Diferencias entre el cerebro de la mujer y el hombre

Copio y pego un artículo sobre las diferencias entre el cerebro de la mujer y el hombre.

VARONES Y  MUJERES TIENEN DIFERENCIAS EN SUS ESTRUCTURAS CEREBRALES.

Durante mucho tiempo se pensó que la arquitectura cerebral era la misma para todos Sin embargo los científicos están encontrando evidencia que sugiere que el cerebro de hombres y mujeres se forman a partir distintas “programaciones” genéticas y que existen diferencias entre algunos circuitos neurológicos y la concentración de neurotransmisores.

 Jill Goldstein del Harvard Medical School tras medir y comparar 45 regiones cerebrales entre hombres y mujeres sanos, encontró que las partes del lóbulo frontal involucradas en la toma de decisiones y la resolución de problemas, era proporcionalmente más grande en las mujeres. Lo mismo ocurría con el área que regula las emociones. Por otro lado, otros estudios ya habían hallado que el hipocampo-involucrado en la memoria a corto plazo- también es más grande en mujeres que en hombres.

 En los hombres las áreas con mayor extensión resultaron ser el córtex parietal, encargado de procesar las señales que envían los sentidos y la percepción del espacio. La región de la amígdala que controla las emociones y el impulso sexual también es mayor en los hombres

Los hombres recuerdan más cosas pero las mujeres retienen mejor los detalles.

 En relación a los neurotransmisores las mujeres parecen tener una menor concentración de serotonina.

 Louann Brizendine, a partir de los descubrimientos en neuroanatomía y fisiología femenina, en su libro El cerebro femenino remarca que  si bien el cerebro masculino es 9% mayor en masa, ambos tienen el mismo número de células. Varones y mujeres tienen el mismo nivel promedio de inteligencia, pero  utilizan áreas anatómicamente más o menos desarrolladas y circuitos cerebrales distintos para resolver los mismos problemas, procesar el lenguaje, experimentar y almacenar la misma emoción

 Son importantes los efectos que pueden tener las hormonas en la configuración de los deseos, valores y percepciones de la realidad de una mujer, : «Todavía quedan quienes creen que para que las mujeres logren la igualdad, la norma debe ser unisex. Sin embargo, la realidad biológica señala que no existe un cerebro unisex”

 Si podemos crear un entorno fiable y seguro para el cerebro maternal, detendremos el efecto dominó de las madres estresadas y los hijos no menos estresados e inseguros

 Especialistas en trabajo y familia, dicen que si logramos conciliar las exigencias de tiempo y espacio de la empresa moderna con la familia, se evitaría el bajo índice de natalidad, el poco o nulo tiempo de convivencia de las familias  que redunda en sujetos que no saben trabajar en equipo y en individualismo, factores que ya son un hecho en Europa.

Las mujeres tienen 11% más de neuronas en la zona del cerebro dedicada a las emociones y a la memoria y debido a que ellas cuentan con más neuronas espejo son mejores al observar las emociones

Hugo Liaño, jefe del servicio de neurología del Hospital Puerta de Hierro y autor del libro Cerebro de hombre, cerebro de mujer lo explica diciendo que «el influjo de la testosterona cuando el feto está formándose en el útero materno hace mucho más que esclarecer las características sexuales externas. En concreto, la testosterona potencia un cerebro masculino y la ausencia de ésta lo feminiza».

 Al final, ese hombre y esa mujer resultantes compartirán más del 99% del código genético. Pero ese índice menor del 1% que les diferenciará será determinante

Ante una conversación, por ejemplo, se ha comprobado que las mujeres utilizan diversas áreas del cerebro, y que hombres y mujeres resuelven los problemas con células diferentes del cerebro.

