Pequeños grandes

En el mundo hay mucha gente llena de ambición y se prepara con ansías para realizar actos grandiosos, sin embargo no puede hacer “las pequeñas cosas” con las que se encuentra a diario, pues no tiene en cuenta que un “gran acto” está formado de muchas “pequeñas acciones”

Tal vez un diminuto detalle que no vale ni la pena mencionar, sin importancia aparente, puede cambiar completamente la vida de una persona, por lo tanto cualquier actitud con mucha amabilidad y sin egoísmo podría llevar alegría a quien no la espera, inclusive a uno mismo.

Una antigua parábola china relata la historia de una pequeña hormiga que se encontraba tomando agua a orillas de un río y, que en un descuido, se cayó al agua. Ella trataba de acercarse a la orilla haciendo mucho esfuerzo, pero tras nadar por un breve instante se le acabó la fuerza, quedando dando vueltas en el mismo lugar, y luchando desesperada y sin esperanzas. En ese momento, una imponente ave que buscaba comida a orillas del río vio esta escena y le dio mucha lástima, con su pico recogió una rama y la tiró al agua al lado de la hormiguita que con mucho esfuerzo se subió a la rama; escapó del peligro y finalmente regresó a la orilla del río.

Mientras la pequeña hormiga se secaba en el pasto, escuchó pasos de quien resultó ser un cazador que se acercaba sigilosamente con un rifle en sus manos apuntando al ave. Al ver esto, la hormiga rápidamente subió a los pies del cazador, se metió debajo del pantalón y justo en el momento cuando el cazador apretó el gatillo, la hormiguita picó al cazador con todas sus fuerzas. Por la fuerte picadura, el cazador se distrajo y el tiro salió desviado, y el ruido del disparo asustó al enorme pájaro que escapó volando para refugiarse en las alturas.

Aunque la hormiga es un insecto muy pequeño, y claramente más débil que el pájaro, con su pequeñez logró ayudar al ave a escapar de un desastre fatal, su muerte.

Este cuento nos muestra una ley universal: por más pequeñas que sean las buenas obras nunca serán en vano. Para el ser humano, los principios son los mismos: acumular pequeña bondad puede llegar a ser un gran mérito; acumular pequeños logros puede llegar a resultar en un gran éxito.

Cada situación cotidiana en la vida del mundo humano puede reflejar, o discernir, la verdad y falsedad, la bondad y maldad, la rectitud y perversidad, la belleza y fealdad, que están contenidas en el corazón humano; por lo tanto, cada pensamiento que se tenga es muy importante ya que puede cambiar drásticamente el sentido de nuestra vida.

De poco a mucho y desde lo chico a lo grande, no por ser pequeño es preferible no hacer un acto bondadoso -para no perder el tiempo-, o por ser pequeña una mala acción está justificado hacerla. Este también es un principio recto para el ser humano.

De: http://www.lagranepoca.com/pequenos-actos-benevolentes-se-pueden-convertir-en-grandes-meritos

10 comentarios sobre “Pequeños grandes”

  1. Un simple gesto de amabilidad, ceder el paso mientras conducimos, brindar una taza de café, agradecer cuando nos atienden luego de haber comprado algo, pequeños detalles que marcan la diferencia.

    Lindo texto para acompañar mi taza de café, gracias Maestro.

  2. Los gestos de «amabilidad» no se deben convertir en $$$$$$$$. Ayer escuchaba a una persona decir «Es que si le consigo el trabajo , me tiene que dar dinero».

    «Puede ser mas significativo el regalarle a alguien un vaso de agua que un manjar acompañado de un pescado lleno de espinas» Gracias morè.

  3. Todo suma…

    y en época de balances tanto los pesos, como los centavos cuentan; contablemente, al final «sólo sumamos», aunque unos tengan (+) y otros (-)…

    Que ganen siempre los (+), y no precisamente para aumenar las arcas, sino por la saisfacción que brinda compartir lo que hemos recibido.

    Aunque para nuestros ojos puede ser poco, para el que recibe puede significar mucho…

    Moré, muchas gracias, por este gran alimento!!!

  4. Además la amabilidad y las buenas acciones nos dan alegría a nosotros mismos. Nos hace vivir en armonía con el resto de las personas y embellecer el mundo tanto como a nosotros mismos. En este comienzo de año propongámonos ejercitar la bondad y la amabilidad, para que se nos haga costumbre.

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