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Opinión sobre una costumbre poco noájida

Una de las costumbres que estoy notando entre nuestros/as amigos/as noájidas, conscientes de su identidad, es que se está haciendo uso y abuso de términos hebreos (shalom, javer, brajot, shavua tov, y así sucesivamente una larga lista de términos en hebreo, que cada vez mencionan más y más), siendo que no vivimos en Israel, porque no es nuestro país, ¿qué necesidad hay de estar utilizando el idioma hebreo? me parece justificable hacerlo cuando saludamos a algún amigo/a judío/a, pero entre nosotros los/as noájidas ¿para qué?

Hemos aprendido de nuestro amigo, el moré Yehuda Ribco, que el Eterno nos mandó 7 preceptos para los hijos de Noaj (Noé en forma castellanizada), y sus derivados, además que existen niveles de compromiso con el Eterno, que se tiene permitido estudiar ciertas porciones de la Torá, solamente bajo la supervisión de un maestro judío idóneo, con el único propósito de especializarnos en el cumplimiento de los 7 preceptos, pero quien no deba estudiarlo no lo debe hacer, hay que recordar que no es heredad nuestra.

Incluso ha dado pautas, para los que quieren ir más allá de su herencia y legado (del noajismo), y tengan un interés genuino y sincero en hacer la conversión al judaísmo, cosa que no es para nada sencillo.

Ahora me realizo la siguiente pregunta: ¿de dónde proviene la motivación de hablar dos, tres, cuatro, y en algunos casos innumerables, palabras en hebreo? ¿es eso lo que Hashem nos mandó? ¿nos hace más espirituales? ¿ganamos aunque sea unos micro-despreciables méritos? porque por más que busco y reviso no encuentro nada que indique algo, por lo menos implícito, que debamos hablar pocas palabras en hebreo, cada quien en lo suyo y cada quien con sus gustos, tenemos que estar conscientes que en la era mesiánica seguiremos usando nuestros idiomas noájidas.

¿Qué es lo más importante para un noájida? Cumplir con los 7 preceptos para las naciones.
¿Qué le sigue al cumplimiento de esos 7 preceptos? Cumplir con los reglamentos derivados.
¿y de los reglamentos derivados? Rezar/Agradecer/Comunicarnos con nuestro Padre.
¿y luego? Construir shalom, ser caritativo con el necesitado, difundir el noajismo, contribuir con causas nobles y justas como Fulvida.com (les aseguro que no se van a enriquecer ni a empobrecer materialmente, pero si nos beneficiamos con incontables estudios de calidad y gratuitos), en fin muchas acciones realmente positivas que se pueden hacer, sin que aparentemos ser lo que no somos.

De todas maneras, si desean seguir utilizando términos hebreos, recuerden que eso no nos hace más espirituales, ni el escuchar/cantar canciones de cantantes judíos/as, pero lo que si nos hace espirituales es cumplir con lo que debemos, vivir en armonía con nuestro entorno, abstenerse de lo prohibido y negativo, y disfrutar de lo permitido y positivo.

Espero que estas palabras sirvan de reflexión y meditación, que las malas influencias/motivaciones, de nuestro pasado, no sigan sobreviviendo en el presente, un abrazo para todos/as y que sus buenas acciones les acompañen siempre.

Cuando suena la alarma,parte II

Ante esto, hay  4 posibles conductas: la primera, es acallar esa voz interna que nos alerta y mantener el status quo, ya que esa sensación desagradable probablemente pasará y volveremos a disfrutar como antes, sin culpas ni responsabilidad por lo que hacemos. Esto implica no reconocer nuestras faltas y tener episodios similares y  recurrentes que pasamos por alto cada vez que suceden.

En la segunda, asumimos aquello en lo  que nos hemos equivocado y que si no tomamos medidas, las cosas irán empeorando. Empezamos con vigor, nos preparamos para revertir las cosas y al principio todo marcha bien, pero al poco tiempo miramos hacia atrás y volvemos adonde comenzamos. La tercera, es similar a la segunda, sólo que, aunque haya tropezamos, nos levantamos para torcerle la mano a la adversidad y a nuestras debilidades. Perseveramos por un tiempo, pero finalmente “tiramos la toalla”, cansados de ver que nuestros tropiezos se convierten caídas sistemáticas y que nuestro esfuerzo no da frutos.

En los tres casos descritos, nos vemos involucrados en un círculo vicioso del que se entra y sale, sin hallar una solución definitiva a nuestros conflictos  y superar nuestras debilidades.

