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Era mesiánica interna

Si nos enseñaran desde la cuna a identificarnos con nuestro Yo Esencial y a vivir en sintonía con él, ¡sería todo muy diferente!
Pero, al ratito de estar en el mundo (e incluso antes) ya se nos imponen etiquetas, nombres, títulos, dogmas, máscaras, elementos que van formando al Yo Vivido y nos van distanciando de nuestro ser espiritual.
Atención: el Yo Vivido no es de por sí contrario u opuesto al Yo Esencial, puede contar con numerosas cualidades que están en armonía y correspondencia con nuestra esencia. Sin embargo, el mundo pretende que se sigan sus dictados, el EGO manipula para silenciar la voz tenue del espíritu, por lo cual los bloques que se apilan y organizan en el Yo Vivido necesariamente forman murallas que aíslan la Luz del espíritu, la enmascaran, la cubren con frases, religiones, creencias, fantasías, deseos, buenas intenciones, ignorancia, superstición, miedos e infinidad de cáscaras opacas.

Sigue enseñándose en los colegios alabanzas a "héroes" de guerras y conquistas, también a competir por glorias huecas y trofeos del EGO, a compartir para obtener beneficios.
Mejor sería ofrecer oportunidades para enseñanzas trascendentes, de vida aquí y en la eternidad.
Priorizar y destacar aprendizajes valiosos en solidaridad, confianza, comunicación auténtica, espiritualidad desprovista de rituales vacíos de contenido, amor, construcción de shalom, fidelidad al Eterno –que no tiene nada que ver con religión-, colaborar con el prójimo, respeto, sentido crítico, a preguntar en lugar de responder mecánicamente, a aprender en vez de memorizar automáticamente, a trabajar en vez de mendigar o decretar (entre otros posibles aprendizajes), entonces, viviríamos en otra realidad, mucho mejor.
Mucho más próximos al Paraíso Terrenal que al caos que nos rodea y nos habita.

Si los padres en vez de "tener" hijos, comprendieran que ayudan a traer hijos a la vida y les acompañaran en el trayecto del crecimiento, estaríamos mucho mejor… ¿no?
Habría personas más saludables, felices, comprensivas, colaborativas, que disfrutan y comparten la bendición que fluye constantemente sobre nosotros.

Pero, el mundo muestra otra cosa, y lo viene haciendo desde Adán y Eva (sino desde antes).
Nos encorsetan en dogmas, nos aferran a etiquetas, nos hacen creer y sentir tal y cual, hasta nos entrenan a sentir o dejar de sentir, se nos encarrila para cargar todo lo que sea necesario para desconocer al espíritu o negarlo.
Entonces, no resulta extraño que adoremos dioses, héroes, próceres, líderes, clérigos, familiares, deportistas… el EGO en diversas manifestaciones externas. En lugar de apreciar al ser en su belleza y simpleza, a nosotros y al prójimo, y al Prójimo celestial, estamos rechazando al ser por quedarnos con la apariencia, con la foto trucada del paisaje para no ver detrás al paisaje en todo su esplendor.
Se nos cosifica, y nos cosificamos para convertirnos en objetos, cosas para otros, cosas para nosotros, bienes de consumo, recursos humanos, “ello” en lugar de “tú”, Yo Vivido que se impone y hace desaparecer al Yo Esencial detrás de cortinas de humo (blanco o negro, da lo mismo).

Al tener esto en claro, podemos comprender la importancia de des-aprender mucho, muchísimo, para de esa forma estar mejor capacitados para aprender.
Des-aprender no implica negar el pasado, borrarlo, hacer de cuenta que no existe, repudiar lo que pensamos o hicimos, censurar la memoria.
Des-aprender es dejar de vivir en piloto automático, sacar al EGO del timón, dejar de tomar las cosas por ciertas, parar de hundirse en la brea del sentimiento de culpa por el pasado o el foso sin fin de la ansiedad por lo que vendrá.
Es un tarea de higiene, o más bien, de reacomodo de la información previa para obtener una conducta y una actitud saludable y eficiente.
Esto que propongo no es un consejo que desde las alturas te comparto, es una sugerencia para mí  al igual que para ti.
Todos tenemos mochilas cargadas, pesadas, llenas de las piedras que desde siempre nos han incorporado y trasladamos como si de tesoros se tratara. Por tanto, tú y yo podemos recorrer el camino de la libertad, hacia la felicidad, hacia el gozo de la bendición que constantemente fluye sobre nosotros.
O podemos justificarnos, dar excusas, inventar teoría, aferrarnos a creencias, seguir en adoración de ídolos, apegarnos a las sectas que nos encarcelan, seguir prisioneros de nuestras celditas mentales.

Cuando iniciamos el camino del des-aprender, de a poco podemos ir descubriendo y haciendo buen uso de ese potencial inmenso que tú y yo tenemos.
Está en nuestro genoma espiritual, es nuestra sagrada conexión con el Eterno, con el todo.
Tenemos un gran poder, desaprovechado, oculto, atrapado detrás de las murallas que ha levantado el EGO.
No es un poder mágico, no haremos milagros, no tendremos al universo trabajando para nosotros, mucho menos al Todopoderoso como siervo; pero es un inmenso poder, que no conocemos, por la sencilla razón que no lo conocemos… nunca nadie nos dejó entrar en contacto con nuestra esencia, adentrarnos a descubrir nuestro Yo Esencial. ¿Recuerdas? Desde el nacimiento o antes ya nos vimos sometidos al EGO, nuestro y de otros, sufrido el trauma de la impotencia. Y nos creemos el cuentito…

Si nos acompañas hace un tiempo, tal vez sepas que en este sagrado hogar vamos dando de a poco pautas para liberar, para construir shalom, para el goce de la felicidad.
Está aquí, disponible para ti. Gratis. Ni te exigimos pagos, ni que te adhieras a una secta, ni que obligatoriamente pasees un libro que muy caro nos compres a nosotros, ni que te conviertas en misionero de nuestras ideas, ni que adores al líder espiritual del hogar, ni que te encierres a meditar en la genialidad del Moré, ni siquiera que nos des un mínimo gracias. Está aquí, lo quieres, te lo llevas. Si lo compartes es mejor que menciones el origen y la fuente. Si lo vives y quieres que otros lo vivan, quizás es bueno que también digas de donde aprendiste. Pero, nadie te persigue para ver que haces o dejas de hacer con el tesoro invaluable de vida y felicidad que te estás llevando ahora mismo de mi caja de los caudales eternos. ¿Quieres contribuir económicamente? ¡Qué bueno, eres un socio realmente! ¿Colaboras con tu presencia y trabajo? ¡Excelente, socio y pico! ¿No haces ni uno ni otro? ¡Bien por ti!
Lo cierto es que aquel que desea y puede va aplicando las enseñanzas de este hogar, obtiene algún resultado positivo visible en lo cotidiano.
Si pareciera que no, es necesario evaluar qué está pasando en su vida. Qué tanto sigue en ilusiones del EGO, cuanto sigue dependiendo de aplausos falaces del afuera, hasta dónde comprende lo que es felicidad y bendición.

¿Te preguntaste alguna vez si no está viviendo ya la era mesiánica?
La redención, la salvación, la era mesiánica está aquí.

Tomemos en cuenta que hay dos eras mesiánicas: la personal y la colectiva. Tal como hay dos exilios: el personal y el colectivo.
Exilio personal: uno vive en el reino del EGO, identificado con el Yo Vivido, ignorando o rechazando al Yo Esencial.
Exilio colectivo: el pueblo judío, como símbolo de la humanidad, está fuera de su tierra patria, sin gobierno autónomo, sin paz con los vecinos, sin la Presencia en el lugar de Su elección.
La era mesiánica, individual o general, son sus contrarios. (Descríbelas si quieres).

Es posible estar personalmente viviendo la era mesiánica aunque se siga en el exilio colectivo.
El despertar de conciencia espiritual, el reconocimiento del Yo Esencial, la liberación del yugo de EGO, la unificación interna y con la creación, la fidelidad sin negociaciones con el Eterno, la concreción de actos de construcción de shalom, es la era mesiánica individual.

Tu trabajo para lograr la redención interna, el diluir el influjo del EGO sobre ti, el andar cada vez más fluidamente por la senda del AMOR, contribuye a que vaya amaneciendo la era mesiánica colectiva.
Debes colaborar con la venida del Mashiaj, y no lo haces en la espera pasiva, sin sentido, desprovista de pasión espiritual, desconectada de la realidad; sino en la tarea activa, concreta, real, verificable de construir shalom.

