Cuando ayudas a crecer,
creces.
Cuando ayudas a enriquecer a otro,
te enriqueces.
Cuando eres de bendición,
eres bendito.
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Cuando ayudas a crecer,
creces.
Cuando ayudas a enriquecer a otro,
te enriqueces.
Cuando eres de bendición,
eres bendito.
Pregunta,
Investiga ,
indaga ,
cuestiona,
nútrete,
comparte,
libérate,
crece,
vuelve a preguntar,
construye Shalom.
—
Gracias Uriel y F.G. Flores: http://fulvida.com/fortalecimiento/pensamiento/el-consejo-diario-348
El pueblo judío lee esta semana públicamente de la Torá la parashá Ki Tisá, contiene enseñanzas eterna y profundas que también pueden enriquecer a la espiritualidad del noájida.
Presta atención a la Palabra eterna e inmodificable de Dios:
"…cada uno dará al Eterno el rescate por su persona…esto dará todo el que sea contado: medio siclo…"
(Shemot / Éxodo 30:12, 13)
El mensaje es extremadamente claro.
La persona que comete pecados en su relación con Dios tiene un método para redimirse, para rescatarse, para limpiarse de tal hecho.
Es el arrepentimiento, por supuesto.
Pero presta atención que no es lo que expresa el verso, la Palabra de Dios.
Sino que menciona otro método, muy especial, aunque al alcance de la mano de todos.
¿Te has dado cuenta de cuál es?
Sí: la caridad.
Así pues, ya lo sabes.
No precisas de complicados rituales, ni de sacrificios cruentos, ni de sangre, ni de intermediarios, ni de santos, ni de imágenes, ni de mediadores, ni de obradores de milagros, ni siquiera de actos complejos y bizarros… nada de eso te sirve para adquirir el rescate por tu vida por los pecados en tu relación con Dios.
Lo que precisas es tener conciencia y dar dinero para obras de bien (que no impliquen idolatría u otros crímenes), para el necesitado, para el carenciado, para centros de difusión de Torá, para SERJUDIO.com, para FULVIDA, caridad.
Tal es lo que la verdadera Palabra de Dios te dice.
Abre tu bolsillo, da de tu dinero y entonces desde lo Alto el Eterno te bendecirá en todos tus caminos y limpiará tu alma de los pecados que has cometido en contra de Él.
Ya lo sabes.
Cuando algún timador te quiera vender al tal Jesús (con el nombrete que le quieran inventar), con la excusa que te digan, con el envase que le quieran dar, con las palabrejas en supuesto hebreo que lo adornen, y te digan que ese personajillo es el camino al rescate de tu vida, debes saber que te están timando.
Dios no requiere del tal Jesús, ni de fe, ni siquiera de rezos particulares, Él no te los exige.
Dios no te pide que estudies Cabalá, o lo que te quieren hacer creer que es tal, ni que seas un noájida “jasídico”, o que te entrometas en asuntos de judaísmo, o que seas un efervescente repetidor de lemas judaicos que difícilmente captas en la esencia de tu alma.
Dios no demanda que estudies Torá, ni que te disfraces de judío, mucho menos, muchísimo menos a Dios agrada que te afilies a alguna religión o secta, o vivas una vida de miseria en cualquiera de tus cinco dimensiones de existencia.
Dios quiere, te pide, te demanda que seas leal a Él a través de ser leal a TU esencia espiritual, si eres gentil la noájida, si eres judío la judía.
A Dios agrada inmensamente que seas generoso, bondadoso, dadivoso, contigo, con el cercano, con el menos cercano. A Dios agrada que seas colaborador económico de grandes obras sagradas como FULVIDA.com y de aquellos que precisan que tú abras tu mano generosa.
Da dinero con finalidad de santidad y serás rescatado de la muerte eterna.
Por supuesto que habrás de intensificar tu arrepentimiento y tus rezos, para evitar caer nuevamente en el error que te llevó al fracaso anterior.
En cuanto a los pecados cometidos en contra de tu prójimo, además de caridad está el exacto proceso de arrepentimiento. Es imprescindible que sea realizado, con todos sus pasos, pues el prójimo ha sido perjudicado de alguna manera y por tanto es imprescindible que se reacomode el equilibrio, que las fuerzas cósmicas encuentren su canalización correcta para que tu alma se limpie de tus actos negativos en contra del prójimo.
Del proceso de arrepentimiento ya hablamos en otras ocasiones, sería muy recomendable que buscarás, leyeras y lo aplicaras en tu vida. (Busca "teshuvá").
