El dinero que recibes,
¿es para alimentar tu EGO,
o sirve para que disfrutes de lo permitido y compartas con tu prójimo?
Si eres de los que optan, aunque no lo acrediten, por la primera opción,
de los esclavos del EGO,
ya has dado mil excusas para no colaborar económicamente con nosotros.
Si eres de la segunda opción,
de los generosos, de los nobles,
¿a qué esperas para que juntos compartamos nuestro bienestar?
Aprende a someter a tu EGO,
vive de acuerdo a los mandamientos del Eterno,
sé canal de bendición para ser bendito,
entonces gozarás de abundancia y plenitud.
Tan pésimos administradores del dinero nos hemos vuelto que este solamente nos alcanza para nosotros mismos.
Y es que cuando damos es porque nos sobra «alguito», pero muchas veces el consumismo ha consumido incluso nuestra capacidad para que nos sobre «alguito».
Abra sus manos y colóquelas juntas en forma de taza debajo del chorro del agua,
la cantidad de agua que sus manos son capaces de recibir es la misma cantidad de agua que sus manos son capaces de dar,
sólo hay un detalle, si no somos prestos para darla , el agua se saldrá por algún lado y ya no podremos saciar la sed de nadie.
Ahora piense en el dinero.
Claro, beba usted, pero comparta.