Entonces, haz lo necesario para cambiar. No quieras cambiar a nadie, sino a ti mismo.
Des-aprende y entonces aprender lo apropiado.
Apártate del mal y haz el bien. Apartarse no es suficiente. Hacer el bien solamente tampoco.
Trabaja por tu redención, pero no de forma egoísta, porque entonces seguirás tan preso y exiliado como siempre. Ayuda al prójimo, se solidario, aporta constantemente en la construcción de shalom interno y externo. Medita, comunícate con el Eterno, repara lo que has dañado, haz el proceso de arrepentimiento para alcanzar la unicidad y el equilibrio. Y todas las otras buenas enseñanzas que compartimos contigo en este hogar.

A pocas horas de que la nación judía celebre nuevamente el Pesaj, tiempo de nuestra libertad, te deseo todo lo mejor, bendición y que puedas disfrutar de ella.

IEADA (primera parte)

Cada problema que atravesamos es un momento o estado de impotencia, real o vivida.
Si tuviéramos potencia, poder, y lo pudiéramos aplicar de manera positiva, entonces no sería en modo alguno un problema.
Problema  = impotencia, real o sentida.

Sabemos que ante el sentimiento de impotencia se dispara automáticamente el EGO con alguna de sus herramientas naturales y/o sus derivados.
Habrá, repito que de forma automática, una o varias de las siguientes conductas: llanto, grito, golpes o desconexión de la realidad,  y/o cualquiera de sus derivados.
No depende del pensamiento, ni de la voluntad, ni de etnia, estado civil, edad, religión, estrato social, cultura, sino simplemente de cómo está organizado el cuerpo y su sistema rudimentario de defensa.

En determinados problemas la respuesta del EGO puede ser la indicada o quizás única posible.
En otras es la que surge espontáneamente, involuntariamente, en una fracción de segundo, pero que tal vez si dejáramos pasar un par de segundos más y no actuáramos en base al instinto, la respuesta y el posterior encadenamiento podrían ser de mejor resolución.
Ambas son normales, naturales, desprovistas de intencionalidad, ninguna pecaminosa en sí misma, nada de demonios y posesiones, tampoco de destinos místicos, simple y llana fisiología.
Pero en una el resultado es el esperable y necesario, en la otra las consecuencias suelen ser un empeoramiento de una situación que podría haber tenido otras derivaciones.

Evalúa tú y considera cuándo es oportuno y necesario que sea el EGO el que responda.
Un bebe con hambre, no va hasta la cocina y se prepara la cena, llora, grita, patalea o se duerme al no recibir los cuidados de un adulto atento y responsable.
Una señora mayor que está siendo arrojada al piso para robarle su cartera, probablemente reaccionará con gritos, algún intento de forcejeo, tal vez llanto y en puede que tenga algún episodio de desconexión de la realidad.
El joven que a la madrugada está volviendo del baile y lo rodean unos patanes para molerlo a palos, por el “placer” de dañar a alguien indefenso o tal vez “diferente”, ¿cuál será su reacción automática?
Y al señor que le comunican que su amada esposa tiene un cáncer terminal, ¿cómo reaccionará al primer momento?
Y alguien que ve salir  de un hotel de alta rotatividad a su cónyuge que está abrazada fuertemente de otra persona, ¿tendrá una respuesta inmediata ecuánime y meditada?
Y al enterarse que la empresa a la cual le ha sido fiel durante 34 años le está por despedir. O cuando llega la edad de la jubilación y no tiene un proyecto para continuar su vida con un propósito.
O cuando su pareja de mediana edad, que no trabaja y se pasa en casa todo el día de malhumor, agrediendo a sus hijos de un anterior matrimonio, y reclamando y demandando su atención y dinero.
O cuando quiere divorciarse, ya está cansada de la vida con su cónyuge, pero no tiene el valor, o la decisión, o el dinero, o lo que sea y sigue en esa prisión.
Y no salvó el último examen que debía para recibirse de su profesión, a pesar de haber estado 100% segura de que estaba más que resuelto.
O alguna persona conocida no te saludo aunque pasó a tu lado y evidentemente te vio.
O el vecino que hace ruidos muy molestos, para usted, a cualquier hora, cualquier día, y no hay pedido o amenaza que le devuelva la tranquilidad.
Y si su auto de repente se queda sin frenos y va a velocidad considerable en una ruta atestada.
Y en la oficina te pasean de una ventanilla a otra, de un formulario a otros dos, de una sección a la siguiente y largas colas de por medio, para no obtener respuesta. Ídem con llamadas telefónicas en donde te recibe una contestadora automática, musiquita espantosa y nadie con quien comunicarte durante horas.
El ascensor que no baja y tú dale que e dale tocando el botoncito y sudando para que de una buena vez se abra la puerta y subas a tu piso.
O la chica jovencita que recién conoce a un muchacho (con el cual ya tuvo relaciones íntimas) y éste se la pasa hablando de ex novias, conversando con ellas por teléfono a cada rato, descuidándola, ignorándola.
O su hija que no quiere comer, y se empecina en no comer, y se niega a comer, y es una guerra campal cada vez que se sientan a la mesa para la comida.
Y cuando su perrita se suelta de la correa y sale corriendo a gran velocidad justo delante de un camión que viene presuroso.
Y su adorado equipo de fútbol está jugando espantoso, el árbitro cobra en contra todo el tiempo, y nada parece salir bien.
O cuando está apasionado por esa chica hermosa, siente que la ama, que es la mujer de sus sueños, que no puede haber otra como ella, que la tiene ahí a su lado, pero no se anima a encararla con una propuesta, ni siquiera con una tímida invitación al cine y no mucho más.
O… podríamos seguir imaginando problemas, grandes o pequeños, reales o imaginarios, vitales o banales, trascendentes o vacíos, del momento o a largo plazo, personales o que involucran a más personas, y encontraríamos que siempre estamos ante el sentimiento de impotencia y el instantáneo brote del EGO como respuesta.

Te pedí que evaluaras cuál situación se resuelve apropiadamente con el EGO y cual pareciera resolverse pero se desmejora y agrava como consecuencia de permitir que sea el EGO quien toma las riendas de tu conducta.

Si ya hiciste este ejercicio, ahora te pido que evalúes un día cualquier de tu vida. Puede ser hoy mismo. Distingue las situaciones o estados de impotencia por las cual pasaste. Descubre tus impotencias, cómo llegaste a ese estado o situación. Percibe el juego del EGO desde las sombras. Date cuenta de si tu reacción fue la más provechosa para la mayoría de los implicados, o si termino por ser peor. Haz una lista para tener los datos a la vista y sin equívocos luego.
Hazlo por favor.

Ahora toca aprender a manejarse de manera más eficiente y efectiva, para dotar a tu vida de propósito, de tranquilidad, de goce de la bendición, de felicidad.
Vamos a ver cómo proceder para salir del bucle, no perpetuarse en círculos viciosos.
¿Estás preparado?

Pero no será ahora.
Este tema, si Dios quiere, lo continuaré ni bien pueda y quiera.

Ira

La ira, dice el diccionario:

1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.

2. f. Apetito o deseo de venganza.

3. f. Furia o violencia de los elementos.

4. f. pl. Repetición de actos de saña, encono o venganza.

La ira.
Por alguna razón la solemos ocultar, reprimir, negar, excusar, justificar, esconder, despreciar, avergonzarnos de sentirla o manifestarla, culpar o culparnos por ella.
Pero también la dejamos explotar, destruir, arrasar, carcomer, lastimar, esclavizar, matar.

Surge del EGO.
En su faceta positiva, es un recurso primitivo, inconsciente, natural, animal, una pasión automática y veloz “del alma” (entendida como configuración natural o energía primordial de vida) con la que contamos para defendernos en casos de extremo peligro, es un mecanismo rudimentario pero puntualmente efectivo para la supervivencia.
Su faceta negativa, es su manifestación (o represión inconsciente) en todo el resto de las circunstancias y situaciones. Por ejemplo, si nos sentimos socialmente  ignorados, lastimados emocionalmente (pero sin daño físico directo), no atendidos, rechazados, frustrados, es normal que el EGO dispare algunos de sus herramientas y que se configure una reacción iracunda, exactamente como si estuviéramos ante un peligro real de vida (como si tuviéramos que batallar para seguir vivos). Esta reacción realmente NO nos ayuda a preservarnos u obtener atención saludable. Por el contrario, aumenta el problema, le añade otros componentes que alegan de la resolución pacífica y constructiva.

