Archivo de la categoría: fracaso

Tu guía para el fracaso

Tengo el agrado de presentarte ahora una guía diseñada para llevarte al fracaso.Cuando quieras sentirte un fracasado, ponerte en la piel de un looser, sigue estos amenos consejos y pronto encontrarás en tu vida el infortunio y la desilusión.¡Vamos, no lo dejes al azar!Ponte en manos de estudiosos que con gran sabiduría armaron para ti […]

Cómo parar el ciclo de la alarma al caos

Es normal sentir la frustración, fue puesta en nuestro sistema por el Creador para indicarnos que estamos enfrentando una situación de impotencia. Tal como Él nos dotó de la capacidad de percibir el dolor, lo cual nos alerta que estamos recibiendo algún daño físico y es necesario movernos, cambiar algo, o lo que fuera para […]

Probar de lo prohibido

El EGO para esclavizarte tiene que ponerte en situaciones de impotencia real, o hacerte sentir que estás en una.Entonces, de forma automática y natural se disparan los mecanismos del EGO: llanto y/o grito y/o agitación física. Así como también la impotencia pone en funcionamiento a los hábitos, que son conductas que fueron repetidas hasta convertirse […]

El miedo que te come

«כִּ֤י פַ֣חַד פָּ֭חַדְתִּי וַיֶּֽאֱתָיֵ֑נִי וַֽאֲשֶׁ֥ר יָ֝גֹ֗רְתִּי יָ֣בֹא לִֽי: El miedo que presentía me ha sobrevenido; lo que me daba terror me ha acontecido.»(Iyov/Job 3:24) Una tremenda y verídica sabiduría encierran estas palabras.Expliquemos comenzando por saber que el miedo es una fantasía de impotencia en el futuro, que no tiene realidad actualmente.No confundamos ni con susto […]

La lección de Koraj

Hay un personaje en la Torá llamado Koraj, Coré en español.
Era un personaje judío, pero cuestiones de su vida sirven como moraleja para los noájidas.
Un modelo para conocer y NO seguir.

Nos cuenta la Tradición que Koraj era un hombre que poseía innumerables fortunas; mucho poder; gran astucia; renombre; familia; amistades; en resumen, Koraj podía considerarse el hombre más satisfecho y feliz sobre la tierra.
Pero, no lo era.
Estaba insatisfecho, y por eso, era infeliz.
Le faltaba una cosa, una pequeña cosa: humildad.
La humildad es reconocer con justicia el valor de cada persona, de cada cosa, de cada cualidad.
Humildad es esforzarse por convertir en realidad lo potencialmente positivo.
Humildad es tener confianza en que lo mejor es aliado de lo bueno.
Humildad es tener conciencia de que el fracaso justo no es humillación, ni el éxito es motivo para enorgullecerse y despreciar a otros.
Le faltaba humildad a Koraj.
Y cuando la humildad no está, entonces se vive insatisfecho.
La fortuna económica parece miseria.
La salud se vive como enfermedad.
Las amistades en lugar de apoyar, incitan a equivocarse.
La felicidad no se aprovecha.
Así que, pobre Koraj, teniendo todo y con la sensación de carecer de todo…

Y Koraj expresó su falta de humildad rebelándose contra Moshé y Aarón.
Él y sus malandrines acompañantes pretendían convertirse en los líderes de Israel, es decir, no aceptaban el liderazgo que el Eterno había dispuesto para Su pueblo.
Entre gritos y piquetes de los revoltosos, Dios pone en evidencia Su deseo, demostrando públicamente que el mando político debía permanecer en manos de Moshé, y el sacerdocio para oficio de Aarón y sus descendientes.
Fue Dios el que se encargó de poner las cosas en su sitio.

¿Qué pasó con Koraj, el que tenía de todo, pero le faltaba humildad?
¿Cómo terminó su vida el exitoso Koraj que siempre quería estar un poco más arriba?
Koraj y los rufianes que lo aconsejaban y seguían, en lugar de ascender y transformarse en la cabeza del Pueblo, fueron tragados por la tierra.
Tal cual lo dicho, hubo un temblor de tierra, entonces una gran zanja se abrió bajo Koraj y los suyos, y todos los descarriados por el hambre de poder y orgullo desaparecieron para no volver.

Este hecho ocurrido en la realidad, tiene su lectura educativa: si queremos elevarnos y superarnos, es imprescindible ser humildes y correctos, porque de lo contrario, en lugar de subir- bajamos.