Finalmente, está  la cuarta posibilidad, en la cual, habiéndonos dado cuenta y asimilado nuestros errores, tomamos conciencia de que, como seres humanos, tenemos una tendencia interior hacia el mal (“Ietzer hará” o “tendencia al mal”), que satisfacer necesidades personales  (comida, protección, sexo, etc.) de un modo egoísta, sin considerar las consecuencias de ello, también sabemos que el Eterno nos dio la libertad de decidir si seguirlo o no. Hay  DETERMINACIÓN en nuestra decisión de mejorar y con tesón emprendemos la lucha. A pesar de los fracasos, frustraciones, pérdidas o tristezas, aprendemos a levantarnos y comprendemos que  ningún desafío que D-os pone en nuestras vidas está fuera de nuestro alcance y que cuando nos corrige, es por el amor que tiene hacia cada uno de nosotros,  expresado como la prohibición.

Ahora, muchas de esas experiencias desagradables que vivimos son sólo el resultado de decisiones erradas que fuimos tomando en el tiempo,  que, si bien pueden relacionarse con distintas facetas humanas tienen un factor común: la elección sistemática de algo falso en lugar de lo verdadero; de la mentira por sobre la verdad. Pero… ¿Tiene esto alguna conexión con las Leyes dadas por el Creador a los hijos de Noaj? La respuesta a esta pregunta es afirmativa. Veamos algunos ejemplos:

1)      Cuando alguien comete idolatría, deposita  su confianza en un poder/criatura distinto al Eterno,  hecho a imagen y semejanza humana que, por más que le supliquen,  permanece inerte ante las peticiones  de quienes le siguen. La idolatría, al igual que la blasfemia (otra expresión de falsedad), nace de la inseguridad/ desconfianza de que el Eterno busque lo mejor para nosotros. Nos enceguecemos  y llegamos a hacernos dependientes de  nuestros dioses o  pulsiones, sin tener control real de nuestro impulso hacia lo negativo.

Una consecuencia de esto es la dificultad para lograr el éxito en nuestros proyectos y un quiebre en nuestra relación con el Eterno, ya que sin determinación ni confianza en Él y sí en copias, somos como un edificio  con peligro de desplomarse.

2)      Cuando alguien blasfema contra Hashem, está atribuyéndoLe características o responsabilidades que no Le pertenecen a Él. Por lo  tanto, miente sobre Su esencia y, al igual que con la idolatría, nuestra conexión con Él se ve afectada. Hay un no reconocimiento de Su bondad e infinita sabiduría. La actitud hacia el resto y las situaciones vividas es la de culpar sin buscar soluciones, ni agradecer por lo que tenemos. Tarde o temprano esto lleva a la insatisfacción y a no ver  lo que nos rodea en su real magnitud.

3)      Cuando alguien  asesina a su prójimo, toma sobre sí la atribución de decidir cuándo termina la vida de otro ser humano. Implica no respetar y llevar a cabo la máxima expresión de violencia contra la existencia de  un ser humano inocente  hecho a imagen y semejanza del Eterno. Sea cual sea la forma de asesinato, se  desafía  la autoridad de HaShem  como juez y en ese momento del temor  a las consecuencias  que este acto pueda acarrear.

4)      Cuando alguien roba,  está tomando como suyo algo que no le pertenece. El Eterno  al establecer el convenio con Noaj y su descendencia dijo: “Os temerán todas las bestias de la tierra y todas las aves del cielo, todos los seres que reptan sobre la tierra y todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados” Génesis 9:4, pero no aquello que es del otro. Además, nos manda a obtener el sustento de manera honesta, confianza de una u otra forma  Él provee a nuestras necesidades. Al robar, no tomamos en cuenta las del prójimo ni nos ponemos en su lugar, generando así un desequilibrio  que afecta en cierta forma nuestras relaciones interpersonales, no sólo con las víctimas, sino también con quienes nos rodean.

5)      Cuando alguien comete inmoralidad sexual, (infidelidad,  bestialismo, promiscuidad, etc.), se está negando para sí la posibilidad de construir una relación significativa y duradera, en la que haya amor, comunicación y respeto, ya que se lleva a cabo una distorsión en lo establecido por Hashem para las relaciones amorosas. Puede experimentarse un placer temporal, pero es una forma de  autoengaño en la que no hay una consideración real por los sentimientos de uno ni tampoco por los de la pareja (novio (a) ) o esposo(a) y, cuando se trata de algo casual; sin compromiso, aún más, ya que el ser humano pasa de ser visto como persona a un mero objeto útil para la satisfacción del deseo sexual, olvidando  las necesidades afectivas del otro y que  estamos hechos para complementarnos, así como también  ayudar a que e tanto uno como la otra persona se desarrollen en cada ámbito y  sin coartarse entre sí. Además, al cometer adulterio se corre el riesgo de no saber si la descendencia que creemos nuestra lo es realmente o es de otra persona, de manera que se genera  desconfianza en la pareja y afectar psicológicamente a los hijos

Los anteriores son sólo algunos ejemplos de lo que  sucede cuando uno elige algo falso  por sobre lo verdadero. Cada ser humano tiene ante sí la opción de escoger y a partir de las decisiones que vayamos tomando; el camino que vayamos recorriendo, serán los resultados.

