La mayor parte de los problemas y dificultades que atravesamos se arraigan principalmente en nuestra actitud básica hacia la vida.
Nuestro pasado tiene su peso en nuestro presente, por ejemplo a la hora de determinar nuestras decisiones, nuestra elección de prioridades, pues de cierta forma el pasado nos marca.
Igualmente opera en el presente nuestra imagen del futuro, con las expectativas, esperanzas, ideales y propósitos que nos planteamos para nuestra existencia.
Singularmente, el único tiempo y lugar que tenemos, el aquí y ahora, nuestra única realidad, está zarandeada por mundos fantasmales, poblados por fantasías de recuerdos o de fantasías de lo que nunca ha acontecido.
Dramáticamente nuestra vida se suele reducir a un escape del pasado y/o del futuro, que nos vacía de contenido real nuestra única realidad: el aquí y ahora.
Te ruego que si no has comprendido lo que he expresado hasta aquí, tengas a bien releer hasta que sea fácilmente comprensible para ti.
Es importante que tengas asegurado este conocimiento antes de pasar al siguiente escalón.
Como repaso, te regalo una pregunta para que respondas, y si quieres compartes la respuesta en la sección de comentarios aquí debajo: ¿Cómo solemos vaciar de existencia nuestra vida?
En la sociedad que no desarrolla su multidimensionalidad, la prioridad es el interés propio, puesto que es el EGO individual el que acostumbra estar al mando del individuo, más o menos directamente.
El sentido de responsabilidad suele dejarse bajo llave, en el cajón oscuro olvido. Es uno de los tantos valores prostituidos por el EGO, junto al esfuerzo, compromiso, lealtad, bondad, misericordia, empeño, dedicación, amor, entre otros.
Ejemplos abundan, tú puedes pensar o recordar cientos o miles de tu propia factura o de personas de tu conocimiento.
Si lo deseas, los puedes compartir aquí mismo, en la zona destinada a los comentarios. Gracias.
Ante esta falta de desarrollo multidimensional se pone a funcionar con efectividad sorprendente la maquinaria de las excusas, que para la mente al servicio del EGO son valoradas como difíciles de refutar.
Por supuesto que dominio del EGO no se queda en elaborar mentirijillas para zafar de la toma de decisiones, de hacerse cargo de lo prioritario.
El EGO se conjuga con acciones falaces, apoyos de politiqueros, prédicas de religiosos, amenazas de terroristas, corrupción a todo nivel, burocracia infartante, miedos incentivados por los medios de comunicación, aumento de la inseguridad ciudadana, entre otras herramientas de dominación conducidas por el EGO .
Así pues, cuando el EGO es quien conduce el timón de tu vida, estás naufragando y a la deriva.
Relee la primer frase de este artículo y entiende lo que estamos señalando ahora. Gracias.
Cuando pretendemos vivir de forma trascendente, a la Luz de la Verdad, podemos encontrar algunas pautas muy interesantes.
Por ejemplo: «Toda la instrucción divina (Torá) es para lograr la armonía social.» (TB Guittin 59b, a partir de Mishlei/Proverbios 3:17).
También: «Sé atento a los deseos de tu prójimo, pues eso es el conjunto de la instrucción divina (Torá)» (TB Shabbat 31a).
De manera muy clara la sabiduría milenaria nos confirma que el camino para la redención individual y colectiva descansa en quitar el eje de la vida del EGO, para dedicarnos a apreciar y conjugarnos armoniosamente con nuestro prójimo.
Es decir, si te quieres encontrar a ti, deberás encontrar la forma de vincularte con el prójimo.
Es decir, si pretendes conocerte, cuidarte y amarte, debes conocer, cuidar y amar al prójimo también.
Es decir, cuando se rompe el yugo del EGO se obtiene el acceso al poder interno más efectivo.
Esto es verdad tanto en lo que refiere a la Torá noájida (instrucción divina destinada a los gentiles), como a la Torá judía.
Veamos la síntesis de la conducta modelada por los Siete Mandamientos Universales, veamos el perfeccionamiento a través de los reglamentos lógicos derivados de estos, y entenderemos que a través de ellos se logra la armonía social, el respeto al prójimo y lo que es de él, el dejar de sentirse uno mismo como el ombligo del mundo, para maniatar al EGO y ubicar a cada uno en su respectivo lugar sagrado.
¿Te das cuenta de la grandeza de tan simples pero perfectos mandamientos?
Mencionamos el desarrollo multidimensional, pues es cuando se vive en armonía con la instrucción divinamente revelada, cada uno de los cinco planos de existencia del hombre se alinean y equilibran.
En la contracara, quien vive por fuera de la instrucción divina, se aliena y se desequilibra. Tal vez los efectos no sean groseramente visibles, pero para el ojo entrenado, la mente alerta y el corazón consciente es sencillo advertir los síntomas del desajuste.
