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TU HIJO ES UNA BUENA PERSONA (parte 2)

Ah, los hijos… he aquí la continuación del texto  Extractado del libro  Bésame mucho  escrito por   el Dr.Carlos González, pediatra.  ¡Espero lo disfrutes!

TU HIJO ES UNA BUENA PERSONA (parte 2)

 
Tu hijo sabe ceder 

Jordi duerme en la habitación que sus padres le han asignado, en la cama que sus padres le han comprado, con el pijama y las sábanas que sus padres han elegido. Se levanta cuando le llaman, se pone la ropa que le indican, desayuna lo que le dan (o no desayuna), se pone el abrigo, se deja abrochar y subir la capucha porque su madre tiene frío y se va al cole que sus padres han escogido, para llegar a la hora fijada por la dirección del centro. Una vez allí, escucha cuando le hablan, habla cuando le preguntan, sale al patio cuando le indican, dibuja cuando se lo ordenan, canta cuando hay que cantar. Cuando sea la hora (es decir, cuando la maestra le diga que ya es la hora) vendrán a recogerle, para comer algo que otros han comprado y cocinado, sentado en una silla que ya estaba allí antes de que él naciera.

Por el camino, al pasar ante el quiosco, pide un «Tontanchante», «la tontería que se engancha y es un poco repugnante», y que todos los de su clase tienen ya. «Vamos, Jordi, que tenemos prisa. ¿No ves que eso es una birria?» «¡Yo quiero un Totanchante, yo quiero, yo quiero…!» Ya tenemos crisis.

Mamá está confusa. Lo de menos son los 20 duros que cuesta la porquería ésta. Pero ya ha dicho que no. ¿No será malo dar marcha atrás? ¿Puede permitir que Jordi se salga con la suya? ¿No dicen todos los libros, todos los expertos, que es necesario mantener la disciplina, que los niños han de aprender a tolerar las frustraciones, que tenemos que ponerles límites para que no se sientan perdidos e infelices? Claro, claro, que no se salga siempre con la suya. Si le compra ese Tontachante, señora, su hijo comenzará una carrera criminal que le llevará al reformatorio, a la droga y al suicidio.

Seamos serios, por favor. Los niños viven en un mundo hecho por los adultos a la medida de los adultos. Pasamos el día y parte de la noche tomando decisiones por ellos, moldeando sus vidas, imponiéndoles nuestros criterios. Y a casi todo obedecen sin rechistar, con una sonrisa en los labios, sin ni siquiera plantearse si existen alternativas. Somos nosotros los que nos «salimos con la nuestra» cien veces al día, son ellos los que ceden. Tan acostumbrados estamos a su sumisión que nos sorprende, y a veces nos asusta, el más mínimo gesto de independencia. Salirse de vez en cuando con la suya no sólo no les va hacer ningún daño, sino que probablemente es una experiencia imprescindible para su desarrollo.

 
Tu hijo es sincero 

¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público «¿Por qué esa señora es calva?» o ¿Por qué ese señor es negro?» Que contestase «Sí» cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar «Sí» a nuestra retórica pregunta «¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?»

Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese «feo vicio». Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.

 

 
Tu hijo es un buen hermano 

Imagínese que su esposa llega un día a casa con un guapo mozo, más joven que usted, y le dice: «Mira, Manolo, este es Luis, mi segundo marido. A partir de ahora viviremos los tres juntos, y seremos muy felices. Espero que sabrás compartir con él tu ordenador y tu máquina de afeitar. Como en la cama de matrimonio no cabemos los tres, tú, que eres el mayor, tendrás ahora una habitación para ti sólito. Pero te seguiré queriendo igual». ¿No le parece que estaría «un poquito» celoso? Pues un niño depende de sus padres mucho más que un marido de su esposa, y por tanto la llegada de un competidor representa una amenaza mucho más grande. Amenaza que, aunque a veces abrazan tan fuerte a su hermanito que le dejan sin aire, hay que admitir que los niños se toman con notable ecuanimidad.

 

 
Tu hijo no tiene prejuicios 

Observe a su hijo en el parque. ¿Alguna vez se ha negado a jugar con otro niño porque es negro, o chino, o gitano, o porque su ropa no es de marca o tiene un cochecito viejo y gastado? ¿Alguna vez le oyó decir «vienen en pateras y nos quitan los columpios a los españoles»? Tardaremos aún muchos años en enseñarles esas y otras lindezas.

 
Tu hijo es comprensivo 

Conozco a una familia con varios hijos. El mayor sufre un retraso mental grave. No habla, no se mueve de su silla. Durante años, tuvo la desagradable costumbre de agarrar del pelo a todo aquél, niño o adulto, que se pusiera a su alcance, y estirar con fuerza. Era conmovedor ver a sus hermanitos, con apenas dos o tres años, quedar atrapados por el pelo, y sin gritar siquiera, con apenas un leve quejido, esperar pacientemente a que un adulto viniera a liberarlos. Una paciencia que no mostraban, ciertamente, con otros niños. Eran claramente capaces de entender que su hermano no era responsable de sus actos.