Una forma de enfrentar las crisis y  evitar tomar decisiones erradas de manera sistemática, es por medio del autoconocimiento, para manejar e integrar  mejor los distintos aspectos que nos componen. Una estrategia para esto,  es el realizar a diario una introspección sobre lo que hicimos  en el día. La siguiente, es una pauta que se encuentra en el libro “Daily Prayers”, de la Sociedad Noájida de Oklahoma, extraída de Gateway to self-knowledge”, de Rabí Pliskin:

  • ¿Cuáles fueron los eventos principales de tu día?
  • ¿Le causaste  algún daño innecesario a alguien?
  • ¿Qué actos de bondad has hecho hoy día?
  • ¿Estás satisfecho con el uso de tu tiempo hoy?
  • ¿Te enojaste con alguien hoy día?
  • ¿Qué habrías hecho de manera diferente?
  • ¿Estás satisfecho con tu crecimiento espiritual de hoy?
  • ¿Pasaste tiempo estudiando Torá hoy?

Lo anterior, representa una propuesta, que claramente puede adaptarse y/o ampliar. Eso, claro está, es cosa de cada uno.

Por último, espero que cada uno de nosotros cumpla con sus metas, pero, más importante aún: ¡que seamos lo que Hashem espera de nosotros como seres humanos!

 

*Proceso en el que también participa el sistema renal, pero en el ejemplo me enfoqué en lo que concierne al sistema respiratorio.

Cuando suena la alarma,parte I

 

 

Todo ser vivo, desde el más pequeño al más imponente, habita en  un medio dinámico, al que tiene que adaptarse con el fin de  asegurar su supervivencia. Esto es posible gracias al trabajo conjunto y coordinado de los distintos sistemas  o células que los constituyen y que presentan “detectores” de las fluctuaciones existentes tanto en el medio externo como interno.

Veamos, por ejemplo, lo que sucede con nuestro sistema respiratorio:

Para que nuestras células produzcan energía, los nutrientes que ingerimos mediante la alimentación deben ser degradados por medio de la acción de proteínas especiales llamadas enzimas y, en la mayoría de los casos, de un combustible: el oxígeno (O2). Sin embargo, junto con producirse la energía requerida (ATP)  para el funcionamiento celular, se producen sustancias de desecho (dióxido de carbono y vapor de agua), que deben ser removidas de nuestro organismo. Esto es posible gracias a la interacción del sistema circulatorio con el respiratorio y los que regulan la función de ambos. El dióxido de carbono (CO2) es transportado como bicarbonato desde la sangre hacia el alveolo (lugar en donde se produce el intercambio de gases en el sistema respiratorio)  para luego ser eliminado hacia el aire ambiental como CO2  nuevamente  y el  O2, a su vez, viaja desde el aire ambiental, hacia el alveolo y de ahí es transportado  por la sangre, principalmente, asociado a la hemoglobina. Luego,  el oxígeno se separa de la hemoglobina y entra a las células a través de la membrana que las envuelve. Esto es básicamente lo que ocurre durante la respiración. Sin embargo, al realizar actividad física intensa o presentar una patología x, las concentraciones de O2 se ven notablemente disminuida y las de CO2 aumentadas, lo que trae como consecuencia modificaciones en el pH sanguíneo que puede dañar a distintos tejidos.

En condiciones normales, el aumento en el  CO2, es detectado, principalmente por receptores específicos ubicados a nivel central y, en menor medida, por otros periféricos conocidos como “cuerpos carotideos”, que mediante conexiones nerviosas, informan al centro respiratorio ubicado en el sistema nervioso central. Estos últimos sensores, además, son los principales detectores de una baja en la presión  sanguínea de  O2. En respuesta a los cambios, se produce un aumento en la actividad del centro respiratorio, que trae como consecuencia un aumento en la descarga de las neuronas que controlan los músculos que participan en la ventilación,  y la acción de los músculos de la laringe  para abrir la vía aérea. Esto se traduce, a grandes rasgos, en un aumento en la frecuencia respiratoria para eliminar el CO2, aumentar el ingreso de oxígeno en la sangre, permitir el funcionamiento de los tejidos y normalizar los niveles de pH*.

Los mecanismos compensatorios  aquí descritos, buscan recuperar el equilibrio corporal para así  mantener la función normal  de los sistemas que permiten la preservación de la vida.

De igual manera, todos en algún momento hemos tenido crisis personales que nos hacen considerar la necesidad de cambios en nuestras vidas. La razón  nos dice que hay que hacer algo por conseguir este objetivo. Pero para enmendar nuestro camino y  recuperar el equilibrio,  son necesarios “remezones”   que nos estremezcan de alguna manera y nos hagan reflexionar sobre nuestro actuar con D-os, nosotros mismos  y  los demás. Puede ser el padecimiento de una enfermedad, un fracaso personal, un sueño perturbador, etcétera.  Mas,  sea cual sea el factor, es una  alarma de que algo no está bien, nos hace falta  y/o  hay que corregir.

