En el siglo II en Jerusalén, cuando todavía estaba el Santo Templo en pie, se dice que en su interior existía un espejo en el cual uno podía asomarse para ver el estado de su alma.
Cuando el Templo fue destruido todos los demás seres humanos adquirieron las cualidades de ese espejo, convirtiéndose en espejos para medir el estado de nuestra alma.
Mientras hacemos un estudio de nuestras acciones en este año, tenemos que tomar en cuenta todas esas negatividades personales que los otros nos están reflejando.
Cuantas veces sentimos que nuestra esposa nos saca de nuestras casillas, o nos encontramos con ese amigo que nos parece odioso y pedante o vemos a nuestra suegra y pensamos en sus comentarios sarcásticos cuando llega a visitar. En fin, tooodas esas personas que nos rodean y que nos parecen desagradables, insoportables, estresantes, necias, críticas, etc. En realidad son un espejo de lo que nos muestra el estado de nuestra alma; pensemos en todas esas personas que no nos gustan y reflejémonos ahí; esto nos permitirá encontrar una gran cantidad de cosas para meditar en nuestro trabajo de cambio durante el mes de Elul.
A mejorar…!!!
Bien lo de un espejo que refleje el estado de nuestra alma, no serán éstos nuestro corazón y mente, a luz de nuetras conducas y expresiones.
No un espejo físico, pues objetos sobrenaturales no conozco aparte del sagrada arca de la alienza, sobre la cual se manifestaba la presencia del Eterno, exaltado sea. Paz.
excelente me gusto es muy cierto.
regularmente lo que criticamos en el otro es lo que tenemos que corregir en nosotros mismos.
saludos!!!!
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