El 6 de Marzo hice un comentario sobre la violencia doméstica y aporté algunos datos publicados por Amnistía Internacional. Los actos de violencia doméstica generalmente son cometidos por un hombre y están dirigidos generalmente contra la mujer en primer lugar, y también sobre los hijos u otros parientes que conviven con los agresores, aunque en este caso no hay estadísticas fiables. También hay casos de violencia doméstica ejercida por mujeres contra hombres, mucho menos frecuente que lo contrario y (generalmente en países africanos o asiáticos), violencia ejercida por mujeres en situación de preeminencia sobre otras mujeres del ámbito familiar.
Desgraciadamente muchas personas no pueden reconocer a un maltratador, ya sea por ignorancia o porque en su entorno se mantienenes costumbres ancestrales que sitúan a la mujer en un estado de inferioridad y supeditación al varón.
A continuación doy algunas definiciones de lo que se consideran actualmente malos tratos; están tomadas de un estudio de la Guardia Civil española.
La violencia en el ámbito familiar comprende:
– La violencia física, considerando esta como cualquier acción no accidental que provoque o pueda provocar daño físico, enfermedad o riesgo de padecerla.
– La violencia psíquica, considerando como tal los actos, conductas o exposición a situaciones que agredan o puedan agredir, alteren o puedan alterar el contexto afectivo necesario para el desarrollo psicológico normal, tales como insultos, amenazas, humillaciones, aislamiento.
– La violencia sexual, como toda actividad dirigida a la ejecución de actos sexuales en contra de la voluntad de una de las partes, dolorosos o humillantes, o abusando del poder, autoridad, con engaño o por desconocimiento en el caso de menores.
– La violencia económica, como la desigualdad en el acceso a los recursos económicos que deben ser compartidos, al derecho de propiedad, a la educación y a un puesto de trabajo, derechos todos reconocidos por la Constitución española.
– La corrupción, como conductas desviadas, antisociales o desadaptadas, que impidan la integración social; (inducción a la delincuencia, explotación sexual, etc.)
– La explotación laboral y mendicidad son situaciones en las que mediante el abuso de poder y/o con violencia un miembro de la familia obliga a otro a la práctica continuada de trabajos o actividades que, o bien interfieren en el normal desarrollo del niño o persona obligada, o exceden los límites de lo considerado normal en función del sexo, edad, formación o que se consideran humillantes o antisociales.
Espero que esta información sea interesante y de utilidad para todos, especialmente para quienes puedan estar en peligro de sufrir violencia y puedan reconocerla a tiempo y también para quienes tengan en su familia o vecindario una situación similar.
un tema sumamente importante charo.
no hay comunidad q’ se salve de este mal
gracias por traerlo al front
salu2
indudablmente un tema para tratar con mucha seriedad y sin mirar para otro lado.
es algo prsente, lamentablmente, y que debemos extirpar del seno familiar y de la sociedad.
coincidiendo su publicacion con el dia internacional de la mujer…