Lo anterior puede verse  reflejado en que, en tales circunstancias, hay decepción  al  ver que  hemos invertido tiempo y energías en algo que probablemente no lo merecía (o bien no  lo hicimos de la manera correcta), una sensación de vacío, que  invade nuestro interior y  nos hace pensar que somos  miserables al tener una existencia carente de  propósito o dirección en la que finalmente nada es nuestro.

Buscamos el porqué de tanto sufrimiento y  lo que  nos hace falta para la plenitud personal. Buscamos responsables en el resto, en la vida que Hashem nos dio, pero no en  nosotros mismos inicialmente y sólo luego de un tiempo venimos a darnos cuenta de  los errores personales.

¿Líder o anti-líder?

¿Líder o anti-líder?

Uno de los escenarios donde tenemos la oportunidad de construir shalom es donde pasamos gran parte de nuestro tiempo y nos relacionamos con otras personas; ese lugar es: nuestros trabajos.

Desde el principio Dios nos asignó trabajo, tal como vemos en Génesis/Bereshit 2:15: “El Eterno Dios tomó al hombre y lo colocó en el Jardín del Edén, para que lo trabajara y lo cuidara.”

Por lo tanto, el trabajo, contrario a lo que muchos creen, no es un castigo divino, es un mandato de Dios y como dice un refrán en mi país “el trabajo no es deshonra”.

Todos podemos ser líderes en nuestros trabajos, independientemente de la empresa para la que trabajes, del sueldo $$ que recibas, del cargo que ocupas (si eres gerente u obrero, empresario o empleado de una organización), del grado de poder que ejerzas, o aun si trabajas en casa como “gerente de hogar”, o si estás desempleado. Todos tenemos trabajo por hacer, aunque éste sea en la casa, y debemos desarrollarlo con ética profesional.

Todo trabajo honesto es importante a ojos del Eterno. Para Él no hay trabajo pequeño y aun cuando el trabajo que desempeñamos no es el que esperamos, debemos hacerlo con responsabilidad y agradecimiento, mientras buscamos el trabajo que queremos. Otro refrán dice: “Se feliz con lo que tienes mientras consigues lo que deseas”. Esto equivale a ser agradecidos, pero no a ser conformistas.

Dios es nuestro principal jefe, empleador y proveedor. Todo lo que tenemos se lo debemos a Él, entonces debemos ser buenos empleados, trabajando con valores.

Como escribió el sabio Salomón en Eclesiastés/Kohelet 9:10: “Cualquier tarea que venga por tu camino para hacer, hazla con toda tu fuerza, porque en el Sheol, adonde irás, no hay trabajo ni planes, conocimiento ni sabiduría”.

El psicólogo humanista Abraham Maslow hizo un estudio en varias personas auto-realizadas que fueron líderes en diferentes campos y encontró que tenían en común entre otras las siguientes características:

1. Armonizaban su misión con una buena vida familiar.

2.Solo tenían unos pocos familiares y amigos cercanos, más que un gran número de relaciones superficiales

3.Dedicaban tiempo y vida a su fe. Se cultivaban espiritualmente.

4.Dedicaban tiempo a la recreación y a aficiones culturales.

5.Tenían algún tipo de compromiso social con personas pobres o limitados

6.Eran amigos de estar en comunión con la naturaleza.

7.Tenían buen sentido de humor.

 

Les comparto un artículo que alguna vez socializamos en la universidad, del psicólogo José Luis Trechera Herreras, a fin de que en nuestros trabajos tengamos  cuidado con asumir las “características del anti-líder”.

«DODECÁLOGO» DEL ANTILÍDER

Autor: José Luis Trechera Herreras.

Si preguntásemos ¿qué es un líder? Existirían tantas definiciones como personas a las que interpelásemos. Como afirma W. Benis, en cierto modo, “el liderazgo es como la belleza: difícil de definir pero fácil de reconocer si uno lo ve”.

Ya que no es fácil definir el liderazgo, sí podemos resaltar distintas variables sobre lo que NO debería ser un líder:

1.      No desarrolles actitud de aprendizaje. No te formes. Sé fiel al eslogan de que “la vida es la que enseña”. Resalta con orgullo que el último libro que leíste fue la cartilla de lectura primaria.

2.      Improvisa. No plantee ni te preocupes por conseguir objetivos. Fomenta un “estado de emergencia permanente”, ante una situación tan urgente es una deslealtad no colaborar.

3.      No demuestres empatía o actitud de escucha. No pierdas el tiempo en “charlitas” y “tonterías” con tus subordinados. Hay que dejarse de “infantilismos” y trabajar con “espíritu viril”.

4.      Haz trabajar a los sujetos individualmente. Ordena y manda. “Aquí no se piensa, se obedece”.

5.      Rodéate de gente incapaz y mediocre. Así sobresaldrás más y no te cuestionarán nada.

6.      No delegues. Controla todo. Tienes que estar omnipresente y que te vean como omnipotente.  Hazte imprescindible. Crea la sensación de que, sin ti, vendría el caos.

