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Luz de Januca

Se acostumbra a usar este versículo bastante: "No con ejército, ni con fuerza, sino con Mi aliento, ha dicho el Eterno de los Ejércitos." (Zejariá / Zacarías 4:6).
Por lo general se pretende que su significado, que su sentido, es el instruir a la persona a no hacer esfuerzo, a no combatir, a no hacer nada, sino simplemente esperar a que el espíritu de Dios sea el que haga las obras.
Basado en esto se dice, se piensa, se impone a otros ideas tales como:

Yo no lucho por la libertad (mi patria, mi hogar, la independencia, la supervivencia de mi nación) con armas ni ejército, la lucha viene por parte de Dios.
Yo no trabajo en cosas “mundanales”, que me mantenga Dios de forma milagrosa o caritativa.
Yo no tengo nada para hacer, porque en todo dependo de Dios, eso me hace más “espiritual” que tú.
Yo no estudiaré ninguna carrera “material”, la universidad y las academias son pérdida de tiempo e insufrible ateísmo, prefiero que sea Dios el que se encargue de perfeccionar su mundo.
Yo no consulto a médicos, mucho menos se me ocurrirá consultar con psicólogos, eso es todo brujería y cosas de superstición, mejor uso amuletos, digo palabras mágicas, y tengo la plena fe en que es Dios mi sanador, el que se va a encargar de curarme, o sanar a mi familiar enfermo.

Sí, he escuchado cosas así, seguramente que tú también. Lo he oído en boca de personas judías, en noájidas convencidos de la nulidad de las religiones, así como en personas de diversas confesiones religiosas. Todos ellos entregándose en manos del “destino”, al que llaman con diferente nombre de deidades, incluso el de Hashem.

Pero, cuando vemos el contexto del versículo del profeta Zejariá, en tanto somos honestos intelectualmente, pronto reconocemos qué alejado está este versículo de esas ideas, preconceptos y modelos erróneos de existencia.
Esta profecía fue pronunciada durante el segundo año de reinado del rey Darío de Persia. Cuando estaban comenzando las obras para la edificación del segundo Templo del Eterno en Ierushalaim.
Cuando el pueblo judío no estaba en condiciones espirituales de construir un templo.
Tal como unos versos antes está representado el Sumo Sacerdote: "vestido con vestiduras sucias." (Zejariá / Zacarías 3:3), en vez de sus ropajes espléndidos, de majestuosidad, de pureza. Allí está el hombre más preparado de Israel, escondido detrás de máscaras de vergüenza, envuelto en cáscaras de suciedad, como representando el estado de debilidad espiritual de Israel en aquel momento.
Allí mismo "estaba delante del enviado del Eterno; y Satán [el acusador] estaba a su mano derecha para acusarle." (Zejariá / Zacarías 2:1).
Sí, es muy claro el panorama, Israel no estaba en una situación de grandeza, de armonía espiritual. Estaba sometido a errores y confusiones, con sus pecados a la vista, acusándoles.
Desde un punto de vista “religioso”, (que recordemos nunca tiene nada que ver con lo espiritual), se podría señalar a Israel, humillarla y decirle que por su condición de “impureza” no debía siquiera acercarse a la santa obra de construir el templo del Eterno. Tal como hacen los religiosos de todas partes, que desde sus alturas eclesiales se dedican a apuntar el dedito acusador y avergonzar a los que no entran mansamente dentro de los establos de sus tinglados de la fe.

Pero, no es así el Eterno y los que trabajan en Su Obra.
No actúan así los que realmente se mueven desde el plano de la Voluntad Espiritual.
No precisan de mentiras, engaños, gritos, amenazas, denuncias, maledicencia, confabulaciones, inquisiciones, y cosas similares los que actúan movidos por los principios espirituales.
Los que están alumbrados por la Luz del Eterno, tienen conductas muy diferentes a los religiosos de cualquier fe.

Como vemos nuevamente en el pasaje del profeta Zejaria, que a pesar del estado calamitoso del pueblo, de la pobreza espiritual de sus líderes, es el propio Eterno quien promueve que sean ELLOS los que edifiquen Su templo.
Es Hashem el que anuncia con Misericordia Divina: "Quitadle esas vestiduras sucias… Mira que he quitado de ti tu iniquidad y te visto con ropa de gala." (Zejariá / Zacarías 3:4).

Sí, es Dios el que limpió a Su pueblo, quien ordenó que el Sumo Sacerdote se engalane con esplendor.
Él perdonó, Él reparó, Él restituyó, pero añadió un compromiso para el hombre: "Si andas en mis caminos y guardas mi ordenanza, tú también gobernarás mi casa y guardarás mis atrios; y Yo te daré libre acceso entre éstos que están de pie." (Zejariá / Zacarías 3:7).
Sí, Dios hizo Su parte, la que incluye ordenar mandamientos (613 para la nación judía y Siete para cada uno de los gentiles). Pero es el hombre, cada uno de nosotros, los que también debemos completar nuestra parte de la tarea, aquello que nos toca cumplir, llegar hasta donde nuestras capacidades y potencialidades nos permitan.

El no estar en estado óptimo no implica que la acción no sea realizada.
Si hoy cumples un mandamiento, y por lo cual dejas de lado muchos de cumplir, no significa que no tiene valor lo que haces, sino simplemente que todavía no estás haciendo todo lo que puedes hacer.
Si hoy diste diez pesos de caridad, no estás siendo todo lo generoso que pudieras, pero diste diez pesos para buenas obras. Mañana verás cuánto puedes compartir con tu prójimo.
Si hoy jugaste y atendiste a tus hijos media hora, porque realmente no tuviste más tiempo o fuerzas, bueno, es lo que pudiste hacer, sinceramente fue el máximo. Tal vez mañana trabajes una hora menos, ganes diez pesos menos, pero puedas compartir una hora más con ellos, dándoles algo mucho más valioso aquí y ahora, para el futuro y para la eternidad.
Si hoy usaste poco la Comunicación Auténtica y dejaste que fuera el EGO quien hablara por ti, bueno, quizás mañana te tomes un poco más en serio el valor de la Comunicación Auténtica como baluarte para la construcción de Shalom.
Haz tu parte, y deja que Dios haga la Suya.

En la profecía de Zejariá nos seguimos encontrando con más detalles: "He aquí, veo un candelabro hecho todo de oro, con un depósito encima, y en la parte superior del candelabro están sus siete lámparas con sus siete conductos para las mechas." (Zejariá / Zacarías 4:2).

