Frente a los elogios

»Que los elogios no te sean un trampolín, sino una escalera»

Cuando uno recibe muchos elogios, así sean merecidos, debería evitar caer en soberbia, la cual es un pésimo habito; y tener la humildad como para poder utilizar esos elogios para ganar confianza y seguir creciendo en su persona en sus 5 planos.

Así, puede suceder al que uno al recibir elogios eleve únicamente su ego, como »saltando de un trampolín», con lo cual luego queda en el aire, sin nada que sostenerse, sin fundamentos; por lo que cuando cae, se golpea fuerte.

O puede usar esos elogios para ganar confianza y crecer, es decir, los toma de manera humilde, como »subiendo por una escalera», pues por más que se eleve más lentamente que con el trampolín, lo hace fuertemente apoyado en peldaños, fundamentos o base sólida con la cual justificar su crecimiento, sin temor a caer.

Por lo tanto, cada vez que nos feliciten o elogien por algún logro, no hagamos alarde de tales cosas, mejor que sea siempre con la finalidad de ganar confianza y creer en nosotros mismos y alimentar nuestra autoestima, de esa manera querernos más y no afear nuestra alma con soberbia.

Espero les haya gustado la frase. Shalom.

Sebastián.


5 comentarios sobre “Frente a los elogios”

  1. Sim , Seba,isto mesmo!

    Todos nós gostamos de ser elogiados. Infla nosso ego, e aí temos um problema, pois, como você mesmo diz, a soberba pode tomar conta de nosso corpo.
    Minha amada avó -que D-us a tenha- dizia:» Quanto maior a árvore maior o tombo.»
    Portanto, devemos ter muito cuidado com os elogios e com os agradecimentos. Mas(pero) claro: Ingratidão jamais.

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