener tiempo para uno mismo, menos para los hijos, aunque todo sea hecho en nombre de los hijos o del propio crecimiento en esa escala de valores tan “modernosa” en que vale la persona según lo que ostenta que posee.

Y en esa agitación, parece que hay una escasez de personas a quien recurrir para el contacto verdadero.
Estamos tan conectados a los juguetes electrónicos, que nos estamos desconectando del prójimo, del mundo, de Dios, de nuestro propio ser.
Ni siquiera tenemos conciencia de quien somos en realidad (pero, eso no se lo achaquemos al modo moderno de vida, es un error que carga la humanidad desde Adam y Javá hasta aquí).
Tanto consumismo, palabrería, mística, religiosidad de feria, chismerío de Facebook, agitación sin sentido de trascendencia, etc. no son más que las excusas novedosas para el mismo drama de la humanidad de todas las épocas.
Escapamos de nuestra esencia, con mil excusas, pero que todas apuntan a lo mismo: escapamos de nuestra esencia.
Nos desconocemos, nos rechazamos, nos alejamos del prójimo, inventamos religiones y místicas, abusamos de los recursos, encontramos empleos que nos sirvan como anestésico a nuestros problemas familiares, nos hundimos en toda clase de adicciones, nos negamos a la conciencia, nos vetamos a la conexión.

Ahora, unas líneas para revertir esta situación, para crecer en la escalera del éxito verdadero.

1- Es necesario hacer un alto.
Comenzar a percibirnos.
A darnos cuenta de cómo hemos estado viviendo para que descubramos cual es la realidad carcelaria que hemos ayudado a construir.

En la percepción de nuestro ser, desde los detalles que nos pasan desapercibidos hasta las grandes estructuras que nos envuelven por dentro y por fuera, en esa percepción estamos caminando hacia la conciencia espiritual que nos abre la conciencia multidimensional.
Puede resultar tan básico que algunos lo consideran tonto.
Detenerse a oír, a oler, a saborear, a palpar, a ver pero de manera alternativa a la habitual.
¿Sabes cuántas percepciones te estás perdiendo en este mismo momento?
Es todo un ejercicio para realizar, descubrir y descubrir tu ser en el Ser.

2- Tomemos un momento del día, de cada día, para introducirnos en nuestro ser.
Es uno de los méritos de la tefilá, la plegaria.
Están todos los otros detalles y fundamentos del rezo (para los judíos, codificados y explicados con detalles en nuestra Tradición Santa).
Pero está también la profundidad del espíritu en su función de conectividad, más allá de las palabras, de los gestos, de los rituales.
Otros lo pueden llamar meditación, o como le quieran decir, pero la idea fundamental es la misma, conectarse, amplificar la conciencia.
Darse ese lapso diario para desenvolver nuestro ser, descubrir nuestro lugar, incrementar nuestros nexos, comunicarnos con Dios.

3- Está el vivir en el aquí y ahora como otro utensilio para despertar la conciencia espiritual.
Relajar nuestra fantasías de omnipotencia, despreocuparnos por tiempos que no existen, ser uno “aquí ahora”, como Dios mismo se denomino “soy el que Soy”. En un presente perpetuo, que no es hostigado por recuerdos ni fantasías, que se asienta en la línea del tiempo pero que no se bambolea en ella.

4- Cuando estés  con alguien, debieras preguntarte y responderte con cabal sinceridad:
          1) ¿Qué puedo aprender de esta persona?
          2) ¿Qué le puedo dar desinteresadamente a esta persona?

Toda persona tiene conocimientos, ideas y perspectivas que nosotros no poseemos.
Hasta cuando el otro no quiere compartir, está compartiendo.
Incluso cuando su conducta es defectuosa y sus creencias acérrimas enemigas de la Luz, también se puede aprender algo de personas así (quizás lo positivo en lo negativo, o lo positivo en contraste con lo negativo).
Cuando escuchamos, percibimos con conciencia espiritual, entonces no solamente conversamos, sino aprendemos y construimos una conexión, es decir, damos energía a nuestra dimensión espiritual y de paso podemos servir de Luz al otro.