El ideal es que la Luz del Templo fuera reflejo de la Luz que exterioriza la nación con sus buenas obras, con su acatamiento de los mandamientos, con sus actos de nobleza y lealtad. Que fuera la Luz de cada uno la que brota desde la neshamá para iluminar el mundo. Que tu luz encienda la luz del prójimo, y la de ambos la de la nación. Y la nación la del concierto de naciones. Ese es el ideal, la tarea que estamos intentando difundir, la de construir shalom.
Pero, si no tenemos la fuerza, si no tenemos el número suficiente de compañeros de tarea, si parece que el mundo es demasiado grande como para perfeccionarlo; entonces recordemos, que tenemos un Socio, que es el que da una mano. Porque no tenemos porqué conquistar el mundo, ni convencer a toda la humanidad, ni estremecer las raíces de los árboles, más bien, todo lo contrario.
Lo que debemos hacer es someter nuestro EGO, limpiar nuestro interior, armonizar nuestros planos de existencia, perfeccionar nuestro mundo interno, hacer que la Luz de la neshamá irradie su paz, su plenitud, en nuestro ser. Para que actuemos en la vida cotidiana con bondad, justicia, lealtad, autenticidad. Que sean quitadas nuestras vestiduras sucias y vistamos nuestra verdadera identidad. Eso es lo que Dios pretende de nosotros. Porque cuando hacemos eso, podemos servir a nuestro prójimo como modelo, como apoyo, como mano que asiste. No por la fuerza, no por el grito, no por la imposición, no por el engaño, no por la amenaza, no con la manipulación, sin EGO, sino con AMOR, SÍ con el espíritu del Eterno.

Podemos decir que el hombre haga su parte, en tanto tiene plena convicción en que Hashem hace la Suya propia.
Que el hombre tome las armas en caso de guerra (por lo general, defensiva), que monte el tractor, que consulte al médico, que estudie una profesión, que aprenda un oficio, que nade para no ahogarse, que haga todo aquello que tiene que hacer en este mundo para alcanzar el verdadero éxito y satisfacción, al tiempo que sigue confiando en que Hashem hace Su propia parte para que el hombre llegue hasta donde tiene que llegar.

No dependamos del milagro para vivir, sino que seamos socios del mismo.
Como hicieron el puñado de héroes de Januca, quienes siendo pocos y débiles, conquistaron grandes victorias.
Un reducido número de personas que estaban conscientes de su identidad y de su misión, que no iban a renunciar a completar su tarea bajo ningún pretexto.
Gente que tomó las armas, cuando fue necesario; que luchó duramente, cuando las condiciones lo requirieron; pero que no eran bravucones, ni pretendían imponer sus ideas a la fuerza, ni usaban las herramientas del EGO para realizar su obra.
Aquellos héroes de Januca que encendieron la chispa de la independencia de Israel, que alumbraron con su ejemplo a los que estaban en derrota pero sintieron que tenían aún la chance de ser victoriosos.

Según comenta la Tradición, la profecía de Zejariá capítulo 9 fue cumplida por los macabeos.
Usemos nosotros esta enseñanza para encontrar nuestro Yo Auténtico, armonizar nuestra multidimensionalidad para que todas nuestras energías estén orientadas hacia la construcción de Shalom.
Podemos hacerlo, tenemos un Maestro y Socio que nos impulsa, que nos da autoridad, que nos fortalece incluso en nuestra debilidad.
Podemos hacerlo.
Vamos, a construir Shalom en la vida cotidiana. Que ese sea el reto constante, la misión, la meta.
No el proclamar reinos mesiánicos ni actuar como misioneros para que el mundo cambie, sino cambiar nosotros, mejorar, perfeccionarnos, permitir que sea la Luz de la neshamá la que nos alumbre dentro y así podamos ayudar a otros a que sean ellos quienes alumbren.

Vamos, a construir shalom.

Vaishlaj 5773-El secreto de la paz

Iaacov está retornando a su patria luego de haber estado muchos años fuera, en tierra y cultura de los arameos.
Había huido a causa del miedo que le inspiraba su bravo hermano Esav, temía por su integridad y vida, así como por la tragedia que le pudiera ocurrir a sus padres o hermano por su causa.
Escapó solo con lo que tenía puesto, que al poco tiempo le fuera robado.
A simple vista era un pobre inmigrante recién llegado a tierras extrañas, apenas poseedor de unas prendas para vestir, pero rico en su convicción interior de que algún día alcanzaría a disfrutar de la promesa de riqueza y poder. Sin embargo, no era fácil, es la experiencia del expatriado solitario, desamparado, falto de contactos, sin cuentas bancarias, sin posibilidad de retorno. Nuestros antepasados supieron atravesar por situaciones similares en varias ocasiones, algunas no tan lejanas en el tiempo. Así estaba nuestro tercer patriarca en su juventud, con una gran pobreza material, lleno de incertidumbres, cuando llegó a la que sería su nueva casa y nuevo inicio.
Conoció en Aram a la que sería su esposa amada, Rajel; también a su esposa constante y valiente, Lea. Aprendió a valorar personas y cosas, tiempo y esfuerzo. Mucho fue adquiriendo en el transcurso de su destierro. Formó una numerosa familia, cosechó dinero y poder, fue creciendo lentamente en cada área de su existencia. Pero, aún tenía tres cuentas pendientes: regresar a vivir en su tierra patria; reconciliarse con su hermano y vivir sin culpas ni remordimientos; reconciliarse consigo mismo, para vivir en completa paz y gozo de la bendición de todo lo bueno.
Son estas cuentas las que irá resolviendo en nuestra parashá.
En particular veremos que para el reencuentro con su hermano se preparó de diversas maneras.
Sabía que el agresivo Esav venía armado para la guerra, acompañado por una banda centenaria de hombres de armas tomar. Recordaba las rencillas del pasado, la violencia, el hostigamiento, las amenazas y, por supuesto, no olvidaba que estaba en la mira de su hermano. Sí, era un momento de gran angustia, porque ahora no solamente podría ser dañado él, sino también sus esposas e hijos. Poco le importaba si Esav se llevaba ovejas de su rebaño, o las aniquilaba todas; si le quitaba alhajas o títulos nobiliarios, nada de eso ameritaba angustiarse, sin embargo, debía resguardar a su familia, protegerlos, procurar que ningún percance les sucediera. No sabía muy bien cómo reaccionaría actualmente su hermano, puesto que había perdido el contacto hacía décadas, pero mejor prevenir que curar. Sí sabía que era muy astuto para atacar, no era tonto en el ejercicio de su violencia; aunque primitivo y básico en ciertos aspectos, por completo sometido a sus pasiones, pero hábil en astucias, ingenioso para el engaño, experto en el arte de la guerra siglos antes de Sun Tzu.

Clásicamente se reconoce que Iaacov se preparó en tres aspectos: 1) envío numerosos y valiosos regalos acompañados por dulces elogios para apaciguar a su hermano; 2) rezó al Eterno; 3) organizó el campamento familiar para resguardarlo de un ataque militar, además de acondicionarse para responder activamente a las agresiones en caso de necesidad.
Estos preparativos nos enseñan también a nosotros un estilo para responder ante los embates de la angustia así como ante los ataques externos.