Parashá Ki Tisá: la clave eterna para salvar tu alma

El pueblo judío lee esta semana públicamente de la Torá la parashá Ki Tisá, contiene enseñanzas eterna y profundas que también pueden enriquecer a la espiritualidad del noájida.
Presta atención a la Palabra eterna e inmodificable de Dios:

"…cada uno dará al Eterno el rescate por su persona…esto dará todo el que sea contado: medio siclo…"
(Shemot / Éxodo 30:12, 13)

El mensaje es extremadamente claro.
La persona que comete pecados en su relación con Dios tiene un método para redimirse, para rescatarse, para limpiarse de tal hecho.
Es el arrepentimiento, por supuesto.
Pero presta atención que no es lo que expresa el verso, la Palabra de Dios.
Sino que menciona otro método, muy especial, aunque al alcance de la mano de todos.

¿Te has dado cuenta de cuál es?
Sí: la caridad.

Así pues, ya lo sabes.
No precisas de complicados rituales, ni de sacrificios cruentos, ni de sangre, ni de intermediarios, ni de santos, ni de imágenes, ni de mediadores, ni de obradores de milagros, ni siquiera de actos complejos y bizarros… nada de eso te sirve para adquirir el rescate por tu vida por los pecados en tu relación con Dios.

Lo que precisas es tener conciencia y dar dinero para obras de bien (que no impliquen idolatría u otros crímenes), para el necesitado, para el carenciado, para centros de difusión de Torá, para SERJUDIO.com, para FULVIDA, caridad.
Tal es lo que la verdadera Palabra de Dios te dice.
Abre tu bolsillo, da de tu dinero y entonces desde lo Alto el Eterno te bendecirá en todos tus caminos y limpiará tu alma de los pecados que has cometido en contra de Él.

Ya lo sabes.
Cuando algún timador te quiera vender al tal Jesús (con el nombrete que le quieran inventar), con la excusa que te digan, con el envase que le quieran dar, con las palabrejas en supuesto hebreo que lo adornen, y te digan que ese personajillo es el camino al rescate de tu vida, debes saber que te están timando.

Dios no requiere del tal Jesús, ni de fe, ni siquiera de rezos particulares, Él no te los exige.
Dios no te pide que estudies Cabalá, o lo que te quieren hacer creer que es tal, ni que seas un noájida “jasídico”, o que te entrometas en asuntos de judaísmo, o que seas un efervescente repetidor de lemas judaicos que difícilmente captas en la esencia de tu alma.
Dios no demanda que estudies Torá, ni que te disfraces de judío, mucho menos, muchísimo menos a Dios agrada que te afilies a alguna religión o secta, o vivas una vida de miseria en cualquiera de tus cinco dimensiones de existencia.
Dios quiere, te pide, te demanda que seas leal a Él a través de ser leal a TU esencia espiritual, si eres gentil la noájida, si eres judío la judía.
A Dios agrada inmensamente que seas generoso, bondadoso, dadivoso, contigo, con el cercano, con el menos cercano. A Dios agrada que seas colaborador económico de grandes obras sagradas como FULVIDA.com y de aquellos que precisan que tú abras tu mano generosa.
Da dinero con finalidad de santidad y serás rescatado de la muerte eterna.
Por supuesto que habrás de intensificar tu arrepentimiento y tus rezos, para evitar caer nuevamente en el error que te llevó al fracaso anterior.

En cuanto a los pecados cometidos en contra de tu prójimo, además de caridad está el exacto proceso de arrepentimiento. Es imprescindible que sea realizado, con todos sus pasos, pues el prójimo ha sido perjudicado de alguna manera y por tanto es imprescindible que se reacomode el equilibrio, que las fuerzas cósmicas encuentren su canalización correcta para que tu alma se limpie de tus actos negativos en contra del prójimo.
Del proceso de arrepentimiento ya hablamos en otras ocasiones, sería muy recomendable que buscarás, leyeras y lo aplicaras en tu vida. (Busca "teshuvá").

Como ves, desde el inicio Dios ha dado el camino del rescate, de la salvación,
no precisó inventar sobre la marcha la estupidez idolátrica de parir un hijo mediante la violación de una mujer desposada, convertirse en su hijo, ser ajusticiado sádicamente por quienes debiera rescatar,
para que luego el pecador tuviera fe en su personificación del bastardillo (hijo nacido de  infidelidad matrimonial) y de esa forma se salvase.
Tal cuento mitológico plagado de inconsistencias y absurdos y blasfemia es una absoluta rebelión contra Dios y un atentado directo contra la dignidad del ser humano.