Por su parte, el DAR es un generador de gran conexión.

5- Cree nuevos hábitos, positivos.
       1) Sea siempre simple.
       2) No tema a introducir los pequeños ajustes necesarios. El temor es una excusa.
       3) Ejercite con constancia, nadie se hace experto por hacer algo una vez o un mes.
       4) Proponga la meta que quiere alcanzar, téngala clara, verbalícela, dibújela en su mente, repítala en voz alta.

6- Trate a diario de conectarse con otra persona, sea conocida o no.
Una vez por semana, por ejemplo, puede invitar a gente a su casa, a compartir una rica comida y una mejor conversación.
Hay tanto para dar, a bajo costo incluso, y tanto tesoro para recibir sin egoísmo.

Amigo querido, que pase un bonito día.
Que nuestra conexión se fortalezca para construir un mejor shalom.

¿Cómo irás al paraíso si no tienes fe?

¿Es la fe en algún sujeto o ser lo que te permite alcanzar tu plenitud espiritual (multidimensional)?
O, yendo un poco más lejos, ¿es la fe en dios el requisito para colmar de plenitud y bendición, de eternidad y placer, tu vida?

Veamos lo que Dios tiene para responder.
Él dijo, y Su Palabra no cambia:

"Si andáis según mis estatutos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos por obra…" ((

" (VAI. 26:3) ‘Si andáis según mis estatutos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos por obra,
(4) os mandaré la lluvia a su tiempo. La tierra dará sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.
(5) Vuestra trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra. Comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra.
(6) Daré paz en la tierra; dormiréis, y no habrá quien os espante. Haré desaparecer las fieras dañinas de vuestra tierra, y la espada no pasará por vuestro país.
(7) Perseguiréis a vuestros enemigos, quienes caerán a espada delante de vosotros.
(8) Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros enemigos caerán a espada ante vosotros.
(9) Me volveré hacia vosotros, os haré fecundos y os multiplicaré; y confirmaré mi pacto con vosotros.
(10) Comeréis de la cosecha añeja y sólo sacaréis la añeja para meter la nueva.
(11) ‘Yo pondré mi morada entre vosotros, y mi alma no os abominará.
(12) Andaré entre vosotros y seré vuestro Elokim, y vosotros seréis mi pueblo."
Bejukotai [Torá] , en VAIKRA 26:3, hasta 27:34 (Español).
Notemos que este pasaje está dirigido específicamente a los hijos de la nación judía, pero en su esencia del mecanismo de compensación por el cumplimiento de los mandamientos, se aplica por completo también para los noájidas. ))
(Vaikrá / Levítico 26:3)

Sigue una larga lista de beneficios y bendiciones.
Como sabemos, la Torá no habla del mundo venidero en forma explícita, no menciona el más allá, ni se preocupa de la vida luego de la muerte, ni de “la salvación”.
Busca, y sigue buscando, no hagas trampas al solitario ni pretendas ver lo que no está, y confirmarás junto a mí que es así: la Torá se centra en este mundo, nos habla de la espiritualidad en su inserción en el mundo, de cómo vivir aquí, de lo qué hacer y no hacer, y se queda en silencio acerca de la metafísica, de lo que no pertenece directamente a este mundo. 
Se dedica a tratar, en forma explícita, el “más acá”, la buena vida en este mundo, los correctos modos de proceder consigo mismo, con el prójimo, con la creación; por varios motivos, en particular porque es nuestra acción aquí lo único objetivo y mensurable y lo único que adquiere la porción de placer en la eternidad.
Es andar según los mandamientos de Dios, los que corresponde a cada uno,
es guardar sus mandamientos sin dejar que se pierda o confundan,
es poner por obra, no por fe, no por hacer lo que a uno le parece.
Entonces se obtienen ganancias de todo tipo en esta realidad
y por consiguiente una amplia gama de placer es acumulado para su deleite eterno en el mundo de la verdad.
¿No es bello?
Dios tiene un manantial perpetuo de placer para ti,
de bienes de todo tipo,
y tú solamente tienes que abrir las puertas y ventanas correctas
para ser sumergido en un océano de placer y bienestar.
Dios hace su parte,
te toca a ti hacer la tuya.