Encontrar mecanismos para la conciliación, negociar, pacificar, dialogar, evitar la confrontación, dar un paso al costado, dar en lugar de recibir. Cuando se maneja la relación interpersonal desde el altruismo, desde el genuino interés por beneficiar al prójimo, sin perjudicarse a uno mismo, entonces es factible resolver situaciones complejas de modo mucho más eficiente y saludable. Se evita caer en las trampas del egoísmo, para actuar desde el código de la bondad y la justicia. Así pues, lo que puede parecer como lisonja o compra de voluntades, al hacerse de manera honesta y sin dobleces, en realidad es una llave al compromiso mutuo, al entendimiento, a la comunicación auténtica que espabila oscuridades para llenar de luz y armonía. Uno puede perdonar al que sinceramente se disculpa, pero no olvidemos también pedir perdón, porque probablemente hemos incurrido en errores, faltas y omisiones, a sabiendas o no.

Está también el orar. A través de una concentración profunda, de una intencionalidad positiva, se puede fortalecer el ánimo con rezos, tal vez encontrar en ello también el favor desde lo Alto, proveer de energías renovadas a uno y al prójimo con el cual se está en conflicto. Recordemos que el plano espiritual es el de la unidad, en donde no existen bipolaridades ni conflictos, sino tan solo unidad, armonía. Cuando se reza en verdad, no se está solicitando la servidumbre de Dios, ni que Él nos haga los mandados, sino que uno se introduce a una visión de la realidad más auténtica, en donde todos somos uno.

Tristemente en ocasiones el EGO se impone y consigue dominar, desde su escasa potencia reduce a nulos o infértiles los esfuerzos por llevar una vida de creatividad y plenitud.
Entonces, a veces, no queda otro camino que el de esgrimir alguna arma física para la defensa, para detener la violencia, para responder a los ataques del agresor de modo tal que cesen y se pueda establecer un período de tirantez pero que permita geminar la paz. Seguramente que para aquel vive bajo el objetivo de construir Shalom este paso es sumamente doloroso, hasta pareciera que adverso a su intención, pero es necesario comprender que hay situaciones en las cuales las concesiones bondadosas no apoyan la causa de la paz, que los rezos no influyen en el espíritu del asaltante para amansarlo y disponerlo a la negociación, por lo cual el principio de la justicia establece que sea necesario el uso de la fuerza medida, apropiada, restringida al esfuerzo del shalom.

En estos días, comienzos de Kislev 5773 (noviembre 2012), pudimos testimoniar y ser parte de una repetición de la historia ancestral.
Israel desea vivir en paz en su propia tierra, al volver a ella luego del exilio forzado y torturador, que fuera provocado por los conquistadores sanguinarios y despiadados. Ahora Israel se yergue y comienza a retornar al hogar, a su destino, a su herencia, a su ambiente normal. Como hiciera el patriarca Iaacov/Israel.
Israel anhela reconciliarse con su hermano, con sus vecinos, aquellos que en el pasado le agredieron sin motivo y ferozmente. Es Israel quien hace los esfuerzos para establecer puentes, mesas de diálogo, el que concede, el que halaga, el que regala con tal de obtener el abrazo fraternal de la convivencia. Pero se le responde con hostigamiento, con saña, con burla, con maliciosas mentiras, con falsas promesas de paz y respeto. Sin embargo, Israel se mantiene leal y firme a conceder, a dar de lo propio con tal de alegrar al bravucón para que deje su pendencia y admita el derecho de Israel a su propio hogar, a su existencia, a vivir en calma y paz. Para compartir así bienestar entre todos, la bendición de todo.
Israel también encuentra quienes elevan plegarias, piden al Padre Celestial por Shalom, no para que mueran o sean aniquilados los enemigos acérrimos, esos cegados por el odio y la avaricia, sino para que dejen de lado la guerra, abandonen sus planes de aniquilación expuestos abiertamente para quienes entienden el árabe. Israel pide a Dios para que haga la paz, para todos. Aunque del otro lado solo se oyen invectivas, salvajes llamados a la “guerra santa”, como si la guerra pudiera serlo. Del otro lado se insiste en pretender extirpar a Israel del mapa y eliminar a los judíos del mundo, y para colmo los cómplices del silencio o de la mentira disparan misiles de palabras venenosas, para enquistar aún más el mal en contra de Israel. Pero Israel sigue siendo leal, y también reza.
Pero, cuando llega el momento de defenderse, Israel no esquiva su sagrada obligación de proteger a los indefensos, de hacer lo mínimo necesario para que al menos haya justicia. Aunque luego se le acuse injustamente, se le hostigue con falsedades y mentirosos rumores, también es necesario dar el doloroso paso de la defensa armada cuando no hay otra manera de permanecer con vida. Aunque los falsos pacifistas insulten y proclamen infamias, Israel debe defenderse y lo hace con nobleza, no con terrorismo ni bravuconería, sino con la confianza del que se sabe con el poder suficiente para responder y dar una chance a la paz.

Así pues, el patriarca volvía y quería reconciliarse con su hermano, con aquel que le había agredido, pero también quería encontrar la paz consigo mismo.
Una gran parte de esta última tarea se alcanza consagrándose a obtener las dos anteriores. No es el único modo, pero sirve de gran auxilio.
Comprendamos, la paz interior siempre repercute en paz con el exterior; al contrario también es cierto: aquel que no está en paz consigo mismo, que no se valora correctamente, que no se respeta, que no se cuida, que no se ama, es improbable que pueda llevar una armoniosa relación con los demás y el entorno.

Si prestamos atención, los tres preparativos de Iaacov para el encuentro con su hermano tiene mucho que ver con lo que la Tradición indica para entrar a pleno en cada nuevo año: teshuvá, tefilá y tzedaká. No es casualidad, más bien es la reafirmación que desde antaño conocemos el código para desarrollar una existencia de bendición, solamente debemos recordarlo y vivir en consecuencia.

Tenemos tantas cosas para aprender de la Torá, tantas que pueden iluminar nuestra vida personal y colectiva. Es bueno darnos la oportunidad para hacerlo. Solamente podemos salir beneficiados de esto.
Para concluir, recordemos las palabras del profeta en la haftará que corresponde a esta parashá: "Como tú hiciste, se hará contigo; tu retribución volverá sobre tu cabeza." (Ovadia / Abdías 1:15).
Tratemos de hacer siempre lo que es bueno y justo, para que la consecuencia sea bondad y justicia.

Shabat Shalom.

Un mensaje de vida

La vida suele presentarse como complicada, difícil, trabajosa o al menos esa es la perspectiva que solemos tener de ella, que nos solemos forjar día a día, ya sea por una influencia externa o una interna, pero como algo usual es natural (aunque no saludable) que solemos apreciar de ese modo la vida.

Por ende, vivirla también se presenta del mismo modo, “complicado”, si, de hecho así solemos vivir gran parte de nuestra vida……. complicándonos las cosas.Llevar la vida de una buena manera, saludable, armoniosa, ¡de bendición! resulta mucho más, al más mero estilo de una “misión imposible”……….. que de algo meramente cotidiano.

Pero existe “algo” que nos indica todo lo contrario, que la vida puede vivirse de manera simple pero beneficiosa, tranquila pero dinámica, lejos de religiosidad pero espiritual y trascendente, esto viene indicado en los preceptos fundamentales que el Eterno dio como herencia a las naciones del mundo “los 7 Mandamientos universales”, estos mandamientos son simples, bellos, dulces de acatar y aunque simples no por ello son ineficaces a la hora de armonizar al individuo en sus diferentes planos que lo conforman.