Así pues, es necesario reconocer que uno está sumido en ira, admitirlo, saber que eso está pasando en nuestro interior. Darnos cuenta de que algo nos está haciendo sentir impotentes, real o imaginariamente, y que ha provocado la respuesta desde el EGO en forma de ira.

Sí, me siento engañado; sí, esa persona que tanto idealicé me defraudó; aquella amada me rompió el corazón; mis expectativas se marchitaron por inoperancia de otro; sufrí de una evidente injusticia que me imposibilitó alcanzar un propósito anhelado; se burlaron de mí; en fin, tantas circunstancias que nos someten a la sensación de la impotencia y la consiguiente reacción del EGO.
Entonces, mi pecho palpita rápidamente, mi respiración se hace rápida y entrecortada, siento la garganta apretada, me acaloro, la sangre se me sube a la cabeza, siento ganas de romper, de lastimar, de quebrar, de gritar, de insultar, de descalificar, de desparramar mi enojo y sentirme de cierta forma con poder. Sí, quiero controlar aquello que me sometió a la sensación de impotencia, y quiero demostrar que tengo poder, que controlo, que domino, que no soy débil. Quiero rugir, que mi voz haga estremecer al que me deja indefenso con su conducta, quiero hacer sufrir, quiero que el otro deje de demostrar mi pobreza para que yo demuestre cuanto valgo, que tan poderoso soy.
Pero, si exploto, si dejo que el EGO tome el timón, si grito, lloro, golpeo o me desconecto de la realidad, no estoy siendo más poderoso, sino más débil. Ciertamente soy más esclavo de mi impotencia y aumento el problema inicial.
La ira es parte del problema, nunca de la solución.
Pero, ahí está, la siento, no la niego, no la justifico, no la apaciguo con palabras falsamente calmantes. La reconozco, la admito, sé que estoy muy enojado, sé que estoy con ganas de hacer daño, sé que algo me ha llevado a sentir impotencia, pero no la manifiesto, tampoco la reprimo ocultándola y haciendo como si nada pasara.
La admito y la dejo ir sin dañar ni dañarme. Respiro, respiro, me concentro en la respiración. No hablo, no digo, no me quejo, no golpe, nada… respiro y me concentro en la respiración. La reacción automática, desde las zonas primitivas del cerebro, pasa en pocos instantes. Debo dejar que ese canal neuronal deje de tener influencia para que me maneje desde zonas desarrolladas del cerebro.
No lucho contra la ira, tampoco la trato de dominar por medio del engaño o negación/represión.
La dejo ir, no la guardo de mi corazón como si fuera un tesoro, porque es estiércol y no oro. Tampoco la disemino por mi entorno, porque contamina. Ni se la lanzo a mi prójimo, aunque sienta que él tiene la culpa de mi malestar. Sino que la admito y la dejo fluir sin actuarla.
Es una alarma que suena, para que atiendas debidamente a lo que la disparó.
¿Ahora puedo poner un límite y detener la agresión que me llevó a sentirme impotente? ¿Hay algo más “evolucionado” que tengo en mi haber para usar y diluir la “amenaza”? ¿Lo que diré, haré, servirá para calmar la cosa o para echar más gasolina al fuego de las pasiones?

Sí, es fácil aconsejarlo, pero cuesta hacerlo. Lo reconozco. A mí también me cuesta. Por eso, es cuestión de entrenamiento. De preparase en cada oportunidad y trabajar en el control sin controlar.

¿Qué, quieres tener la última palabra en la discusión?
¿No quieres parecer un debilucho?
¿Te parece insoportable que el otro se vaya con la ilusión de que ha triunfado?
¿Quieres limpiar tu honor mancillado a causa de tu impotencia?
¿Crees que te mereces atención y gloria?
¿Sientes que te resignas a ser un perdedor si no ladras, asaltas, insultas, agredes, etc.?
¡Vamos! Piensa bien, no con las tripas, sino desde la multidimensionalidad.
¿Qué ganas cuando es el EGO el que te maneja como títere?
¿De que te vale tener la última palabra cuando es realmente “la última” en una relación que podría ser perdurable?
¿Que tan fuerte eres cuando solamente con el poder falso de la impotencia te levantas sobre otro?
¿Quien maneja tu vida cuando es el EGO el que decide tus acciones?
¡Vamos! Toma un poco de distancia y mírate. Mira tu cara enloquecida por el sufrimiento y el enojo. Mira el papelón que estás haciendo. Defráudate de ti mismo, tan falto de vigor y dominio que necesitas recurrir a los trucos primitivos del EGO para arañar algo de atención y poder.

Y, ¿qué tan fuerte eres cuando te arrastras de dolor a causa de negar que sientes ira?
Si te viven agrediendo, te maltratan, abusan de ti, te ponen en situaciones espantosas, te hostigan, y tú no sientes nada… ¿eso es poder, eso es haber aprendido a someter al EGO, o es una ceguera impresionante a la realidad, una represión grosera de tus emociones, y por tanto mucho, muchísimo EGO?

Una cosa es reconocer al EGO, admitir su injerencia, percibir tus emociones “oscuras” y no permitir que todo esto te lleve a actuar destructivamente.
Otra cosa, muy, pero muy distinta, es creer que no pasa nada, que está todo bien, que no sientes nada cuando estás bullendo por dentro pero te niegas absolutamente a reconocerlo.
¿Comprendes lo que te estoy enseñando?

¿Sientes ira?
Ok, qué bueno que te das cuenta.
No la niegues, no la rechaces.
¿Te das cuenta qué de la situación la ha gatillado?
¿Ves en qué eres o te sientes impotente y por tanto la situación te ha despertado la reacción del EGO?
Sí, ahora tienes la conciencia despierta. Estás en camino de armonizar tu Yo Esencial con las máscaras del Yo Vivido. Tienes una oportunidad refrescante para crecer a través del duro aprendizaje que te propuso “el destino”. ¡No lo eches a perder actuando la ira!

El camino del AMOR no del EGO.

Resp. 1115- ¿Es injusto obtener bienes mediante la desesperacion del projimo por querer vender rapido, a un bajo precio?

frankkk nos consulta:

Hola more, mi pregunta es si es correcto jugar con la desesperacion de la gente por vender, me refiero a que publican algo a tal precio en una pagina, no lo pueden vender y yo cuando veo que no lo vendio y le preguntaron muchas personas, le ofrezco un numero por debajo del que cuesta realmente, y hay ocaciones en que lo consigo, es correcto ? yo lo unico que hago es ofrecer nomas, pero siento que esta mal tener esa intencion !
Franco Farioli,19 años, estudiante, Santa Fe, Argentina

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La pregunta

Preguntar debiera ser una actividad cotidiana de cada persona.
Preguntas verdaderas, significativas, apropiadas.
Las hay más o menos profundas, con mayor o menor trascendencia, pero si son preguntas ciertas, son preguntas “buenas”.

La función de la pregunta es aumentar la conciencia y/o el conocimiento.

Si no es usada con tal finalidad, entonces no estamos ante una pregunta, sino ante una infidencia, infidelidad, agresión, distracción, molestia, falsedad.
Son “cosas” entre signos de interrogación, pero no realmente preguntas.

Aquel que ama la vida y la libertad, que busca el conocimiento, que predica con palabras y actos la bondad y la justica, es asiduo a la pregunta, para hacerla, para recibirla.
Se pregunta, pregunta a otros, pregunta a la existencia.
Pregunta para ayudar a pensar, para repensar, para quitar obstáculos, para sembrar la duda que florece en bienestar, para erradicar la duda que medra como parásito en las sombras de la inconsciencia.
Pregunta para que nazca la Luz.

Pero el que está sometido a su celdita mental, escapa de la duda. Le teme, la demoniza, la rehúye, intentará cualquier astucia con tal de tener a mano respuestas, aunque sean incoherentes y poco valiosas.