Así pues, el desarrollo positivo multidimensional funciona en el nivel cognitivo, proporcionando una ideología racional e integrada, una visión del mundo y del sentido de vida que conduce a la armonía social.
Funciona cual entrenamiento conductista, mediante la imposición de un conjunto de disposiciones que indican el curso de acción necesario en determinadas situaciones.
Así mismo tiene un fuerte efecto para despojar de rencores, amarguras, enojos, impotencias, resentimientos, angustias, envidias, celos, recelos, siendo un canal de energización del individuo.
Se abre la conciencia al reconocimiento del origen divino del código de conducta establecido, que posibilita encontrar el camino hacia la esencia divina interna, lo que reduce la necesidad de depender de mandatos exteriores y soportar autoritarismos.
En resumen, el andar por la senda de la instrucción divina brinda herramientas poderosas para quebrar el yugo del EGO, despojarse de los andrajos del servilismo EGO-centrado, para hallarse a uno mismo en su Yo Auténtico, encontrar al otro en su autenticidad y conectarse con potencia con el Eterno.
No es lo único que se precisa para soltarse y ser libre, para dejar de agobiarse por el EGO, es necesario recurrir a ciertas técnicas y prácticas que hoyen la cabeza del EGO, por lo que ambos aspectos son indispensables.
Te propongo que ahora veamos brevemente cómo nuestro EGO no solamente afecta a nuestro ser, al medio social que formamos, sino también a nuestro ecosistema.
Estos efectos debieran ser obvios, pues estamos interrelacionados de forma multidimensional, pero a veces cuesta descentrarse de uno mismo y percibir cómo hasta las mínimas acciones u omisiones pueden conllevar grandes efectos en otros y en el entorno.
(Cuando quieras, lee acerca del “Efecto Mariposa”, puede resultarte interesante).
Al comienzo mismo de nuestra especie recibimos una bendición y una misión de parte de Dios: “…llenad la tierra y sojuzgadla…” (Bereshit/Génesis 1:28).
Está en nuestra brújula espiritual el mandato de la conquista, del dominio, de la tierra y todos sus recursos.
Ante esto surge la cuestión de hasta dónde aprovecharemos los bienes a nuestra disposición, si con fines de explotación abusiva, o a través de un uso racional y equilibrado destinado al desarrollo sustentable.
¿Cuál será la perspectiva del Creador al respecto?
Este midrash probablemente nos haga alguna luz: “Cuando el Eterno creó al primer hombre, lo tomó y le mostró todos los árboles del Paraíso, y le dijo: ‘Observa Mi obra, cuán bella y digna de elogio es y todo lo que he creado lo he hecho por ti, atiende, pues no corromperás ni destruirás Mi mundo’.» (Kohelet Rabba 7:13).
La visión celestial es clara, es el hombre el gran responsable de preservar el mundo y no agredirlo innecesariamente ni provocar en el daños a causa del abuso de sus recursos.
Es perentorio que cada uno actúe de acuerdo a sus posibilidades para generar una onda expansiva de armonía multidimensional, que el individuo y la sociedad adquiera conciencia del rol y deberes que conlleva el dominio sobre la tierra.
No podemos mantenernos al margen en tanto contemplamos pasivamente la destrucción del mundo a causa del EGO.
Recordemos, el problema está en el exceso en el consumo de los recursos, además de no prever y tratar los residuos de forma ordenada.
En la base, volvemos a lo mismo, se encuentra el EGO.
El problema ecológico radica en una visión del mundo egoísta que lleva a acciones egoístas, con ellas nos encontramos que el consumo personal excede de manera desmesurada lo que satisface lo esencial.
Atención: no estamos reclamando por una vuelta a las cavernas, por dejar de lado la tecnología, por rechazar el confort, por vivir como esos falsos santos en repudio de los placeres mundanales. ¡Nada de eso entra dentro de nuestro plan de vida en sincronía multidimensional!
Pero si proponemos abandonar el dominio del EGO, para hallar alternativas multidimensionales que permitan un desarrollo sostenible, un uso satisfactorio de los recursos, un bienestar compartido.
Porque, además el daño al ecosistema, estamos también ejerciendo violencia social de todo tipo, igualmente a causa de las acciones individuales dictadas por la visión enturbiada por el EGO.
En síntesis, cuando el EGO va al timón, el daño redunda en el individuo, en la familia, en la sociedad, en el ecosistema en general.
Por tanto, es necesario que la terapéutico en todos estos ámbitos incluyan un tratamiento intensivo de rectificación y reubicación del EGO.
Que deje de liderar para ocupar su saludable sitio y funcionalidad dentro del sistema psicológico del individuo.