Hasta aquí podríamos formular un par de preguntas.

¿Por qué si la vida es tan complicada, Dios no hizo un manual para seguirlo paso a paso, donde nos indicara que hacer en cada momento?

¿Por qué no facilitarnos las cosas, y decirnos que hacer en cada situación en particular?

¿Por qué dejarnos a la deriva?

Estas preguntas se responden por sí mismas, si meditamos en los Mandamientos, ¿Porque acaso será verdad que la vida es tan compleja y tan difícil de vivirla?

Humildemente podría decir que no, que no es así, y de hecho no es una afirmación propiamente mía, sino que más bien puede entenderse claramente al ver los Mandamientos AL OBSERVARLOS EN SU SENCILLES Y PLENITUD, pues estos son un manual de vida y solo son siete sencillas instrucciones de acatar.

Entonces cuando Dios dice que la humanidad debe regirse por los 7 mandamientos universales, también está diciendo que la vida no es tan complicada y solo hace falta cumplir estas sencillas normas de vida, para desarrollar una existencia armoniosa y de bendicion.

Ahora

¿Se puede comprobar esto?

¿O es una mera afirmación hueca al estilo de las que hacen las religiones para mantener presos  a sus seguidores?

De hecho es perfectamente comprobable esto que se está diciendo, podríamos decir que con afirmar que es ETICA DIVINA bastaría para darle credibilidad, pero como “necesitamos” ver para creer, se podría poner a prueba este sistema de ética enunciado por el Eterno, para ver sus alcances y resultados reales, un laboratorio al más mero estilo de big brother, donde la conducta del cualquier individuo se rigiera por estos preceptos fundamentales y ver que resulta de ello……….

Bueno, creo que no es necesario hacer tal experimento para ver el alcance y efectividad de este sistema ético llamado Noajismo, simple y sencillamente porque solo basta echar un vistazo a la calle para corroborar que lo que decimos es cierto, el mundo es el “laboratorio” por excelencia para ver cómo estos postulados son lo que le hacen falta, para hacer sociedades más justas seguras desarrolladas, si vemos hacia afuera (o hacia adentro) podemos ver que la falta de paz es precisamente por la ausencia en el cumplimiento de estas sencillas leyes.

Así es, el Eterno indica que la vida no es tan difícil de llevar, que existen reglas sencillas de acatar, y que a través de ello es posible, en buena medida tener una existencia grata y agradable en este mundo.

Un mensaje simple pero lleno de eternidad.

Te dejo aquí la lista de los Mandamientos para que lo recuerdes y los lleves a cabo, ello te ayudara a vivir tu vida de una manera mucho más sencilla

  1. No adorar dioses que no son Dios.
  2. No insultar o maldecir a Dios.
  3. No asesinar al inocente.
  4. No a la infidelidad matrimonial e incesto.
  5. No al robo.
  6. No comer partes de un animal con vida.
  7. Establecer cortes de justicia (para que juzguen en caso de transgresión de estos principios y para elaborar leyes que se arraigan en los mismos).

Y si, como el principal obstáculo para cumplirlos es el ego, también a Dios gracias (y a todos los que colaboran) existe fulvida.com, donde hay excelentes herramientas para conocer esta parte de la naturaleza humana, y vivir con ella de manera saludable.

Espero que este mensaje te sirva de algo para llevar mejor túdía a día.

¡Hasta pronto!

Referencias

http://fulvida.com/id-noajica/mandamientos/claves-para-tu-felicidades-y-bienestar

Resp. 1091–Sábado de noájidas

Saludos!
Mi Nombre es Jorge Rodriguez, estoy retirado y le escribo desde New Jersey, en los Estados Unidos.
Mi pregunta es la siguiente: Se de origen Puertorriqueno. Tengo dos preguntas en una: Se observo el shabbat desde Adam hasta el Sinai? Estamos nosotros, los no judios, obligados a guardar el shabbat? Gracias por anticipado por sus respuestas.

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Conversión al judaísmo, ¿para qué?

Tiempo atrás compartí unas ideas sobre la conversión al judaísmo, básicamente la necesidad de que sea hecha una pregunta esencial por parte del que desea tal conversión.
La pregunta fundamental es: ¿para qué?
¿PARA qué?
Que muchas veces se confunde con “por qué”, cosa que es completamente diferente, tanto en origen como en destino.
Lo que he encontrado desde entonces es un gran abismo de silencio, porque al parecer pocos saben responder a tan simple pero medular pregunta: ¿para qué te quieres convertir al judaísmo?
Sin embargo, siguen cayendo consultas y pedidos, muchas veces sinceros y profundos, acerca del deseo de convertirse al judaísmo (infinidad de oportunidades con preguntas y comentarios repetidos hasta el cansancio). Pero no he encontrado ninguna (o casi) a la pregunta del “¿para qué?”.

Por ejemplo, esta misma semana un señor muy atento y amable me preguntó de que si conocía algún lugar para convertirse al judaísmo, precisaba una guía para ello.
A lo cual le di una breve respuesta:

Shalom
Es muy loable su intención, pero antes de avanzar más tengo un consejo para darle, que espero acepte y tome.
Profundice en el texto: http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/resp-950-conversion-al-judaismo así como en los textos que se enlazan al mismo.
Responda las preguntas que allí se van planteando y encontrara mucha paz, plenitud y bendición.
Shalom y éxitos en todos sus caminos de santidad.

La pregunta más importante, según entiendo, es: “¿para qué quiere convertirse?”.
Amablemente el señor me respondió lo que sigue:

> Profesor Yehuda Ribco Buenas tardes, Le agradesco de antemano por
> responder mi correo, con respecto del por que quiero realizar mi conversion,
> con toda certeza y seguridad, le puedo contestar que mi unico objetivo es
> poder servir y agradar a Di-s en todos los sentidos de mi vida, en mi
> forma de pensar, de actuar, de escribir, en mis finanzas, en mi estudio, en
> mi trabajo, quiero agradarlo y estoy dispuesto hacer todo lo que se me
> demande. Gracias por su respuesta

Bueno.
Muy interesante.
Sin dudas es un señor muy respetuoso y amable, exquisito en su modos de tratar con los demás. Esto es un bien tan escaso en la actualidad, por lo cual es doblemente meritorio.
Ha sabido decir un motivo, para lo que él considera es necesaria la conversión al judaísmo. Releamos: “…poder servir y agradar a Di-s en todos los sentidos de mi vida, en mi forma de pensar, de actuar, de escribir, en mis finanzas, en mi estudio, en mi trabajo, quiero agradarlo y estoy dispuesto hacer todo lo que se me demande…”.