Si se fija, observará estas y muchas otras cualidades en sus hijos. Esfuércese en descubrirlas, anótelas si es preciso, coméntelas con otros familiares, recuérdeselas a su hijo dentro de unos años («De pequeño eras tan madrugador, siempre te despertabas antes de las seis…») La educación no consiste en corregir vicios, sino en desarrollar virtudes. En potenciarlas con nuestro reconocimiento y con nuestro ejemplo.

 
La semilla del bien 

Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.

Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la «falta de disciplina», que se hubieran evitado con «una bofetada a tiempo». Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo «adecuado» para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos. Es lo que de verdad necesita.
Espero te haya sido de agrado, y que cuando mires a tus hijos, los veas como lo que son “niños”, que también tienen mucho para enseñar a quienes nos llamamos padres.

 Cuánto de bueno se puede ir sembrando allí en donde el EGO de los niños aún no ha tomado completa posesión de la sagrada casa.  Yehuda Ribco

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/eres-un-ttere-no 

¡Un abrazo, y que nos convirtamos en verdaderos constructores de shalom!.

Después del temblor

En días pasados, tuvimos un buen susto, poco antes de las 8 pm el sábado pasado hubo un temblor, las noticias de BBC dijeron que fue de 6.7 grados en la escala de Richter y con una duración poco usual de alrededor de tres minutos.

Sin duda que cada persona tuvo sus propias experiencias durante este fenómeno, en lo personal cuando ocurrió esto estaba leyendo un artículo de aquí de fulvida y cuando las cosas se empezaron a azotar todo se empezó ya más fuerte salí de inmediato de la habitación, creo que fue ese el patrón en general pero puede haber excepciones.

Y ahora que ha pasado el temblor ¿Qué?

Como se ha comentado después de estos sucesos naturales es bueno meditar acerca de las cosas, analizar la conducta y darse un tiempo para reflexionar modificar aquello que debe ser modificado y cambiar lo que tenga que ser cambiado, estuvo fuerte y con unos segundos más se hubieran visto cosas muy tristes, es bueno reflexionar y hacer lo que se deba hacer.

Ahora que estamos próximos a recibir al More en tierra Mexicana sería bueno hacer un propósito de asistir a la reunión, de invitar a más gente para escuchar las enseñanzas que el More tiene para nosotros, tratar de aumentar la masa crítica de personas que hacen el bien, para espantar la idolatría que tanto daño hace a las personas.

Aquí en México el día 12 se vio una derrama impresionante de recursos para festejar a una más de las deidades creadas por el catolicismo la llamada virgen de guadalupe, el temblor fue dos días antes ¿casualidad o causalidad?

Recuerda revisar tu casa para ver si hubo desperfectos y en caso de haberlos procede a efectuar las reparaciónes correspondientes, el mantenimiento periódico a la vivienda es muy importante aumenta su vida útil y también reduce los riesgos en caso de desastres naturales.

Te deseo excelente tarde y asiste a la reunión, hasta pronto

 

TU HIJO ES UNA BUENA PERSONA (parte 1)

Nuestros hijos nos cambian la vida, pero a veces nosotros no nos damos cuenta de cuanto podemos sembrar como padres en  sus vidas,  Uno de los pilares fundamentales para el noájida es  la familia,  por ello aprendamos a valorar aquellas  oportunidades para construir shalom allí, donde haremos gran parte de  nuestra historia, y donde marcamos el  inicio de la historia de ellos,

Somos  depositarios temporales para dar impulso y  brindar herramientas para que un día …ellos sean:  “Ellos”.

Comparto contigo el siguiente texto,  Extractado del libro  Bésame mucho  escrito por   el Dr.Carlos González, pediatra.

TU HIJO ES UNA BUENA PERSONA (parte 1)

Cuando una esposa afirma que su marido es muy bueno, probablemente es un hombre cariñoso, trabajador, paciente, amable… En cambio, si una madre exclama «mi hijo es muy bueno», casi siempre quiere decir que se pasa el día durmiendo, o mejor que «no hace más que comer y dormir» (a un marido que se comportase así le llamaríamos holgazán). Los nuevos padres oirán docenas de veces (y pronto repetirán) el chiste fácil: «¡Qué monos son… cuando duermen!»

Y así los estantes de las librerías, las páginas de las revistas, las ondas de la radio, se llenan de «problemas de la infancia»: problemas de sueño, problemas de alimentación, problemas de conducta, problemas en la escuela, problemas con los hermanos… Se diría que cualquier cosa que haga un niño cuando está despierto ha de ser un problema.

Nadie nos dice que nuestros hijos, incluso despiertos (sobre todo despiertos), son gente maravillosa; y corremos el riesgo de olvidarlo. Aún peor, con frecuencia llamamos «problemas», precisamente, a sus virtudes.

 
Tu hijo es generoso

Marta juega en la arena con su cubo verde, su pala roja y su caballito. Un niño un poco más pequeño se acerca vacilante, se sienta a su lado y, sin mediar palabra (no parece que sepa muchas) se apodera del caballito, momentáneamente desatendido. A los pocos minutos, Marta decide que en realidad el caballito es mucho más divertido que el cubo, y lo recupera de forma expeditiva. Ni corto ni perezoso, el otro niño se pone a jugar con el cubo y la pala. Marta le espía por el rabillo del ojo, y comienza a preguntarse si su decisión habrá sido la correcta. ¡El cubo parece ahora tan divertido!

