Guaguancó pa la vida

Óyeme tú caballero -decía un canoso cubano acerca del canto más sublime, llamado guaguancó- nosotros, no necesitamos de mucho aparataje y mucha sinfonía pa’construir una música que con cuatro palos y cuatro yerros suena como música del cielo.
Así pienso que es la vida, con pocos instrumentos, con sentimiento y conocimiento podemos hacer una gran armonía, una armonía que construya Shalom.
El Shalom es indispensable para hilar la manta del mundo, sin ese toque de sabor y saber, seguramente nuestras existencias fueran similares a la del resto de la creación, viendo todo separadamente, sintiendo separadamente, sin ver la unidad, la relación que tiene todo con el todo, y la importancia de lo que no existe, que está esperando por existir.
Dice un tema de Yehuda Glantz, tocado en Charango, una versión del Adon Olam:
Más que la vida y que el sol, más que la historia y la ilusión, más que la música y que yo, el es Eterno y es mi Dios; somos sus hijos y su plan, de él son todos los que están, los que vinieron, los que van, los que muy pronto llegarán.
Por eso el más grande nombre pronunciable de D’ es Shalom, porque encierra en él lo que más necesitamos, para lo que fuimos creados. D’ nos hizo para darnos, pero al ser Su creación, consciente de esta inmensa verdad, es nuestro deber el dar, y ¿qué es propio dar, sino armonía?, ved aqui, cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos se sienten juntos en armonía; en el texto hebreo es así: hine ma tov uma naim, shebet ajim gam iajad, literalmente no aparece la palabra armonía, pero está tácito que D’ no busca que vivamos, que nos sentemos juntos, para pelear, o para llevar vidas separadas, en las cuales nuestro hermano no merezca nuestra atención, en la cual seamos para nosotros mismos y no para el que nos necesita fuera de nuestro estado de relativo confort; la importancia de vivir todos juntos es precisamente el aprender el uno del otro, el tolerar, el aceptar, el amar, el servir; el apartarnos un tiempo lo más prolongado posible de nuestras trabas y dedicarle unos segundos quizás, al hermano que lo necesita.
El esperarnos un momento en nuestro ajetreado día para elevar una plegaria, silenciosa, tú con D’, sin pedir nada para nosotros, sino rogando misericordia para nuestro convulsionado sistema de cosas; y paralelamente estar haciendo nuestra parte para «cambiarlo». Pues a D’ rogando y con el mazo dando.
El Shalom es precisamente eso, no darse por vencido, sino hacer permear esa paz que emana del cielo y saber influir positivamente en nuestro entorno. Es un guaguancó pa la vida.

2 comentarios sobre “Guaguancó pa la vida”

  1. Un articulo muy recomendable andres pero me gustaria comentar sobre yehuda glantz ampliamente recomendable su musica la interpreta en español y en hebreo y unas melodias hermosas como balada para david todos sus albums son recomendables pero para mi el mejor es Pionero recomiendo su musica a todos mis hermanos noajidas.

    Sin dejar a un lado a un interprete noajida fabuloso como lo es jaime ciero esperemos saber mas de el pronto.

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