Vas rápido por la vida, sin mirar a los lados, te tropiezas, te caes, tratas de levantarte, te arrastras. Alguien o algo te acecha, huyes despavorido intentando encontrar refugio.
Te escondes por un momento, sin embargo el perseguidor es astuto, te huele, te conoce, sabe tus pasos, tiene olfato de perro de caza.
Piensas en por qué te persiguen, pero quizas no pienses que eres tú el que lo hace.
Quizás no has considerado que has sido tu quien todo este tiempo ha perseguido lo que no es tuyo. Huyes a la idea que seas tu quien quiere dañar al otro con tu afán por quedarte con lo que no te es propio.
Sacudes tu cabeza cuando sospechas que has sido tu quien ha actuado cual perseguidor que deja a un lado la razón y cree que es victima de su presa.
¿Victima de la presa? Es ilógico, dices.
Aunque decenas de miles te griten que eres tu quien está sediento por arrebatar la vida de otro, aun así, tapas tus oídos, prefieres seguir creyendo que eres el perseguido.
En fin, es más cómodo creer que se es presa, es más fácil creer que se es victima, creerte perseguido resulta bastante relajante.
Pero, la diferencia entre un perseguidor y un perseguido estriba en aquello que le pertenece a uno, pero el otro quiere adueñarselo.
¿No soportas que el otro se diferencie de ti por lo que le fue dado?
¿O en realidad no has considerado que lo tuyo es precioso también?
Linda y acertada reflexion querido Jhona. Cariños!
Un buen consejo diario.
Siento que es de cada quien con su identidad, los judíos la suya y nosotros los noajidas la nuestra.
Independientemente de la identidad espiritual de cada uno, este artículo se me hizo muy interesantre. Realmente existe en el mundo personas que son «perseguidas» o perseguidores de sus propios espejismos, de sus propis deseos. Recuerdo que a los 17 años leí un libro sobre autoestima y lo que más me impacto fué: «La realidad es la misma para todos, lo único que la diferencia es tu perspectiva», si estoy en el error haganmelo saber, por favor. Realmente la imaginación es «sanadora», ante nuestros miedos, espejismos, etc. Pero debemos saber utilizarla.
Hola Angel,
interesante y acertado comentario.
El moré Yehuda enseña que existe una imaginación buena, aquella que puede ser usada para ver y vernos de manera positiva.
Abrazos!