Así pues, no hay fe que valga cuando las obras no existen, son pocas o contrarias a la senda marcada por el Padre Celestial.
Puedes estar, según tu fantasía, ardiendo de amor por Dios, llevar a Dios en tus medallitas y disparar la palabra Dios cada dos o tres “amén hermano”, pero estás carente de Dios y dándole la espalda cuando no vives de acuerdo al plan que Él te ha diseñado.

No hay excusas que valgan cuando la enseñanza y el dictado es tan simple, tan claro, tan sin medias tintas, tan falto de complicaciones y manipulaciones.
¿Quieres la bendición, la satisfacción, la plenitud, el bien que está lloviendo constantemente para ti? Lo tienes ahí, ¡solamente abre la mano!
Pero, cuidado, no la abras para recoger lo que aún no te pertenece.
Primero la has de abrir para hacer lo que tienes que hacer, según Dios manda y se deriva de tus mandamientos correspondientes.
Luego, estás habilitado para ser un príncipe que disfruta de los bienes inmejorables del palacio del Padre.

Yo sé, ya me lo contaron, muchos de ustedes han debido sufrir las doctrinas aquellas que te decían que te irías sí o sí al infierno si no tenías fe en Jesús.
Te sabes de memoria, y te aterrorizas cuando lo recuerdas, que según dicen el señor de la cruz condenó a quienes lo negaron a ser negados por él ante Dios.
También te aterra rememorar aquello de que el único camino, la única verdad y única vida es a través de la fe en este personaje.

Te tengo buenas noticias.
Dios dice algo completamente diferente.
¡Alabado sea Él!
Dios, el que es Uno y Único, anda desplegando su misericordia por todos lados, Él te asegura la “salvación” aunque ni siquiera Le conozcas.
Tú debes vivir con dignidad, actuando con bien y justicia, siendo humilde.
Ya con eso tienes asegurado un lugar de privilegio en el palacio celestial.
Luego, si añades lealtad, esmero en crecer en todas tus dimensiones de acuerdo a tus capacidades, bueno, mucho mejor.

Dios, el verdadero, es un Dios de vida y no de muerte.
Es un Padre/Madre para todos y no un ejecutivo sádico en un exclusivo club para VIPs.

Así pues, amigo querido, si te han esclavizado con la mentira de la fe,
lánzate a la piscina del palacio del Padre,
tiene buena agua,
agua de vida,
las aguas que caen desde la fuente Celestial y colman los rincones del alma,
llegarás bien,
serás bien recibido,
disfrutarás,
serás libre,
gozarás de la bendición en este mundo, y 100% seguro en la eternidad.

¿Me acompañas o te quedas allí, en tu pequeñita celda mental?

O… ¿acaso te aterra disfrutar?
Pues, no son pocos los que han sido adoctrinados a temer al placer, a huir del gozo, a rechazar lo que es permitido y deleita… ¿eres de esos melindrosos, falsos santos?
Yo tengo confianza de que no lo eres… por algo te estás alimentando de este buen espiritual.
Aunque  una terca vocecita te quiera seguir reteniendo, ven, al lado de la Luz…

El pedido de Dios es simple, tú lo puedes complicar como mejor te parezca.

Hasta luego, me voy a disfrutar de la vida y a depositar bienestar también para mi vida en la eternidad…

Aprendiendo sobre noajismo

Noajismo es el modo de vida espiritual que Dios ha dictado para los gentiles, es decir, para todos los que no son judíos; dicho de otro modo, es la identidad espiritual donde coinciden todas las naciones del mundo (salvo la identidad judía).

Este modo de vida o identidad está basado en 7 mandamientos que el Eterno entregó a Noaj (Noé), de tal manera que el ser humano viviendo éste estilo de vida (y no otro) tuviese trascendencia, productividad, bendiciones y protección del Eterno. Al violentar un sólo de estos mandamientos nos acarreamos para nosotros un desequilibrio, tanto espiritual como físico, que evita que la Luz del Eterno brille, en consecuencia nuestros actos no son agradables, ni para nuestro entorno ni para nosotros mismos.