 Esas pruebas también han demostrado que las mujeres poseen más interconexión entre ambos hemisferios de sus cerebros. Las investigaciones demuestran que los hombres tienen más lateralidad, es decir, que utilizan uno de los dos hemisferios, como si cada uno de ellos estuviese más especializado. Por su parte las mujeres utilizan los dos hemisferios a la vez para razonar, e incluso las fibras nerviosas que enlazan ambos hemisferios son más gruesas en las féminas. No se trata de ser más inteligente que sus congéneres machos, sino de que la información se procesa de manera diferente.

“A lo largo de la evolución, las mujeres han tenido que lidiar con factores estresantes internos, como los partos, que los hombres no tienen que experimentar”, señaló el coautor del estudio, Larry Cahill, dela Universidadde California en Irvine, a “LiveScience”.

 La investigación también muestra que las amígdalas de hombres y mujeres funcionan de manera opuesta cuando han de “conectar” con otras partes del cerebro.

Así, en las mujeres la amígdala izquierda es más activa y tiene más conexiones con otras regiones del cerebro, mientras que en los hombres se puede decir lo mismo de la derecha.

La cuestión es que la percepción de dolor depende de las diferencias genéticas y bioquímicas entre hombres y mujeres, pero también culturales. Las mujeres tienden a centrarse en la respuesta emocional al estrés, mientras que los hombres típicamente sólo piensan en la sensación en sí misma, algo que podría explicar por qué tienen más aguante.

Las emociones afectan más al cerebro femenino.

 Al estudiar imágenes de la actividad cerebral de hombres y mujeres mientras los hacía recordar experiencias emotivas, Mark George observó que unos y otras reaccionan de manera distinta a las emociones, sobre todo a la tristeza. Los recuerdos melancólicos estimularon neuronas en una región ocho veces más extensa en el cerebro femenino que en el masculino. Este modo de reaccionar ante las cosas tristes podría explicar la propensión de las mujeres a la depresión, padecimiento dos veces más frecuente entre ellas.

 El cerebro femenino también puede identificar las emociones ajenas con más precisión. La neuropsiquiatra Raquel Gur y su marido, el psicólogo Ruben Gur, obtuvieron tomografías de cerebro de un grupo de voluntarios mientras éstos veían fotografías de actores representando distintas emociones. Tanto hombres como mujeres reconocieron perfectamente la felicidad, pero a los hombres les costó más trabajo identificar la tristeza en las actrices. “La expresión tenía que ser muy triste para que los hombres la percibieran”, dice Rubén Gur.

 Definitivamente, los cerebros de hombres y mujeres no muestran el mismo sentido del humor. Los científicos han identificado una lista de estructuras cerebrales cruciales para procesar mentalmente las situaciones humorísticas. Las regiones señaladas están básicamente ligadas a dos procesos cognitivos: los implicados con la comprensión e integración de los estímulos y aquellos relacionados con el sentimiento de diversión y recompensa. Según los neurólogos, la comprensión reside en la unión temporal-occipital derecha y en el polo temporal, un par de regiones encargadas de yuxtaponer los distintos estados mentales y de procesar semánticamente los estímulos humorísticos, respectivamente. Por su parte, la corteza prefrontal, que participa en el control del mundo emocional, se correlaciona con la integración mental del humor, pues gestiona la respuesta a numerosos estímulos mientras sopesa la entrada de información.

 Otras dos estructuras más se relacionan con nuestra actividad humorística: el giro frontal inferior lateral derecho, relacionado con el área de Broca, capaz de modular la comprensión del lenguaje y la decodificación de los estímulos; y el giro frontal medio, que al parecer juega un papel crucial en el examen y la comprensión los estímulos que desatan las sonrisas y carcajadas

 Allan L. Reiss y sus colegas del Departamento de Psiquiatría y Ciencia del Comportamiento, enla Universidadde Stanford (EEUU)

El equipo de Reiis registró la actividad mental de los 20 voluntarios mientras les mostraban 70 secuencias de dibujos animados con y sin contenidos humorísticos, así como con y sin diálogos