Como ves, desde el inicio Dios ha dado el camino del rescate, de la salvación,
no precisó inventar sobre la marcha la estupidez idolátrica de parir un hijo mediante la violación de una mujer desposada, convertirse en su hijo, ser ajusticiado sádicamente por quienes debiera rescatar,
para que luego el pecador tuviera fe en su personificación del bastardillo (hijo nacido de infidelidad matrimonial) y de esa forma se salvase.
Tal cuento mitológico plagado de inconsistencias y absurdos y blasfemia es una absoluta rebelión contra Dios y un atentado directo contra la dignidad del ser humano.
La verdad es absolutamente otra, la salvación está al alcance de tu mano, si quieres hacerlo.
Comparte de tu dinero y serás salvo.
Pero, no le des un céntimo al pastor, al supuesto rabino mesiánico, al "líder noájico" que alaba a Jesús (con el nombrete que le ponga), ni al cura, ni al misionero, ni al cabalistero, ni al títere jasideo (que no es lo mismo que jasídico), ni a ningún fetraficante, tal como no se lo darías a ningún delincuente ni a ningún adicto para que se hunda en su inmundicia.
Nada de lo tuyo para engordar el “lado oscuro”, pues cada centavo que le das a ellos es una gruesa mancha en tu alma en la eternidad.
Pero, sí abre tu mano y comparte de lo tuyo con aquellos que fortalecen la difusión de la luz, el mejoramiento del mundo, la construcción del shalom.
Cada monedita que compartas, que inviertas en el lado de la luz, será una fortuna de placer y bendición para tu vida aquí y en la eternidad.
Das, te asocias con la causa de de redimir al mundo, de ser socio de Dios y a cambio te dan multiplicado varias veces.
Dona tu dinero a quien se lo debes dar, según aprendiste de la parashá hoy.
En la lectura de la Torá que corresponde a la nación judía esta semana, el Eterno dice lo siguiente al respecto de los israelitas:
«Yo he visto a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura nuca.»
(Shemot / Éxodo 32:9)
¿Qué podemos aprender de esto?
¿Cuál es la enseñanza para el noájida?
Pues, que más grave que el hecho de haber pecado, es el endurecerse para no enmendar el efecto del error o del pecado.
El Eterno sabe que somos pecadores y falibles, Él nos ha creado así; por tanto, Él admite nuestros errores y limpia nuestras faltas cuando nos arrepentimos.
Tal como ha anunciado el profeta de la verdad:
«Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra Mí; perdonaré todos sus pecados con que pecaron y se rebelaron contra Mí.»
(Irmiá / Jeremías 33:8)
Pero a Él NO agrada el que endurece su nuca, el que niega y reniega de sus acciones negativas, y por eso no se encamina por el buen camino.
A una persona «cabeza dura», que rehúsa el arrepentimiento y la enmienda, le sobrevienen terribles calamidad que ella misma se provoca.
Tal como dice el profeta de la verdad:
«Pero no quisieron escuchar. Más bien, se encogieron de hombros rebeldemente y taparon sus oídos para no oír.
Y endurecieron su corazón como un diamante para no oír la Torá ni las palabras que el Eterno de los Ejércitos enviaba por su espíritu, por medio de los antiguos profetas. Por tanto, se desencadenó la gran ira del Eterno de los Ejércitos.
Aconteció que como llamé y ellos no escucharon, así ellos llamaron y Yo no escuché, dice el Eterno de los Ejércitos.
Más bien, los esparcí con vendaval por todas las naciones que no conocían, y tras ellos la tierra fue desolada hasta no quedar quien fuese ni viniese. Así convirtieron la tierra de las delicias en desolación.’»
(Zejariá / Zacarías 7:11-14)
Grandes o pequeños pueden ser los errores y/o pecados que cometemos.
Somos personas, y como tales estamos atados a nuestras imperfecciones, bajos deseos, transgresiones. Como bien resumiera el inspirado sabio:
«Ciertamente no hay persona justa en la tierra que haga lo bueno y no peque.»
(Kohelet / Predicador 7:20)
Todo sentimos en nuestro interior esta verdad, todos, con más o menos claridad, llegamos a reconocer que carecemos de perfección para vivir exentos de pecados.
Ante esta realidad, se nos abren a nuestros pies cuatro caminos, cuatro maneras de vivir:
Son muy obstinados, enceguecidos hasta grados imposibles de creer, y con gran dificultad reconocen que andan perplejos y descarriados, y que debieran cambiar su estilo de vida.