Noajismo no sólo se refiere al cumplimiento de los 7 mandamientos universales, sino que también incluyen reglamentaciones basadas en estos primeros 7, para ir perfeccionando nuestras vidas, nuestra sociedad y nuestro mundo; a medida que vamos mejorándonos nosotros como personas y las relaciones con nuestro entorno, definitivamente nos ayudará a mejorar la relación con nuestro Creador.

El Eterno nos ha colocado un recordatorio eterno, desde los lejanos tiempos de nuestro padre Noaj (Noé), cada vez que hay una lluvia, o una fuerte tormenta, al culminar ésta y salir el sol, nos muestra un hermoso arco iris avisándonos y dándonos a entender que debemos de observar y cumplir fielmente estos 7 mandamientos de por vida, ya que hicimos un pacto con HaShem y hay un juramento de HaShem. A cada instante tengamos presente estos mandamientos.

 

¿De dónde lo aprendimos?

Aún cuando no poseemos un libro sagrado donde explícitamente nos enseñe, histórica y espiritualmente, palabra por palabra, mandamiento por mandamiento, cada una de las actividades que debemos llevar a cabo; el Eterno nos proveyó de unos compañeros que con sus vidas y con sus enseñanzas nos ayudarían en esta tarea de hacer el bien.

Gran parte del conocimiento que poseemos de estos mandamientos, que el Eterno nos entregó y delegó para cumplir, es gracias a la preservación que los Sabios de Israel han hecho, de manera totalmente incondicional e invaluable, de nuestra herencia divina, muy a pesar de las persecuciones, guerras, terrorismo, invasiones, diásporas, y peor aún, misionerismos, que han sufrido de parte de todo el mundo gentil, con todo y eso han preservado la herencia de ellos (la judía) y la herencia nuestra (la noájida); yo David Fernández (quien escribe éstas líneas) no tengo palabras de agradecimientos que puedan valer, ni una yoctonésima parte, de lo que valen para nuestra vida estos mandamientos.

 

¿Qué nos han pedido los judíos a cambio?

Nada para ellos, sólo que vivamos conforme a los mandamientos y que difundamos éstos conocimientos, para que muchas personas más recuperen la valiosa herencia que tienen, retornen al Eterno, y podamos construir un mundo mejor lleno de shalom; en palabras sencillas y llanas, nos piden que solidaria y bondadosamente contribuyamos por el beneficio común de todos.

 

De verdad, haciendo una pequeña comparación con las religiones, que existen (todavía al 5771) y que han existido, todas aquellas creencias extrañas y ajenas exigen a sus seguidores el desembolso, progresivamente creciente, de dinero u ofrendas para el beneficio de sus líderes o religiosos, con el mal-estar que producen en las economías de los desfalcados o desplumados, y para «motivarlos» les ofrecen pasajes de ida sin retorno a su imaginario infierno (lugar con calderos y llamas donde supuestamente se echan a los que no creen en esa determinada religión).

¿Qué diferencia verdad? a la gente no le gusta las comparaciones, pero no estoy comparando gente, sino a las religiones con los estilos de vida que el Eterno ordenó.

 

Y a todas aquellas personas que por el miedo infundado_por_la_religión no se únen a nosotros les digo: ¡Aquí hay libertad! ¡aquí hay buenas costumbres! ¡aquí se ha aprendido lo que es la moral!

Vence a tu miedo, indaga, investiga y coteja en fulvida.com

 

Recomendación para amigos que aún están dentro de alguna de las religiones:

Recopilaciones Fulvida.com

Empieza aquí

 

Basado en las enseñanzas del moré Yehuda Ribco, que nos imparte basándose en las enseñanzas aprendidas de sus compatriotas (modernos o antiguos), los Sabios de Israel.

 

Se despide, atentamente,

Ing. David R. Fernández U.

Maracaibo, Zulia, Venezuela.

El consejo diario 343

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