Puedes tomarte un tiempo para observar si has estado preguntando o simplemente disparando “cosas” con signos de interrogación.
Si aprendiste y te entrenas en el arte/ciencia de la pregunta, o si te mantienes adrede bajo la sombra de la ignorancia, la presunción, el prejuicio, el engaño.

Pregunta, sin temer a las respuestas.
Pregunta, sin temer a la pregunta.

Luego verás qué harás con el nuevo conocimiento, con la toma de mayor conciencia.

¿Te parece?

Resp. 1113- Pasión o EGO

velazquillo consulta:

Saludos.

Recientemente estoy leyendo material del EGO, y voy comprendiendo y tratando de hacerlo practico, sin embargo noto que cuando se habla o se comenta del rabino crucificado, en algunos casos no en todos, más cuando se que es mentira, por ejemplo que no violó la Ley, se me acelera el corazón y me apasiono mucho, no agredo ni alzo la voz, me controlo mucho más que antes. Quisiera saber hasta dónde me estoy dejando controlar por el EGO y hasta donde es pasión por la verdad.

Muchas gracias

José velázquez Venezuela

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Fiesta de las preguntas

Desde hace milenios Pesaj recibe también el apelativo de “tiempo de nuestra libertad”.
Presta mucha atención que es el “tiempo” y no la “fiesta”. Date cuenta que es “de NUESTRA libertad”, no la de los antepasados, o la de la libertad como un concepto teórico despegado de lo cotidiano.
Es “tiempo de nuestra libertad”.

La sabiduría escogió que así fuera llamado este período. En buena medida, supongo que porque rememora pero además revive y actualiza cada año el proceso de la liberación del pueblo judío a su salida de Egipto. Es un tiempo que vuelve, año tras año, no solamente con tradiciones y relatos antiguos, sino con un ajuste a la realidad actual, una inserción para nuestra vida, una práctica más que una teoría. Es tiempo de libertad para nosotros, no solamente para los antepasados judíos que fueron tomados de Egipto y trasportados a la redención.
Tiempo para que te des cuenta de lo esclavo que eres y así puedas hacer lo que está en tu dominio para ser libre.
Porque… eres esclavo, ¿no?

También se pregona desde antaño que cada judío debiera verse a sí mismo como redimido de Egipto, como forma de valorar la libertad, la vida y las bondades que a diario hace el Eterno para con nosotros.
Incluso en situaciones terribles y extremas, como en campos de concentración y exterminio para los judíos era su tiempo de la libertad. Sí, estaban prisioneros, eran martirizados espantosamente hasta la muerte cruel, imposibilitados incluso de hasta poseer nombre propio, pero igualmente debían agradecer por ser libres… ¿o no?

Escuché que se le llama también fiesta de las preguntas. Algunos, con la inocencia pira de niños, explican que es porque existen las cuatro preguntas, aquellas compiladas en el “má nishtaná” de la hagadá a su vez expresadas por los sabios del Talmud. Preguntas que nos remontan a unos 1800 años atrás, a una época en la cual los judíos estaban en estado lamentable, Judea bajo el oprobio del imperio romano, la libertad extremadamente limitada y sin embargo el judaísmo mutaba para seguir existiendo. Mutaba para seguir siendo el mismo. Cambiaba sin perder la identidad. Porque así como el individuo es Yo Esencial, Yo Auténtico y Yo Vivido, también el colectivo tiene ciertos rasgos similares (no precisamente iguales, similares). La esencia se mantiene invariable, la autenticidad varía de acuerdo a parámetros delimitados en tanto que lo vivido son los ropajes y máscaras que se asumen.
Como sea, fiesta de las preguntas… porque, tú también sabes preguntar, ¿no?

Si hilamos un poquito más fino nos damos cuenta que por ser “el tiempo de nuestra libertad” necesariamente debe ser la “fiesta de las preguntas”.
¿Por qué?
Se supone que la persona libre pregunta.
El esclavo está sometido, obedece, acata, se calla, se impone el silencio so pena de sufrir o morir.
Pero la persona libre puede preguntar, cuestionar, dudar, argumentar, para de esa forma aprender, conocer, saber y escoger con propiedad.
Algunos esclavos-emisarios del EGO te dirán, te exigirán, te inculcarán que el “fiel de Dios” (del dios que sea, laico o religioso, o hasta incluso los que dicen hablar en nombre del Uno y Único) no pregunta, aborrece las preguntas, se aparta de “la duda”, que la duda es “Amalec” el enemigo (y lo dejan así, sin explicación racional y coherente), que no consultes más allá de cuestiones rituales, que solamente indagues para ajustar más el lazo entorno a tu cuello. Cállate o te irás al infierno. Pero aprende de memoria y repite sin parar los lemas que ellos consideran sagrados, te obligan a que seas un androide replicante, no de los que replican (argumentan o critican con altura) sino de los que viven una vida de falsedad, siendo copias (replicas) de otros, cáscaras, ovejas de pastores, atados a sus líderes y dogmas religiosos, disfrazados de santos pero en desconexión con su esencia sagrada.
Porque el esclavo no pregunta, solo tiene fe y por ello sabe… ¿o no?

Al EGO no le gustan las preguntas verdaderas, que pueden liberar.
El EGO medra en la impotencia, por tanto, nada que te haga sentir tu poder está en sus planes (a no ser que el sentimiento de poder sea un tobogán hacia el fracaso y la impotencia).
El EGO exige sumisión, silencio, negación de dudas, pensamiento ausente, pasión, fe, ceguera, dogmas, proclama de lemas, aburrir, repetir, expulsar la crítica, sepultar la oposición.
El EGO trabaja con y desde la  impotencia.
La ignorancia es una manifestación más del no-poder.
El EGO se divierte con afirmaciones entre signos de interrogación, distrae con preguntas superficiales, decreta, homogeniza, destierra. Aplaude las agresiones y supuestas críticas que se expresan como falsas preguntas.

El EGO

  • grita,
  • insulta,
  • se hace el ofendido,
  • pide perdón pero vuelve a lo mismo,
  • difama,
  • miente,
  • ensucia,
  • golpea,
  • se impone como santo y salvador,
  • amenaza,
  • presiona,
  • agrede,
  • enturbia,
  • confunde,
  • destruye sin fin constructivo,
  • rompe,
  • desliga,
  • desconecta,
  • se victimiza,
  • se queja,
  • reclama,
  • demanda,
  • exige,
  • juzga sin juicio,
  • desprecia,
  • se apasiona,
  • se burla,
  • roba,
  • asesina,
  • es infiel,
  • lastima,
  • obstaculiza el bien,
  • distribuye maldición,
  • murmura,
  • intoxica,
  • obliga,
  • es religioso,
  • es seductor,
  • es tirano,
  • justifica,
  • declara la guerra,
  • atenta,
  • hostiga,
  • usurpa,
  • manipula,
  • es indiferente,
  • hace sentir culpas,
  • enoja,
  • angustia,
  • desespera,
  • da huecas esperanzas,
  • demanda fe,
  • enceguece,
  • desea,
  • se aferra,
  • teme la duda válida y genuina,
  • inventa mitos,
  • habla de Dios,
  • habla en lugar de Dios y no vive de acuerdo a Su Ley,
  • ofende,
  • ahoga en ira,
  • elabora ritos,
  • añade prohibiciones cargosas,
  • esclaviza al amo y al siervo por igual.

Con este panorama, ¡difícil que al EGO le agraden las preguntas verdaderas!
Las preguntas sinceras y con sentido llevan a pensar, a manejarse con un alcance de multidimensionalidad, a romper lazos que enferman.
Es claro, al EGO no le agradan las preguntas y las trata de evitar por medio de cualquier subterfugio.

Por ello, el libre pregunta en verdad y espera obtener respuestas verdaderas, o que se acercan a ella.
Los debates son para que aflore la Luz, no para demostrar quien tiene la razón.
La crítica es para limar los escollos y fluya el conocimiento y el bienestar, no para demoler o alzarse como triunfador.
El libre, si no obtiene respuestas, igualmente está satisfecho porque el ejercicio de su libertad está en el preguntar.

Sí, también los que estaban esclavos en campos de muerte nazis, también ellos podían ser relativamente libres. Si no dejaban doblegar sus almas, si no se dirigían a la muerte en silencio y sin desafiar a Dios, al orden, al mundo, a sus asesinos con sus preguntas valiosas. En su desafío, en su mirada reclamante al cielo, en su oración dolorosa, en su rebelión silenciosa, allí estaba su libertad.