«Señor, escucha mi voz; estén atentos Tus oídos a la voz de mi súplica.
Oh Eterno, si tienes presente los pecados, ¿quién podrá mantenerse en pie?
Pero en Ti hay perdón, para que Seas reverenciado.
Yo espero en el Eterno; mi alma espera. En Su palabra(Torá) he puesto mi esperanza.»
(Tehilim / Salmos 130:2-5)
Son personas que viven con verdad, justicia y bondad.
Saben que pecan y que se equivocan, pero no por eso se consideran «pecadores», ni se creen merecedores de castigos infernales. Saben que el Eterno es Juez y Padre, y que Él quiere el arrepentimiento del pecador, no su destrucción. Por eso se arrepienten sinceramente cuando corresponde, piden perdón al prójimo y al Eterno; no se sienten sucios ni avergonzados eternamente cuando deben reconocer sus faltas y pedir perdón.
Como enseñó el rabí Simja Zissel: «Cuando uno es flexible, tiene la capacidad para arrepentirse y enmendarse de sus errores, y cambiar para bien».
No fantasean con ideas falsas y nocivas tales como «la sangre de Jesús me limpia», ni tienen lemas tales como «haré el mal antes de que alguien me lo haga», ni constantemente penan sin hallar respuesta.
¡Muy por el contrario!
Son personas que saben sacar el buen jugo a cada momento: gozan en el momento del gozo, lloran en el momento del llanto, descansan en el tiempo del reposo, bregan en el tiempo del esfuerzo, etc.
No temen vivir, en cada instante tal como éste se presente, pues aman la vida.
No temen a vivir, y por eso son los verdaderos constructores del Shalom.
Para ir concluyendo por hoy, recordemos el proverbio del sabio:
«La persona que al ser reprendida endurece la nuca, de repente será quebrantada, y para ella no habrá remedio.»
(Mishlei / Proverbios 29:1)
Recuerda esta enseñanza mientras meditas en cual de las cuatro tipos maneras de vivir te encuentras tú habitualmente.
¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
1- Como mencioné en el comentario de la semana pasada, hay muchos malvados que se adueñan de las mentes y corazones de «fantaseadores», y les venden ilusiones de perfección, de amor, de identidad, de ligadura con Dios. En verdad estos malvados timadores solamente ansían poder y riquezas, y no tienen interés alguno en el bienestar de «sus ovejas». Son los «narcotraficantes de la fe». Tienen verdaderos imperios de producción, distribución y venta de sus poderosas drogas (dogmas, libros, cds, videos, amuletos, objetos rituales, etc.). Estas drogas son poderosas, pues atacan con violencia mentes, corazones, familias, etc. Y vienen en envoltorios de santidad, haciéndose pasar por méritos y bondad. De las drogas espirituales más nefastas que existen en la actualidad, podemos mencionar entre otras a los que dicen ser judíos pero no lo son y aman a Jesús (lo crean dios, Mesías, o rabino), que desde la base engañan a los que consumen sus ideas. Les mienten diciéndoles que ustedes son judíos (mesiánicos o con otras denominaciones falsas como ésta), les obligan a hacer actos reñidos con la Voluntad del Eterno pero ellos afirman que son enviados de Dios. Sus prédicas son drogas nefastas, que atacan y no brindan factor positivo. Por lo que les recomiendo, con todo mi cariño y aprecio, que si están infectadas sus vidas con estas «drogas de la fe», pidan asistencia a verdaderos maestros y rabinos, gente que en verdad está comprometida con la Torá y con el crecimiento integral de la persona.
Dejen de lado a esos «narcotraficantes de la fe» que ustedes llaman «pastor», «jajam», «pakid», «moré», «rabí», pero que en verdad no son más que avispados comerciantes de la «fe»; pues estas personas solamente aman sus bolsillos, sus carteras, y todo lo que ustedes les puedan dar para que ellos acrecienten su poder terrenal. Mientras tanto, ustedes están con sus almas debilitadas, con sus lazos familiares rotos, con sus vidas truncadas, y para peor con su relación con Dios manchada y corrompida.
No sean obstinados, no endurezcan su cerviz, si se dan cuenta de que están viviendo en la fantasía creada por un miserable, ¡están a tiempo de volver al buen camino! ¡Vuelvan al camino de la Luz!
