Qué ternura y que alegría nos inspiran esos pequeños seres indefensos. Más aún cuando nos demuestran su cariño, buscándonos con su mirada o moviendo la colita. Ellos son ya considerados parte de la familia, y como tal tenemos el deber de velar por su bienestar y salud que es fundamental y para lo cual debemos tener en cuenta las siguientes precauciones:
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Si se trata de un cachorrito debemos bañarlo cada dos semanas con un shampoo suave para bebés y secarlo bien.
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No lo debemos dejar engordar, por lo que tenemos que sacarlo a pasear o llevarlo a un parque para que corra a sus anchas. El ejercicio es muy importante para su salud física.
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Si se trata de un perrito de mucho pelo, cada tres o cuatro semanas debes llevarlo para que se lo recorten y arreglen, esto lo ayudará a mantener su higiene.
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Debemos llevarlo al veterinario y comprobar que nuestro cachorro tenga sus vacunas al día.
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De vez en cuando el veterinario debe hacerle análisis de heces y orina para saber si tiene parásitos o alguna enfermedad a los riñones, ya que los cambios de temperatura pueden afectarle el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermedades infecciosas.
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Nunca alimentes a tu perrito con la comida de tu gatito o viceversa. Los gatos requieren cuatro veces mas proteínas que los perros y pueden desarrollar deficiencias proteínicas si no se los alimenta como es debido. Los perros, por otro lado, se pueden enfermar de los riñones si se abusa de las proteínas en su alimentación.
Fuente: Revista Tú (Julio 2007).