La verdad es absolutamente otra, la salvación está al alcance de tu mano, si quieres hacerlo.
Comparte de tu dinero y serás salvo.
Pero, no le des un céntimo al pastor, al supuesto rabino mesiánico, al "líder noájico" que alaba a Jesús (con el nombrete que le ponga), ni al cura, ni al misionero, ni al cabalistero, ni al títere jasideo (que no es lo mismo que jasídico), ni a ningún fetraficante, tal como no se lo darías a ningún delincuente ni a ningún adicto para que se hunda en su inmundicia.
Nada de lo tuyo para engordar el “lado oscuro”, pues cada centavo que le das a ellos es una gruesa mancha en tu alma en la eternidad.

Pero, sí abre tu mano y comparte de lo tuyo con aquellos que fortalecen la difusión de la luz, el mejoramiento del mundo, la construcción del shalom.
Cada monedita que compartas, que inviertas en el lado de la luz, será una fortuna de placer y bendición para tu vida aquí y en la eternidad.
Das, te asocias con la causa de de redimir al mundo, de ser socio de Dios y a cambio te dan multiplicado varias veces.
Dona tu dinero a quien se lo debes dar, según aprendiste de la parashá hoy.

Los gentiles que envidian la Torá de Israel

En numerosas ocasiones hemos demostrado con citas de leyes perpetuas y de decretos de rabinos con autoridad que el estudio de Torá está vedado para el gentil, a no ser el estudio de aquellas porciones que le enseñan acerca de los Siete Mandamientos, y/o de aquellas porciones que le refuerzan en su unión con Dios.

Por supuesto que incluso el estudio de las secciones apropiadas debe hacerse bajo guianza estricta de maestro judío idóneo, que conozca tanto el texto santo, como las leyes al respecto del estudio así como el marco legal acorde para el gentil, de modo tal de preservar a la persona del error, ahuyentar el mal y proveer de buen pan espiritual a aquel que está buscando llenar su alma de contenido espiritual y no solamente de brindar manjares de vanidad o de cosas santas pero que no le brindan shalom sino dolor.

Con los asuntos del Eterno no se juega, pero igualmente, el EGO, o la ignorancia, o el afán, o la envidia, o el rechazo de la correccíón impulsan a la persona a negar la verdad, a repudiar las leyes santas, a inventar excusas para hacer lo prohibido pero hacerlo parecer como algo luminoso.

Esta actitud terca, de real rebelión en contra de lo dispuesto por Dios, recuerda el dicho del inspirado sabio:

«Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato.»
(Kohelet / Predicador 10:3)

Veamos bien el verso.
El insensato no anda por valle de muerte, no está transitando el inmundo camino de la idolatría, no ensalza a dioses/salvadores falsos; no, no hace eso el terco del verso; claramente dice que el insensato del verso anda por «el camino».
Se justifica diciendo que quiere estudiar Torá para cumplir lo que le corresponde, que no quiere hacer cosas erróneas, que detesta la perversión del camino del mal.
Así se justifica, con la máscara de las buenas intenciones.
Pero, las buenas intenciones sin el conocimiento, sin el equilibrio, sin la lealtad, suele terminar en tremendos fracasos, en caídas al abismo.
Y es exactamente lo que termina por decir el verso, aunque el necio pretenda andar por «el camino», no deja de hacer las cosas que hace habitualmente: acciones y palabras de insensato.
Para todo aquel que tiene ojos comprensivos es evidente que el insensato es eso… un insensato.
Alguien que pudiendo haber sido humilde, leal, fiel, de bendición, prefiere ser terco, cerrar sus ojos y oídos, buscarse algún pretextito para hacer lo que quiere y no lo que le corresponde hacer.
Entonces, al negarse a vivir como Dios le ha decretado, al usurpar lo que no le pertenece, al pretender andar de una manera que no es la propia, no alcanza la trascendencia, no se compra el paraíso, no adquiere cordura, no avanza en su misión sagrada, sino que se sumerge más profundo en su insensatez.

Dará mil excusas, criticará hasta un punto de más o de menos de aquel que le quiere corregir, inventará filosos argumentos para escudarse, hallará bajo alguna piedra alguna voz que apoye sus desatinos, pero no dejará de ser un insensato que anda como insensato por el camino.

