musjeret nos consulta:

Buen día.

Antes de las respuestas, un texto que ya hemos repetido, pero no está demás repetirlo.

Lea por favor con detenimiento los textos en http://serjudio.com/espiritualidad/conversion/conversin-al-judasmo
pues allí encontrará artículos que le resolverán sus dudas.
Pero le sugiero que dedique un tiempo a profundizar en el noajismo, lea FULVIDA.com para enterarse con mayor detenimiento del camino que Dios ha reservado con Amor para los gentiles.
Profundice en el texto: http://fulvida.com/identidad/conversionjudaismo
Especialmente responda las preguntas de este texto: http://fulvida.com/identidad/preguntas-que-deben-ser-respondidas

Eso ya fue publicado, es lo que he enviado regularmente a aquellos que consultan por email (unos 3000 semanales) sobre conversión al judaísmo si siquiera saber nada sobre judaísmo, conversión o lo que es aún peor: su propio tesoro espiritual que desconocen, ignoran y/o rechazan, que se llama NOAJISMO.
Es interesante encontrar tan a menudo gente, bien intencionada no lo dudo, que anhela espejismos, lo que creen que es su objetivo en la vida, cuando no tienen conciencia de quien son, de cuál es su misión determinada por Dios, qué tienen dentro de sí, el inmenso cofre de joyas espirituales (el noajismo) que repudian por aspirar a concretar sueños fantasiosos, llamados del «corazón», pasiones sin sustento.
Esto se empeora cuando tales sueños son alentados por inescrupulosos, de la religión que fuera, que buscan el poder, dominio, dinero, fama, predominio, o vaya uno a saber animando a que los ilusionados pero inconscientes sigan por la senda de la oscuridad, esclavizados al EGO, despreciándose a sí mismos y a Dios, pero con buenas intenciones y afanes de aparente santidad.
De esos clérigos, de la religión que fuera o secta con gafete que sea, hay en abundancia.
Son mercaderes de la fe, que hacen su triste negocio embaucando a los que no tienen claro su rostro pero se desesperan por seguir usando máscaras y disfraces, ahora de judíos.

La conversión al judaísmo, la verdadera, no es para los que tienen segundas intenciones.
No es para

• quienes desean casarse con judíos,
• o ser de la «comunidad»,
• o no sentirse un noájida solitario,
• o viajar a Israel con derechos de nacional,
• o conocer judíos para hacer algún negocio con ellos,
• o tener el mundo venidero,
• o ser de la estirpe de Abraham,
• o pertenecer al pueblo de Jesús,
• o retornar a la supuesta raíz «efraimita» o «bneianúsica» de sus supuestos antepasados,
• ni para los que no conocen ni aprecian su identidad noájica,
• ni para los que repudian el noajismo por desconocer su invaluable calidad espiritual,
• ni para los que aceptan a regañadientes ser noájidas pero en trayecto a su conversión al judaísmo,
• ni para los que quieren negociar qué aceptarán del judaísmo y qué no para convertirse,
• ni para los que niegan cualquiera de los mandamientos -de los 7 para los gentiles y 613 para los judíos-,
• ni para los que no seguirán una vida de compromiso con la Torá y los mandamientos (613) como judíos,
• ni para los que se convierten porque es «moda»,
• ni para los que lo hacen para ser «cabalisteros» o «jasideos» como Madonna o alguien así,
• ni para el que busca «curar» algo de su vida con el supuesto bálsamo de ser judío,
• ni para el que delira que en otra vida fue judío,
• ni para el que se emociona con la bandera de Israel, canciones hebreas, ropas negras y trencitas en las sienes, etc.,
• ni para el que leyó «la Biblia» y se siente identificado con los personajes de antaño,
• ni para los que pretenden algo ulterior.

Para ninguno de ellos (y seguramente me estoy dejando alguno en la lista) es la verdadera conversión al judaísmo.

La conversión está establecida por la ley espiritual que es para el que conoce su identidad noájica y sin embargo anhela sumar a su vida el compromiso irrevocable de vivir bajo el código de la Torá y los preceptos (613), para de esa forma servir a Dios tal como está estipulado para los judíos, sin peros, sin arreglitos, sin excusas, sin pretensiones, sin rebusques, sin marcha atrás, sin querer otra cosa extra.

Ahora pasemos a responder.

1- Bien por usted. Pero no es una cuestión de sentimientos, sino de evaluar sus motivos racionalmente y considerar si será realmente capaz de asumir y cumplir los deberes que aceptará al convertirse.

2- Bien por usted. Ahora es hora que se estudie a sí mismo y en especial la identidad espiritual que Dios ciertamente le ha regalado para su beneficio: la NOÁJIDA.
¿Lo ha hecho?
¿Ha vivido como noájida a pleno algunos años sin buscar NADA por fuera?

3- Interesante. ¿Ha tenido la dirección y consejería directa y personalizada de maestros judíos especializados?
Los detalles no provienen de libros o internet, sino del contacto con la realidad «real».

4- Bien por ellos.

5- Lo que sea necesario.
Lo mínimo debieran ser al menos dos años de intensivo estudio y experiencias compartidas a cargo del maestro judío especializado.

6- No tengo conocimiento.

7- Con los Siete Mandamientos Universales. Si el proceso de conversión está siendo tutelado por un rabino que le presentará ante el tribunal de examinación, eventualmente el rabino le indicará qué hacer y qué no.

Joven amigo, del cual no sé ni siquiera el nombre, le aconsejo que se tome el tiempo para analizar profundamente esta respuesta cariñosa que le entrego ahora.
Lea y responda con plena sinceridad y conocimiento todas las preguntas que le hago aquí y en los otros textos derivados en los links.
Si aún continúa luego con deseo de convertirse al judaísmo, consiga una entrevista PERSONAL con el rabino ortodoxo más cercano y plantee su caso, sus dudas, aspiraciones, etc.
No se deje engañar, ni por su EGO, ni por religiosos de la religión que fuera, ni por mercaderes de la fe que abundan en internet.
¿Lo hará?

Espero que pueda ir conociendo su propia identidad espiritual, la noájica; luego amarla, vivirla a pleno, formar una vida espléndida como noájida y hacer de este mundo un mejor lugar para todos.
Así gozará de la bendición que Dios ya ha dispuesto para usted, disfrutará aquí y en la eternidad.

Si luego de conocerse realmente, de admirar su potencial sagrado como noájida, de crecer como noájida, si después de todo ello aún sigue con la idea de la conversión, seguramente encontrará el camino para realizarla de la forma apropiada y consagrar su vida en integridad al modo que se espera de cualquier otro judío.
Sea por un camino o por el otro, ambos (noájida y judío) son de plenitud para quien es noájida y judío (respectivamente).

Lo dejo con tarea para hacer, a empezar a conocerse y amarse.
Que pase un excelente día.

Que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco

Para enviarnos sus consultas.