Para terminar este encuentro te dejo un ejercicio, si quieres hacerlo, ¡qué bueno! Si quieres compartir lo que opinas, ¡mucho mejor!
Te cito un pasaje de la Torá, tiempo después de la salida de Egipto y de la posterior entrega de la Torá.
El pueblo judío, acompañado por el populacho gentil que huyó junto con ellos, estaban en el desierto, conducidos directamente por el Eterno. Eran sostenidos y alimentados. Cuidados, como una madre cuida a su hijo.
Entonces:

"…el populacho que había entre ellos se dejó llevar por la gula.
Y también los Hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: -¡Quién nos diera de comer carne!
Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos.
Pero ahora nuestro apetito se reseca, ya que no hay ante nuestros ojos más que el Man [Maná]."
(Bemidbar / Números 11:4-6)

  1. Identifica por favor la actividad del EGO.
  2. ¿Cuáles herramientas usa?
  3. ¿Qué busca?
  4. ¿Qué genera?
  5. ¿Son libres?
  6. Si son esclavos, ¿de qué están esclavos?
  7. ¿Cómo podrían liberarse?
  8. ¿Cómo es posible que sea Dios el que se encarga de su liberación, con milagros y hechos maravillosos incluidos, pero igual ellos siguen sometidos a esclavitud?
  9. Aplica lo que ves en este ejercicio a tu propia condición actual de vida.
  10. Comenta, si quieres.

Hasta luego, que seas bendito y de bendición… y feliz fiesta de Pesaj, feliz tiempo de tu libertad.

Se acerca el tiempo de la libertad (PESAJ)

El Yo Vivido se forma a partir de las experiencias, de nuestras relaciones, de nuestros sentimientos enrollándose con “la realidad”, de lo que vamos haciendo y dejando de hacer.
Cambia, se le suman capas, engorda, se llena de grasa, se complejiza, de acuerdo a las máscaras que vamos incorporando y luego asumiendo como identidades.
Luego, con el correr de los años y el engrosamiento del Yo Vivido, seguramente va inmovilizándose, petrificándose, haciéndose más y más rígido e inflexible. Pareciera haberse convertido en la “personalidad” de la persona, en su “yo”.
Como que pierde el rastro al hogar sagrado, a la propia neshamá –espíritu-, a la esencia pura divina del ser. Allí queda, en el fondo, intacta, intachable, luminosa, en conexión con el Eterno, pero apenas tomada en cuenta por el resto de la organización personal.
La que debiera ser capitana y rostro, es una presencia solapada, como ausente.
La persona depende del aplauso externo en vez de valorar la tibia voz que lo arrulla desde su profundidad. Escoge por los clamores de pastores mentirosos, farsantes, engañadores, piratas de la fe, en lugar de refugiarse y prosperar en el abrazo de su espiritualidad sagrada.
Se desespera por recibir muestras de amor, atención, respeto, honores, coronas, gratitud, regalos, gestos que le indiquen que tiene algún poder.
En su ansia hasta le satisface la crítica nefasta, el golpe, la vejación, el insulto, la humillación, el ser manipulado, el negarse, el desvanecimiento, la violencia, con tal de recibir una demostración de existir.
La mayor bendición no está fuera, ni en lo pasajero, sino en la conexión con uno mismo, en sintonizar y armonizar sus planos de existencia, en vivir de acuerdo al AMOR, conectado al prójimo y así con el Eterno. Cuando se comprende que no es la senda del EGO la que lleva a la felicidad, a la plenitud, al goce del momento y de la eternidad, y porque se comprende se actúa en consonancia, entonces quedan de lado las manipulaciones y vicisitudes, se vive el presente en eternidad y paz. Se actúa a cada momento con bondad Y justicia, con ambas, siendo leales a la neshamá, porque así uno es leal a sí mismo y a Dios.
No es necesario misticismos, ni seguir a líderes religiosos, ni congregarse con otros “fieles”, ni andar predicando “palabras” entre los “infieles”, ni estudiando textos enrevesados, o aprender palabras en otros idiomas, ni vivir de poses. Nada de ello es AMOR, ni esencia,  ni conexión con Dios. Todo ello máscaras, EGO, vanidad de vanidades, pero que en su ceguera el hombre considera monumentales e indispensables.
El EGO retiene, inmoviliza, infantiliza, provoca cambios que no son más que espejismos para mantener a la persona en siniestra esclavitud.
Hay tiempo para cada cosa, tiempo para crecer también, para dejar la dependencia del EGO, para asumir la senda del AMOR. AMOR, que no es un sentimiento, sino un accionar en la vida concreta, una ocupación asertiva para lograr el bienestar del prójimo sin esperar nada a cambio, y sin dañarse a uno o a otros en esa tarea. El EGO no permite el amor, se opone, se disfraza del mismo, se hace pasar por libertad cuando es esclavitud, se disfraza de espiritualidad cuando no es más que religión, se presenta como frase profunda y no es más que un cliché melindroso. El EGO retiene, atrapa, pone cadenas y la persona no crece. Quien no crece, empantana a los que están a su lado. El EGO se expande, o reverbera en los demás. El ambiente se llena de ansiedad, frustración, ira, maltrato, hastío, reproches, culpas, todo lo que estorba al AMOR.
El EGO es la senda de la infelicidad, del nunca estar satisfecho, de vivir deseando y aferrándose, de negar la vida con la excusa de sobrevivir.
El AMOR es la senda de la felicidad, de compartir, de soltar, de dar espacio, de ayudar a madurar, de acompañar, de servir, de agradecer, de recibir sin penas ni reproches.
El EGO es esclavitud, el AMOR es libertad.
Pero el EGO no deja ver las cosas con un cristal puro, sino que lo enturbia con pasiones, falsas ideas, creencias, doctrinas, dogmas, miedos, amenazas, impotencia. Se está a la espera del aplauso de afuera, de la confirmación de que uno vale y puede, de que uno tiene poder. Esclavitud, pesar, muerte en vida.
Y se puede cruzar el puente, para vivir a la Luz del AMOR, pero no se hace. Están las mil excusas, todas inteligentes, comprensibles, admisibles, pero solo excusas para cambiar sin cambiar, para quedarse sin estar. EGO.

¿Estoy yo libre del EGO?
Es una pregunta que tú te puedes hacer a diario, como yo me la hago.
La respuesta es… no, pero trato de trabajar en ser más libre, en vivir más a la Luz del AMOR.
No es fácil, no es simple, no es una senda de solo subidas, no se está en “buena onda” todo el tiempo… el EGO sigue presente, tal como la neshamá lo está. Sin embargo, entre estas dos presencias constantes hay grandes diferencias, te menciono un par. La neshamá es eterna, estuvo, está y estará más allá de nuestro estado mundano. La neshamá es intachable, incambiable, no recibe daños ni imperfecciones. La neshamá es nuestro ser esencial, el EGO un disfraz.

Construye tu mundo, concéntrate en hacer tu parte, controla lo que tienes bajo tu dominio, sintoniza tus dimensiones, pide ayuda, da una mano, sé constructor de shalom.
El aplauso vendrá por sí solo, o tal vez no. La atención que recibirás será elocuente, o tal vez no. Los beneficios materiales serán inmensos, o tal vez no. Sea así o asá vivirás siendo bendito y de bendición.

¿Qué podrías comentar para perfeccionar este mensaje?
¿Qué podrías comentar como forma de resumirlo?
Gracias por acompañarme hasta aquí, ahora si quieres vívelo y compártelo.

El sentimiento del ego

Solemos durante nuestra vida, atravesar por diversas circunstancias, que impactan en determinada manera nuestra conducta, y como es natural ante cualquier circunstancia, emergen ante nosotros, dos opciones para reaccionar o responder ante eso mismo, dos respuestas para elegir…… libre albedrio se le suele llamar, una respuesta (aunque la menos usada) podría ser de modo racional y saludable, surgida desde el razonamiento empapado de conocimientos adecuados, que es tal como se viene difundiendo en este sitio, y se logra otorgando las herramientas necesarias para que las personas reaccionen de diferente modo ante la vida, con los conocimientos y técnicas adecuados, otra respuesta que es la más común, es reaccionando de manera emocional, para sobreponerse al tan temido y rechazado sentimiento de impotencia, que definiremos como “el sentimiento del ego” la principal herramienta que este mismo utiliza para mantenerse entronizado en la existencia, la mayor parte de nuestras vidas.

