Estamos a poco de otro Tishá beAv, el día noveno del mes de Av, cuando recordamos y volvemos a atormentarnos por variados males que acontecieron a la familia judía a lo largo de las generaciones.
Exilios, destrucciones, matanzas, violaciones, incendios, deportaciones, robos, ataques, castigos, atentados, pactos de “aliados” con tremendos agresores, acusaciones infundadas y un sinnúmero de catástrofes que parecieran escoger estas fechas para torturar a los judíos en donde quieran estén.
Aunque, lo cierto es que cada momento del año parece destinado a albergar alguna angustia, sea en lo personal o en lo colectivo.
El remedio a tanto sufrimiento lo brinda el profeta del Eterno, Ieshaiá/Isaías, y no es casualidad que sea lo que leemos como haftará en el Shabat previo al dramático ayuno de Av:
צִיּוֹן בְּמִשְׁפָּט תִּפָּדֶה וְשָׁבֶיהָ בִּצְדָקָה
«Tzión [Sion] será redimida con el juicio, y sus arrepentidos con la justicia/caridad.»
(Ieshaiá / Isaías 1:27)
¿Les suena conocido?
Es el recurrente mensaje de construir SHALOM por medio de acciones concretas de bondad y justicia.
El mundo será restaurado cuando este principio sea comprendido y asumido por todos.
Cuando se deje de lado la palabrería, la cursilería, las buenas ondas huecas, los rituales sin contenido, la maldad en forma de pereza o egoísmo, la religión, toda otra manipulación.
Mientras tanto, seguimos en exilio, sin Templo, desprovistos de SHALOM.
No depende de milagros, de ni rezos, ni de buena fe, ni de adorar a rabinos como si fueran manifestaciones celestiales; tampoco de saberse de memoria pasajes de libros, o vestirse de formas curiosas, o de indagar en misterios que a poco de investigados pierden toda credibilidad.
No depende de magia ni de fe, sino de un hecho simple y concreto: construir SHALOM con acciones de bondad y justicia.
En tanto no sea ésta la realidad, el mundo seguirá exiliado; cada uno de nosotros padeciendo, aunque tengamos algún tipo de éxito o anulemos nuestra conciencia con todo tipo de anestesias o estimulantes tóxicos.
Ten presente las palabras del profeta, mejor aún, estudia todo el capítulo de Ieshaiá, siempre con la guía apropiada de verdaderos maestros de Torá.
Entonces, verás por ti mismo las cosas desde la perspectiva que Dios ha declarado a través de Su portavoz.
Tendrás en claro que deberás librarte de toda esa religiosidad y superstición, de desbloquear tu NESHAMÁ para empezar a vivir plenamente, aunque estés restringido y limitado.
Redimamos a Tzión, a nuestro corazón.
(Escrito originalmente para SERJUDIO.com, con enseñanza también acorde a la espiritualidad del gentil).