7.      No seas humilde. Apúntate los tantos. Ten claro el principio mateano: “A quien tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que no tiene”.

8.      No promociones a tus subordinados. Crea un clima de desconfianza y miedo, así liberarán adrenalina y se mantendrán activos.

9.     Aíslate en tu torre de marfil. No comuniques. La incertidumbre fomenta la creatividad.

10. Tarda en responder o, mejor, no respondas a los problemas. Si tiene solución, ya se arreglarán y si no, ¿para qué perder el tiempo?

11. Divide y vencerás, “chantajéalos individualmente” e intenta que se peleen entre ellos, de esa manera estarán entretenidos y no irán contra ti.

12. No dejes descendencia. No crees discípulos. Ten claro que “contigo acaba todo”.

Seamos líderes positivos, no anti-líderes movidos por el Ego.

A trabajar para Dios y construir Shalom…Que tengan una semana muy productiva!

 

Referencias bibliográficas:

El líder: visión, misión y acción. Autor: Gonzalo Gallo González.

Dodecálogo del anti-líder, Autor: José Luis Trechera Herreras

/b>No dejes descendencia. No crees discípulos. Ten claro que “contigo acaba todo”.

 

Seamos líderes positivos, no anti-líderes movidos por el Ego.

A trabajar para Dios y construir Shalom…Que tengan una semana muy productiva!

 

Referencias bibliográficas:

El líder: visión, misión y acción. Autor: Gonzalo Gallo González.

Dodecálogo del anti-líder, Autor: José Luis Trechera Herreras

Resp. 1071 – Virtudes y valores

F.G. FLORES nos consulta:

Buenas querido amigo Moré y amigos de FULVIDA. Mi pregunta es un tanto filsófica pero me ha llegado con base a algo que escuché. ¿Cuál es la diferencia entre el valor y la virtud y cómo podemos aplicar estos conceptos a la vida como constructores activos de Shalom?
Felipe G. Flores, 28, San José, Costa Rica.

Seguir leyendo Resp. 1071 – Virtudes y valores

Breve recopilación sobre el ego

Este es una muy breve recopilación sobre una temática que se ha estado llevando a cabo en este sitio, tomando en consideración que a medida que va pasando el tiempo, tenemos más y más visitantes nuevos, o antiguos que vuelven, estos son algunas de las publicaciones más básicas para conocer del tema.

 

El Yo y el EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=17359

Impotencia y EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=15200

Reconocer al EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=15402

Herramientas del EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=15593

La Fe del EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=17318

Los trofeos del EGO
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=16673

El EGO según Salomón el rey
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=17578

EGO y Yo en la parashá Toldot
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=17536

Ay el Ego
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=15291

En la base
Por: Yehuda Ribco
http://fulvida.com/?p=115

Las consecuencias del EGO
Por: Felipe G. FLORES
http://fulvida.com/?p=15730

Ese… es mi Ego
Por: Elizabeth Fernández
http://fulvida.com/?p=16466

Saliendo de Israel. El Ego y una esclavitud noajica.
Por: David Russomanno
http://fulvida.com/?p=15919

Ego una presencia constante
Por: talmidim
http://fulvida.com/?p=17410

El Ego…
Por: Jonathan Ovares Calvo
http://fulvida.com/?p=6536

Eres feliz? (ego- )
Por: Ricardo Rodríguez
http://fulvida.com/?p=17973

No olviden continuar leyendo la serie http://fulvida.com/series/ego-2

Abrazos para todos.

Respetar lo ajeno y amar lo que es nuestro

¿Podemos apartar varios minutos y leer éstos diez puntos?

Nota: Los que estén en horario laboral abstenerse de leer, es preferible que graben en un archivo y luego lo lean en el computador del hogar.

 1. http://serjudio.com/dnoam/rap177.htm
 2. http://serjudio.com/rap701_750/rap706.htm
 3. http://fulvida.com/?p=11685
 4. http://serjudio.com/?p=5129
 5. http://serjudio.com/?p=5130
 6. http://serjudio.com/dnoam/rabim.htm
 7. http://serjudio.com/rap1601_1650/rap1649.htm
 8. http://fulvida.com/?p=11454
 9. http://fulvida.com/?p=11471
10. http://fulvida.com/?p=6509