Estamos traumatizados desde el nacimiento, aunque lo ignoremos, aunque lo neguemos, y muy a pesar de que este intenso trauma por el violento acto del nacimiento, nos marca de por vida, gran parte de esta misma, solemos ignorarlo o pasarlo por alto.

La misma violencia con la que el recuerdo atroz del nacimiento quedo impregnado en nuestra memoria, con esa misma violencia solemos reaccionar en el día a día, piensa un poco acerca de tus relaciones, de los sucesos que enfrentas el día a día, momento a momento, y veras ese mismo rostro violento del recién nacido que fue arrancado de la tranquilidad y confort intrauterino, pero reflejado ya en un adulto que cuenta con distintas herramientas para operar de modo diferente y no desde la impotencia primaria.

El trauma del nacimiento es intenso, está grabado en nuestra memoria, con una carga emocional tan inmensa, que a cualquier atisbo de impotencia real o sentida, se desborda ese mecanismo de supervivencia con que el recién nacido “escapo” de la extinción, es un trauma y como tal nos marca de por vida, como aquel que tiene un aparatoso accidente automovilístico y ahora teme transitar las grandes y concurridas avenidas viales, o el que sufrió un secuestro y ahora vive a la expectativa de proteger su libertad y que cualquier individuo que le parece inusual, le despierta un estado de alerta, como decimos habitualmente quedaste traumado.

Saber que tenemos este intenso trauma en nuestro organismo, no es motivo de alarma o preocupación, sino principio de salud y bienestar, porque entonces nos re-conoceremos y procederemos a anular las operaciones del ego, ni bien empiecen a manifestarse.

Tomemos un ejemplo, uno bien común…..

La chica o el chico bien enamorado, que de repente y sin previo aviso, es despedido por su amado/a, muy probablemente con una fuerte desconexión de la realidad (ilusiones), y grandes planes a futuro y ambiciosas metas, y entonces de repente… ¡la ruptura! terrible y devastadora, ¿Qué puede hacer el joven ante esta lamentable situación? No otra cosa más que operar desde el ego (desde el sentimiento de impotencia) y la violencia se hace manifiesta, se agrede, se reclama, se violenta…. PORQUE EN APARIENCIA NO PUEDE HACERSE OTRA COSA, y si todo esto no funciona, para sobreponerse al tan temido sentimiento de impotencia, entonces se desconecta de la realidad a la persona, no es extraño ver en decepciones amorosas prolongados periodos de sueño o escapes imaginarios de la realidad insufrible y en algunos casos más extremos y lamentables incluso hasta el suicidio, es que cuando la persona se siente morir en algún aspecto de su vida, algo debe salvarla y lo primero que se presenta es el ego a través de sus primitivas herramientas (llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad) como cuando éramos muy pequeños.

Hay desesperación cuando a la persona la inunda el sentimiento de impotencia (el sentimiento del ego) lo denomine así, porque el ego es potente generador de sentimientos negativos, pero la raíz primaria de todos ellos, es el sentimiento de impotencia, de ahí se ramifica en desesperación, tristeza, ira y decepción, pero todos provienen originalmente del sentimiento de impotencia y en la desesperación, la persona puede acudir a diferentes salvadores (el primero es el ego), incluso en una atinada aunque no muy común decisión, el que es presa del sometimiento del ego, puede acudir a un especialista en salud mental, en bienestar emocional, el auténtico profesional que este empapado de todos estos conceptos u otros que sean de igual manera efectivos, ojo pero no de aquel supuesto profesional que te manda a estudiar libros sobre fe y religión, que lo único que hacen es hundir aún más a la persona en el abismo oscuro de la desesperación y el dolor, el auténtico profesional que conozca y sepa aplicar las técnicas adecuadas para que la persona pueda salir a flote.

Este vanguardista descubrimiento sobre el sentimiento de impotencia, es autoría del Lic. Yehuda Ribco (apreciado Maestro), y en la red comienzan a aparecer similares consejos a los que se vienen vertiendo en este sitio de manera periódica, en similar sentido al que se viene tratando aquí sobre el sentimiento de impotencia, no sabemos sus fuentes (podría ser que lo vieron aquí), de hecho es un descubrimiento revolucionario y un potente rectificador y potencializador de la existencia, tal vez en un futuro sea la base de los tratamientos más efectivos en lo que a salud emocional y mental se refiere, aunque de verdad, repercute en toda la multidimensionalidad del individuo.

Bueno pero hablando de la desesperación, hagamos un breve pero muy útil paréntesis, para abordar un poco más de este aspecto, que es muy común que sea utilizado, para someter al individuo, muy particularmente desde el seno de las religiones, pensemos un poco acerca de la religión, en un primer ataque le atribuye al individuo algún pecado que jamás cometió (pecado original), para luego venderle su “salvación”  a precio de oro (sometimiento por fe y cancelación del pensamiento crítico) una vez que el sentimiento de culpa fue incrustado en el individuo por medio de alguna dizque “divina” culpa, entonces ya la persona se abandona a las exigencias religiosas, porque desde su parecer no existe otra salida, algún escape de su lamentable (aunque imaginaria) realidad, y esto es desesperación, aunque después migre a estados emocionales más placenteros, pero aun así el individuo ya fue sometido por una causa irreal, y entonces viene el sometimiento a cualquier cosa absurda, recordemos que la religión es eso precisamente, sometimiento a lo absurdo, principalmente lo absurdo que proviene del ego, como sacrificios para salvación, ofrendas a cosas inertes para obtener determinados favores, y otras tantas cosas más que anestesian a la persona, sin concederle mayores beneficios.

Pero hay un aspecto fundamental aquí que es lo que deseo recalcar, particularmente hablando de cuando a la persona la asalta el sentimiento de impotencia y el pensamiento racional es cancelado, y entonces una oleada de sentimientos negativos sumerge a la persona en un terrible y doloroso caos (interno y externo), que se manifiesta por lo regular en dolor, tristeza, soledad, abandono y etc., seguramente lo habrás experimentado en alguna ocasión, ¿no? Y es que se siente morir cuando el sentimiento de impotencia invade nuestras vidas, pero ante esos terribles casos que suelen presentarse a menudo en nuestras vidas, ¿Qué hacer?

Como mencionamos algunas líneas atrás, es excelente contar con ayuda psicológica de algún aspecto, para esos casos de extrema urgencia, sin embargo no cualquier profesional estará disponible las 24 horas del día, para auxiliarnos cuando lo necesitemos.

Reconocer nuestra impotencia, es un primer paso de liberación y crecimiento, el segundo es hacer lo que podamos hacer dentro de nuestras sanas posibilidades por crecer, por ejemplo puedes charlar de estos temas, con alguien de tu entera confianza, para que así en conjunto, pueda existir mutuo apoyo, tal como el ego se colectiviza en determinada manera, así mismo, una técnica de liberación es mucho más efectiva si se practica en grupo, sería muy loable si nosotros mismos por nuestras propias fuerzas pudiéramos sortear solos esos malos ratos, pero no es así, sencillamente porque cuando el ego se impone, el pensamiento racional es cancelado, no es brujería, ni una maldición, sino simplemente una función biológica que se activa en determinadas circunstancias y en otras es puesta de nuevo en standby.

Hemos aprendido que la CA (Comunicación Autentica) es una poderosa herramienta, para armonizar nuestra existencia, y si hacemos uso de ella de la manera más adecuada puede haber grandes resultados, por ejemplo, si cuando estamos pasando mal rato, hablamos con un amigo, que este empapado en estos conceptos y le decimos nuestro sentir, tal vez de ello pueda surgir un buen consejo, una autentica palabra de aliento,, porque en verdad que cuando el sentimiento de impotencia inunda nuestra vida en verdad somos impotentes, porque por nosotros mismos salir de ello resulta mucho más que complicado.

Pero fuimos hechos para convivir en sociedad  con todo lo que ello representa, si somos impotentes en diferentes aspectos, pero también tenemos facultades, como el habla y herramientas como la comunicación, haciendo uso de ellas podemos ser mejores personas, pero ¡atención! Cuando se menciona acudir a alguien más para dialogar, no se trata de crear una dependencia toxica o enfermiza, sino todo lo contrario a partir del dialogo construir conversaciones positivas y edificantes que beneficien a ambas partes, y partiendo de la convivencia social, reforzar nuestra habilidad para manejar los estados emocionales del ego.

