Sería estupendo encontrar familias gentiles (noájidas) viviendo y enseñando noajismo, en lugar de la habitual corrupción de la religión o cualquier otro producto nefasto del EGO.
Pero, una rápida mirada a la realidad nos indica que no encontraremos mucho casos así.
Es infrecuente descubrir familias unidas por el amor y respeto, que construyen SHALOM, que predican más con la acción que con el verbo, que se comunican auténticamente, que dejan de lado las contiendas por tener razón para fundar un diálogo enriquecedor, que son solidarias, que son leales, que prefieren la realidad a las fantasías que alienan, que escogen la vida en lugar de la muerte, que se dedican a experimentar a pleno la NESHAMÁ en cada plano de existencia en vez de mantenerse en las sombras de la celdita mental.
Por el contrario, es la ignorancia, el servilismo, la impotencia, la dependencia, el egoísmo, la religión, la mentira, la confusión, la lucha de poderes, el abuso, la duda infértil, la falsa solidaridad, el anhelo desesperado de aprobación, el mercantilismo, la fe obtusa, la repetición insulsa de lemas, el ritualismo, la adoración de falsas deidades, la pereza intelectual, la agonía emocional, la ira, los ciclos tóxicos, el maltrato, las creencias atrofiadas, lo que me parece abunda y se replica de una generación a la siguiente.
Por ahora, y solo por ahora, el noajismo no se enseña ni como materia en colegios ni como experiencia en la vida cotidiana.
¿Qué puedes hacer tú para cambiar esta situación?
¿Cuándo lo harás?
¿Qué estás esperando?
¿Cuál otra excusa se te está presentando?