Una amable y atenta señora que concurre y participa activamente en cuestiones de mi comunidad (Sefaradita del Uruguay) me dijo esta semana:
“… cada uno de nosotros somos importantes, únicos e irrepetibles y cuando estamos en el templo (beit kneset, sinagoga) buscamos estar más cerca de Hashem (Dios) y encontrar la paz espiritual que todos necesitamos…”
Podría hacer una análisis detenido de la hermosa frase, pero no es intención, sino simplemente leerla en su literalidad, contemplarla, compartirla y también encontrarle una relación directa con la parashá que leemos esta semana “Terumá”.
Porque, en la parashá el Eterno solicita que la gente done generosamente los materiales para la construcción del Templo portátil, el Tabernáculo, el Mishcán, que acompañó a los judíos en el desierto y fue centro de la vida ritual/espiritual hasta la construcción del Templo en Ierushalaim por parte del rey Shelomó.
Se enumeran los elementos necesarios y entonces hay una frase famosa, pero al mismo tiempo enigmática, pues dice el Eterno: “me harán un santuario y reposaré en ELLOS”.
No dice que Su Presencia estará en el templo.
Claramente dice dos cosas muy diferentes:
- Él será quien more y no Su Presencia.
- Morará en ELLOS, es decir, en las personas que participan activamente (directa o indirectamente) de la construcción y mantenimiento del Templo.
Dios no precisa del templo, somos nosotros.
Dios se encuentra en todas partes, aunque no Lo sintamos. Por ello, somos nosotros los que debemos abrir nuestro corazón para darnos cuenta de que Él está con nosotros.
La forma de estar dispuestos a percibirLo es cuando dejamos de actuar de forma egoísta, para dedicarnos de lleno a construir shalom, por medio de bondad Y justicia.
Entonces, con nuestras buenas acciones no solamente elevamos el nivel de vida de los receptores de nuestro beneficio, sino también el nuestro. De esa forma, estamos convirtiéndonos en lo que somos desde el nacimiento: templos para el Eterno.
¿No es exactamente lo que ha dicho la amable señora?
Algunos encuentren que trabajar por el bien de la comunidad es su forma de elevarse y elevar a otros.
Otros puede ser que lo hagan con actividades de beneficencia.
Otros estudiando Torá.
Otros respetando normas rituales.
Otros salpicando con unas cosas y otras.
Otros de otras formas, que todas ellas terminan siendo en su base lo mismo: construcción de Shalom.
Pongámonos a trabajar en ello.
(Escrito originalmente para SERJUDIO.com, con gran valor para la espiritualidad noájica).
Es maravilloso… y de alguna manera, escapa a nuestra «comprensión humana» intentar definir lo que significa que: Aquel que Todo lo puede ,
que Todo lo sabe,
que Todo lo llena con su infinita presencia; pueda siquiera morar en nosotros.
Buscamos afuera, vemos sus obras colmadas de belleza, de perfección, increíblemente únicas…. y resulta inconcebible no mirarnos para también descubrir al Gran Artista si le estamos buscando.
Y quizás lo más curioso es que acciones concretas, encaminadas a la construcción de shalom, (nuestra terumá) son precisamente las que nos elevan y nos hace sentir cercanos, porque esas acciones están dirigidas a embellecernos y a la vez hacer algo por el otro…
Espero ser clara con esta idea, pero creo que de alguna manera son las acciones las que nos permiten emular algunas de esas características del Creador, y sentir que no provienen de nosotros sino de lo que esta en nosotros, y que deberíamos dejar fluir con más frecuencia, y de seguro que al hacerlo nos sentiremos Llenos de Él…
Un abrazo! Gracias moré
como siempre genial!
para que armes un post con tu comentario, cuando las actividades te dejen y tu quieras!