Tal vez la mamá de Marta piense que su hija «no sabe compartir». Pero recuerde que el caballito y el cubo son las más preciadas posesiones de Marta, digamos como para usted el coche. Y unos minutos son para ella una eternidad. Imagine ahora que baja usted de su coche, y un desconocido, sin mediar palabra, sube y se lo lleva. ¿Cuántos segundos tardaría usted en empezar a gritar y a llamar a la policía? Nuestros hijos, no le quepa duda, son mucho más generosos con sus cosas que nosotros con las nuestras.

 
Tu hijo es desinteresado 

Sergio acaba de mamar; no tiene frío, no tiene calor, no tiene sed, no le duele nada… pero sigue llorando. Y ahora, ¿qué más quiere?

La quiere a usted. No la quiere por la comida, ni por el calor, ni por el agua. La quiere por sí misma, como persona. ¿Preferiría acaso que su hijo la llamase sólo cuando necesitase algo, y luego «si te he visto no me acuerdo»? ¿Preferiría que su hijo la llamase sólo por interés?

El amor de un niño hacia sus padres es gratuito, incondicional, inquebrantable. No hace falta ganarlo, ni mantenerlo, ni merecerlo. No hay amor más puro. El doctor Bowlby, un eminente psiquiatra que estudió los problemas de los delincuentes juveniles y de los niños abandonados, observó que incluso los niños maltratados siguen queriendo a sus padres.

Un amor tan grande a veces nos asusta. Tememos involucrarnos. Nadie duda en acudir de inmediato cuando su hijo dice «hambre», «agua», «susto», «pupa»; pero a veces nos creemos en el derecho, incluso en la obligación, de hacer oídos sordos cuando sólo dice «mamá». Así, muchos niños se ven obligados a pedir cosas que no necesitan: infinitos vasos de agua, abrir la puerta, cerrar la puerta, bajar la persiana, subir la persiana, encender la luz, mirar debajo de la cama para comprobar que no hay ningún monstruo… Se ven obligados porque, si se limitan a decir la pura verdad: «papá, mamá, venid, os necesito», no vamos. ¿Quién le toma el pelo a quién?

 
Tu hijo es valiente 

Está usted haciendo unas gestiones en el banco y entra un individuo con un pasamontañas y una pistola. «¡Silencio! ¡Al suelo! ¡Las manos en la nuca!» Y usted, sin rechistar, se tira al suelo y se pone las manos en la nuca. ¿Cree que un niño de tres años lo haría? Ninguna amenaza, ninguna violencia, pueden obligar a un niño a hacer lo que no quiere. Y mucho menos a dejar de llorar cuando está llorando. Todo lo contrario, a cada nuevo grito, a cada bofetón, el niño llorará más fuerte.

Miles de niños reciben cada año palizas y malos tratos en nuestro país. «Lloraba y lloraba, no había manera de hacerlo callar» es una explicación frecuente en estos casos. Es la consecuencia trágica e inesperada de un comportamiento normal: los niños no huyen cuando sus padres se enfadan, sino que se acercan más a ellos, les piden más brazos y más atención. Lo que hace que algunos padres se enfaden más todavía. Si que huyen los niños, en cambio, de un desconocido que les amenaza.

Los animales no se enfadan con sus hijos, ni les riñen. Todos los motivos para gritarles: sacar malas notas, no recoger la habitación, ensuciar las paredes, romper un cristal, decir mentiras… son exclusivos de nuestra especie, de nuestra civilización. Hace sólo 10.000 años había muy pocas posibilidades de reñir a los hijos. Por eso, en la naturaleza, los padres sólo gritan a sus hijos para advertirles de que hay un peligro. Y por eso la conducta instintiva e inmediata de los niños es correr hacia el padre o la madre que gritan, buscar refugio en sus brazos, con tanta mayor intensidad cuanto más enfadados están los progenitores.

 

 
Tu hijo sabe perdonar 

Silvia ha tenido una rabieta impresionante. No se quería bañar. Luchaba, se revolvía, era imposible sacarle el jersey por la cabeza (¿por qué harán esos cuellos tan estrechos?). Finalmente, su madre la deja por imposible. Ya la bañaremos mañana, que mi marido vuelve antes a casa; a ver si entre los dos…

Tan pronto como desaparece la amenaza del baño, tras sorber los últimos mocos y dar unos hipidos en brazos de mamá, Silvia está como nueva. Salta, corre, ríe, parece incluso que se esfuerce por caer simpática. El cambio es tan brusco que coge por sorpresa a su madre, que todavía estará enfadada durante unas horas. «¿Será posible?» «Mírala, no le pasa nada, era todo cuento».

No, no era cuento. Silvia estaba mucho más enfadada que su madre; pero también sabe perdonar más rápidamente. Silvia no es rencorosa. Cuando Papá llegue a casa, ¿cuál de las dos se chivará? («Mamá se ha estado portando mal…»). El perdón de los niños es amplio, profundo, inmediato, leal.

(continua…)

Para ayudar a crecer a nuestros hijos es necesario desprenderse del EGO, porque es virtualmente imposible educar en libertad en tanto uno es esclavo del EGO.  Yehuda Ribco

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/romper-el-crculo-vicioso

Hasta aquí por hoy querida familia, espero tus comentarios.