Preguntas para auto-responderse de lo aprendido.
1. Si la Torá fue dada a Israel, ¿por qué no respetar la decisión del Eterno?
2. Si del estudio de la Torá con un maestro judío nos ayuda a salir de las creencias erróneas, ¿por qué querer aprender más allá de eso?
3. Si conocemos que la Torá es de Israel, y las enseñanzas correctas sólo pueden darla un maestro judío calificado, ¿por qué querer tomar lo que no nos pertenece y aprender de manera aislada si se sabe en qué termina (en ídeas y conceptos erróneos)?
4. y 5. Los que insisten en estudiar Torá entre gentiles son los idólatras, entonces replico ¿no sería mejor aprender de un maestro judío calificado que lleva años de estudio y de experiencia en el tema en vez de tener las motivaciones erroneas de otros…?  8-O
6. Deberíamos ¿seguir a las mayorías o a los que hacen lo correcto?
7. ¿Qué es lo mejor? ¿preservar/trabajar/cuidar lo nuestro o mirar/envidiar/desear lo ajeno?
8. Si hombres de gran estima y conocimiento han dado su parecer ¿para qué prestar atención a lo que digan personas que no conocen ni dónde están ubicados?
9. ¿Debemos de hacer conversión al judaísmo o debemos cumplir/estudiar lo que nos corresponde para ser grandes?
10. ¿Todavía tienes alguna duda?

Recordemos:

Noajismo NO ES una religión, ni creencia, ni doctrina, ni dogma, ni profesión, ni confesión.
Noajismo NO TIENE un liderazgo, ni jerarquía, ni jefes, ni subditos.
Noajismo NO ES un paso/requisito/amuleto hacia la conversión al judaísmo.

Noajismo son los deberes de las personas noájidas (gentiles, no-judías, como se entienda) de cumplir con los 7 preceptos de las naciones (dadas por el Eterno) y sus derivados (enseñados por un maestro judío calificado).
Noajismo ES la herencia sagrada de los noájidas (gentiles, no-judías, como se entienda).  :-D
El noajismo es espiritual y laico, nada tiene que ver con religión o religiones.

La palabra noajismo, es un término muy reciente para hacer referencia, en una sóla palabra, a una tradición más antígua (primeramente a los preceptos entregados a Adam/Adán, posteriormente a los preceptos entregados a Noaj/Noé) que cualquier civilización (o religión) actual o desaparecida.

Si no conoces el noajismo aún, ya es hora de que conozcas la tradición que teníamos perdida

http://fulvida.com/nosotros/empieza-aqui
http://fulvida.com/nosotros/sernoajidacom

Abrazos para todos, y en palabras de un buen amigo:  ;-)
Por el pronto retorno de los fieles de entre las naciones

Las 5 culpas más comunes de la gente antes de morir.

Un ‘ranking’ que hizo una enfermera australiana entre pacientes terminales se volvió ‘best seller’.

La tristeza profunda de no haber llevado una vida auténtica -sino la vida que otros querían- fue el lamento que más oyó Bronnie Ware durante los ocho años que cuidó y acompañó a cientos de personas mientras se morían.

Esa afirmación, que al principio fue tan solo un párrafo en su blog (leído por más de 3 millones de personas en su primer año), se convirtió en el pilar del libro Los 5 principales remordimientos de los moribundos, hoy best seller en varios países europeos.

Ware no es una investigadora, ni siquiera es una académica. Cuando le pregunto cómo terminó convertida en escritora, dice amablemente desde Australia, donde vive y en donde está a punto de dar a luz, que simplemente tuvo la oportunidad de oír mucho sobre la muerte. Y que escribir un libro siempre fue su anhelo.

«Me di cuenta de que un libro era la mejor manera de compartir los pesares de la gente (a la que se le había acabado el tiempo), contar mi propia historia y mostrar cómo las lecciones de esas personas que mueren me ayudaron en mi propia vida».

Antes de escuchar cómo cientos de pacientes meditaban su propio epitafio, trabajó por años como cocinera y mesera en un bar, en el sector empresarial y en un banco. Siempre haciendo algo que no quería hacer. Hoy, además de escribir y componer, creó un curso de música y guitarra para las internas de una prisión cercana (Emu Plains Correctional). «A través de las personas que murieron he encontrado el coraje de honrar a mi corazón y dejar que este me guíe», cuenta.

La segunda tristeza común entre los pacientes de Ware, que acompañó en turnos de 12 horas, uno a la vez y en periodos que iban de entre 3 a 12 semanas, fue la frustración de haber trabajado mucho y haber compartido poco. Esa tristeza, dice en su libro, fue casi exclusiva de los hombres.

Bronnie Ware nunca fue una enfermera calificada, aunque dice que tantos años de experiencia le enseñaron muy bien el trabajo de acompañante hacia la muerte.

«Las conversaciones siempre eran muy personales, ya que generalmente solo estábamos en la casa el enfermo terminal y yo -sentencia-. Todos los hombres lamentaron profundamente haber trabajado mucho. Se perdieron la niñez de sus hijos y la compañía de sus esposas».

-¿Usted ya hizo esas cinco cosas que sus pacientes no hicieron? ¿La muerte la sorprenderá en completa tranquilidad?