Pero, el problema, el GRAN problema, es que para todo esto que menciona el amable corresponsal NO PRECISA y NO DEBE convertirse al judaísmo, sino solamente tomar conciencia de su propia identidad espiritual, aprender acerca de noajismo y llevar una vida de noajismo puro. NADA MÁS.
Viviendo de acuerdo a SU esencia espiritual noájica, sirve y agrada a Dios en todos los sentidos de su vida, rectifica en buena medida su forma de pensar, de actuar, de escribir, de manejar los asuntos de dinero, en sus estudios, en el trabajo, en todo. El noajismo es el camino que Dios ha delineado para que el 99.98% de la población mundial hagan posible el paraíso en la Tierra. No por medio del judaísmo, no sabiendo o cumpliendo cuestiones judaicas, sino sencillamente siendo fieles a lo que son: noájidas, y por tanto viviendo a pleno el noajismo puro.
Eso es lo que un gentil debe hacer par agradar al Eterno y eso es lo que Él demanda del gentil.

Así pues, el motivo que el buen corresponsal nos remite, realmente no demuestra ninguna necesidad real, espiritual, práctica para la conversión formal y legal al judaísmo. Más bien, a mi modesto entender, demuestra que el atento señor no conoce su propia identidad espiritual, no sabe de noajismo, y de saber ambas cosas no se ha librado de las cargas puestas por la religión, es decir, por el EGO, que atemorizan y acomplejan a la persona, al punto de sentirse necesitados de vivir una vida ajena para hacer de cuenta que viven alguna vida.

En realidad, el correcto señor de la misiva, tiene una vida de santidad y belleza dentro del noajismo. Para nada precisa complicar su vida añadiendo lo que Dios no le ha dado, ni pretendiendo una vida como judío que no le corresponde en lo más mínimo.
Esa es la realidad, según modestamente percibo y queda a la vista analizando el breve diálogo.

Pero, temo que como es habitual la cordura y sana espiritualidad no sea atendida, sino que se siga adelante en la pretensión de una conversión, sea finalmente formal y legal, o de aquellas poco o nada válidas. Es que el EGO y las mentiras de la religión pesan mucho a la hora de asumir con integridad y compromiso la propia identidad, el Yo Auténtico sin las añadiduras perjudiciales del Yo Vivido.

Tienes tú la tarea de aprender a responder a la pregunta “para qué”, no solamente en lo que a conversión al judaísmo se refiere, sino a cada cosa que emprendas o quieras en tu vida. Si te lo preguntas y te lo respondes con sinceridad, seguramente encontrarás mucho bienestar, bendición, placer, sentido… el para-íso.

¿Gentiles justos?

Hay un conocido rabino que vive en los Estados Unidos, Daniel Lapin, que es un gran difusor de judaísmo y de valores universales.
Entre sus muchas enseñanzas, que por lo general provienen de la profundidad del judaísmo, quiero mencionarte una muy simple pero importante.

A él, en particular, no le agrada el uso de la expresión “gentil justo” para referirse al noájida que es consciente y activo en su identidad espiritual.
Él siente que el uso de esta expresión implica que la única manera para el gentil de ser justo o recto es acatando los Siete Mandamientos, cosa que no es por completo cierta.
Se puede ser perfectamente honesto, honorable, íntegro, buena persona, legal, luminosa aun cuando no se tiene conocimiento de los Mandamientos, e incluso habiendo roto alguno de ellos.
Ciertamente no alcanza el gentil la cúspide de su grandeza espiritual si no sigue estos lineamientos, pero no por ello deja de resplandecer de acuerdo al brillo de sus acciones y actitudes, sea adhiriendo al noajismo o no.
Sí, sin lugar a dudas de que hay estupendas personas dentro de los budistas, musulmanes, ateos, cristianos, bahai, paganos, mesiánicos, netzaritas, en fin, de todas las etiquetas que usen los gentiles para identificarse “religiosamente”, aunque no conozcan los mandamientos para las naciones o no cumplan con ellos por ser mandamientos dados por el Eterno como pacto perpetuo con las naciones.
Claro que tendrán una posteridad acorde a sus acciones. Claro que la excelencia para el gentil se encuentra en el noajismo. Claro que el noajismo es el camino espiritual consagrado por Dios para las naciones. Claro que la única plena libertad espiritual para el gentil es a través del noajismo. Claro que desearíamos que todos los hijos de las naciones adhirieran fuertemente a su verdadera identidad espiritual, la noájica. Pero eso no es impedimento para reconocer la bondad, nobleza, altura ética, belleza, ejemplo de tantos y tantos gentiles que aún siguen esclavos de etiquetas religiosas, confundidos, alejados de la Fuente. Por supuesto que este reconocimiento de lo bueno no quita que es necesario extirpar el mal del mundo, reparar lo dañado, quitar los velos a la Luz, restaurar el paraíso en la tierra, hacer que el noajismo sea la senda de vida de cada gentil.

Modestamente nosotros, simples maestros, tampoco nos agrada denominar a estas personas como “gentiles justos”, sino que preferimos el término noájidas, que es una castellanización del hebreo “benei Noaj”, o hijos de Noé.
Para ser estrictos, todos los gentiles son noájidas, lo sepan o no, actúen dentro del marco del noajismo o fuera de él.
Debiéramos ser más precisos y decir “noájidas conscientes y activos en su identidad espiritual”, cosa que no hacemos generalmente, por uso corriente del término o para no aburrir al público con repeticiones de conceptos ya explicados en varias oportunidades.

En las fuentes tradicionales a los noájidas conscientes y activos se los suele denominar “jasidei umot haolam”, que no quiere decir “justos”, sino “píos”, o dedicados a los actos de bien y bondad.
Hagamos nosotros la diferencia, sigamos siendo los pioneros del renacer espiritual de las naciones. Dejemos de lado los instrumentos del EGO y marchemos por la senda de la construcción de Shalom.

Retomemos el trabajo, sigamos siendo socios del Eterno en establecer su reino en la tierra por ,medio de la prédica que son los actos de bondad, justicia y lealtad.
No hay necesidad de ser como misioneros, ni de declarar “guerras espirituales”, ni de ofender a los que son diferentes en sus “etiquetas”. Sino demoler mitos, pero con compasión. Oponerse a los pastores que llevan a las ovejas a la muerte, pero con misericordia y comprensión. Vivir como corresponde y no como si fuéramos los únicos “salvos”, “elevados”, “justos”. No actuemos como religiosos, sino como lo que somos “constructores de shalom”. Le pese a quien le pese, le incomode a quien le incomode. No abandonemos la ruta iniciada, no caigamos en la tentación de la religión (que no es otra cosa que EGO y más EGO).

Reconozcamos la bondad, venga de donde venga. Trabajemos por llevar unidad y armonía, porque de la destrucción y separación ya se encargan las religiones y otros traficantes.
Adelante, sigamos por la ruta espiritual.