Un abrazo

 pd: en la foto mi hijo mayor, que en poco tiempo cumplira sus 3 añitos

Eres un fracasado

El EGO toma el control, es tu amo.
Haces y deshaces según sus deseos.
Usas el ingenio para inventar excusas y justificativos, en vez de apoderarte de tu vida y hacerla resplandecer a pleno

El EGO se aferra al poder, para lo cual tiene que hacerte sentir impotente, fracasado, enfermo, débil, pecador, falto de salvación, inútil, tonto, sin amor, culpable.
Sus ataques se agudizan cuando intentas prosperar, sobresalir, sentirte en control.

Por ello ocurre una de dos cosas:

  1. Te boicoteas, te haces la guerra a ti mismo y terminas fracasando aún antes de haber comenzado.
  2. Tomas riesgos indebidos, te aventuras más allá de lo necesario, para terminar fracasando.

En la primera, te bloqueas, te paralizas, piensas en mil maneras en que las cosas saldrán mal para ni siquiera intentar progresar.
Es la típica forma del perezoso, también del cobarde, del que duda todo el tiempo, del que se queda en lo que conoce por miedo a lo que desconoce.
De tanto pensar en controlar lo que puede llegar a pasar, se enmaraña y no encuentra soluciones, pero sí constantes inconvenientes y dolores.

En la segunda, se te sube a la cabeza el éxito (real o fantaseado) anterior. Te crees imbatible, insuperable, el amo de todas las circunstancias, el dueño de todas las respuestas, como protegido por un (inexistente) ángel de la guarda.
Es la típica forma del engreído, del que se cree más allá de los fracasos, del que se lleva el mundo por delante- hasta que el mundo se lo lleva por delante a él.
De tanto pensar que controla lo que pasa, se enceguece y no se da cuenta de que puede ser muy hábil en tal o cual aspecto, pero en el resto es mediocre o ineficiente.

Una y otra son maneras de proceder a partir de estar esclavo del EGO.

No le sigas dando el poder al EGO para esclavizarte.
Conócelo, conócete, cambia.

A cerrar los pozos…

«(12) Itzjac [Isaac] sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. El Eterno lo bendijo,
(13) y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico.
(14) Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían celo.
(15) Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Avraham [Abraham], en sus días.
(16) Entonces Abimelec dijo a Itzjac [Isaac]: -Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.
(17) Itzjac [Isaac] se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí.
(18) Itzjac [Isaac] volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Avraham [Abraham] su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Avraham [Abraham]. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado.
(19) Después los siervos de Itzjac [Isaac] cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas.
(20) Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Itzjac [Isaac], diciendo: -El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él.
(21) Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.
(22) Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. Él llamó su nombre Rejobot diciendo: -Porque ahora el Eterno nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.»
(Bereshit / Génesis 26:12-22)

Ah, el EGO…
Cuando otro resalta, lo queremos bajar, a como dé lugar.
No, no queremos subir, nada de superarse, para qué el esfuerzo personal… mejor es disparar contra el que se destaca…
Si alguno enriquece porque es trabajador, porque es productivo, porque camino por el sendero del Bien, no faltan los que celosos cavaran fosas delante de sus pasos.
¿Para qué trabajar si resulta más cómodo hundir al que está haciendo bien las cosas?… es lo que el EGO susurra al corazón de los celosos y envidiosos.

En esa ceguera maliciosa, no importa si se afecta a inocentes, a buenos, a justos… nada importa más que cometer el acto vil que dé la impresión de que uno tiene poder, que se aparente que uno no es impotente.
Incluso aunque en el intento por malograr al exitoso uno mismo termine perjudicado y sumergido…
Eso es lo que busca el EGO, en principio y en final: que la persona se sienta impotente, que la persona tema, que la persona recurra a las armas del EGO para sentirse menos impotente para terminar ahogado y sin escapatoria en el mar cenagoso del EGO.

El EGO te dice que te hará libre con su “verdad”, cuando eso es otro engaño, porque te hará más esclavo, menos libre, menos auténtico.
El EGO te arrullará con fantasías de poder y dominio, pero serás débil, sometido, arrastrado, sin fuerzas ni siquiera para llorar por tu estado patético.

“Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros”.
Parece una orden extraña, porque sería mucho más razonable rodearse de amigos poderosos, así uno crece junto con ellos, o al amparo de ellos.
¿Qué prefieres tú?
Para el anclado a la miseria a causa del EGO, por supuesto que es intolerable tener a alguien que ha superado al EGO a su lado.
Porque el otro demuestra que se puede en verdad, porque el otro denuncia al EGO con su mera presencia, porque el otro desnuda tus debilidades simplemente por existir.
Entonces, alejarlo, echarlo, desterrarlo, apresarlo, humillarlo, hostigarlo, encerrarlo, asesinarlo… ¿qué quiso hacer Amán y qué el Faraón y qué la Inquisición y qué Hitler y qué los árabes que se hacen pasar por “palestinos”?
Sus vidas, llenas de oscuridad, de malicia, de podredumbre, de EGO se enfocan en la destrucción de lo que los puede dejar en evidencia, de aquellos que por su presencia demuestran que son impotentes.
Entonces recurren a las armas del EGO, que son simples pero eficientes, brutales pero amparadas por las excusas que hilvana el cerebro cómplice.