Recuerdo una vieja fabula de Esopo, de aquellas que leíamos cuando estábamos en la primaria, donde se probaba romper un haz de varas y una sola persona no podía hacerlo, pero al hacerlo en conjunto (con mas personas) finalmente el haz cedía y se rompía, bien vale la pena recordar aquella fabula y tomar la interesante analogía, para decir que somos más efectivos en grupos inteligentemente organizados.

Tal vez cuando los embates del ego quieran hacer desmanes, alguien nos podrá decir.

No quieras controlar lo que no puedes controlar

Haz tu parte el resto no depende de ti……

No depende de ti… lo que el otro controla

Hace poco halle una vieja libreta de mi padre (su alma repose en el seno del Eterno) donde preparaba los borradores de sus discursos  que daba al finalizar los ciclos escolares, para finalizar tomare un par de líneas  de uno de esos discursos.

Dice así:

“Pueden tener  la seguridad de que lo que hacen sirve al país, de que en una forma o en otra, colaboran a la búsqueda de la justicia social, que debemos todos encontrar, dentro de la libertad con formas de trabajo y organización.”

Y finaliza diciendo:

“Nuestro tiempo es la época del despertar de la conciencia crítica. Nada ni nadie podrá detener el progreso de México, cuando este se finque en la fuerza organizadora y la inconformidad creadora de todos sus hombres y mujeres.”

Palabras atinadas e inteligentes, organizados somos más eficientes, mucho más eficaces, y la potente inercia que lleva el ego (a través del sentimiento de impotencia) suele detenerse si por fuente exterior, se hace un llamado a la cordura y la lucidez, con las palabras justas y en el momento exacto.

Y el ¡gran secreto! Para minimizar el influjo negativo del ego sobre nuestras vidas, se reduce a compartir y crecer en sociedad.

Referencias bibliográficas

Ribco, Y. (2005) Cterapia Optimismo: querer no es poder, pero es un paso… http://serjudio.com/cterapia/cab050404.htm

Ribco, Y. (2011) Herramientas del EGO. Obtenido desde http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/herramientas-del-ego

Ribco, Y. (2012) Malas conductas. Obtenido desde http://fulvida.com/fortalecimiento/ego-fortalecimiento/malas-conductas

Ribco, Y. (2012) Ego colectivo y Era mesiánica. Obtenido desde http://fulvida.com/id-noajica/despertando-al-projimo/ego-colectivo-y-era-mesinica

Ribco, Y. (2012) Tu sentimiento de culpa. Obtenido desde http://fulvida.com/ajenos/misioneros/tu-sentimiento-de-culpa

Ribco, Y. (2012) De amor y soledad. Obtenido desde http://fulvida.com/id-noajica/familia/de-amor-y-soledad

Ribco, Y. (2013) El cambio. Obtenido desde http://fulvida.com/fortalecimiento/ego-fortalecimiento/el-cambio

critica

Religión del EGO

Religión es una de las manifestaciones sociales y externas del EGO.
(Recordemos que el judaísmo y el noajismo, en su esencia y aplicación pura, no son religión aunque pueden tener elementos paralelos a algunas de ellas).

Hemos explicado en numerosas ocasiones acerca de este tópico, por lo que ruego al amable lector busque, encuentre, lea, analice, critique y aprenda. En serjudio.com puede comenzar en http://serjudio.com/category/exclusivo/cterapia en tanto que en fulvida.com recomiendo http://fulvida.com/category/fortalecimiento/ego-fortalecimiento. Si quiere colaborar con el resto de los lectores, por favor deje en la zona de comentarios, aquí debajo, los links oportunos y si gusta algún resumen o pensamiento al respecto. Gracias.

En la religión se establece una relación ambivalente con el dios (o dioses), generalmente inexistente, aunque también esto se puede observar en aquellos que hacen de su vínculo con el Uno y Único un asunto religioso.
Esta relación ambivalente se da de la siguiente manera.
Por una parte el creyente pone su fe en el dios y espera de él alguna salvación, ayuda, beneficio, ganancia, protección, porque le asigna o asume que la deidad cuenta con alguna clase de poder.
En las antiguas religiones politeístas esto es evidente con una simple inspección, aunque las religiones actuales no se libran de ello.
El adorador sacrificaba alguna cosa de valor en honor al dios, con la esperanza de satisfacer de cierta forma al mismo y así recibir la respuesta esperada.
Considera esta referencia tomada de la Wikipedia:

Esto es parte de la Dialéctica de lo Sagrado, que es parte y fundamento de todas las religiones. A consecuencia de este carácter dual muy fuerte, su culto entró dentro del sistema de reciprocidad del sacrificio; tanto no sangriento, como ofrendas de flores o libaciones diversas, como de autosacrificio, ofrenda de animales, y de seres humanos cuando las sequías se dejaban percibir terribles y amenazaban la supervivencia misma de las sociedades (o en el caso de tierras muy húmedas, como las Tierras Bajas Mayas; para evitar el exceso de lluvias, huracanes, tempestades o truenos fulminantes, pues si Chaac (Tláloc en maya Yucateco) se enfurecía demasiado, aquellos podían destruir las cosechas, deslavar cerros, desbordar los ríos y arrasar ciudades y pueblos enteros).

O este otro:

Cuando los videntes declararon que la ira de la diosa no podría ser aplacada a menos que Ifigenia, la hija de Agamenón, le fuese ofrecida como sacrificio compensatorio…

Por todos lados, donde hay religión, aparecen mecanismos diversos para obtener el servicio de la deidad.

¿Y la ambivalencia, dónde está?

El hombre impotente, que no puede controlar los elementos de la naturaleza, ni los tiempos, ni enfermedades, ni riqueza, ni vida, ni a otros hombres, ni siquiera a sí mismo, pretende que un dios poderoso (o hasta todopoderoso) le sirva y le satisfaga. Para conseguir esta servidumbre divina el hombre opera mágicamente, religiosamente, por medio de ensalmos, plegarias, sacrificios o cualquier otro ritual y de esa manera provoca que el dios trabaje para su provecho.

La ambivalencia: el hombre impotente manipula al dios poderoso; entonces, ¿el hombre es impotente realmente o tiene un poder tan inmenso que hasta los dioses se convierten en sus servidores?

Por supuesto que el hombre es impotente, doblemente impotente, porque pone su fe en la magia, en rituales, en la religión, en la manipulación, además de en dioses que no existen.
(Y si su manipulación pretendida es sobre el Uno y Único, además de impotencia hay blasfemia).

Ponte a meditar, ve tus propias acciones y creencias, actuales y del pasado.
Mírate y reconoce si tus rezos, negociaciones, pactos, rituales, religiosidad no han estado muchas veces (si no todas) por el deseo de imponer tu voluntad sobre alguna deidad, sea de las falsas o del Uno y Único.

Eso es religión.
Un método para re-ligarse con la deidad, pero no para entrar en comunicación franca y sincera con ella, no para trascender por medio de emular las acciones de bondad y justicia del Señor, no para servir a Dios sin esperar nada a cambio. ¡No! Es re-ligarse, re-unirse, para que el dios satisfaga al impertinente deseo del impotente pero vanidoso humano.
Todas las religiones que conozco y he visto operan de similar manera, ninguna se escapa de esta descripción.
Sí, no conozco muchas religiones, ni sus variantes, ni sus vericuetos doctrinales y teológicos, pero de lo poco que sé, ninguna es diferente.
(Repito, judaísmo y noajismo NO son religiones, pero muchos las viven como tales y entonces caen en este mismo tipo de relación ambivalente con el dios que adoran, que se supone que es Dios).

