«וַיַּכְבֵּ֤ד פַּרְעֹה֙ אֶת־לִבּ֔וֹ גַּ֖ם בַּפַּ֣עַם הַזֹּ֑את וְלֹ֥א שִׁלַּ֖ח אֶת־הָעָֽם: פ Pero el faraón endureció también esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.»(Shemot/Éxodo 8:28) Ya te aburrí tantas veces explicándote acerca de la celdita mental, de las trampas del EGO, de la LUZ de la NESHAMÁ que queda atrapada entre máscaras y cáscaras […]