Y así se cavan los perversos, los esclavos del EGO, sus propias tumbas.
Tapan los pozos de vida que abren y comparten los emisarios de la Luz.
Les quieren negar la existencia a los que son libres y auténticos, al mismo tiempo que se la niegan a ellos mismos.
Persiguen con sus desmanes a los buenos y justos, porque los odian, pero con ello solamente se dañan a sí mismos.
Convierten en estériles desiertos lo que pudiera ser paraísos.
Llenan de rencores, disputas, peleas, agresiones, murmuraciones, ofensas, manipulaciones, lo que está potencialmente preparado para ser placentero.
Aunque se auto laceren, poco les importa, porque es el EGO el que está al mando y al EGO poco le importa la persona que “habita”. Aunque tiene la misión de hacerlo sobrevivir, aunque se presente como salvador y redentor, aunque parezca un compañero útil para la vida, al EGO poco y nada le interesa el bienestar de la persona que “habita”.
El EGO solamente quiere sobrevivir y, tal como ciertos parásitos, en su succión de energía pueden ocasionar terribles daños y hasta la muerte.

Pero, el que comprende esto y hace un trabajo de maduración multidimensional, y por tanto lleva una vida de espiritualidad verdadera, no se deja pervertir por los susurros tentadores del EGO.
Sigue estando siempre bajo la sombra del mismo, pero encuentra mecanismos para ensanchar su vida y no para restringirla.
El mundo, los acontecimientos, los vecinos, quizás no le sean favorables. Tal vez no sea “exitoso” en la evaluación basada en EGO, pero sigue andando a la Luz del Eterno, actuando con bien y justicia, como constructor de Shalom siempre.

Estos textos que te presento tienen la intención de que puedas verte al espejo del alma, evaluarte, revalorizarte, hallar la forma de ser libre y feliz.
Mírate a través de la información que se te brinda y que tú debes analizar.
Aprende de ti, para amarte, conocerte y cuidarte.
Te servirá también para tener una mayor comprensión de lo que impulsa muchísimas de tus acciones y sentimientos, como así la de otras personas.
Esto sirve de herramientas esencial para construir Shalom.

Puedes dejarlo de lado con la excusa que quieras.
Puedes ir aprendiendo y creciendo.
Solamente depende de lo que decidas y emprendas en consecuencia.

«Dios me dijo en sueño que te dijera esto…»

“Sueños proféticos”, “don de sueños”, “soñar los sueños de dios”, son algunos de los nombres que los integrantes de las religiones asignan a la experiencia de tener un sueño con determinado contenido y que según ellos “viene de dios”.

Quienes han estado cerca de alguna religión habrán notado que este tipo de personas es visto como un “bendecido”, ya que tienen la “capacidad” de ser receptores e interpretes de un mensaje supuestamente divino.

No es un secreto que estos soñadores controlan la vida de otros al momento de usar expresiones como “dios me dio un mensaje en un sueño para ti”. Pensemos en el peso tan grande de dicha expresión. ¿Un mensaje de Dios? ¿Quién no quiere que Dios le diga lo qué hacer?

Los lideres religiosos tienen en común que se rodean de este tipo de soñadores, incluso ellos mismos dicen tener dicho “don”. Claro, qué mejor manera de MANIPULAR a sus seguidores para que hagan lo que les beneficiará sus bolsillos.

Una acotación, ¿no es curioso que mayormente los “sueños proféticos” van dirigidos a personas pudientes, que tienen poder económico y que representan ganancia a estos líderes? Por experiencia vi cómo este dios no les enviaba mensajes a los pobres, sólo a los ricos. ¡Qué cosas!

“Dios me habla en sueños” Es una expresión cargada de un mensaje que va directo a las débiles mentes que esperan que ese dios se digne a hablarles.

Lo cierto del asunto es que Dios, con mayúscula, no le manda a decir nada a nadie a través de otro trasnochado. Y estas personas que dicen soñar “sueños de dios” deberían cerrar sus bocas y buscar una mejor manera de influir en la gente. Y los “lideres” tienen la obligación de buscar un trabajo honesto en lugar de ROBAR el dinero ajeno.

Sí, es cierto que muchos de estos sueños se cumplen. ¿Cómo explicarlo? Sencillo, casualidades o N probabilidades de que lo estaba supuesto a suceder sucedería.
Tomemos un ejemplo, omitiré nombres, pero es un caso verídico:

En cierta ocasión cierto líder regañó a cierto seguidor porque éste no estuvo presente en una reunión. El seguidor confesó que se había ausentado porque estaba con una chica que estaba pasando por una crisis emocional y creyó que su deber era ayudarla ya que el líder enseñaba que se debía ayudar al necesitado. El líder muy enojado suspendió todos los beneficios a su seguidor, ya no predicaría, ya no viajaría a predicar a otros lados, etc. El seguidor quedó consternado cuando el líder dijo “dios sí me lo había dicho, es que dios a mi me habla”.

Años después el seguidor se entera que el líder estaba teniendo una relación amorosa secreta con esa chica (estaba siendo infiel a su esposa), y que el líder lo que en realidad sentía era CELOS porque el seguidor demostraba interés en la chica. Así que para el líder, qué mejor manera de controlar la situación mostrándose preocupado y diciendo “dios me lo había mostrado”?