Lo primero que detectaron los científicos fue que no había una diferencia manifiesta en el número de estímulos que consideraron divertidos. En efecto, casi todos los participantes, independientemente de su signo sexual, coincidieron en señalar como graciosos los 30 dibujos animados con contenido humorístico. Los investigadores también pudieron constatar que en los dos sexos se activan las misma áreas cerebrales encargadas de procesar los estímulos humorísticos. Pero a partir de ahí se acabaron las coincidencias. Reiss ha descubierto que el grado de activación de la corteza prefrontal izquierda, implicada en el lenguaje y la atención, es mayor en las mujeres que en los hombres. Esto apunta en la dirección que ya habían señalado algunos expertos: las mujeres prestan una mayor atención a los contenidos semánticos de las situaciones humorísticas y tienen una capacidad superior para almacenar, manipular y comparar los elementos del “gag” con datos almacenados en la memoria. Tal vez esto explica por qué la mujer es más receptiva al llamado “humor inteligente”.

 Otra estructura neuronal también más activa en el sexo femenino es el denominado “núcleo accumbens”, componente del circuito de recompensa que al ser estimulado provoca una sensación de placer. En comparación con el hombre, la mujer muestra una menor expectativa de obtener una recompensa ante un estímulo externo, como puede ser un chiste, lo que provoca una mayor excitación del núcleo accumbens cuando recibe una recompensa; en este caso, la frase clave del “gag”. Esta diferencia se hace mayor cuanto más divertido es el desenlace de la broma o el chiste.

 La comunicación es una de las diferencias más marcadas entre mujeres y hombres. Por lo general, los hombres no son ningunos campeones de la palabra. Según la socióloga británica Dianne Hales, mientras una mujer utiliza 23.000 palabras al día, los hombres pronuncian sólo la mitad.

Es más, neurólogos han comprobado, entre tanto, que mientras el centro de comunicaciones del hombre está limitado al lado derecho del cerebro, el de la mujer no sólo es más grande sino que ocupa ambos hemisferios.

 Aspectos generales de la organización cerebral:

Controles del lado derecho del cerebro:

– Visual.

– Espacial.

– Visión global.

– Emocional.

– Abstracto.

– Formas y modelos.

Controles del lado izquierdo del cerebro:

– Verbal.

– Lingüístico.

– Detalles.

– Práctico.

– Concreto.

– Secuencias ordenadas.

El lado derecho del cerebro controla el lado izquierdo de nuestro cuerpo, y el lado izquierdo el derecho.

 En las mujeres la división de funciones entre los dos hemisferios cerebrales está menos definida, tanto el lado izquierdo como el derecho participan en las habilidades verbales y visuales.

El cerebro del hombre es más especializado. El hemisferio izquierdo del cerebro del hombre está dedicado casi exclusivamente a controlar las habilidades verbales y el derecho a las visuales. Los hombres, por ejemplo, tienden a emplear el derecho cuando se dedican a problemas abstractos, mientras que las mujeres emplean ambos lados.

 Las reacciones emocionales de las mujeres se sitúan en ambos hemisferios mientras que en el hombre se encuentran en el derecho.

 En cuanto a las emociones, hay científicos que sugieren que la diferencia entre las reacciones de hombres y mujeres puede explicarse por las diferencias en la estructura y la organización del cerebro.

 El hombre mantiene sus emociones en el hemisferio derecho, mientras que la capacidad para expresar verbalmente sus sentimientos se sitúa en el izquierdo. Como las dos mitades están conectadas por un menor número de fibras que en la mujer, el flujo de información de un lado a otro del cerebro es más limitado. A un hombre le es más difícil expresar lo que siente porque la información fluye con menos facilidad al lado verbal.

 La mujer puede expresar sus sentimientos con palabras ya que lo que siente se transmite mejor al lado verbal del cerebro. Le es más difícil separar la emoción de la razón debido al modo en que está organizado su cerebro: se intercambia más información entre los dos lados del cerebro

 Los hombres y las mujeres podríamos vivir más felices, comprendernos y amarnos mejor mutuamente, organizar mejor el mundo, si reconociéramos nuestras diferencias.

