Un estudio reciente muestra que darse por vencido es un hàbito adquirido. Se puede aprender a ser perseverante o constante, tan fàcilmente como se aprende a darse por vencido. Durante los ùltimos años, biòlogos, psicòlogos, han realizado experimentos que confirman cuàn poderosamente puede nuestra actitud mental afectar el resultado de nuestra vida. En la universidad Jhons Hopkins los investigadores han descubierto que animales de laboratorio pueden aprender a darses por vencidos. Si un ratoncito se mantiene en la mano con tanta firmeza que por màs que se esfuerce no puede escapar, al final abandonarà la lucha contra lo imposible. Ha aprendido a darse por vencido.
Aunque los humanos no somos ratones, podemos escoger los hàbitos de vida. Afortunadamente podemos hacer una elecciòn optimista de responsabilidad y esperanza. Podemos desarrollar el hàbito de no darnos por vencidos. Podemos programar nuestra mente y corazòn para que siga siempre adelante, luchando contra la duda, el dolor y el miedo. En ese proceso podemos vencer obstàculos en apariencia insuperables. En realidad, uno de los mensajes que yo quiero transmitir es. » Aguante, y lo verè en la cumbre».
Por: Zig Ziglar, pag. 294