uriel nos consulta:

Buen día mi querido amigo. Es muy interesante y oportuna tu pregunta.
Como bien conoces tú, el no maltratar a los hijos, ni dañar al inocente, no es uno de los Siete Mandamientos para las Naciones.
Así que como primer respuesta, la evidente, no hay una infracción a ningún mandamiento.

Pero, también sabes que los Siete son plataformas sobre la que se construyen normas y estilos de vida que permitan la construcción de Shalom, interno y externo, consigo mismo y con el prójimo, de individuos y de grupos, de hombres con el Todopoderoso.
Así, del mandamiento de no asesinar podemos derivar normas tales como ayudar al necesitado, proteger al indefenso, amparar a los perseguidos, la caridad, entre otros.
De no robar podemos aprender también a no mentir, no engañar, no estafar, devolver lo perdido, instruir al ignorante, entre otros.
Y así con cada uno de los mandamientos.

De hecho, el mandamiento para establecer cortes de legislación y justicia precisamente requiere que las sociedades se organicen en torno al código noájico para elaborar leyes y hacer que éstas se cumplan.

Podemos advertir que el maltrato a los niños, ese que es malicioso, enfermizo, injustificado, sin sentido, falto de ético, inmoral, un atentado a la inocencia y la virtud, en modo alguno puede ser justificado y debiera ser penalizado por las leyes sociales.
Por ejemplo, pueden provocar la muerte del niño, causar lesiones de consideración que terminen por hacerle perder capacidades, inferirle serios daños emocionales, marcarlo de por vida para llevar una existencia opaca, amargada, enojosa, rencorosa, temerosa, carente de felicidad y conexión con lo bueno. Esto sin dudas es directo derivado del mandamiento de no asesinar, si es que no se cae en ello explícitamente.
Es un derivado de no robar, puesto que se le está quitando al niño su derecho a la integridad, a la salud, a crecer con respeto, a equivocarse, a ser niño. Se le roba su vida porque se le está secuestrando emocionalmente.
Se está ante un derivado de no maldecir a Dios, porque al abusar de un inocente, se está perjudicando la “imagen y semejanza” divina que todo humano es y que el inocente mantiene sin afectar.

Si tienes dudas, no importa si conoces el texto de la ley o los mandamientos, guíate por este principio: la acción, palabra, movimiento, ¿es de bondad Y justicia? Si no lo es, bueno, habrá que averiguar si se está ante algo perjudicial o simplemente neutral. Si es perjudicial, si es lo contrario al bien y la justicia, entonces se deberá convocar a los elementos que las sociedades tienen para detener los ilícitos.

En resumen, si de mí dependiera la señora que flagela al hijo al salir del baño sería juzgada por cortes de justicia debidamente constituidas y esperaría recibiera la máxima pena que contenga el Código Penal.
La madre que humilla y castiga al niño, que por eso o aquello aún no aprende a dominar sus micciones, si de mí dependiera acompañaría a la otra en el mismo procedimiento judicial.

¿Qué podemos hacer nosotros?
Además de no dejarnos llevar por el EGO y por tanto no actuar abusivamente con el que tiene menos poder, debiéramos participar activamente para promover que las legislaciones atendieran estas situaciones y no dudar en hacer las denuncias necesarias a las fuerzas del orden correspondientes.
No podemos ni debemos ser cómplices, ni con el silencio, ni con la indiferencia, ni con la aprobación cobarde.
Como tampoco podemos ejercer nosotros en lugar de los órganos de orden y justicia, ni suponer, ni castigar, sino tan solo tomar conocimiento y hacer que accionen los mecanismos correspondientes.

Esperemos que pronto todos podamos vivir como constructores de shalom, sembrando el bien y la justicia.

Todo mi cariño para ti y los tuyos, que disfrutes de la plenitud que llueve sobre ti.

Moré Yehuda Ribco