Si solamente tienen una pequeña duda, aunque sea pequeñita, no dejen de indagar en la VERDADERA TORÁ, pues el feo producto de los «narcotraficantes de la fe» no resiste la mínima confrontación con la Luz de la Torá.
Anímense mis queridos, vengan al camino de la Luz. El Padre los espera de este lado… lejos de los pordioseros que corrompen la verdad.
Es común creer que no hay solución para los problemas. Basta que nuestra comodidad se vea amenazada por alguna «gigante» crisis que nos haga perder el sueño. También es muy común que la gran mayoria de las veces la solución esté delante nuestro, pero no la vemos y cuando lo hacemos nos reimos por no haberlo hecho antes.
¿No crees que es curioso que el 99% de las veces que tuviste alguna contrariedad ha pasado igual? Y más curioso es que el 99% de las veces creíste que no existía solución. Siempre es lo mismo: Problema – Solución – Problema-Solución… ad infinitum.
En fin, por cada 99 problemas que surgieron, también hubo 99 soluciones, una para cada uno.
Piensa: ¿Cómo vas a actuar ante la próxima adversidad?
¿Qué te hace pensar que el problema que tienes carece de solución?
¿Por qué desconfias?
Hacer como si todo estuviera bien.
Pero, ¿qué hácer mientras nuestra capacidad de ver «más allá de lo evidente» se activa?
Procurar actuar como si nada malo estuviese pasando. En realidad nada malo está pasando, sólo sucede que lo bueno está ausente o viene en camino o ya llegó pero no lo ves todavia.
Piensa, ¿por qué no ves el bien que está delante tuyo?
Tres posibles razones:
1. Estás culpando a otros por lo que es tu responsabilidad
2. Estás haciendote la victima
3. Estás quejándote
Así es, tu actitud determina el momento en que tus ojos se abrirán y serás capaz de ver la tan anhelada solución.
Entiende que se hace necesario salirte de ti mismo, es obligatorio que te des-en-si-mismes. ¿Cómo lo haces?
Sencillo: HAZ ALGO POR OTRO.
Ejemplo: En lugar de comparar tu vida con la del mendigo que se sienta todos los dias en la plaza a esperar que alguien lo ayude, es mejor que vayas a la panaderia, compres algunos panes y se los des a ese hambriento personaje.
Ejemplo: En lugar de llegar temprano a encerrarte en tu habitación a pensar en el problema, es mejor que llegues a hablar con los tuyos de cualquier cosa menos del problema.
Recuerda, la idea es que te salgas de ti mismo para que seas capaz de ver dónde está la solución.
Una cosa más
No esperes que la solución te sea enviada completa. Dios no es un repartidor de cajitas felices ni de combos.
Si el problema es falta de dinero y la solución es trabajar, es probable que el medio para llegar a obtener ese dinero sea un empleo y eso te sea enviado. ¿Captas cómo se resolverá la situación?
Hay miles de ejemplos, circunstancias y situaciones.
Finalmente, ¿has notado que cuando resuelves un problema no dejas de sentirte tonto (a) por cómo actuaste? Eso es porque acostumbramos a actuar tontamente cuando las cosas se salen de nuestro control.
¿Qué vas a hacer la próxima vez que tengas un problema por delante?
Te saludo con un fuerte abrazo!
Existencia de un Ser Supremo, la respuesta a los ateos
La responsabilidad que lleva el contribuir a forjar un destino que nos lleve a todos por buenas lides es grande y requiere de mucha atención y sobre todo la petición de sabiduría al Eterno para que nos ayude e ilumine para saber acerca de qué escribir. Curiosamente hoy por la tarde un conocido que está en el área gris entre el ateísmo y la idolatría me preguntó si yo creía en un ser superior y le contesté que sí. Cuando le repliqué a su pregunta el me dijo que no estaba muy seguro en que creer y que se denominaba agnóstico y que tanto él como su novia eran de corte agnóstico.
Me hizo una pregunta acerca de mis creencias y yo le respondí que en algún momento de mi vida yo también fui ateo y creía en las palabras que decía Víctor Hugo en Los Miserables acerca de aquéllos que creían en Di-s. El me preguntó, entonces ¿cómo es que dejaste tus creencias ateas y ahora crees en un ser supremo? Yo le respondí que fue muy fácil. Después de una serie de infortunios que ocurrieron a raíz de malas decisiones donde perdí todo lo que tenía decidí buscar en la Ciencia las respuestas a mis problemas existenciales.
