Procuro todos los días hacer ejercicio, bastante ejercicio.
Se supone que es para el cuerpo, la dimensión física-material; pero indudablemente somos seres multidimensionales y aquello que afecta a uno de los planos necesariamente repercute en los otros.
Así pues, el tiempo que dedico a mi cuerpo, a mi bienestar corporal, suele redundar en beneficios emocionales, sociales, mentales y también espirituales.
Hace un año atrás, o un poco más tenía un gran sobrepeso.
Eso que puede parecer algo banal, realmente no lo es.
Un cuerpo enfermo implica un desbalance multidimensional.
Por tanto, el día que decidí –y cumplo desde entonces- hacer una dieta nutritiva balanceada, hipocalórica, y ejercitarme a la medida de mi capacidad, comencé un plan de mejoría multidimensional.
Treinta kilos perdí, o quizás gané.
Tengo más resistencia, más fuerza, más agilidad, más destreza, más confianza, entre otras ventajas que no solamente se circunscriben a lo corporal.
Este es, entonces, un mensaje a compartir un estilo de vida saludable, cada cual acorde a sus potencialidades, sin excesos, sin excusas.
Lo resultados serán notables y compartibles.
De paso, esto también es un mensaje santo, sagrado, lleno de espiritualidad.
No es necesario mencionar rabinos, libros, discursos, frases pomposas, palabras extrañas, conceptos metafísicos.
Esto es espiritualidad pura al cien por ciento.
Si no entiendes aún porque lo afirmo, te invito a que hagas dos cosas:
1- comienza a hacer ejercicio con una meta saludable.
2- estudia el material de FULVIDA a conciencia.
Encontrarás probablemente la respuesta por ti mismo.
Debes entender que “ser espiritual” no es cuestión de encerrarse ante un texto, ni de repetir frases, ni de saber de memoria pasajes, ni de ser una “biblia andante”, ni de tener adoración por un rabino o maestro, ni de ser felpudo para otros, ni de rezar como judío, ni de vestirse de forma extraña, ni de hablar en idiomas imposibles, ni de decir “amén”, mucho menos de levantar la mano y hacer alabanzas a grito pelado y huecas de sentido.
Ser espiritual es vivir cada momento, aquí y ahora.
Hacer que este mundo sea un paraíso terrenal.
Llenar de sentido tu vida, hasta con las cosas más cotidianas y sencillas.
Agradecer, es ser espiritual.
Dar el paso a otro, es ser espiritual.
Pagar tus cuentas, es ser espiritual.
Apoyar al que lo precise, es ser espiritual.
Hacer ejercicio, es ser espiritual.
Comer saludable, es ser espiritual.
Descansar el tiempo necesario, es ser espiritual.
Compartir tu conocimiento, es ser espiritual.
Aprender lo que te corresponde, es ser espiritual.
Actuar con bondad y justicia, es ser espiritual.
Rezar, sí, también es ser espiritual.
Difundir FULVIDA, es ser espiritual.
Amar a tu familia, en verdad y no con regalos o manipulación, es ser espiritual.
Apartarse de la idolatría, es ser espiritual.
Y así la lista sigue y sigue, pero recuerda, no es copiando el modelo judío “ortodoxo” de vestir, hablar, comer, moverse, estudiar, etc. como el gentil llega a alcanzar su cima de espiritualidad…
Sí copiando la lealtad a los mandamientos –que competen a cada quien-, sí entendiendo que cada uno tiene su rol y es necesario cumplirlo, sin disfraces, sin aspavientos.
Ser espiritual es vivir aquí y ahora a plenitud, de acuerdo a tu capacidad y potencial.
Ahora, para aumentar aún más el alcance de mis acciones, acostumbro usar la camiseta de FULVIDA que con tanto ingenio, amor, buena voluntad y dedicación diseño y mandó a hacer nuestro querido amigo Uriel Chaves colombiano de New Jersey.
A mis espaldas llevo el mensaje de 100% noájida, que no aplica a mí, pero bien vale la promoción de lo que es 100% bueno para el gentil.
Está también la dirección de nuestro hogar FULVIDA.com, así como el número 7, de los mandamientos que Dios ha ordenado para cada gentil.
Sería bueno conseguir una de estas camisetas y usarla, regalarla, expandir el mensaje sagrado de FULVIDA.
El buen amigo Uriel ha también preparado canciones, discos, libros, promociones varias, ha trabajado de manera noble, aportando tiempo, dinero, ingenio, su propia persona.
Es bueno que lo recompensemos de algún modo, y que lo ayudemos a continuar adelante, por él, por ti, por nosotros y para cumplir nuestra parte en la Obra de Dios.
Adquiere tu camiseta, úsala, regálala, comparte FULVIDA, comparte VIDA.
Para finalizar, ya que me tengo que ir a correr mis 12kms. diarios (es broma, son casi las dos de la mañana, debo ir a dormir) te dejo un bello concepto de un tipo genial (del cual hay mucho para no compartir), al que quizás no lo valoremos como “maestro”, pero sin dudas ha dado en el clavo:
“Mi vida es solo importante si puedo ayudar a muchos, si mi vida es para mí y mi seguridad entonces no la quiero. Mi vida es para la gente esa es mi filosofía"
Bob Marley