¿Sueños de dios? No, EGO puro.

De algo estoy seguro, Dios tiene mejores cosas qué hacer que estar enviándonos mensajes a través de gente que se cree espiritual pero que tan solo es el mejor ejemplo de cómo el EGO esclaviza a una persona.

Ah, antes de que se me olvide, qué pasa cuando el sueño es acerca del líder? O con un mensaje para estos? La respuesta que estos lideres darán es “esperaré a que dios me lo diga a mi directamente”. ¿Conveniente verdad?

Resp. 1050 – debo demostrar que ya no soy cristiana?

Laura Elizabeth nos consulta:

Ante la incredulidad de muchos y cuestionamiento de otros, como debo demostrar que ya no ejerzo el cristianismo y no me considero parte de el.
Laura Elizabeth Jara, 42 años Psicóloga Social , Cipolletti ,Argentina

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Resp. 1047 – enseñanza de religiones en la escuela

farid26 nos consulta:

Soy docente de ciencias sociales en educación básica en Colombia ¿cuál debería ser mi postura si en la institución educativa me solicitan que haga un reemplazo al docente de religión que deberá ausentarse durante un tiempo
farid martinez , 28, docente, cali, colombia

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¿Cómo funciona la mente de una persona corrupta?

¿Qué lleva a un profesional con un alto cargo, buen sueldo y
reconocimiento público al soborno o la ‘mordida’?
Esta pregunta se
planteó el psiquiatra colombiano Guillermo Acosta: «¿Qué induce a la persona a
trocar los comportamientos éticos por acciones perversas y corruptas?».

La respuesta puede estar en la cabeza. No es que la corrupción
sea un trastorno mental, sino que existen personas predispuestas a
ella
. Según Acosta -que basa sus teorías, principalmente, en lo dicho
por el psicólogo estadounidense Theodore Millon-, los corruptos son personas con
alguno de estos dos tipos de trastorno: narcisista -definido como egoísta- o
antisocial -definido como fanfarrón-. Ambos, identificados por la inclinación a
centrarse en sí mismos como fuente para satisfacer sus necesidades. Los
primeros, convencidos de que son superiores a los demás; los segundos, guiados
por la necesidad de mostrar esa superioridad.

«Son
características que los llevan a no considerar al otro
-explica
Acosta-. Se trata de personas explotadoras, abusivas, que en su dinámica mental
no tienen en cuenta la ética global». El de tipo antisocial no acepta la culpa,
quizá llegue a sentir vergüenza al verse expuesto al escarnio público, pero no
arrepentimiento. En cuanto al narcisista, es alguien tan encerrado en sí mismo
que pasa sin detrimento por encima de los demás.

Este tipo de personas,
indiferentes a las normas y con la idea de estar más arriba que ellas, pueden
llegar fácilmente a la corrupción. Muchos, incluso, lo hacen sin entrar en
conflicto directo con la ley, pues pasan desapercibidos. «Se trata de los
famosos delincuentes de cuello blanco, que se atrincheran en sus posiciones y
hasta reciben aprecio social por sus logros económicos y de poder», dice
Acosta.

¿Qué hace que una persona sea así? Se mezclan factores
biológicos, genéticos y ambientales, que son los que conforman los patrones de
personalidad. «Habrán visto que hay niños apacibles y otros que son un
terremoto. Los humanos, como todo animal, somos diferentes uno del
otro
«.

Este sustrato con el que nacemos se va a sumar a lo que
se aprenda, sobre todo en los primeros años de vida. Si un niño no recibe
límites, si todo lo que hace está bien y es fuente de aplausos, va a formarse en
una independencia en la que no tendrá consideración con los demás. De igual
manera, si a otros se les promueve la dependencia en función de recibir del
exterior, se quedará a la espera de que todo le llegue. «Lo que se busca es una
persona que, como en una constelación, tenga de todo un poco, piense tanto en
los demás como en sí misma -dice Acosta-. Ese equilibrio hace una personalidad
funcional».

***

Durante la niñez, dicen los especialistas, se
forma el futuro psicológico de la persona. En esa etapa el ser humano empieza a
comprender quién es él y quién es el otro. En ese andar, el niño comienza a
incorporar valores, a formar el superyó, que le dirá qué es lo bueno y qué es lo
malo. Y lo hace casi sin darse cuenta, puede ser cuando va en el carro con sus
padres y nota cómo se cruzan el semáforo en rojo porque nadie los está viendo, o
se detienen a cumplir la ley.

«Las fracturas en estas primeras fases de
desarrollo generan muchas de las patologías citadas -afirma Acosta-. Y hay que
ver que el abandonado no es solo el niño que vemos en Bienestar Familiar. Puede
estar abandonado en un entorno de lujo y comodidad, sin ese vínculo afectivo que
le ayude al tránsito de maduración al empezar a explorar el mundo».

-¿Toda persona corrupta ha tenido padres con características
similares?

-No necesariamente. Pero definitivamente hubo elementos
familiares que influyeron.