Siempre he utilizado el medio escrito para reflexionar acerca de ciertas situaciones que se me presentan y opté por escribir un libro que diera sustento a mi tesis ateísta pero cuál fue mi sorpresa que al adoptar el método científico para demostrar la inexistencia de un ser supremo me llevó a una encrucijada porque me di cuenta que no podía dejar de probar la existencia de un ser supremo pero tampoco la podía probar y esa disonancia en la supuesta lógica aunada a los estudios en la universidad me llevaron a encontrar nuevos paradigmas.
Ante tal incertidumbre de haber encontrado un obstáculo magnánimo en mi empresa se me ocurrió investigar más acerca del origen de las cosas. Una serie de sucesos me llevaron a encontrar verdades que eran irrefutables y que no podían ser debatidas. El golpe que sufrió mi EGO fue fuerte y me costó aceptar la verdad. Porque lejos de ser este un mundo antropocentrista en cuanto a la posibilidad de todos y cada uno de nosotros de controlar todos y cada uno de los fenómenos que se dan a nuestro alrededor, me di cuenta que había un cierto grado de aleatoriedad que en ese momento no lograba entender pero que no obstante mi falta de entendimiento, dicha aleatoriedad existía, negarla habría sido contrafáctico.
Una cosa llevó a la otra y finalmente me di cuenta que mi inhabilidad para demostrar la inexistencia de un ser supremo estaba presente y latente, había perdido. Como siempre no faltó más de un oportunista que viendo mi predicamento me ofreciera disque-panaceas que iban desde filósofos chinos, falsas deidades hindúes, colgados y falsos profetas envenenados, lo cual no quiere decir que me uniera a ellos pero sí analicé las distintas posibilidades que me presentaron. Cuanto más investigaba acerca de las varias religiones más me daba cuenta que había congruencias, como si una copiara a la otra. Hasta llegué a creer que quizás el conocimiento estaba distribuido en llaves a través de todas y cada una de ellas.
Finalmente una serie de hechos duros me hicieron buscar ayuda y encontré ayuda en el pueblo judío que me dio consejo. Inclusive fue tanta mi admiración y mi ahínco por formar parte de la sagrada nación que busqué convertirme, sin embargo en esos días en que iba a comenzar el proceso de conversión por la rama Reformista decidí buscar más información acerca del judaísmo y su punto de vista acerca de los gentiles y encontré Fulvida. Me llamó la atención la sinceridad del Moré y cómo era que contestaba a las preguntas sin tapujos, diciendo las cosas como son y eso me gustó aunque al principio no comprendía bien esto de la identidad espiritual noájida porque no lograba entender que ser un noájida era ser un gentil justo, que de hecho, fue lo primero que mi patrocinador judío me dijo cuando consideré convertirme y recordé las palabras que dijo el pueblo judío de que primero harán y luego preguntarán. Así que se hizo evidente que era necesario aceptar ciertas premisas básicas para poder encontrarme a mí mismo a pesar de no comprenderlas o no estar de acuerdo con ellas. Lo primero que tenía que hacer era aceptar la existencia de un ser supremo como único pero aún así quedaban dudas acerca de la intervención divina en todas y cada una de las actividades que realizamos.
Y aquí ese conocido y yo encontramos un punto de convergencia porque entiendo lo que él y otros que están y han estado en nuestra misma posición pasan. Desde el Renacimiento y a través de la Revolución Francesa hasta las publicaciones Marxistas y demás se ha venido dando un apartamiento de las nociones teológicas y principalmente del concepto monoteísta para ser remplazadas con “creencias inorgánicas” donde los efectos fenoménicos universales son considerados como sucesos que ocurren en el tiempo y en el espacio producto de la actividad mecánica. Sin embargo esta postura que es la piedra angular del ateo presenta un grave orificio en su base y es que aún así no logra probar cómo es que esa actividad inorgánica se da.
Al existir un grave problema en cuanto a la tesis o las tesis adoptadas por los negadores de la existencia de un ser supremo, no es posible, racionalmente hablando que se pueda sustentar y mucho menos adoptar una actitud positiva hacia la negación de un ser supremo.
