Son la 1:30 p.m.
Caminando bajo un sol resplandeciente, por la avenida Juan Bautista Arismendi, un poco cansados y acalorados, nos dirigíamos a una Venta de autos nuevos, cuando de repente una pelota pequeña remendada con cinta pegante, cruzó a unos metros por la avenida por la cual circulavamos….
José Maíz me dice: ¡oh una pelota Mario!.
A lo cual respondí: No te atrevas a recogerla hay mucho tráfico Y ES MUY PELIGROSO acente mi voz para advertirle.
Sin embrago él se aventuro a recogerla y desde allí en medio de la avenida, como si el tiempo se hubiera detenido para brindarnos la reflexión más profunda, lanzó la pelota al lugar de donde había venido, y sin saberlo luego de ese lanzamiento inesperadamente, nos sorprendió una gran ovación enérgica de niños que victoriaban su hazaña, niños de diferentes edades que estaban jugando besibol de calle y se sentían fustrados al haber perdido el objeto de valor en el juego «La Pelota».
Aquella ovación nos llenó el alma, entre gritos , saltos, y mucha alegría, abrazos y festejos registramos en nuestras vidas uno de los momentos increiblemente inolvidables.
Seguimos construyendo Shalom
Que las gentes Ovacionen tus Acciones
De pequeñas cosas poco a poco se va construyendo Shalom
Saludos amigo Mario justamente de esto se trata de hacer el bien sin mirar a quien, dando ejemplo a la familia y a la sociedad de lo que es ser Noajida son los granos de arena que se van agragando hasta lograr una montaña Shalom