Bendecimos al Eterno por todas las cosas buenas y maravillosas que nos concedió en el año que acaba de concluir (el año 5766). Particularmente le agradezco al Eterno por dos bondades que hizo emanar sobre mi alma y grupo familiar: la Vida y el privilegio de conocer el camino noájico. ¡Qué cambio tan esplendido y maravilloso nos ha hecho dar el Eterno! Infinita es Su bondad e innumerables Sus misericordias.
Este año recién concluido, puedo afirmar sin temor a equivocarme, fue el año de la CONSOLIDACIÓN de nuestro grupo de noájidas. El año en el que sentamos las bases y afirmamos nuestra identidad noájica, guiados, por supuesto, por la pericia del Moré Yehuda Ribco, nuestro mentor y maestro. La gran mayoría de los que estuvimos en las conferencias con el Moré Ribco aquí en el Táchira, en febrero del 2006, estamos firmes, fortalecidos y dispuestos a seguir adelante en esta poderosísima carrera espiritual (EL Noajismo). Algunos se fueron del estado por cuestiones laborales y familiares, otros abandonaron la Torá por seguir tras la comodidad de la idolatría y la mentira (aunque muy pocos). También puedo decir que un buen número de personas se nos han unido en este año a la Fundación Luz de Vida y la Comunidad avanza inexpugnablemente a pesar de las vicisitudes propias que provocan los cambios de este tipo y del ataque mordaz de los que no quieren ver la verdad de la Torá.
Ya estamos en el año 5767. ¿Y ahora qué? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Cuál es nuestro derrotero? Personalmente creo que este Nuevo Año es el año de la EXPANSIÓN Y EL CRECIMIENTO de la Causa Noájica. El año en el que debemos dar a conocer en todas las naciones de la tierra que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob es el Universal Dios Verdadero, el Dios de Israel: Incorpóreo, Infinito, Eterno y Singular. Este es el año en el que debemos levantarnos resueltamente del sueño letal en el que estamos sumidos. Es nuestro más sagrado deber y nuestro más serio compromiso: dar a conocer y perpetuar en nuestra generación LAS SIETE LEYES NOÁJICAS, según han sido explicadas por los Sabios de la Torá.
Amigo noájida, estos son tiempos decisivos, de mucha confrontación en los mundos superiores; un año saturado de mucha expectativa mesiánica (en el sentido estrictamente judaico de la palabra). No podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando que el azar dirija nuestros pasos. Debemos hacer algo por la implantación de la verdad en la tierra.
Lo que a nosotros respecta, los miembros directivos de FULVIDA, estamos dispuestos a viajar al mundo a FORTALECER, CONSOLIDAR Y AYUDAR A EXPANDIR a las Comunidades noájicas que precisan de nuestra ayuda y apoyo. No importa el número de noájidas que se reúnan. Lo que importa es la elaboración acertada y bien coordinada de un Programa de trabajo entre los gentiles fieles para enseñarlos a caminar en el temor al Eterno y cómo expandirse como grupo entre sus correligionarios. La estabilidad social de nuestros pueblos así lo demanda.
¿Qué precisamos para llevar a cabo un trabajo entre los gentiles reverentes del Eterno? Hospedaje, alimentación y un sitio adecuadao para las conferencias, talleres y reuniones de trabajo: puede ser una casa, un salón de conferencias, un auditorio. Esto, según el número de las personas a reunirse para las charlas de capacitación. Nosotros (FULVIDA) nos encargamos de los pasajes aéreos o terrestres, según sea el caso. ¿Cómo saber si la actividad será un éxito? Te podemos asegurar que tenemos el favor del Eterno operando en nuestro servicio, que es lo primordial; además, conocemos las herramientas y la maquinaria a implementar en la FORMACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE GRUPOS, libre de la grotesca manipulación de los movimientos idolátricos (los estafadores de la “fe”). También te informo que contamos con la incondicional ayuda del Moré Yehuda Ribco, Presidente de FULVIDA Internacional.
Si estás interesado en nuestros servicios y apoyo, puedes escribirnos a la siguiente dirección electrónica: admin@fulvida.com o a
Recuerda, ESTE ES EL AÑO DE LA EXPANSIÓN Y EL CRECIMIENTO DE LA CAUSA NOÁJICA.
Alfredo Zambrano G.
Director de FULVIDA
Táchira – Venezuela