Por otro parte y dando sustento a la postura de la aceptación de un ser supremo tenemos al pueblo judío que ha demostrado mantenerse firme y poseer un je ne sais quoi que les permite salir adelante. Por ejemplo, la guerra de Yom Kippur fue uno de los actos más viles y despiadados aparte de cobardes que realizaran en contra de Israel y sin embargo Israel se levantó y ganó esa batalla. En la Segunda Guerra mundial la batalla del gueto de Varsovia fue un hito por lo aguerrida que fue. Pero quizás el hecho que me hizo ver la santidad del pueblo judío fue la interpretación analógica que dice que todo lo que es bueno para uno usualmente no es aceptado o deseado. Pondré un ejemplo típico. ¿Qué es más saludable, ir a un restaurante de comida rápida o comer una ensalada de lechuga? Obviamente la ensalada de lechuga es la respuesta pero la mayoría de la gente prefiere la comida rápida a pesar de lo nociva que es este tipo de comida. No nos gusta hacer ejercicio porque es más fácil emperezarnos y ver la televisión que salir a correr un rato. Y cuando se trata de ejercicio espiritual es mejor no hacer nada que hacer y cuando alguien viene y nos dice que en realidad el ejercicio espiritual es acción y no omisión entonces no nos gusta y si le aunamos el hecho de que ese ejercicio espiritual implica adoptar una conducta monoteísta que menoscaba la esfera de poder de la camarilla de turno y por ende de intereses adoctrinados en las mentes de las masas para el control masivo y avance de las ambiciones de los inescrupulosos, entonces tenemos la persecución de personas inocentes.
Pero el hecho que nos neguemos a aceptar la verdad no elimina esa verdad, es lo que se conoce como contrafacticidad, así que una postura atea negadora de verdades que están ahí y que son evidentes es contrafáctico y por ende falaz. Discúlpenme si me he extendido en este comentario pero no es posible llegar a una conclusión lógica sin antes presentar las premisas que dan sustento al comentario final.
Por tanto tenemos en primer lugar que la existencia o inexistencia de un ser supremo no puede ser probada pero tampoco se puede desprobar lo cual da origen a la duda. A partir de esa duda podemos tomar dos caminos, uno que lleve a aceptar la existencia o inexistencia o por el contrario que niegue la inexistencia o acepte la inexistencia, esto como primera premisa. En segundo lugar tenemos hechos que evidencian un distingo propio de la nación judía y que nada tienen que ver con lo que nosotros comúnmente llamáramos justificación lógica porque lógicamente hablando los árabes debieron de haber ganado las guerras del sesenta y siete y la de Yom Kippur por su aparente superioridad militar y logística, lógicamente hablando no es posible ver cómo es que países donde ha habido migración judía han alcanzado prosperidad o al menos un estilo de vida superior a la media y que beneficia a todos, idólatras, ateos o monoteístas.
Quizás es por eso que se da la persecución del pueblo judío, porque a la gente no le gusta oír la verdad. Es mejor la comodidad de la vagancia y de la pereza que el levantarse y trabajar. Tenemos una cultura que rinde pleitesía al ocio y a la holgazanería aunque de modo solapado, porque trabajamos y trabajamos para supuestamente procurarnos bienes y servicios que nos brinden comodidad y descanso cuando en realidad lo único que hacemos es crear una paradoja. Al final del día nos vemos al espejo y nos damos cuenta cuán vacíos estamos.
Pero si vemos a las leyes noájidas, de primera entrada no tienen sentido porque nuestro sobre-expandido EGO no puede aceptar la sumisión y la servidumbre a un ser cuya existencia no podemos probar ni desprobar, especialmente cuando se nos hace creer que somos seres destinados a convertirnos en millonarios y estrellas de cine que es lo que la «farsándula» quiere hacernos creer. La verdad es que somos tan ignorantes que ni siquiera sabemos lo que queremos.
Así que amigo y amiga ateo y atea, no te voy a andar con rodeos, en el momento que aceptes la verdad de las cosas no vas a encontrar un camino fácil, muy por el contrario es empinado y lleno de vacíos y precipicios y gente dispuesta a empujarte al abismo. Lo que sí te puede decir es que hay personas que están dispuestas a ayudarte a que salgas del abismo antitético como lo es la negación de la existencia del Eterno y que a pesar de lo empinado, sinuoso y peligroso que te pueda parecer, lo cierto es que tu sobre-expandido EGO te miente en tu propia cara, porque en realidad ese empinamiento, precipicios y sinuosidad que vez no es más que la elevación de tu espíritu que ve tus antiguas banalidades como precipicios y la sinuosidad es la flexibilidad que adquieres con la tolerancia y amor por tu prójimo.