Esto significa que no basta con buenas intenciones, proclamas de personalidades, iniciativas particulares, gobiernos iluminados, abandono de los beneficios derivados de la ciencia y la tecnología, el lamento quejicoso sin solución, nada de esto basta hasta que no se ataca el problema en su raíz: el EGO que se mantiene controlando al individuo y a las sociedades.
Un primer nivel para tomar el control sobre nuestras vidas, para ser dominantes para bien, consiste en conocer y vivenciar las pautas de vida que el Eterno ha diseñado para cada persona. Para el 99% de la población humana mundial esto significa ser conscientes de los Siete Mandamientos Universales y vivir de acuerdo a ellos.
Ya con este nivel en actividad más de la mitad de la sincronización multidimensional ha tomado empuje.
A través de una vida en concordancia con los Siete Mandamientos Universales se entrena a la persona para someter al EGO y no seguir siendo esclavo de él.
Pero, este nivel por sí solo no es suficiente tampoco.
Es necesario curar a la persona del trauma inicial, del nacimiento, así como aligerarlo de los traumas posteriores que reforzaron la vivencia de impotencia inicial.
Para esto se hace imprescindible el ejercicio de buenas prácticas correctivas en todos los niveles de existencia de la persona.
CabaláTerapia es una opción válida, que consideramos por el momento insuperable, cuando es posible desplegarla en todo su potencial.
Permite corregir a la persona en cada uno de sus planos, llevarlo a una redención del EGO, a una toma de poder sobre su vida.
Por supuesto que otras formas de terapia o de toma de conciencia tienen su efectividad también, pero habría que considerar si se enfocan en cada una de las dimensiones del ser humano o solamente en algunas.
Además, es imprescindible que el Enfoque Cabalístico –tal como lo entendemos nosotros, sin las tergiversaciones de los traficantes de la fe-, sea vertido a la sociedad, para que la educación multidimensional permita un desarrollo equilibrado de la persona y la sociedad.
De esta manera se logra un sometimiento del EGO, que deja de capitanear la vida personal, por lo cual las reacciones originadas en él ya no son las que accionan, sino que se puede tomar alternativas que lleven por sendas saludables.
A través de reglas derivadas de los mandamientos, muchas de ellas codificadas en la Halajá Judía –Código normativo para los judíos-, se encuentran respuestas a numerosas situaciones que conllevan desequilibrios con uno mismo, con el prójimo, con la sociedad, con el ambiente físico.
Si tomamos como base el mandamiento de “No Robar”, podemos encontrar respuesta a casi cada uno de los fracasos que estamos sobrellevando y de los dramas que estamos provocando a nosotros, a otros y al entorno.
Es para que lo pienses, no para que te lleves ahora la conclusión completa.
Piensa en lo que respecta a contaminación ambiental, ruidos molestos, daños provocados por negligencias en obras, cuidado de recursos naturales, defensa de especies en peligro de extinción, solidaridad entre personas, respeto por la integridad personal… tienes tanto para reflexionar y encontrar y tomar conciencia y compartir con otros…
Podemos seguir usurpando el rol de “amos del mundo”, creyéndonos como dioses.
O podemos recurrir a nuestro gran socio, quien tiene la mayor parte de las acciones en esta empresa: Dios.
Cuando modificamos nuestra perspectiva EGO-centrada, dejamos también de lado las religiones, las manipulaciones (incluso de pretender manejar a Dios o de hacer negocios turbios con Él), dejamos de lado el padecimiento constante de querer y nunca saciarnos.
Es tiempo de someter al EGO, de llevarlo a su lugar y rol.
Para que nuestro mundo alcance la tan anhelada Era Mesiánica.
Recuerda que «los mandamientos fueron dados sólo como un medio para perfeccionar a la humanidad» (Midrash Rabba), no para que sean intolerables, ni para que tengamos un yugo imposible encima, o para servir para algo a Dios.
Es para nuestro propio beneficio, el verdadero, el que importa, tanto personal como colectivo.
Así pues, la solución para la mayor parte de nuestros dramas está en llevar una vida ecológicamente saludable, de acuerdo a las pautas que te mencione más arriba.
Para finalizar, te dejo para tu alimento y reflexión el siguiente relato talmúdico:
“Joni Hameaguel iba por el camino cuando vio a un hombre plantando un árbol de algarrobo.
Le dijo: ¿Cuántos años tarda un algarrobo en dar frutos?
Éste respondió: Setenta años.
Joni le preguntó: ¿Y estás seguro de que tú vivirás 70 años como para gozar de él?
Le respondió: encontré en el mundo algarrobos cuando nací, así pues, de la misma forma que hicieron mis antepasados, también yo plantaré algarrobos para las generaciones futuras.” (TB Taanit 23a)