Soledad noájida…

Pregunta / comentario. Sr. Mayorga, he seguido mas o menos el mismo camino que la Sra. Liliana. Veo pasar Navidades, pascuas catòlicas, etc. sentado en una silla mientras a mi alrededor el mundo tira cohetes, brinda, etc. Naci en un hogar catòlico, mas tarde fui evangelico, hacia muchas preguntas inconvenientes y me fui de la iglesia, investigue en la biblia, trate de aprender hebreo, se algunas canciones en idish, he llegado a la conclusion que tal vez sea descendiente de b’nei anusim y descubri la verdad de que el mesias no ha llegado todavìa, no soy de ninguna religion, pero tampoco soy ateo. ¿Como puedo no sentirme solo en este mundo? Tengo casi 57 años y el mundo que conocia se me ha caido a pedazos. ¿Donde nos reunimos los noajidas? Shalom! Antonio

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Respuesta / comentario. Estimado Antonio. Le felicito por su búsqueda de la Verdad y por creer que existe un Creador.

Cuando vivíamos en Chile, conocimos en Viña del Mar una señora maravillosa que encontró el Camino del Gentil Justo, la observancia de las Siete Leyes Universales. En aquel tiempo ella tenía unos 80 años. Ella quería tener contacto con más noájidas pero no para rezar, congregarse o alguna cosa religiosa. Ella buscaba justamente para lo que es apropiado: para tener contacto humano, para ayudarse mutuamente, para apoyarse en las cosas cotidianas, para converzar, para molestarse, para reirse. ¡Para ser noájida! Estimado Antonio, Dios nos creó para ser felices y como enseña el Rabino Benamozegh, a su alrededor usted encontrarás bastante gente buena – quizás sean católicos, evangélicos, etc. El Creador le pide a usted y a mi que veamos el lado positivo de las personas y de la vida. A veces no es fácil, pero si nos lo pide es porque podemos.
Abrazo y siempre dispuesto a ayudarle,
Juan

Algunas inquietudes

Consulta / Comentario. Shalom. Estoy de acuerdo con gran parte de su material, he comenzado a leer “El camino el gentil justo” y me gusta, aunque no estoy de acuerdo con algunas opiniones o no las entiendo.

1. ¿Por que no debemos estudiar toda la Torah? si no la estudiamos no la podremos comprender, pienso que es bueno estudiarla pero siempre bajo la sabiduría hebrea. Pero si no la estudiamos acabaríamos haciendo justo como los cristianos, que solo leen lo suyo para no desviarse de la supuesta verdad, o como la inquisición que prohibía leer escritos que no fueran los que ellos decían. Pienso que debemos estudiar toda la Torah, pero siempre conociendo que somos noajidas y no judíos.

¿Que porciones de la Torah son los que se pueden leer?

2. Las festividades, ¿en que libro dice que las festividades no debemos celebrarla como los judíos, acaso no tenemos derecho a amar a Adonay tanto como ellos, aún sabiendo que ellos son el Pueblo Escogido? Nosotros no tenemos la obligación de cumplir los Mitzvot pero si podemos cumplirlos, al igual que el Shabbat.

3. ¿Que tipo de plegarias debemos hacer? ¿Hay algún libro de plegarias? he visto los Sidur judíos con traducciones, ¿qué plegarias judías podríamos hacer?

Con respecto a los cristianos que entran en esta página me gustaria decirles que se calmen un poco y no sean tan agresivos, a fin de cuentas Jesús o Yeshua fue judío y deben respetar todas las creencias, si no les gusta salgan de la web y dediquense a confirmarse sus creencias en páginas cristianas, deseo de corazón que el unico Dios Eterno y Creador de todas las cosas pueda iluminarles con la sabiduría y el conocimiento para dejar a un lado la tergiversación y la idolatria.

Un cordial saludo. Shalom a todos. yosefbenimanuel

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Respuesta / Comentario. Estimado Yosef. Gracias por visitar Opinión Noájida y felicitaciones por su búsqueda de la Verdad.

Con respecto a sus inquietudes.

1. ¿Por que no debemos estudiar toda la Torah? si no la estudiamos no la podremos comprender, pienso que es bueno estudiarla pero siempre bajo la sabiduría hebrea. Pero si no la estudiamos acabaríamos haciendo justo como los cristianos, que solo leen lo suyo para no desviarse de la supuesta verdad, o como la inquisición que prohibía leer escritos que no fueran los que ellos decían. Pienso que debemos estudiar toda la Torah, pero siempre conociendo que somos noajidas y no judíos.

El Creador ha entregado tres herencias a perpetuidad al pueblo Judío: el Shabat, la Tierra de Israel y la Torá. Por tanto, para que un noájida / gentil se dedique al estudio de la Torá debe contar con la asistencia de un judío observante que le ayude a entender cómo se aplican muchos de sus principios éticos a la observancia de las Siete Leyes. Por otro lado la lectura de la Torá no le está prohibida a nadie. Todo esto lo encontrará justamente en el libro  «El Camino del Gentil Justo»

¿Que porciones de la Torah son los que se pueden leer?

Bereshit / Génesis y Shemot / Exodo tratan casi en su totalidad sobre noájidas. Abraham, Isaac, Jacob e incluso Moisés (hasta antes de recibir la Torá) eran Noajidas observantes. Sus historias de vida, con errores y virtudes, nos provéen de enseñanzas a todas las naciones. Para aprovechar al máximo este material es apropiado buscar un maestro judío – como ya lo mencioné anteriormente; bajo estas circunstancias, incluso partes de los otros tres libros de la Torá y del Tanaj pueden ser aprovechables para gentiles. Pero nunca pierda de vista que, aún cuando la fuente de las Siete Leyes está en la Torá (Oral y Escrita), no es nuestra heredad.

2. Las festividades, ¿en que libro dice que las festividades no debemos celebrarla como los judíos, acaso no tenemos derecho a amar a Adonay tanto como ellos, aún sabiendo que ellos son el Pueblo Escogido? Nosotros no tenemos la obligación de cumplir los Mitzvot pero si podemos cumplirlos, al igual que el Shabbat.

Como ya expuse anteriormente el mandamiento de Shabat es propio de Israel. Como usted puede ver en el libro  «El Camino del Gentil Justo» (que está sustentado en un gran número de fuentes, especialmente Talmúdicas) el gentil puede celebrar un medio Shabat. En tanto que el gentil puede recordar cada viernes por la noche que Dios creó al ser humano, el judío – adiocionalmente – celebra el rescate de la esclavitud de Egipto. ¿Tendría sentido que un gentil rece algo como «pues Tú me sacaste de Egipto»?

De la misma manera hay fiestas como Pésaj / Pascua que tienen sentido exclusivamente para el pueblo judío. De la misma manera que el 10 de agosto es propio de nosotros los ecuatorianos. En todo caso hay fiestas como Januca y Rosh Hashaná (Año Nuevo / Creación del Ser Humano) que, por su contenido universal, son permisibles para el gentil (pero en tanto que no lo haga a la «manera judía»).

3. ¿Que tipo de plegarias debemos hacer? ¿Hay algún libro de plegarias? he visto los Sidur judíos con traducciones, ¿qué plegarias judías podríamos hacer?