No te voy a dar la típica charla religiosa , más bien voy a apelar a tu raciocinio y a tu intelecto para que seas tu quien analice las cosas y tome las decisiones del caso. Sólo recuerda que la lógica es premisas y que si la premisa mayor es falsa entonces la conclusión es falaz. No busques un acercamiento hegeliano que de nada te va a servir, mejor busca encontrarte a ti mismo o a ti misma y decide si quieres seguir viviendo en el vacío e infelicidad que tienes o si quieres darle oportunidad a algo que cambiará tu vida para siempre pero tampoco apeles a la lógica porque de nada te va a servir sino hasta cuando aceptes la verdad, por eso primero haremos y luego preguntaremos porque la voluntad del Eterno no se cuestiona solamente se hace. Las preguntas vienen después.
Que El Eterno bendiga al pueblo de Israel y a los judíos para que sigan trayendo luz al mundo y que bendiga a aquellos que legítimamente buscan traer paz y armonía al mundo.
No temo al lado oscuro, ni a las caídas,
porque tengo confianza en poder levantarme y seguir avanzando hacia la buena meta.
Si temo, ya he comenzado a fracasar.
Si me caigo y no creo poder levantarme, ya he caído y no me levantaré.
Si sé hacia donde camino
y para qué,
entonces ya he recorrido más de la mitad y el resto es en suave llanura,
aunque ni siquiera haya movido aún un pie.
Para algunas personas es más sencillo saber quienes no son
a tomar conciencia de quien sí son.
Le resulta más fácil mirar para afuera y decir «ese no soy yo»,
o disfrazarse de «otro»,
que mirar al espejo del alma y encontrar quien es en realidad.
El consejo: toma conciencia de tu ser,
es el primer paso para el verdadero estado de plenitud y bendición.
Uno de los fundamentos para nuestro equilibrio es lograr un estado de conexión (consigo mismo, con el prójimo, con el mundo, con Dios).
Tal es la función primordial de nuestra dimensión espiritual: servir de nexo con el universo y con el Eterno.
Las mitzvot, los preceptos, son los eslabones que construyen y sostienen esta conexión.
Recordemos que mitzvá está íntimamente asociada con las voces tzav y tzevet, es decir ordenanza y grupo.
Es su doble faceta, son mandamientos pero al mismo tiempo son mecanismos de conectividad estipulados por Dios para el hombre.
Cada uno de los Siete Mandamientos Fundamentales para los gentiles, como los 613 de los judíos, sirven para establecer, sostener y vitalizar nuestra conexión con la Realidad.
Al cumplir mandamientos NO se está complaciendo a Dios en alguna necesidad “personal” de Él, sino haciendo un gran favor a nuestro ser y a la creación entera.
Nos estamos nutriendo, estamos perfeccionando nuestro ser, adquiriendo placer para la eternidad, conectando nuestro espíritu con el manantial multidimensional de espíritus y con la Fuente de toda vida.
Pero, nuestra vida encarnada en nuestro existencia terrena padece de muchas “necesidades” diferentes, en sus varias dimensiones del ser.
Alimentación, nutrición, cobijo, resguardo, seguridad, empleo, vivienda, cónyuges, sentido de vida, cariño, curiosidad, amistad, puedes tú añadir ítems a esta lista, incluyendo lo que te resulten necesidades, desde las prioritarias y esenciales hasta las derivadas de la moda, el placer vacío, la necedad, etc.
Lo cierto es que en nuestro mundo cada vez estamos más atareados, como los sistemas operativos de computadoras, tenemos que abrir varias ventanas y ejecutar diversos programas al mismo tiempo.
Como esos sistemas operativos, cada vez consumimos más recursos, cada vez nos resulta indispensable sumar más aparatitos, complementos, funciones que llenan el ojo.
Todos queremos ser Windows 7, el último Linux, el mejor Mac Os X, etc..
Nos parece común correr, no tener tiempo para uno mismo, menos para los hijos, aunque todo sea hecho en nombre de los hijos o del propio crecimiento en esa escala de valores tan “modernosa” en que vale la persona según lo que ostenta que posee.
Y en esa agitación, parece que hay una escasez de personas a quien recurrir para el contacto verdadero.
Estamos tan conectados a los juguetes electrónicos, que nos estamos desconectando del prójimo, del mundo, de Dios, de nuestro propio ser.
Ni siquiera tenemos conciencia de quien somos en realidad (pero, eso no se lo achaquemos al modo moderno de vida, es un error que carga la humanidad desde Adam y Javá hasta aquí).
