Hay que ser extremadamente cuidadoso con las semillas que sembramos en nuestra mente y en la de la gente de nuestro entorno, en especial nuestros hijos.Porque esas semillas mentales no se vuelan con el viento, sino que una vez que entraron al campo de nuestra mente tienden a permanecer allí, inactivas, agazapadas, dormidas, como si […]