«Art Tatum nació en 1909 en Toledo, Ohio. Era afroamericano y nació parcialmente ciego. Cuando era adolescente, unos jovencitos le propinaron un golpe que lo dejó totalmente ciego. Su amor por la música era excepcional; ningún otro niño podría haberla amado tanto. Lo que más quería en la vida era aprender a tocar piano.
Pero Art tenía dos problemas. Primero, no veía. Segundo, a pesar de que había tomado algunas lecciones de violín en la escuela, su familia no contaba con los recursos económicos para contratar un profesor privado de piano. Así, pues, aprendió a tocar ese instrumento de la única manera que estaba a su alcance: en los cabarés baratos de Toledo, a comienzos de la década de los veinte.
Incluso cuando se sentía cansado por el estudio y el trabajo de media jornada, Art sacaba tiempo para hacer lo que tanto le gustaba. Conseguía que un amigo o un familiar lo acompañara a pie hasta uno de los cabarés baratos de la ciudad, y pedía que lo dejaran sentarse ante la pianola mientras el instrumento tocaba. Colocando suavemente los dedos sobre el teclado, Art seguía cada uno de los movimientos del instrumento. Era difícil, pero a él le encantaba. Había tantas teclas que, en ocaciones le parecía casi imposible seguirlas con los dedos. Pero su pasión no lo dejaba desanimar. Hasta altas horas de la noche, y canción tras canción, su corazón le daba la fuerza para dominar poco a poco ese arte. Así aprendió a tocar piano.
Pero lo que Art no sabía – porque no había tenido ningún profesor que se lo dijera- era que cuando los fabricantes de pianolas de fines del siglo XIX hicieron esos instrumentos y los rollos en que estaban perforadas las canciones, no utiliaban un pianista, sino dos.
Como Art no sabía que lo que estaba intentando hacer era imposible, lo hizo de todas maneras. Fue el primer pianista de la historia que tocó a cuatro manos sólo con dos manos. Hasta los pianistas más famosos quedaban maravillados al ver de lo que era capaz. una vez que Art Tatum dió un concierto de piano con Fats Waller, otra leyenda del Jazz, éste le dijo al publico: «Yo soy solamente un pianista. Pero esta noche, Dios va a tocar conmigo.
A partir de ese momento, y hasta su muerte, ocirrida en 1956, Tatum transformó por completo el jazz e influyó poderosamente en el mundo de la música. Art Tatum no permitió que las dificultades lo amilanaran, ni dejó de lado la actividad que tanta felicidad le producía. Cada día lograba un poquito más, como podía. Estoy convencido de que, haya gozado o no de fama, la alegría que experimentaba – y que les transmitía a los demás – cuando tocaba el piano era un regalo más que suficiente para él.»
Siga este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=CaPeks0H3_s&feature=related
y disfrute un poco del Jazz.
Ahhh… y si quiere ponga los dedos suavemente en la pianola y empiece con esta obra.
Extraído del libro: El Otro 90% de Robert K. Cooper, Ph. D.
Qué buen texto!
Me gustan el tipo de historias verídicas en que se muestra a alguien siendo capaz de lo que otros creian que no se podia hacer.
Ir más allá de nuestros límites, descubrir nuestro potencial.
Gracias Mario!
Otra muestra mas de que las unicas limitaciones del hombre estan en su propia mente. Gracias amigo mario.
Y de paso un deleite para los amantes del jazz. Excelente comentario Mario. Art Tatum fue definitivamente uno de los mejores pianistas que el género del y la forma en que aprendió a tocar es aún más inspiradora.