Todos los entendidos lo verán y se apartarán de sus acciones, de sus prédicas, pues reconocen que no tienen verdadera base, sino solamente es EGO astutamente disfrazado de piedad, de anhelo de Dios, pero no deja de ser EGO.

El inspirado autor anuncia:

«Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Elokim te traerá a juicio.»
(Kohelet / Predicador 11:9)

Sí, así es.
Van con alegría por donde quieren, hacia donde sus emociones los llevan.
Ven algo que anhelan, que codician, que pueden alcanzar -sin importar cómo- y hacia allí se dirigen.
Aunque en la senda luzcan carteles de «Pare», «No estacione», «Calle cerrada», etc., ellos rechazan verlos o dan muchos argumentos astutamente vacíos para dar a entender que no son para ellos, sino para otros, para gente de por ahí, pero no para ellos.
Sus ojos codician, sus corazones arden de pasión insana y con la excusa de querer beber de la Palabra de Dios, de llenar sus almas de «la Palabra», se precipitan hacia lo que no les pertence, pisotean la herencia de otros, usurpan lugares, llegan hasta la traición en caso de ser necesario, pues no se gobiernan en realidad, sino que son títeres de sus EGOS.

Insertan la palabra «dios» cada dos letras, citan frases supuestamente talmúdicas, pronuncian con reverencia nombres de rabinos, saben de memoria textos supuestamente cabalísticos, son máquinas de buscar y repetir cuestiones de judaísmo… pero siguen sin aceptar la verdad impuesta por Dios: el judaísmo es para judíos, en tanto que el noajismo es para noájidas.
En la base del judaísmo está la Torá, en la base del noajismo está el pacto de Dios con la humanidad representado por el arcoiris.

Son sus ojos avaros y sus corazones celosos los que les vuelven necios, desleales, eternos criticones de de otros pero faltos de un mínimo de sincera autocrítica.

Repudian a Dios aunque dicen «dios» cada dos letras.
Viven una vida de falsedad pues no admiten la verdad.
Hasta son capaces de pretender que sus antepasados eran parte del Tanaj o del pacto de Israel, con tal de seguir aferrados a su necedad de envidiar a Israel por la Torá que le pertenece al pueblo elegido y no a ellos.

Y aunque quizás lo sepan, no admiten que Dios finalmente los traerá a juicio por sus acciones, por sus disfraces y peor aún… por llevar a los ingenuos por caminos de falsedad que son bellamente adornados como santidad.

En resumen, querido hermano noájida, si tienes anhelo de Torá, cumple con tu parte, cumple con los Siete Mandamientos, pues ellos son TU Torá.
Si quieres contar historias bíblicas, lee las que corresponden a noájidas, pero no lo que corresponde a la identidad que te es ajena.
Estudia lo que te hará crecer de acuerdo a tu espiritualidad, y no lo que envidias de los judíos.

Por último, si no te gustas la reprensión de este texto, me da mucha pena, porque seguirás en terquedad actuando como insensato en lugar de dejar que la Luz del Eterno penetre en tu alma y de bendición a tu vida.

Dijo el profeta:

«La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de Mí’, dice el Eterno
(Hoshea / Oseas 2:15)

Pronto te olvidaste de quien te rescató de la putrefacción del alma, rápidamente te fuiste con tus infidelidades detrás de tus lisonjeros amantes. Ofrendaste a aquellos que te ofrecieron falsas promesas de bendición, huiste con los que te susurraron lo que querías oír.
Pero del Eterno no te puedes escapar, por más disfraces y palabras rebuscadas que presentes.
Cuando llegue el momento del juicio, se te juzgará por tu fidelidad hacia tu identidad espiritual y no por cuanto has usurpado de la herencia que le corresponde a otro.

Llena tu alma del buen pan espiritual de FULVIDA, de noajismo sincero y estricto, entonces reencontrarás a tu hogar, a los tuyos, a tu estabilidad, a tu equilibrio y eternidad.

Sigue andando por el camino que no es tuyo y tu torpeza seguirá siendo tu rostro a ojos del entendido.

Parashá Vaiakel: una comunidad unida a la luz del pacto

Esta semana el pueblo judío lee públicamente de la Torá las dos últimas porciones del segundo libro, denominado Shemot, conocido en español como «Éxodo».
Como siempre mencionamos, son numerosas las lecciones que se pueden aprender y derivar del sagrado texto -heredad y patrimonio eterno de la nación judía-, también aplicables y apropiadas para la bella espiritualidad noájica.

