Parte III: De las tácticas utilizadas para desviar del camino a los noájidas consolidados
En anteriores oportunidades hablamos acerca de la sustancia de la adopción de planes destinados a que el noájida consolidado se aparte de la senda del bien. Comenzamos por dar una explicación de las bases para llevar a cabo esta odiable tarea y abordamos el tema de la estrategia que se habló que ésta queda dentro del fuero interno del combate. En segundo lugar mencionamos de forma somera el elemento táctico y se dijo que éste cae fuera de la estrategia puesto que el combate es considerado como un hecho dual, con un fuero interno estratégico y un fuero externo táctico.
La palabra táctica proviene del griego tacticke que significa poner las cosas en orden, es decir, realizar una acción externa en el tiempo y en el espacio para llevar a cabo lo planeado. Es por eso que Clausewitz define a la táctica como la puesta en marcha del plan estratégico. A diferencia de la estrategia que es un concepto sumamente abstracto y que requiere de un gran esfuerzo mental para entenderle, la táctica, debido a su existencia en el fuero externo del hecho combativo, es más fácil de percibir y por lo tanto más fácil de detectar.
Comenzaremos por abordar un concepto simple para entender el concepto de táctica. Una vez que el plan estratégico ha sido diseñado, es necesario que los emisarios del mal pongan en marcha sus ideas y las plasmen a través de acciones u omisiones dirigidas a alcanzar el fin bélico que habíamos denominado como objeto de guerra. Ese objeto de guerra, reiteraremos, es la razón de ser de la adopción del acercamiento bélico, es decir, es el fin por el que los malvados luchan a toda costa.
Para lograr un cometido como el que se han propuesto los mensajeros del mal, es necesario poner en práctica lo planeado y las circunstancias materiales serán el vehículo a utilizar para alcanzar la meta trazada. La puesta en marcha del plan estratégico en el tiempo y en el espacio material se condensa de varias formas entre las que se encuentra la manipulación de las masas a través de doctrinas idólatras como el cristianismo, el panteísmo en todas sus formas, el budismo, el Islam, el hinduismo, etc., que buscan manipular a la persona promedio que no es docta en el tema monoteísta-noájida y de esta manera logran barrerlos bajo las oscuras tinieblas de la religión organizada.
A pesar de que el misionero del mal promedio pueda encontrar problemas desviando al noájida no consolidado de la senda del bien, ese mismo misionero encontrará una serie de obstáculos casi imposibles de pasar cuando trata de adoctrinar al noájida consolidado y es debido a esto que el emisario del mal promedio tiene dificultades en convencer al noájida de que cambie sus creencias lo cual obliga a los malvados a adoptar otras estrategias que deberán ser puestas en práctica a través de planteamientos tácticos para poder adecuar su discurso de maldad y odio al noájida consolidado que se muestra renuente a la manipulación de la religión organizada.
Es en este enclave donde el misionero del mal recurrirá al judío traidor para poder convencer al noájida consolidado de cambiar sus creencias aunque de forma muy sutil hasta que se haya revelado completamente contra la voluntad divina. Podemos encontrar aquí dos vertientes donde la primera supone el acercamiento de un no judío que posa como judío y que los necios e ignorantes comienzan a reconocerle títulos que no ha obtenido y éste en retorno les predica palabrejas arameas y adopta ciertas costumbres judías para dar la impresión de que es judío pero a la hora de llegada saca a la luz su cristianismo y para eso momento ya tiene convencido al ingenuo noájida quien adopta un nombre en hebreo y dice llamarse judío aunque mesiánico.
En tanto, la segunda vertiente arroja información que es espeluznante puesto que el judío traidor junto los noájidas revelados no mencionan al colgado sino que más bien demuestran un odio acérrimo contra el fantoche y a través de retórica sin sentido y recitación de pasajes de la Torá, convencen al noájida que los mandamientos a los noájidas sólo son el comienzo pero que deben de adoptar costumbres judaicas para fortalecer su espíritu. El noájida que no está cómodo con su identidad e inclusive aquél que lo está pero que es víctima de los embates del EGO, comienzan por dejar de lado sus costumbres noájidas y gradualmente comienzan a transgredir los preceptos inherentes en exclusividad y puesta cabo que le corresponden solamente a los judíos.