Le recomiendo que visite Fulvida.com. Yehuda Ribco publicó un libro de rezos para noájidas. Otra alternativa, en caso de que tenga un libro de rezos judío, es que usando el sentido común, aproveche oraciones ya diseñadas pero cambiando todas las partes en dice cosas como «que nos sacaste de Egipto» y «que nos diste el mandamiento de Tzedaká» por «que sacaste al pueblo de Israel de Egipto» y «que nos permites cumplir el mandamiento de Tzedaká».

A las órdenes siempre!

Juan

Vaierá 5773 – Ilusión de control

Te recomiendo que tomes un tiempo para leer un interesante artículo publicado por la revista online “Science” (de octubre 2008, puedes hacer clic aquí para abrirlo y leerlo, previamente deberás registrarte gratuitamente allí).
Los autores (Jennifer A. Whitson y Adam D. Galinsky) exponen una serie de experimentos que confirman que cuando la persona se encuentra en una situación de pérdida de control (impotencia, indefensión, desesperación) crea patrones ilusorios para tratar de dar algún patrón de coherencia a los estímulos que percibe y no puede dominar.
De cierta forma, se quiere controlar ilusoriamente aquello que está (o se siente) fuera de control.
Entonces, se reconocen imágenes en donde no las hay (paraeidolia), se enlazan asuntos que en verdad están desconectados entre sí, se anclan en supersticiones o se elaboran teorías conspiratorias, con la intención de afrontar la pérdida de control y en cierta forma retomarlo de manera “mágica” (pensamiento mágico), por medio de una aparente comprensión de los hechos.

Como lo hemos enseñado en muchas ocasiones, una de las herramientas del EGO (la pasiva) es la desconexión de la realidad. Ésta se consigue por medio del dormir, del fantasear, del mentir, del engaño, de la adicción, de la distracción, de las excusas, de los olvidos, de las fabulaciones, de las supersticiones, de las religiones, en fin, de las múltiples y variadas maneras que las personas nos inventamos para no asumir nuestra impotencia y presentar alternativas creativas o prácticas a nuestra situación.

Al ser impotente se aparente poder; al carecer de fuerza, se recurre a la violencia; al estar en situación desventajosa, se hace trampa; al crecer dentro de la mentira, se niega la verdad por medio de reforzar la ceguera del fanatismo. Como venimos diciendo desde hace tiempo, es el EGO que ha tomado el timón de la vida y lleva a la persona por aguas peligrosas, hacia la muerte en vida. Pero, con astucia, no dando la impresión de derrota, no admitiendo la falta de control, no asumiendo la propia debilidad, con ardides para mantener sometida a la persona a la esclavitud.
Así, se mantiene en las sombras al prisionero, encerrado en su celdita mental, pero con la presunción de creerse el amo del universo. Porque bien sabemos, el esclavo del EGO a menudo pretende controlar todo, incluso lo incontrolable, incluso a Dios, aunque ni siquiera puede controlar los cuatro palmos de su existencia.

Cuanto más impotente te sientes, eres más susceptible a que el EGO tome el control sobre tu vida y a través de sus herramientas tu pretendas controlar lo que no controlas. Procurarás usar la violencia física, o la verbal o la manipulación emocional, si no funciona, caerás en estado de desconexión de la realidad. Probablemente interpretes los eventos bajo la sombra del EGO, y veas conspiraciones donde todo es honesto; te sientas burlado, cuando nadie te presta atención; supongas que podrás ejercer influencias mágicas por medio de rituales o procedimientos místicos. Todo esto no te acerca a la solución de los conflictos, ni te dota de poder, sino que te hunde más en la oscuridad, en la falta de confianza, en la celdita mental.

Esto es bien sabido, conscientemente o no, por los que te dominan y manipulan. Te harán sentir indefenso, falto de poder, a su merced, culpable, en falta, pecador, sin esperanza, con esperanza pero solamente a través de cumplir con lo que él te demande. Lo importante para el manipulador es que te hundas en el temor de la impotencia, que el espanto del terror de la impotencia inicial te lleve a la inacción. Procurarán desactivar tus mecanismos activos del EGO (violencia física, verbal o manifestaciones de dolor), para que no reacciones ante sus trampas. A menudo harán que redirijas tus mecanismos activos hacia otros, hacia lo que ellos te proponen como “enemigos”, a los cuales culpará de tus males, reales o fantaseados; te inducirá a que direcciones hacia esos “enemigos” tus fuerzas, para preservar ellos su poder sobre ti. Es por ello que las sectas y otros grupos liderados por manipuladores emocionales tienen tan a menudo presente a los “enemigos” contra los cuales descargar sus injurias, amenazas, golpes, persecuciones, etc. No es que el “enemigo” solamente les sirva para unirse en su contra, sino especialmente para que los que son manipulados no se liberen de las garras del líder manipulador, sino que sigan adoctrinados, fanatizados, haciendo de cuenta que tienen cierto poder y que lo están aprovechando para algo positivo, cuando en realidad todos esos actos violentos y de fanatismo simplemente aprietan más fuerte el lazo de esclavitud en torno a sus vidas.

Con esta enseñanza quizás puedas comprender un poco más lo que has visto o vivido en sectas o relaciones en las cuales eras dominado y manipulado por lobos expertos en pastorear ovejitas. Tú estabas en el rol de la ovejita indefensa, atacando falsos lobos cuando en los hechos estabas siendo pastoreada por el lobo feroz. Tus agresiones iban hacia un ilusorio Satanás, los traidores, los de otras sectas, estos o aquellos, y de esa forma te mantenías bajo las garras de tu pastor, que era el que ciertamente te estaba drenando tus energías, tu dinero, tu existencia.
Recuerda como siempre te presentaban a quien odiar, a quien insultar, a quien temer, a quien violentar, para de esa forma dirigir tu atención hacia falsos enemigos y no reconocer que el que te manipula es el verdadero enemigo. Ese que se queda con tu poder, con tu dinero, con tu honor, con tu alma. Que se enriquece a tu costa. Que se deleita cuando tú sufres. Que posee lo que tú le das, lo que le robas a tus hijos de la boca. Ese que te esclaviza es el débil, pero con habilidad para aparentar fortaleza y hacerse tu señor.

Probablemente al principio te alientan, te esperanzan, te dan ánimos, te elogian. Se van convirtiendo en aquellos que atizan tu fuego casi apagado, el de la baja autoestima. Ellos están ahí para hacerte sentir importante y querido, pero es solo una trampa. Es la carnada en su anzuelo. Luego, como sin darte cuenta, comienzan las agresiones, las exigencias, las demandas, los golpes, las amenazas, el dolor. Te esfuerzas por obtener el cariño que perdiste, haces lo que está por fuera de los límites para recibir cariño y aprobación, pero hay solamente hielo, o culpas, o más agresiones. Ya estás atrapado, entre las amenazas, los sentimientos de culpa, las falsas promesas de bienestar, todo se conjuga para mantenerte esclavo de esos EGOs externos, de esos líderes religiosos, cabezas de sectas, malos padres, pésimos amigos. Y sí, también está el miedo. Siempre el miedo. El miedo, cuya base principal es el terror inicial, aquel que no se quiere volver a vivir. El de la impotencia más terrible, el de la soledad extrema, el de la carencia de todo recurso y explicación.

