Se cuenta que la esposa del Gaón de Vilna junto a una amiga suya solían recolectar dinero entre los acaudalados para entregarle a los pobres y necesitados.
Gran parte de su tiempo y esfuerzo lo dedicaban a esta tarea noble, con la única recompensa de saber que estaban ayudando al prójimo tal como Dios quiere.
En una oportunidad fueron a la mansión de un judío adinerado y reconocido por ser un gran sabio en Torá, allí estuvieron golpeando a su puerta un largo rato y nadie abría.
Luego de intentar y seguir intentando se dieron cuenta de que el dueño de casa no estaba en ella, por lo que decidieron marcharse.
Estando a unos metros ven que la carroza del rico hombre está llegando, y entonces ambas corren hacia ella gritando ‘aquí llega, aquí llega’.
El judío rico hace detener su vehículo y desciende para ver qué querían estas dos buenas señoras.
Tras escuchar el pedido de dinero para los pobres que le hicieron, el hombre extrae un fajo de billetes y se lo entrega a la amiga de la esposa del rabino, y sólo a ella.
La esposa del Gaón se sintió dolida, y preguntó: ‘¿Por qué sólo a mi amiga? ¿Acaso hice algo para que usted no me tenga confianza?’
Y el buen hombre responde: ‘No se ofenda estimada señora, ¡cómo podría pensar mal de una mujer noble como usted! Solamente quise enseñarle algo. Su amiga corría con sus manos extendidas en dirección al carruaje, como queriendo alcanzarlo más pronto y detenerme velozmente, pues parecía poseída de un enorme ánimo para cumplir con la mitzvá que estaba cumpliendo. Mientras usted, solamente gritaba y corría, sin extender sus manos, como si le faltara confianza en la santa tarea que estaba haciendo. Téngase confianza y su labor será mucho más brillante que hasta ahora’
Preguntas:
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¿Cómo se puede relacionar este relato con el tema de la autoestima?
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¿Por qué autoestima puede ser sinónimo de humildad?
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¿Cuál era la ventaja de la amiga de la esposa del rabino?
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¿Cómo actúas tú habitualmente, a las órdenes del EGO o a las órdenes del BIEN?
A veces nos convencemos a nosotros mismos de que lo que hacemos es importante, pero nuestra actitud frente a la forma de llevarlos a cabo refleja muy poco el valor que tiene. Es bueno que pongamos el acento sobre aquellas cosas que queremos, que estimamos, hacer todo con gusto. Cuando hacemos las cosas con verdadera vocación las hacemos con cariño con animo, como comer con hambre. De alli que a veces trabajamos mucho pero cosechamos poco, sobre todo en el plano espiritual. Recientemente el More relato una historia sobre el Baal Shem Tov en donde en un local se elevaban plegarias y fue invitado a entrar, él se rehuso objetando con vehemencia la falta de disposicion del corazon para orar de los presentes, eso es algo muy comun entre nosotros. Debemos disponer nuestro animo para hacer las cosas que debemos hacer con integridad.
Que bella historia. (sin ofender). Me hace recordar a todos aquellos que «gritan» .
«Vamos a contribuir en el embellecimiento de este Mundo» , pero estos anhelos no van mas alla de unos simples pensamientos.
es q gritar y hacer aspavientos es facil, lo dificil es ser en realidad un constructor de shalom…
Hay esta el meollo del asunto morè. «Del querer al hacer hay mucho trecho»
Cuando la autoestima es buena, se tiene la seguridad de que lo que se está haciendo o se va a hacer, es definitivamente correcto. Una buena autoestima te debe permitir hacer todo por cumplir con ayudar al prójimo. ¿Con que ansia correría un hambriento en pos del carruaje de quien le puede saciar?
Una de ellas solo corrió, pero la otra por poco y detiene ella misma el carruaje. Es hacer caridad pidiendo para otros como si pidieras para tí mismo.
Una buena autoestima te debe permitir, justo lo que mencione arriba, pedir sin vergüenza para otro como si fuera para ti mismo, como si el necesitado fueras tú, como si el enfermo fueras tú. Si no hay humildad solo dará pena porque… ¿Cómo siendo quien eres vas a pedir por otro casi como si fueras tú mismo?
El vanidoso y soberbio no tiene estima de sí mismo, porque se pone el solo una soga al cuello, no valora su propia vida, aunque pareciera que lo hace y sobradamente y hace un muro para no hacercarse al Eterno, hace un muro para no hacercarse a quien avergüenze su sabiduría, ve a un sabio verdadero, y se aleja.
Estoy en el proceso de «cazar» cada día al ego y actuar a las órdenes del bien.
grandes sintesis en bellas y simples palabras noaj.
tenemos un gran colaborador, nuevo socio, alla por tierras mexicanas.
q bueno!
Releyendo para poder contestar…
El entusiasmo de correr para hacer el bién, razono yo que es una porción de una de las virtudes de Dios en aquellos que cumplen y conocen la voluntad del Eterno, es una actitud ganada con trabajo y acciones y quizá con sufrimiento, no son simples emociones emanadas del ego que nos hace correr como locos hacia níngun lugar.
En la voz de la torah, hay un comentario del Rabino E. Munk que dice: Que para humanizarse es necesario ver al cielo.
Saludos a todos.
parhumanizarse es necesario ver el cielo en uno y eel projimo…
Uffff!!! Moré que gran pensamiento. Caray imagino cuanto de amor y paciencia, se requiere para ver el cielo en una persona suceptible de errores.
Me acaba de dejar impresionado pensando en la grandeza de esa simple frase.