La humanidad o gran parte ella ha gastado tiempo y fuerza tratando de responder a la pregunta de «¿Por qué existimos?», ¿Por qué estamos aqui? ¿De dónde venimos?, etc…
Miles han sido las respuestas dadas a una interrogante que no lleva a ningun lado más allá de la discusión filosófica, religiosa o cientifica.
Los Sabios de la Luz han enseñado que existimos porque el Creador deseó tener una morada en los mundos inferiores. (No sé muy bien qué significa esto y estoy seguro que muchos de ustedes tampoco, asi que no nos desgastemos en eso, les parece?)
Si me preguntan por qué existimos mi respuesta seria «Porque Dios quiere que existamos».
Lo que sí alcanzo a entender es que el Creador nos dejó como tarea hacer de Este Mundo una morada para Él (¿Lo necesita en realidad?)
Solemos oír a gente que cuestiona la existencia de Dios. Quizás alguno de ustedes sea uno de ellos.
Es interesante notar que mucha gente tiende a cuestionar la existencia de Dios con mucho más rigor que cuestionan muchos otros aspectos de sus vidas. Pensemos en la frecuencia con que nos apoyamos en el saber especializado de otros para determinar nuestras decisiones vitales.
Aceptamos el juicio de médicos y científicos. Aceptamos el consejo de gente que nos dice cómo comer y dormir, cómo jugar y trabajar, cómo vestirnos y cómo comportarnos. ¿Con cuánta frecuencia pedimos examinar la investigación básica en que se apoya el diagnóstico del médico, o pedimos inspeccionar la cocina del restaurante donde comemos?
Pero cuando se trata de Dios, somos mucho más escépticos. ¿Por qué de pronto nos ponemos tan rigurosamente lógicos? ¿Será que tememos la enorme responsabilidad que estamos aceptando cuando nos embarcamos en nuestra misión divina de llevar una vida productiva y plena de sentido?
La gente hoy habla cada vez más sobre Dios, sobre la necesidad de volver a una busca de valores más altos y mayor conciencia de nuestra misión espiritual en la Tierra. Todo este discurso está bien intencionado; ahora es hora de hacer algo al respecto.
Dejemos entrar a Dios en nuestra vida a través de la aceptación de nuestra identidad espiritual y el consecuente compromiso de llevar una vida apegada a las Leyes dadas a Noaj. No cuesta mucho. Dios sólo nos pide una pequeña abertura a través del cual Él nos proveerá la más amplia entrada a una realidad absoluta. Dediquemos apenas un pequeño rincón de nuestra vida a Dios, pero usemos ese rincón para ese solo fin.
Somos la generación que completará el proceso de traer a la conciencia la presencia de Dios en el mundo. Alcemos por fin la cortina que ha ocultado la presencia de Dios tanto tiempo. Estamos cansados de la mascarada. Hemos estado esperando, y Dios ha estado esperando. No Lo hagamos esperar más.
que buen tema amigo Jonathan gracias….=)
La mayoría de los seres humanos siempre vivimos con dudas preguntas siempre nos estamos preguntado que por que esto que por que lo otro que por que soy negro que por que soy blanco bajito gordo etc. ……. Pienso que debemos enfocarnos en nuestro Padre y agradecer que tenemos unas leyes y un camino para construir Shalom. ¿Por que existimos? por que gracias a un Dios único e infinito tenemos una vida hermosa que recorrer tenemos unas leyes que cumplir y que después de que vivamos siendo justos y fieles al Señor y nos desprendamos de nuestro cuerpo terrenal y tengamos una alma buena podamos sentir que existimos bien en la vida terrenal . =)
muy bello.
si embargo, quiero añadir algo a esta excelente frase del post: «Somos la generación que completará el proceso de traer a la conciencia la presencia de Dios en el mundo. «… añado: «o no…»
gracias
100 % seguros Moré.
Ufff… sí. Gracias Moré.
Tenemos una bella oportunidad , un compromiso , el renacer Noajida. Gracias jhona , muy atinado.
Yo diría que somos la generación que no debe dejar desatendidas las leyes de Noe, para que no se vuelvan a diluir en el tiempo.
Gracias Jona, muy profundo… muy noájida, muy de ti…
desgastamos tanto tiempo en cosas que realmente no lo merecen, «vanidad de vanidades» lejos de Dios, pese a ello; Él aguarda mientras nosotros seguimos ignorandole…
Nunca será demasiado tarde para intentar recuperar el tiempo perdido, aunque… claro ya no exista.
Un abrazo, y gracias por tus bellas palabras