Como una persona puso en Facebook el otro día, decía algo así:

Esta es la manera segura de obtener prosperidad. Garantizada. "’Ahora pues, Israel, ¿qué pide YHWH tu Elojim de ti? Sólo que reverencies a YHWH tu Elojim, que andes en todos Sus caminos, que ames y sirvas a YHWH tu Elojim con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos de YHWH y Sus estatutos que yo te prescribo hoy, para tu PROSPERIDAD."
(Deuteronomio 10:12-13)”

Para mí esta absoluta irreverencia, falta de respeto y veneración, aberración idolátrica, blasfemia, impudicia, rápidamente fue comprensible al darme cuenta de que el autor es un doctrinario mesiánico, de esos cristianos que se hacen pasar por judíos, que hasta se creen sinceramente que son judíos, pero que no son otra cosa que una rama más del cristianismo. Una rama bastante atrofiada y enferma, que lleva veneno mortal a quienes la prueban. Sí, eso explicaba bastante el origen de tremendo disparate.
Entre otras cosas, el versículo no menciona en ningún lugar la prosperidad, sino que termina diciendo “para que sea bueno para ti”, sin mención alguna a la prosperidad.
Al comentar brevemente ese post, dice que era una vergüenza hacer negocios con Dios para tener estos beneficios. El autor respondió rápidamente diciendo que no se trata solo de prosperidad económica… sí, claro… por supuesto, eso es lo que pretendía el señor al prometer prosperidad garantizada haciendo caso al versículo. Al poco rato, otro adorador de ídolos comenzó con las agresiones, insultos y otras tropelías típicas de los servidores del EGO, especialmente de los que se creen fuertes por ser parte de una religión que cuenta con al menos mil millones de seguidores nominales.

Ahí tenemos, al hombre impotente, miserable, pobre, demacrado, inservible, pero que se cree astuto como para manipular a Dios, hacerlo su títere personal, para que Dios corra a salvarlo, nutrirlo, satisfacerlo, hacerlo prospero, llenarlo de riquezas y bendiciones. ¿A cambio de…? Sí, a cambio de llevar una vida plagada de rituales vacíos, adoctrinamiento, pobreza espiritual, disfraces de identidades que no le corresponde… a cambio de una vida de religión, es decir, de esclavitud al EGO adornada con falsa santidad, supuesta espiritualidad y vacío existencial.

Y ¡NO!, así no es, no debe ser, la vida de la persona que realmente sigue al Eterno y vive una vida con sentido espiritual.
No se cumplen mandamientos para obtener beneficios, aunque los haya probablemente.
No se hace un “pactito” con la deidad para que ésta se quede contenta y nos facilite la vida.
No se negocia para ejercer influencias mágicas sobre la deidad.
No se reza para ordenar a Dios a actuar según nuestro parecer y deseo, Él no es el genio de la lámpara que está para satisfacer nuestros caprichitos… genios mágicos, si mal no recuerdo, en muchos de esos cuentos orientales cuando la persona sumergida en su celdita mental solicita al genio algún deseo, éste termina por provocar mayores desastres que beneficios. Son lindos cuentos con moraleja: si te crees tan poderoso como para manipular a un dios, ¿por qué no te dedicas a hacer algo provechoso realmente con tu vida?

No hagas tus mandamientos para ser próspero, hazlos porque eso es lo que te completa como persona, es tu deber ordenado por Dios, quizás de paso quizás te des cuenta de que tan bien te hace (quizás no).
No busques premios por hacer lo que Dios te manda, es tu deber, es tu tarea, es lo que viniste a hacer, si de paso recibes algo, ¡qué bueno!
No hagas negocios con Dios, Él no precisa absolutamente nada de ti, no tienes ningún poder sobre Él. Pero si Él quiere que cuides a Sus hijos, tu prójimo y tú mismo, que actúes con bondad y justicia, que andes con lealtad por el Camino, que no compliques la vida cuando es tan simple, que no inventes religiones ni te afilies a ninguna. Eso, básicamente eso.

Pero, el EGO dice algo bien diferente.
Es tan demencial el discurso del EGO que hay gente que se mata asesinando a inocentes con tal de obtener “el paraíso”, y otros fanáticos imbéciles que lo aplauden y felicitan a su familiares.
Hay gente que cree fielmente que su dios se hizo hombre, o que su dios es hombre y dios, o que su dios tuvo un hijo humano, o algo así (ni ellos saben lo que creen, solo creen por fe en el absurdo, si no, se van para el infierno) y que ese dios o hijo de dios murió de forma espantosa para que así el hombre se redima del pecado y sea “salvo” y vaya “al paraíso” con ese dios o ese hijo de dios. DEMENCIAL, alucinatorio, el dios muere o manda a morir salvajemente a su hijo, para que el hombre que tenga fe gratuitamente se limpie de sus pecados. Solo por fe en que ese dios está tan desquiciado y es tan perverso que tiene que morir o mandar asesinar a su hijo, para que de ese modo el hombre pecador deje de estar en pecado. Lo digo, lo releo, lo medito y siempre me suena totalmente absurdo… pero bueno, más de mil millones de buenas personas creen que eso es cierto y tienen fe (sí, tú también querido no-judío mesiánico, tú también eres parte de esa congregación aunque lo niegues y te disfraces de lo que te parece es judío).

Hay gente que se cree que por llevar ropas de europeo de hace 300 años y adherirse a cualquier exigencia estrafalaria está llevando una vida de intachable santidad y por ello el dios en el cual cree debe favorecerle. De paso, le reza a su líder difunto, o envía peticiones a su líder vivo, porque así el dios operará misteriosamente para facilitarle la vida. Religión, EGO.

Hay gente que se sabe noájida pero se desesperan por lo que consideran judío, como si ello fuera el modo de ser “noájidas completos”, como si solamente llenándose de lo que creen es judaísmo serán “salvos”. Entonces, si Aristóteles dijo “el camino medio”, ¡no sirve! ¿Cómo va a servir un filósofo pagano griego? Corren ansiosos para saber qué dice “el judaísmo” y encuentran que Maimónides enseñó la bondad de “el camino medio”. Se la pasan citando a Maimónides, lo ponen en su Facebook, lo twitean, lo comentan con deleite casi sexual, de paso se ponen gorritos curiosos y se dejan flequitos a los lados de las orejas, se cambian el nombre y apellido a uno que les suene a judío, y aprenden dos o tres frasecitas en hebreo. Claro, no se toman la molestia de aprender que el gran sabio Maimónides estaba usando enseñanzas de Aristóteles, a quien consideraba como uno de sus maestros. Claro, ni siquiera él podía decirlo abiertamente so pena de ser denunciado por hereje por los fanáticos de su época.
Estos mismos noájidas confundidos se creen que con rezos o rituales que copian del judaísmo podrán controlar a Dios, cambiar la realidad a su antojo, ser poderosos. Pero lo cierto es que no están viviendo plenamente su bella y sagrada identidad espiritual, se pierden en sombras y espejismos del EGO. Y, cosa terrible, quizás estén incurriendo en algún tipo de idolatría o blasfemia, quizás esto y muchos más pecados y errores. Todo por no seguir una senda de virtud, sino el espantoso laberinto del EGO que los limita a sus celditas mentales.

Lo vemos sin pasión, desde fuera, y reconocemos al EGO operando en estos ejemplos. Es evidente, es claro, no hay vuelta que darle.
El hombre impotente que se cree que tiene poder y lo manifiesta a través de formas de manipulación.
Aquí, manipulando a su dios.
Allá manipulando a su semejante.
Acullá dando excusas e inventando doctrinas que lo desconectan de la realidad para mantenerlo en su impotencia mortal.
Y unos pocos haciendo grandes negocios con todo esto. Los clérigos comerciantes de todas las confesiones, piratas de la fe, que venden creencias, rituales, objetos, lemas, cualquier cosa que sirva para engrosar sus arcas. Y extorsionan, mienten, amenazan, maldicen, presionan, cosifican, se burlan, intimidan, atemorizan, y otros verbos que genera el EGO, para mantener sumisa a su clientela, para adquirir nuevos clientes, para hacerse de “conversos” y seguir operando negocios más o menos rentables.

La idea creo que es bien otra, te la comparto, la puedes admitir o no, asumir o no. Yo no te obligo a nada, no te vendo nada, no te pido nada por compartir contigo esto.

Vivir en verdad, con los pies bien asentados en este mundo y la meta puesta en la trascendencia, en el ser auténtico, en comunión lo material con lo espiritual.
Eso es vivir plenamente, aprovechar en la medida de lo posible el maravilloso regalo que el Eterno nos da a cada uno con la chance de seguir interactuando con el mundo.
Con sentido de compromiso, ayudándose mutuamente, haciendo el uno por el otro, desarrollando un proyecto de vida, enmendando errores, brindándose calor humano, quizás todo eso produzca felicidad y prosperidad (de a ratos).

Menos religión y más espiritualidad.
Menos religión y más vida.