Como están yendo contra su propia naturaleza, comienzan a partir del punto de equilibrio entre el alma y el cuerpo y entran en un estado de demencia donde pretenden ser quien no son, recordemos que la definición amplia de demencia según la psiquiatría moderna es el divorcio del sujeto con la realidad. Antes de saberlo, los noájidas revelados se encuentran manteniendo a un vividor mercader de la religión quien utiliza la estupidez de los manipulados para incrementar su acervo patrimonial.
La estrategia es simple y va dirigida a las masas según su nivel de cognoscitividad de las transgresiones por lo que los menos doctos son engañados con dulces mientras que los más doctos son engañados con cheques sin fondos. Sin importar cuál sea el grado de desarrollo de la víctima potencial hay una cosa que es muy cierta; el propósito es el mismo y va enmascarado de cariño y placer que al final no es más que una trampa mortal, como la que ponen los cazadores a los inhábiles pavos que ven una pava de mentira y se le acercan con la esperanza de procrear, nótese que la prosopopeya se utiliza en sentido figurado y no literal.
Hasta aquí la serie que hemos venido desarrollando, muchas gracias a todos y todas por su atención y sigamos adelante, no dejemos que los malvados nos ganen la partida. Que estén muy bien.
muy interesante e importante la seria, ahoira debemos organizar y practicar formas de liberarnos y ayudar a liberar a otros.
a trabajar, sin mas excusas,
muchas gracias
Gracias querido amigo Moré. Así lo haremos.
hay una estrategia que estan utilizando. Vi un video donde un gentil se puso vestimenta Judia , barba …etc. Quedando con apariencia de un rabino predicando sobre jesus.
Imagienese lo que el auditorio estaria pensando: Wow……los judios creen en jesus , que emocion!!
Simples y asquerozas artimañas!
Gracias amigo.
farsantes de farsantes, las religiones estan plagadas de farsantes, todos tratando de dar imagenes llamativas para enganar las masas, trajes, mascaras y mas chucherias tanto en el exterior como en sus propias palabras y corazones, maestros del engano y de la falsedad, desde los pastores encorbatados hasta los farsantes con «chunches» para parecer judios, y al final de cuentas todos en busca de como recaudar mas y mas dinero a travez de sus sucios enganos
Felipe, quise leer detalladamente esta serie, I, II, y III. Muchas Gracias…
Y es cierto, parece que asi como el hombre tiene capacidad para adaptarse y crecer con las nuevas tendencias. Aquellos: — vivos, «vividores», engañadores–, también se adaptan, y adquieren nuevas herramientas para seguir haciendo de las suyas.
Es bueno reconcerlos, y descubrir sus nuevos ropajes y disfraces para no permitir que se salgan con la suya.
Un abrazo
Gracias a todos. Uriel, es cierto, ahora los fantoches fetraficantes se disfrazan de «ravs» y utilizan palabras en hebreo donde a veces ni siquiera saben conjugar bien y solo porque suena gutural, muchos se van de cabeza.
Alberto: En nuestro país desgraciadamente cada vez son más las personas que caen prisioneras de los fetraficantes que se disfrazan de todas las formas, están los cristianos sectarios en todas sus modalidades, los «noájidas» que se creen más judíos que otra cosa y los demás diseminados a través de budistas, hare krishnas, etc. Todos tienen algo en común y es su afán de acaparar a todos los adeptos posibles.
Eli: Con gusto. Los vividores evolucionan económicamente con la involución espiritual y económica de las «marcas» que les dan todos sus ahorros y prefieren dejar sin comer a sus hijos para matenerle los vicios a los descarados «pastores,» «ravs.» o cualquier otro calificativo que utilicen los fetraficantes para estafar a las masas masoquistas.