Prestemos atención a una de estas perlas del conocimiento y la ética.
Dice en el principio de la porción:

«Moshé [Moisés] hizo reunir a toda la congregación de los Hijos de Israel y les dijo: ‘Éstas son las cosas que el Eterno ha mandado que hagáis«
(Shemot / Éxodo 35:1)

Los mandamientos e instrucciones que vienen a continuación son adecuados exclusivamente para las personas judías, pues refieren al cumplimiento del Shabbat y la santidad que vincula a ese día con la nación judía; por tanto, no es un asunto de estudio o de particular interés práctico para los noájidas.
(Pudiera ser de interés teórico, para nutrir el intelecto o saciar la curiosidad, pero no es nuestro objetivo ahora hacer tales cosas; por otra parte, cuando el gentil se interesa tanto en lo ajeno, sea algo santo o perverso, igualmente ese interés pudiera llevarlo a confundir la preciosa identidad noájida y llevarle a pretender usurpar la propiedad exclusiva que Dios ha dado para los judíos o a andar por caminos oscuros y carentes de verdad.)

En la frase que citamos sí hay una impresionante lección de vida, una pauta ética y espiritual que todos debiéramos conocer, comprender y aplicar cabalmente en nuestro quehacer cotidiano.

Fíjate bien, no se dirige el mandato de Dios hacia pastores de congregación, ni líderes, ni profetas, ni personas reveladas, ni a santos, ni a consagrados, sino que Dios comunica Su Voluntad a TODOS los miembros de la comunidad.
Si bien hay mandamientos (de los 613 para la nación judía) que son para determinado sector del pueblo, o para tales o cuales circunstancias, en su fundamento el conjunto de los mandamientos que el Eterno dio a Israel son para TODA la nación judía.

Esto tiene una enorme similitud con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, y al mismo tiempo una gran diferencia.
La diferencia está en que los 613 mandamientos de los judíos, son responsabilidad de la nación judía; no es el individuo judío particular quien está obligado al cumplimiento del conjunto de los 613, sino solamente de aquellos de los 613 que le corresponden legalmente.
Esto es, si una persona no es de la casta sacerdotal, no tiene ni debe de cumplir los mandamientos que incumben a los miembros de la casta sacerdotal. Si una persona no es agricultora, no debe cumplir aquellos preceptos que refieren a la actividad agrícola, ni sentirse en falta o pecado por no hacerlos… ¡no le corresponden!
Pero, de los 613 que sí le tocan, entonces sobre ese subconjunto es responsable de cumplirlos.
Los 613 mandamientos son para la nación judía y es ella, como una unidad, la que debe procurar su cumplimiento; de forma que cada individuo cumpla con aquellos que debe cumplir y no con lo que es de otro.
Esta es la gran diferencia con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, pues no se dieron los Siete para que la responsabilidad del cumplimiento recaiga sobre una nación o un conjunto, sino que cada uno de los noájidas es el receptor y el responsable de vivir de acuerdo a los Siete.
Por ejemplo, No es admisible que el noájida se excuse diciendo que el roba pero hay otros en la sociedad que no roban, ya que el mandamiento le fue dado a cada gentil para que lo cumpla.
Así pues, el pueblo judío es el receptor y responsable de los 613 mandamientos; en tanto que cada individuo gentil es el receptor y responsable de cumplir cada uno de los Siete.
Ésta es la diferencia.

La gran similitud es que el llamado es para TODOS los que forman parte de la comunidad judía.
No solamente para sabios, lindos, ricos, inteligentes, religiosos, hombres, sino que estaban incluidos TODOS y TODAS. Grandes, chicos, los que sabían, los que sabían menos, los que cumplían más, los que cumplían menos, etc.
Los 613 mandamientos, el mensaje de la Torá para los judíos, es para TODOS.
Lo mismo con los Siete Mandamientos para las naciones. Todos y cada uno de los gentiles es quien ha recibido la orden de parte de Dios de cumplir con estos Siete. Todos y todas son los que precisan de los Siete para saciar su alma, nutrir su espiritualidad, equilibrar su vida, armonizar la existencia, construir Shalom, equipar su hogar en la vida venidera.
Todos los gentiles están obligados por un pacto eterno y sagrado con Dios para cumplir con los Siete Mandamientos, tal como es el propio Dios que se encarga de anunciar:

«Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo:
‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros
«
(Bereshit / Génesis 9:8-9)

Así pues, debes estar feliz, eres noájida, lo sabes y vives como tal.
Tienes un sagrado pacto con Dios, por siempre, sin excusas, sin cambios.
Es el pacto de los Siete Mandamientos, que te provee de bienestar, te inunda con bendición, te premia con una buena vida en la eternidad.
Tú eres el receptor y el responsable de cumplir con ese pacto sagrado que tienes como gentil con Dios.
Si te buscas justificaciones, te inventas religiones, veneras redentores, te haces el distraído, te disfrazas de judío, repites frases judaicas sin ton ni son, adulas al nazareno, etc., si haces cualquiera de las cosas que Dios no te ha pedido que hagas para nutrir tu espiritualidad y dar sentido a tu vida, entonces estás en el camino del fracaso, en el caos, rodeado de sombras y abismo.

Tienes un pacto sagrado y eterno con Dios, el noajismo.
Para vivirlo como individuo, para formar comunidades unidas y trabajar todos y todas por la construcción de Shalom.



¿Noajismo mesiánico?

¿Es compatible el noajismo con la adoración, reverencia o «liderazgo mesiánico» del tal Jesús?
¡Por supuesto que NO!

Considerar al tal Jesús como algo diferente a un revoltoso, pecador, blasfemo, incitador al pecado, fracaso como persona, es negar la realidad de los hechos y es pretender coronar la mentira en el lugar de la verdad.

Sabemos de esos falsos judíos mesiánicos, gente que pasa de un día para el otro de ser evangélicos (o lo que fueran) a «judíos mesiánicos»; o los estafadores de la fe que se acuestan siendo pastores pero amanecen siendo «rabinos mesiánicos».

Hace un tiempo la peste misionera inventó una nueva trampa para seguir quitando dinero a la gente, para mantener el dominio insolente sobre las almas: el noajismo mesiánico.
Dicen que no creen en la divinidad del tal Jesús, pero afirman que era un rabino, un sabio, un profeta, hasta el mesías.
Como la verdad no cuadra con sus fantasías venenosas, siguen haciendo sus viejos trucos, manipulan, inventan, vociferan aquellas partecitas que les parece que les sirven, pero callan los millones de hecho en contra.
Ejemplo, no falta el ex pastor, ex rabino mesiánico, actual líder mesiánico noájico, que se toma de la improbable nota del rabino Kaduri para afirmar el mesianismo del patético colgado. Y luego, dibujan con habilidad de mercachifle manipulador para llevar a sus oyentes hacia el caos, el abismo, la mentira.
Por supuesto que no mencionan a los miles, millones, de rabinos que negaron y niegan a rajatabla cualquier ficción mesiánica del tal Jesús.
¿Cómo dirán eso si no les conviene a sus negocios?

Así pues, cuidado amigos míos, mucho cuidado, pues sigue habiendo feroces lobos que se disfrazan de mansa oveja, sigue operando el pastor infernal pero con disfraz de noájida.

Es hora de quitar el peso de sus almas, de alejar los ídolos y de hacer caer a los «líderes» que desesperados por poder, dinero y fama recurren a cualquier bajeza para conseguir sus propósitos.
A no temer en lo más mínimo, porque el noájida leal tiene al más grande y poderoso socio: a DIOS.
En cambio, los mentirosos y piratas de la fe tienen sus fantasías, su dinero, su astucia pervertida, su habilidad para engañar, sus manipulaciones emocionales pero carecen por completo de Dios.
Quizás esos pastores venidos a líderes noájicos mesiánicos digan Dios cada dos palabras y hablen de santidad, pero están vendiendo el veneno mortal que perdura para toda la eternidad.

A no dejarlos pasar, a desenmascararlos, sin miedo, con la altura que debe tener todo leal del ejército de paz de Dios.

Adelante mis amigos, que en nada seremos avergonzados y en todo seremos benditos.

Resp. 712 – Actitud ante la vida e influencias del entorno

Buen día estimado amigo, Gracias por su pronta respuesta y apoyo.
Dejeme decirle que no es nada fácil lidiar con mi familia que sigue en el cristianismo, y peor cuando a uno no le está yendo del todo bien en los negocios. a más integra.
Ellos insisten para que me congregue para que vuelva a rebaño y no paran de insistir.
Pido a Dios que me ayude, que me de sabiduría de lo alto para lidiar con esta situación. Saludos,
Oscar, Guatemala

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