Estudiamos muchas veces la importancia de conocer y emplear la Comunicación Auténtica (CA).
No es solamente un instrumento excelente para reducir los conflictos con el prójimo y promover el entendimiento, sino también una herramienta esencial a la hora de doblegar el reinado corrupto del EGO por sobre la persona, y por tanto, alentar una vida menos estresada, más disfrutable, armoniosa con la tarea de construir SHALOM.
Por tanto, repasar la temática de la CA, continuar profundizando en ella, retomar ideas para fortalecerlas, reiterar ejercicios, seguir entrenando es una tarea necesaria y positiva.
Quizás no habías prestado atención hasta ahora a lo que te comentaré a continuación: empleamos muy a menudo un lenguaje agresivo, confrontativo, incluso en situaciones que no demuestran necesidad de estar a la defensiva ferozmente, ni a la guerrera ofensiva, como si de una campaña militar se tratara. Puede ser en lo que decimos, o en la manera que lo hacemos; porque nuestra comunicación no se basa exclusivamente en palabras, sino especialmente en tonalidades, entonaciones, gestos, y todo aquello que acompaña al texto (hablado o escrito).
Desde lo más evidente hasta lo más disimulado, la agresividad campea, con su estilo guerrero, tal como si estuviéramos realmente en una contienda militar.
La explicación que podemos visualizar es bastante clara y directa: es que, sentimos la impotencia de manera casi constante, estamos sumergidos en esa sensación de no-poder y las reacciones automáticas ante ella son las del EGO, con sus llantos, gritos, pataleos y cualquiera de sus derivados, así como el desconectarse de la realidad. Todo ello tendiente a obtener alguna liberación del dolor causado por sentir impotencia, así como mecanismo para alcanzar algún grado de control, verdadero o ilusorio, que reduzca el displacer y asegure la existencia.
Se dicen cosas tales como:
- “Pelear por las ideas”,
- “la vida es una lucha”,
- “conquistar un derecho”,
- “estar pertrechados para el emprendimiento”,
- “no me moveré ni un centímetro de mis creencias”,
- “perder la batalla”,
- “estar armado para la vida”,
- “somos nosotros contra ellos”
y otras similares.
En tanto el mundo es sentido como peligroso, hostil, fuente de impotencia, y respondamos automáticamente a ello, difícilmente encontremos expresiones de SHALOM.
Añadimos nuestra cuota de agresión (la cual incluye también a todo tipo de manipulación emocional), la cual repercute en el otro haciéndole sentir impotencia.
Y cuando ese diálogo confrontativo es con uno mismo, en una charla interna, entonces el caldero de la amargura bulle con mayor calor y presión.
Tenemos entonces expresiones tales como:
- “Nadie me quiere”,
- “no sirvo para nada”,
- “hago todo mal”,
- “la vida es injusta y la gente es mala”,
- “el otro es el preferido y a mí me dejan de lado”,
- “siempre me cargan a mí con las culpas/responsabilidades/tareas/etc.”,
- “mi destino es espantoso”,
- “no tengo cómo cambiar esto”,
- “repartí mil currículum pero nadie me llamó ni lo hará”,
- “siempre tomo decisiones equivocadas”,
- “tengo que seguir con esta pareja porque nadie más me podría querer/soportar/amar/vivir conmigo”,
- “este trabajo es horrible y mal pago, pero es lo único seguro que tengo”,
- “¿quién va a venir a mi fiesta? mejor no hago nada y listo”,
- ”lo que me pasa/pasó es terrible y no hay como despegarse de ello”
y otras por el estilo.
Como puedes apreciar, son negativas, refuerzan el sentimiento de impotencia, generan ansiedad a futuro, viven de culpas hacia el pasado, generalizan magnificando lo debilitante, absolutizan prohibiendo la posibilidad de discernir variaciones.
En resumen, son frases típicamente pergeñadas por el EGO, que se construyen con los llantos/gritos/pataleos/desconexión de la realidad.
No buscan resolver, ni mejorar, sino regodearse con el dolor, amplificarlo, esparcirlo, hacerlo rebotar en los otros.
Afirman y confirman la falta de control, al mismo tiempo que de cierta forma pretenden dominar lo que no puede ser dominado por medio de fórmulas mágicas o trampas de manipulación.
Se puede hacer algo diferente.
Reconocer el sentimiento de impotencia, admitir nuestra falta de control allí en donde ocurra, pero no aumentarlo con nuestras expresiones.
Usar un lenguaje afirmativo, asertivo.
Y por sobre todo, estar en sintonía con la construcción de SHALOM, que son pensamientos, palabras, acciones de bondad Y justicia.
Entonces, a las frases del EGO que escribimos antes, las podemos reemplazar con:
- “exponer las ideas”,
- “la vida es una aventura”,
- “ser consciente de un derecho”,
- “estar capacitado para el emprendimiento”,
- “evaluar mis creencias”,
- “perder esta oportunidad, pero prepararse para la siguiente”,
- “estar preparado para la vida”,
- “somos nosotros y ellos, habrá cosas que nos separen y otras que nos unan”,
- “hay gente que me quiere y otra que no”,
- “hay cosas paras las soy adecuado y otras que no”,
- “hago cosas bien y otras no tanto”,
- “hay situaciones injustas y gente que actúa mal”,
- “el otro tiene ventajas y yo tengo las mías”,
- “hay ocasiones en que las culpas/responsabilidades/tareas/etc. me corresponden”,
- “mi destino depende en buena medida de mis decisiones, haré mi mejor esfuerzo sabiendo que el resultado final no depende exclusivamente de mí”,
- “aquello que pueda cambiar, probaré de hacerlo, tengo un cierto poder que debo ejercer”,
- “repartí mil currículum pero nadie me llamó ni lo hará, hasta ahora, igualmente seguiré haciendo lo que puedo hacer”,
- “he tomado decisiones equivocadas, aunque en su momento parecían las mejores, por tanto, debo evaluar con mayor conocimiento aunque sé que luego quizás no resultó ser lo mejor”,
- “seguiré con esta pareja porque es lo que mejor nos hace a ambos”,
- “este trabajo es poco gratificante y el salario no alcanza, pero es lo único seguro que tengo por el momento, ¿qué puedo proponer para mejorar mi existencia?”,
- “¿quién va a venir a mi fiesta? invitaré, planificaré, y luego disfrutaremos aquellos que estemos”,
- ”lo que me pasa/pasó es terrible, ¿cómo puedo usar esto como experiencia para mejorar mi vida y la de otros?”.
Podemos continuar usando el lenguaje del EGO, o ejercitarnos en el del SHALOM.
Está a nuestro alcance usar otros modos de comunicar, que aporten a la comprensión, la negociación, el mutuo beneficio, el avance positivo.
Tal vez parezca que no cambia mucho el variar la comunicación, pero realmente es uno de los pilares que estructura nuestra realidad.