Estas personas crecen con una patología que se
refleja en la tendencia a controlarlo todo y a la transgresión de las normas,
sin tener en cuenta el impacto que sus acciones ilegales tengan sobre los demás,
pues carecen de empatía. En su actuar, hacen uso de su posición social o
económica privilegiada. Hace poco visitó a Bogotá uno de los expertos más
reconocidos en la lucha contra la corrupción, el británico Bertrand de Speville.
Conocedor como pocos de casos que implican este delito, afirmó que lo que más
sorpresa le causa es encontrarse con personas que, sin necesidad de dinero,
llegan a la corrupción para tener más. Es lo que hoy se preguntan muchos
colombianos, al ver nombres de reconocidos profesionales o políticos vinculados
en delitos que los tienen en la cárcel.

Y no solo se habla de grandes
escándalos, sino de hechos cotidianos. «Es tan corrupto el acto de robarle
dinero al Estado como el de no responder por la alimentación de un hijo», agrega
el experto. Ambos reflejan la falta de consideración por el otro.

A nivel
biofísico, manifiestan un estado de ánimo despreocupado e indiferencia. Son
seres con déficit de caridad social, falta de civismo y desinterés por la
seguridad de los demás. «Y sus acciones afectan a todos -dice Acosta-. Mire cómo
sufrimos andando por la calle 26, por ejemplo».

No es asunto de género,
como muchos creen, al suponer mayor honestidad en la mujer. Es tan propenso el
hombre como la mujer, lo que pasa es que se ha hecho más evidente en hombres al
ser mayor su presencia en cargos de poder. Tampoco se trata de personas con más
inteligencia. Si acaso, tienen más astucia.

¿El
corrupto siente placer al cometer el delito?

Uno se pregunta cómo
una persona con plata y poder hace más trastadas. Por el placer narcisista,
omnipotente, del riesgo. Tiene la sensación de que es Supermán, de que está
blindado contra toda kriptonita. Eso la lleva a ciclos de actuación repetitiva.
Por más carcelazos, vuelve a lo mismo.

Estas patologías se presentan en
forma leve, moderada o grave y, según sean, pueden recibir tratamiento. Si es
leve o moderada, es posible que sea útil la psicoterapia individual; si es
grave, el camino adecuado es una medida correccional: un tiempo de larga
instancia donde reciba educación conductual para cambiar los patrones de
comportamiento. «Estas personas no suelen consultar con deseos de cambio a un
especialista. Si lo hacen es por vergüenza, al ver su situación complicada o
porque una enviada a la cárcel los llevó a una depresión».

¿El corrupto es un enfermo?

-No. Tiene una
psicopatología, pero eso no lo hace inimputable. Es responsable por sus actos,
así su disfunción psicopatológica sea mayúscula. A diferencia del psicótico, que
pierde contacto con la realidad, estas personas son conscientes de lo que hacen.
Por eso hay que darles una pena y ofrecerles tratamiento.

¿Qué tanto les sirve un tiempo en la cárcel o una
psicoterapia?

Para Acosta, es difícil responder si una persona
que ha cometido un acto de corrupción necesariamente va a volver a hacerlo. «Si
no existe en ellos un cambio intrasíquico, lo seguirán haciendo. Por eso, en
algunos casos, las sanciones tendrán que ser permanentes o largas. Que nunca más
se acerquen a las arcas del Estado, por ejemplo, porque si lo vuelven a hacer,
seguro vuelven a meter la mano».

La intervención sobre estas
personalidades propuesta por Millon tiene como objeto equilibrar las polaridades
que imperan en ellas y centrar su atención en las necesidades del otro.
«Desmantelar la explotación interpersonal y fomentar la cooperación como algo
positivo». Ante este panorama, es claro por qué, cuando se habla de corrupción,
no es suficiente pensar en fortalecer las instituciones o la justicia, sino en
darle una mirada a la salud mental de quien está a cada lado de un
contrato.

MARÍA PAULINA ORTIZ

El tiempo

Bulliying -acoso-

Como en (casi) toda conducta negativa, también en los acosadores u hostigadores encontramos al EGO en la base de su acción perversa.
Esta gente típicamente está movida por su necesidad de reasegurarse ante sus propias inseguridades, de amurallarse para no sentir sus miedos, de hacer de cuenta que son fuertes y competentes cuando en verdad se sienten sumergidos en impotencia e incapacidad.

La senda saludable para dejar de lado estos terrores sería desarmar las trampas del EGO, hacer luz sobre los puntos oscuros, salir de la celdita emocional en la que está encerrada la mente, hacerse cargo de su vida, todo lo que sea oportuno para ser pleno en la multidimensionalidad.
Pero, desde lo más primitivo se opta por la senda enferma, la que encadena, la que empobrece, la que maltrata, la que se aprovecha de los objetivos vulnerables, la que victimiza, la que violenta, la que da excusas, la que miente, la que fantasea, la que es religiosa aunque destrata a la imagen de Dios que hay en cada persona, actúa de todas estas maneras para crear una imagen falsa de superioridad, una irrealidad de poder que sirve para compensar los verdaderos sentimientos del acosador.