-Sí. A través de los pesares que la gente compartió conmigo he aprendido a ser valiente para asegurar que no tendré los mismos lamentos cuando llegue al final de mi vida. Habiendo visto lo doloroso que fue para muchos darse cuenta demasiado tarde de que habían tomado decisiones equivocadas, creo que cualquier reto vale la pena. La paz que llevo conmigo me la da el saber que estoy caminando fiel a mi propia vocación. Vale la pena cada reto que me he propuesto y que me propondré en el futuro.

Tal vez la locuacidad de Ware tiene que ver con lo que ella ha establecido como la tercera culpa: la capacidad de expresar los sentimientos. Dice que muchas personas desarrollan enfermedades que se originan en la amargura y en no permitirse expresar lo que se tiene adentro.

Y ese punto tiene mucho que ver con los dos que le siguen, «ojalá me hubiera quedado en contacto con mis amigos» y «ojalá me hubiese permitido ser más feliz». Para ella, muchos quedaron atrapados en sus propias vidas y renunciaron a amistades de oro. «Vi un muy profundo remordimiento por no haber brindado a esas amistades el tiempo y el esfuerzo que merecían. Todos extrañan a sus amigos cuando se están muriendo», finaliza.

The top five regrets of the dying – nombre original del libro- todavía no ha sido traducido. La australiana está en conversaciones con una editorial española y espera poder lanzarlo en castellano a finales de este año. Por ahora, si desea resarcir sus culpas antes de que sea demasiado tarde, visite la red. Allí estará Bronnie.

Psicología ‘La fase terminal es el duelo de sí mismo’

Isa Fonnegra, psicóloga clínica experta en muerte y autora de libros como ‘Morir con dignidad’ o ‘De cara a la muerte’, se refiere al remordimiento en futuro, es decir, por cosas que quedaron pendientes. «Cuando una persona joven se ve enfrentada a la realidad de tener que morirse, las culpas tienen que ver con lo que no se hizo, con lo que quedó pendiente». Como sea, dice en uno de sus apartes Bronnie Ware, aparecen las fases propias del duelo. «La gente crece mucho cuando se enfrenta a su propia mortalidad. Algunos cambios fueron fenomenales. Cada experiencia es un compendio de una variedad de emociones, como era de esperarse: la negación, el miedo, la ira, el remordimiento, la negación y la aceptación finalmente. Cada paciente encuentra su paz antes de partir. Cada uno de ellos, sin embargo, tuvo que replantearse», remata.

ANDRÉS ROSALES GARCÍA

Periodico El Tiempo.

Sacrificio…

Siempre es posible hacer un esfuerzo extra para alcanzar una meta ¿Por qué no hacerlo para servir mejor a los demás?El valor del sacrificio es aquel esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo los propios gustos, intereses y comodidad.

Debemos tener en mente que el sacrificio –aunque suene drástico el término-, es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida por la fuerza que imprime en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio, son algunos de los valores que se perfeccionan a un mismo tiempo, por eso, el sacrificio no es un valor que sugiere sufrimiento y castigo, sino una fuente de crecimiento personal.

¿Por qué es tan difícil tener espíritu de sacrificio? Porque estamos acostumbrados a dosificar nuestro esfuerzo, y a pensar que “todo” lo que hacemos es más que suficiente. Dicho de otra forma: debemos luchar contra el egoísmo, la pereza y la comodidad.

Todos somos capaces de realizar un esfuerzo superior dependiendo de nuestros intereses: las dietas rigurosas para tener una mejor figura; trabajar horas extra e incluso fines de semana para consolidar nuestra posición profesional; quitar horas al descanso para estudiar; ahorrar en vez de salir de vacaciones… El problema central, es que no debemos movernos sólo por intereses pasajeros, debemos ser constantes en nuestra actitud.

Es de suponer que el guardar la dieta, hacer ejercicio, pasar las horas con una lectura de particular interés o por nuestra mano dar mantenimiento al automóvil, suponen un esfuerzo personal -y dependiendo de su naturaleza un beneficio propio-, colaboran a vivir el valor del sacrificio, pero también es sacrificio saber dejar a tempo nuestras aficiones, aplazarlas y darles su momento, para servir a los demás y no descuidar nuestras principales obligaciones.

Efectivamente hay personas que cumplen con sus deberes y obligaciones de forma extraordinaria, pero pocas veces llevan ese mismo esfuerzo en todos los aspectos de su vida: Pensemos en quien sólo asiste en casa los fines de semana pero se niega a convivir con la familia, salir de paseo o dedicar un tiempo a los hijos, argumentando cansancio y deseos de liberarse de la presión del trabajo. Pese a la realidad de esta situación, su sacrificio está delimitado por la rutina de la oficina, ¿no es esto algo extraño?. El valor del sacrificio contempla dar ese “extra” también en casa, en ese horario y con esas personas que desean gozar de la compañía generalmente ausente de cualquiera de los miembros.

En muchas ocasiones caemos en actitudes que restan mérito a todo lo bueno que hacemos: expresar constantemente nuestro cansancio o echar en cara lo mucho que hacemos y lo poco que los demás nos comprenden. Esta forma de ser demuestra poco carácter y fortaleza interior, cuando no, un medio para evadir algunas responsabilidades.