Las diferencias se observan desde las primeras etapas de la infancia:

– Las niñas dicen sus primeras palabras y aprenden a hablar con frases cortas antes que los niños, y hablan generalmente con mayor soltura. Leen antes y son mejores a la hora de afrontar el desarrollo del lenguaje (gramática, puntuación, ortografía).

En cuanto a los sentidos:

– Las niñas y las mujeres oyen mejor que los hombres y muestran mayor sensibilidad al sonido. Ven mejor en la oscuridad y tienen mejor memoria visual.

– Las diferencias se extienden a otros sentidos. Las mujeres reaccionan más rápida y agudamente al dolor, aunque su resistencia global al malestar a largo plazo es mayor que la de los hombres.

– Los hombres y las mujeres poseen un sentido distinto del gusto: las mujeres son más sensibles a los sabores amargos y los hombres a los salados. Sin embargo las mujeres poseen mayor delicadeza y percepción gustativa.

Tanto la nariz como el paladar son más sensibles entre mujeres que entre hombres; un ejemplo es su percepción del exaltolide, un olor que se relaciona con los hombres, pero que éstos casi no notan. A las mujeres, este olor las atrae y esta sensibilidad aumenta justo antes de ovular, en un momento crítico de su ciclo menstrual, la biología de la mujer la vuelve más sensible al hombre.

Esta superioridad en tantos sentidos puede medirse clínicamente y , sin embargo, es lo que explica la “intuición” femenina.

 Las mujeres están mejor equipadas para percibir cosas ante las que los hombres son comparativamente ciegos y sordos. Están más capacitadas para captar señales sociales y matices importantes en el tono de voz o en la intensidad de la expresión. Los hombres se “crispan” a veces ante la reacción de las mujeres a lo que dicen. No se dan cuenta de que las mujeres están “oyendo” probablemente mucho más de lo que ellos mismos creen estar “diciendo”.

 A los hombres les parece que las mujeres son incapaces de centrarse en el objetivo de una conversación sin andarse por las ramas, que nunca dicen claramente lo que quieren y que ellos se ven obligados a “traducir” continuamente el significado de los mensajes.

La mujer utiliza la comunicación indirecta con el objetivo de evitar el enfrentamiento directo y, por tanto, facilitar el entendimiento (ella es la del cerebro comunicador).

 Cuando la conversación se produce entre dos mujeres no hay problema porque ambas emplean los mismos recursos y hablan el mismo idioma. Si la conversación se produce entre un hombre y una mujer, él se sentirá totalmente aturdido por la falta de objetivos en la conversación. Pero se equivocan.. Existe siempre un mensaje oculto.

 Se han observado diferencias en la memoria comparativa de hombres y mujeres. Las mujeres pueden almacenar, al menos durante períodos cortos, más información irrelevante y fortuita que los hombres. Los hombres sólo pueden hacerlo cuando la información se organiza de modo coherente o posee una importancia especial para ellos.

Y sí, los hombres son más egocéntricos. ¿Qué hay de nuevo en eso?. Lo nuevo es que se ha demostrado científicamente este aspecto.

 A las mujeres no las ciega el deseo impulsado por la testosterona; en el cerebro femenino, los centros de la razón y de la emoción están mejor conectados. La mujer está mejor equipada para analizar sus emociones y razonar acerca de ellas. Los hombres quieren sexo y las mujeres relaciones. Ellos desean “carne” y ellas amor.

 Así, un varón tiene 2,5 veces más espacio en el cerebro dedicado al sexo que las mujeres, y otro buen porcentaje de más para la agresividad.

Otras de sus conclusiones son que el síndrome menstrual puede cambiar algunas partes del cerebro de la mujer hasta un 25% cada mes (para ellas el mejor día del ciclo es aquel en que suben los estrógenos y baja la progesterona), que ellas tienen un 11% más de neuronas dedicadas a las comunicaciones y mucho más espacio para las emociones y que ellos son más racionales y autistas

 

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