Su conducta maliciosa expone las debilidades, reales o inventadas, de otro, para de esa forma escapar a tomar contacto con sus propias carencias.
Ignorando su ser, centrándose en maltratar a otro, es como no se hace frente a sus verdaderas dificultades, ni emprende acciones valederas para superarlas.
Así, conducido por el EGO, el acosador es atraído por individuos que parecen emocionalmente inseguros, o que no han desarrollado lazos sociales robustos.
Al enfocarse en aterrorizar a esta clase de víctimas, se sigue en la ignorancia de su propia debilidad, se rechaza cualquier posibilidad de sanar y ser mejor.
Entonces, no es de extrañar la saña con la que actúan los acosadores, su constancia en la maldad, la crueldad con la que operan, la insensibilidad, el indisimulado regocijo con el dolor sufrido por sus víctimas. Tampoco resulta extraña la mentira, la falsedad, el aplomo para negar lo evidente.
Es un gran acto de tortura que emana de la propia impotencia, se aprovecha de la debilidad ajena, y ahonda en la propia impotencia pero con disfraz de poder y dominio sobre la víctima.

Ciertamente alguien equilibrado, que tiene al EGO sometido y no es esclavo del mismo, difícilmente adoptaría un estilo de vida de hostigamiento.
Se resolverían los conflictos de otra manera, se buscaría la construcción de Shalom y no la destrucción del que se presenta como indefenso o carente.

Tengamos esto presente, puesto que el bullying está siendo una plaga actual, en todos los estratos sociales, doquiera que fijemos la atención.
Está generalizada y bastante emparentada con la tremenda ola de violencia, inseguridad, crímenes, marginalidad, decaimiento que se ha apoderado de la humanidad.

Advertimos que un acosador raramente apunta su artillería en contra de un niño (en realidad persona de cualquier edad) que es genuino, armonioso, confiado, con una autoestima saludable.
Es que los acosadores en el fondo (y ni tanto) están intimidados por la onda positiva que emana desde el centro de la personalidad de un individuo saludable.
El hostigador rehúye confrontar con alguien que se planta firme en su identidad, que se conoce, que se valora, que no se inventa disfraces para huir de quien es.
El hostigador le teme al que está confiado y seguro y que desprende un aura de poder.
Porque el EGO del acosador sintoniza con el EGO de las víctimas, para someter impotencia con impotencia.

Entonces, cuando queremos vencer a un hostigador, quizás no debemos centrarnos en aprender llaves de artes marciales, o sacar mucho músculo, o adquirir habilidades de esgrima verbal, o salir corriendo a esconderse detrás de la autoridad. Todo esto podría llegar a ser útil y necesario, pero no es lo esencial.
El poder es lo esencial.
Quitar el dominio del EGO sobre nuestra vida.
Reconocer las cáscaras y las máscaras que recubren nuestro Yo Auténtico, para no confundirnos y pensar que somos eso.
Descubrir la potencia infinita de nuestro Yo Esencial.
Desarrollar a pleno nuestra multidimensionalidad.
Aprender a conocernos, para querernos y cuidarnos.
Dejar al EGO como un siervo y no más como el tirano que está gobernando nuestra existencia.

No es tarea sencilla, nunca lo es.
Pero tampoco es imposible.

Hemos ido brindando diferentes técnicas y herramientas, te aportamos de conocimiento y teoría, todo ello está a tu disposición para que construyas Shalom de dentro hacia fuera.

También es bueno que ayudes a tus hijos a desarrollar el sentido de su valor, que aprendan a confiar, que estén preparados para comunicar y no para ocultar, que sepan que son bellos aunque imperfectos, que entiendan que caer es normal y que levantarse es lo que realmente cuenta.
Dales cariño, márcales los límites necesarios y saludables, delimita lo que es bueno de lo que no lo es.
Aprende y enseña a que confíen, a que hagan, a que enfrenten con determinación, a que expresen a través de la Comunicación Auténtica.

Cuando la persona está en armonía, ha construido una base sólida de Shalom en su interior, no se altera por las ofensas… ¡es que ni siquiera las siente como ofensivas!
Sabe promover la justicia, porque dar la otra mejilla a veces es apropiado, pero siempre es de sometidos al EGO.
Sabe responder con silencio, frialdad o acertada puntería a las agresiones, de acuerdo a lo que fuera provechoso en la ocasión.
No se desestabiliza por los ataques, porque se sabe sólido como una roca, flexible como agua, veloz como viento, acertado como pulso de cirujano.
Una persona así no es movida por las agresiones del acosador, quien no se mete con él, quien escapa ante su presencia que irradia autoridad.

Enseña a tus hijos a valorarse, no solamente con palabras, sino a través de tu conducta.
No los debilites metiendo el dedo una y otra vez en sus llagas de impotencia.
No te asocies, o subordines a su EGO, para no dejarlo en estado de inoperancia a tu hijo.

Recuerda que todos, todos, somos hijos de Dios, no importa lo que se haga o se crea.
Por tanto, hasta el acosador es uno, un hermano.
Pero, está encarcelado a su EGO.
Si bien los problemas los genera el acosador, no es a él a quien tienes como real enemigo, sino al EGO.
El acosador está haciendo daño, y debe ser detenido sin más. Aunque sabemos que en el fondo es un desgraciadito, un pobrecito, un lisiado emocional. Esto no es excusa para dejarle operar con su acostumbrada perversión, pero sí es una herramienta más para no caer en las trampas del EGO.

Me encantaría saber tú opinión, anécdotas, ideas, etc.
Hasta luego.