Son muchos los ejemplos de sacrificios comunes y corrientes, pero pocas veces se notan cuando no existe la intención de demostrarlo: salir a trabajar habiendo pasado mala noche, o tal vez con ciertos síntomas de enfermedad; sonreír a pesar de nuestro estado de ánimo, sea de enojo o tristeza; colaborar en los cuidados de un enfermo; limpiar el piso de la oficina que se ensució por descuido; no asistir a la reunión semanal para llevar a los hijos a un evento deportivo.

Por otra parte, algunas situaciones son bastante fáciles de prever, como el compañero que siempre hace bromas pesadas; el bebé que una vez más necesita cambio de ropa; el platillo que nos desagrada; hacer fila en el supermercado… Son muchas las cosas que nos desagradan y no podemos esperar que todo sea a nuestro gusto. El verdadero valor del sacrificio consiste en sobrellevarlas, intentando poner buena cara, sin quejas ni remilgos.

Con todos lo ejemplos mencionados, podemos darnos cuenta que la mayoría de nuestros sacrificios están orientados a servir a los demás; tal vez, ni siquiera nos habíamos percatado de la importancia que tienen esos pequeños detalles para formar una personalidad firme y recia.

El espíritu de sacrificio no se logra con las buenas intenciones, se desarrolla haciendo pequeños esfuerzos. Por eso es necesario que tengas en mente:

– Aprende a darle un tiempo prudente a tus aficiones y descansos.

– Procura no hablar de tus esfuerzos, ni poner cara de sufrimiento para que los demás se den cuenta de lo mucho que haces.

– Haz un poco más de lo habitual: juega más con tus hijos; limpia y acomoda algo en casa; recoge la basura de los pasillos; convive con los compañeros de la oficina…

– Controla y modera tu carácter y estados de ánimo.

– Este último punto contempla de alguna manera a todos los anteriores: Haz una lista de las cosas que te desagradan y las que te cuestan más trabajo, elige tres y comienza a luchar en ellas diariamente.

Todo aquello que vale la pena requiere de sacrificio, pues querer encontrar caminos fáciles para todo, sólo existe en la mente de personas con pocas aspiraciones. Quien vive el valor del sacrificio, va por un camino de constante superación, haciendo el bien en todo lugar donde se encuentre.

Honestidad…

 La honestidad forma parte de aquellas cualidades mas gratas que puede poseer una persona, ella garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia, integridad. Si alguna vez debemos hacer un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer, seguramente enunciaremos la Honestidad.

En este sentido, la honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido. En nuestra vida encontramos a diario actitudes deshonestas como la hipocresía, alguien que aparenta una personalidad que no tiene para ganarse la estimación de los demás; o la mentira; el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato; el no guardar en confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo; no cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos y la infidelidad.

Ser deshonestos nos lleva a romper los lazos de amistad establecidos, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el que nos desenvolvemos. Incluso, la convivencia bajo estos parámetros se torna imposible, pues ésta no se da, si las personas somos incapaces de confiar unos en otros.

Ser honestos significa ser sinceros en todo lo que decimos y hacemos: fieles a las promesas hechas en el matrimonio, en la empresa o negocio en el que trabajamos y con las personas que participan de la misma labor; actuando justamente en el comercio y en las opiniones que damos respecto a los demás. Los que nos rodean esperan que nos comportemos de forma seria, correcta, justa, desinteresada, con espíritu de servicio, pues saben que siempre damos un poco más de lo esperado.

La honestidad puede convertirse en un valor que se viva cotidianamente con los demás, tratando de no perjudicar o herir susceptibilidades, lo cual se puede dar cuando les atribuimos defectos que no tienen o juzgando con ligereza su actuar; incluso, evitando sacar provecho u obtener algún beneficio a costa de sus debilidades o de su ignorancia; procurar no apropiarnos de aquella información importante para la empresa en que trabajamos, o de aquel problema que nos ha confiado nuestro paciente o cliente que ha solicitado nuestra ayuda; tratar de no generar discordia y malos entendidos entre las personas que conocemos; señalando con firmeza el grave error que se comete al hacer calumnias y difamaciones de quienes que no están presentes; devolviendo con oportunidad las cosas que no nos pertenecen y restituyendo todo aquello que de manera involuntaria o por descuido hayamos dañado..

Si realmente pretendemos ser honestos, debemos empezar por enfrentar y asumir con valor nuestros defectos, buscando aquella manera que resulte más eficaz para superarlos, llevando a cabo acciones que mejoren todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia, a nuestros semejantes. Ello supone aprender a rectificarnos ante un error y cumplir con nuestras labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.

Si podemos gestar un ambiente cálido y confiable, sostenido por relaciones basadas en la honestidad, nos llevará a crecer como personas, espiritualmente, constituyéndonos en verdaderos hombres de bien.