Si surge algún rayo de esperanza, de libertad, te impondrá el que te manipula interpretaciones o enseñanzas que te corten tus alas y te impidan el alejarte hacia una vida de mayor plenitud. Harán conexiones entre cuestiones desconectadas, te presentarán falsas evidencias, darán sermones por medio de los cuales te harán creer en cualquier cosa absurda, pero que te mantendrá en la esclavitud.
Si lo vieras desde fuera, “objetivamente”, percibirías todo el truco, el teatro, la falsedad, la terrible manipulación a la que estás siendo sometido. Pero desde dentro, angustiado, atormentado, amenazado, presionado, vapulado, puesto en estado de indefensión, tu EGO se encargará de sincronizar con las falacias del pastor-lobo y mantenerte desconectado de la realidad. Indefenso, a merced del que te está devorando en vida. Pelearás contra fantasmas, falsos enemigos. Harás de tu vida un vacío, lo que confirmará tu impotencia, lo que dará más poder al que te manipula para seguir haciéndolo.
Es una visión horrible, dramática, pero muy real.

Es posible otra vida.
Es posible dejar de lado este masoquismo.
Es posible dejar de sufrir, de ser esclavo, de vivir engañado.
Sí, es posible, aunque no fácil.

El comprender estos mecanismos, el tener claro cómo funcionamos, el profundizar en la ciencia de la conducta humana, es meritorio para toda persona leal al Eterno (judío o noájida), pues nos permite llevar una vida de mayor verdad, actuar con real bondad, servir al Eterno desde la lealtad, ayudar al prójimo con misericordia, establecer justicia con derecho, no ser más una marioneta del EGO y sus manifestaciones externas. Por ello nos parece necesario continuar con estas enseñanzas y es imperioso dedicar tiempo a ellas y luego aplicar el conocimiento a nuestra existencia.

Veamos un notable ejemplo de la parashá de esta semana, Vaierá.
Está escrito al principio mismo:

"El Eterno se apareció a Avraham [Abraham] en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día. Alzó sus ojos y miró, y he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él… "
(Bereshit / Génesis 18:1-2)

¿Qué vio Abraham?
A tres hombres comunes, gente típica del medio oriente, adoradores de ídolos, hombres de paso.
No se podía imaginar, no había nada en ellos que señalara que en realidad eran tres enviados (ángeles) del Eterno.
Para Abraham hubiera sido sencillo permanecer en su casa, a la sombra pues afuera hacía un calor ardiente. De hecho, allí debería estar, puesto que había tres días se había circuncidado y el también ardía por la fiebre y padecía fuertemente por el dolor. Y allí estaban esos tres hombres que vagaban por el desierto, tres hombres y nada más. Otro, quizás, hubiera dado excusas, hubiera puesto su sufrimiento por delante, hubiera rebajado la condición humana del idólatra pobre y “sin valor”, hubiera interpretado la realidad en base a su EGO. No hizo así el patriarca judío Abraham.
Él salió de su casa y corrió al encuentro de estos extraños, les ofreció hospitalidad, sombra, agua, alimentos, compañía, instrucción noájida. Porque él vio hombres comunes, que ya por ello ameritaban ser tratados con respeto y dignidad, pues eran hijos de Dios, criaturas del Padre celestial. No les interrogó acerca de sus creencias, no los discriminó negativamente en base a lo que él escogía, no los hizo sus enemigos por ser diferentes. Muy por el contrario, desplegó su cualidad de jesed, bondad desinteresada, por un hermano noájida. No hizo cálculos para ver cómo podría obtener ventajas de esto, no evaluó si llegarían a pagar por su entrega, no consideró que él era viejo y estaba adolorido y enfermo. Solamente quiso hacer lo que sabía era bueno hacer: recibir con cordialidad y respeto al prójimo, aunque fuera diferente, aunque fuera idólatra, aunque luego del encuentro no creyera solamente en el Eterno, aunque fueran vagabundos del desierto.
Abraham no pretendía controlar al prójimo, porque sabía que nadie controla a otro. A lo sumo se lo manipula, se lo domina por medio del uso de la violencia, se lo obliga a hacer o decir cosas para no sufrir castigos, se lo engaña, pero nunca se tiene real poder sobre el otro. Se lo acepta como es, o se sufre por querer cambiarlo según el propio criterio. Abraham los aceptaba tal como eran. Por supuesto que instruía acerca de noajismo, de la fidelidad al Eterno, de los mandamientos que Él había encomendado a las naciones; pero no era un misionero aberrante, no hacía la guerra para “convertir” al otro, no andaba violentando al otro para manipularlo. Hacía mucho tiempo, muchas décadas, que Abraham había aprendido que no tiene valor el convertir a la gente a la fuerza, usar métodos extorsivos, emplear la violencia, engañar, nada de eso sirve realmente. Se consiguen éxitos superficiales, el falso éxito del EGO. Para llegar a los cambios radicales se debe partir y llegar del AMOR. Enseñar, pero no imponer. Predicar con el ejemplo, no solo con la palabra. Aceptar al otro con sus ritmos, tiempos, diferencias, contradicciones, dudas, zonas oscuras, y no pretender hacer de todos “santitos” al imagen y semejanza del dios que uno inventa.
Es por ello que el Eterno se apareció a Abraham en aquella oportunidad. NO ERA uno de los visitantes, ellos eran enviados de Dios y no Dios mismo. Pero Dios apareció a visitar al patriarca porque él con su conducta hacía de Dios una presencia real, palpable, constante. Por medio de su acción cotidiana, de su respeto a la vida, de su arreglo a las leyes, de su control real sobre el EGO, de su AMOR, así era como Abraham estaba siempre en presencia del Padre.
Por ello también la parashá anterior dice algo muy bonito acerca del primer patriarca de los judíos, en otra ocasión en que el Eterno se apareció a él:

"Avram [Abram] tenía 99 años cuando el Eterno se le apareció y le dijo: -Yo soy el Elokim Todopoderoso; camina delante de Mí y sé íntegro."
(Bereshit / Génesis 17:1)

Abraham caminaba delante del Eterno, estaba unido a Él. Lo hacía porque había conquistado su EGO y estaba en comunión con el Padre, sin máscaras ni cáscaras que ocultaran su Yo Esencial.
El EGO había sido puesto en su mínima expresión, por lo cual Abraham era libre, era un hombre auténtico. Estaba en control real, no en la ilusión que padecemos nosotros.
Es bueno recordar que Abraham era un hombre común, no era un súper héroe, no un ángel, no un enviado celestial, no un ser milagroso, era un hombre, como tú y yo. Aprendió a salir hacia sí mismo, desprenderse del EGO natural, del que se activa al momento de nacer, del que viene en las enseñanzas que se reciben en el contacto con los otros. Ese es parte del secreto de la orden divino que le dijo:

"Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre"
(Bereshit / Génesis 12:1)

Tú puedes hacer algo parecido.
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Yo te puedo ayudar, pero, ¿quieres hacerlo?