Estiman los científicos que el universo tiene unos quince mil millones de años, un 15 seguido por nueve ceros.
Es una cifra enorme, inmensa.
Nuestra modesta humanidad, esta que somos con NESHAMÁ (espíritu) apenas si roza los seis mil añitos. Es como una puntita de arena en una gigante montaña inabarcable.
Este universo no tiene vistas de acabarse en los próximos miles de millones de años. Por ahí nuestro modesto y casi invisible sistema solar tiene unos dos mil millones años más de vida, milloncito más o menos. Pero el universo, esa impensada infinitud (al menos a nuestra escala), puede seguir existiendo hasta tiempos que no tenemos capacidad de razonar o siquiera soñar.
Es imponente en tamaño, es impensado en dimensiones, es como si fuera eterno en años.
Y aquí estamos, pequeñitos, como subpartículas atómicas de esta ilimitada realidad.
Y aquí está nuestro Padre Celestial, tan incomprensible que ni siquiera el universo completo es capaz de abarcarlo o servirle de residencia temporal/habitacional.
Y sin embargo, estamos aquí y ahora, a pocas horas de comenzar otro IOM KIPUR, listos para el encuentro sagrado con nuestro Padre.
Desde la NESHAMÁ alumbrando con Su LUZ todos los rincones de nuestra minúscula existencia.
Para dotarnos de humildad, que es el reconocimiento de nuestros poderes y nuestras impotencias, nuestros hechos y nuestros potenciales, nuestros errores y nuestras opciones de reparación.
Estamos preparados para sentirnos con importancia, puesto que en esta infinitud de tiempo y espacio Él ha querido dotarnos de existencia, hacernos llegar y vivir. Tan rápido como llegamos nos iremos. Somos como sombras de pequeños pajaritos que van pasando. Somos como la nada. Polvo. Pero sin embargo, adquirimos consciencia y estamos dotados de la llave de la NESHAMÁ. Él quiere que estemos vivos, tenemos un sentido para estar aquí y ahora.
¡Es espectacular este regalo y el saber que Él nos lo dio!
Podemos aprovecharlo, y dar sentido a nuestra existencia. Convertirnos en parte de la trascendencia. Ser constructores de SHALOM, con toda la metafísica que ello también implica y no hemos explicado hasta ahora.
O podemos desperdiciar la chance, y sumergirnos prontamente nuevamente en el anonimato de la nada infinita del universo.
Está en nosotros poder elegir entre ambas opciones y realizar una vida o solo pasar por ella.
Para quien quiera reflexionar más al respecto le dejo este video:
Tan pequeños y tan destructores , como la broca a la planta de cafe.
Que seamos abono para la tierra , aprovechando estos dias para reflexion y ejecutar grandes cambios.
Gracias Morè.
pequeños pero inmensos.
un abrazo, buen año para ti y tu querida familia
Gracias @Morè.
Igualmente .