En la tribu de los Wiza, para que los jóvenes fueran considerados adultos, debían ir al lugar sagrado donde se reunían los miembros del Consejo de ancianos de la co-munidad y responder, delante de ellos, algunas preguntas.
Entre otras, habitualmente preguntaban por qué querían crecer. Las respuestas más comunes eran: para ir de caza, para tomar decisiones propias o para participar en los grupos de trabajo que llevan adelante la vida de la tribu. Seguir leyendo Crecer sin máscaras