Como hijos de Noaj, tenemos vedado estudiar, profundizar e interpretar la Torá. Claro, habrá gente que no esté de acuerdo por tal prohibición, y harán berrinches. Pero no se preocupen, hay porciones muy importantes que estudiar y profundizar, sólo dejemos la interpretación para los dueños exclusivos; el Pueblo Judío, ya que es posible llegar a las inferencias más ridículas que uno pueda imaginar.

¿Ven la sencilla imagen que coloco? Se le conoce como QR-CODE o mejor dicho, Código de Respuesta Rápida, es un tipo código de barras bidireccional, y para poderlo activar necesita un lector especial, como lo es una cámara de smart-phone para que le haga un reconocimiento al código e interprete lo que está detrás de él y nos vincule ya sea hacia una dirección web o muestre un texto corto.

La humanidad tiene un QR-CODE Espiritual, que debemos conocer, aprender e interpretar. Son los Siete Preceptos Universales, sin embargo, no sólo son únicamente para llevar una vida relacionada con Dios, y con el prójimo o inclusive semi-religiosa. No, también son la base para llevar una vida completa, con dirección, con sentido. De ahí el eslogan “Constructores de Shalom”, como decía un especialista: “más vale una cabeza equilibrada que llena”.

Sí, es verdad. Es bien bonito tener vastos conocimientos en nada, pero si llevas una vida desordenada, conflictiva, errónea, ¿vale la pena saber de mucho?

Vivir una vida simple, no significa ser mediocre. Ser mediocre es saber mucho, o decir saber mucho o pretender saber mucho y no hacer nada por ti, los tuyos y el mundo. Hay que mucho que aprender, independientemente de los Textos Sagrados, hay que aprender a conocerse a uno mismo, junto con la plataforma espiritual que tenemos encomendada. Así, tal integración nos hará seres equilibrados en todas las dimensiones (físico-mental-espiritual-emocional-social).

Por cierto, si deseas puedes imprimir el QR-CODE y regalarlo a tu familia, amigos, vecinos y desconocidos para que visiten este bonito y sagrado hogar.