Tanto consumismo, palabrería, mística, religiosidad de feria, chismerío de Facebook, agitación sin sentido de trascendencia, etc. no son más que las excusas novedosas para el mismo drama de la humanidad de todas las épocas.
Escapamos de nuestra esencia, con mil excusas, pero que todas apuntan a lo mismo: escapamos de nuestra esencia.
Nos desconocemos, nos rechazamos, nos alejamos del prójimo, inventamos religiones y místicas, abusamos de los recursos, encontramos empleos que nos sirvan como anestésico a nuestros problemas familiares, nos hundimos en toda clase de adicciones, nos negamos a la conciencia, nos vetamos a la conexión.
Ahora, unas líneas para revertir esta situación, para crecer en la escalera del éxito verdadero.
1- Es necesario hacer un alto.
Comenzar a percibirnos.
A darnos cuenta de cómo hemos estado viviendo para que descubramos cual es la realidad carcelaria que hemos ayudado a construir.
En la percepción de nuestro ser, desde los detalles que nos pasan desapercibidos hasta las grandes estructuras que nos envuelven por dentro y por fuera, en esa percepción estamos caminando hacia la conciencia espiritual que nos abre la conciencia multidimensional.
Puede resultar tan básico que algunos lo consideran tonto.
Detenerse a oír, a oler, a saborear, a palpar, a ver pero de manera alternativa a la habitual.
¿Sabes cuántas percepciones te estás perdiendo en este mismo momento?
Es todo un ejercicio para realizar, descubrir y descubrir tu ser en el Ser.
2- Tomemos un momento del día, de cada día, para introducirnos en nuestro ser.
Es uno de los méritos de la tefilá, la plegaria.
Están todos los otros detalles y fundamentos del rezo (para los judíos, codificados y explicados con detalles en nuestra Tradición Santa).
Pero está también la profundidad del espíritu en su función de conectividad, más allá de las palabras, de los gestos, de los rituales.
Otros lo pueden llamar meditación, o como le quieran decir, pero la idea fundamental es la misma, conectarse, amplificar la conciencia.
Darse ese lapso diario para desenvolver nuestro ser, descubrir nuestro lugar, incrementar nuestros nexos, comunicarnos con Dios.
3- Está el vivir en el aquí y ahora como otro utensilio para despertar la conciencia espiritual.
Relajar nuestra fantasías de omnipotencia, despreocuparnos por tiempos que no existen, ser uno “aquí ahora”, como Dios mismo se denomino “soy el que Soy”. En un presente perpetuo, que no es hostigado por recuerdos ni fantasías, que se asienta en la línea del tiempo pero que no se bambolea en ella.
4- Cuando estés con alguien, debieras preguntarte y responderte con cabal sinceridad:
1) ¿Qué puedo aprender de esta persona?
2) ¿Qué le puedo dar desinteresadamente a esta persona?
Toda persona tiene conocimientos, ideas y perspectivas que nosotros no poseemos.
Hasta cuando el otro no quiere compartir, está compartiendo.
Incluso cuando su conducta es defectuosa y sus creencias acérrimas enemigas de la Luz, también se puede aprender algo de personas así (quizás lo positivo en lo negativo, o lo positivo en contraste con lo negativo).
Cuando escuchamos, percibimos con conciencia espiritual, entonces no solamente conversamos, sino aprendemos y construimos una conexión, es decir, damos energía a nuestra dimensión espiritual y de paso podemos servir de Luz al otro.
Por su parte, el DAR es un generador de gran conexión.
5- Cree nuevos hábitos, positivos.
1) Sea siempre simple.
2) No tema a introducir los pequeños ajustes necesarios. El temor es una excusa.
3) Ejercite con constancia, nadie se hace experto por hacer algo una vez o un mes.
4) Proponga la meta que quiere alcanzar, téngala clara, verbalícela, dibújela en su mente, repítala en voz alta.
6- Trate a diario de conectarse con otra persona, sea conocida o no.
Una vez por semana, por ejemplo, puede invitar a gente a su casa, a compartir una rica comida y una mejor conversación.
Hay tanto para dar, a bajo costo incluso, y tanto tesoro para recibir sin egoísmo.
Amigo querido, que pase un bonito día.
Que nuestra conexión se fortalezca para construir un mejor shalom.
Te lo repito, todo tiene su tiempo.
No apures lo que es para el futuro.
No te quedes prendado del pasado.
Haz tu parte aquí y ahora, sin dejar de construir shalom.