El miedo, ah el miedo.
Allí constante, con su oscura presencia.
Con múltiples rostros, pero un mismo origen: el miedo a la impotencia, a retornar a ese estado y sentir de no poder, de estar inmerso en el dolor y la angustia sin capacidad para responder de manera efectiva.
El miedo, siempre es miedo a la impotencia.
Piénsalo, medítalo, date cuenta.
Cada uno de ellos es al principio y al final lo mismo, miedo a no poder.
Claro, para muchos el miedo a la muerte, la angustia por ella, su recuerdo, su idea, es el más tremendo.
¿Será porque la mayor impotencia es la muerte?
Al menos visto desde la multidimensionalidad humana desprovista de la espiritualidad.
Para el cuerpo, las emociones, las relaciones sociales, la mente todo se termina al morir.
No hay escapatoria.
No hay redención.
No hay poder sobre la muerte, aunque se sueñe con ella.
Pero, el plano espiritual vence a la muerte, porque no se corrompe por ella.
El espíritu del hombre vive aunque el resto se desmenuce y se reintegre a la tierra de donde partió.
Cuando el recuerdo entre los vivos ya no exista, igualmente el espíritu permanece, inalterable, perpetuo, guardando fielmente el conocimiento de las experiencias de vidas transcurridas aquí.
Así pues, la única solución para todo miedo es unificar el ser, permitir que nuestra Luz interna alumbre y nos conforte.
Pero, ¡cuidado!
Que esto no se convierte en un vil escape de la realidad, una fuga a un desconocido futuro del que no tenemos memoria ni registro.
Porque, son muchos los que fantasean con dioses y milagros, pero viven ajenos a su espiritualidad. Adormecidos, ignorantes, ataviados de santidad pero ausentes de la misma.
Llenos de religión, de rituales, de rezos, de invocaciones, de diositos, de santitos, de supuesta adhesión al Dios, pero vacíos, carcomidos por el gusano aún en vida.
Sí, la religión es otra forma que tiene el EGO para hacernos sentir poderosos al mismo tiempo que impotentes.
Oh sí, el miedo, allí está, constante.
Puedes mentirte, si quieres eres libre de hacerlo, pero allí estará siempre.
Su fauces abiertas para saltar sobre tu yugular en cualquier momento, cuando menos lo adviertas.
Escapa con drogas, alcohol, comilonas, mala relaciones, religiones, rezos… escapa todo lo que quieras, pero inexorablemente la vida se termina, lo sientes aunque no lo admitas.
El miedo te lleva por caminos caóticos y confusos.
Te bloquea la perspectiva salvadora, la de la espiritualidad.
Todo tiempo que te enfoques en tu miedo, o en los huecos paliativos inútiles, seguirás esclavo del EGO.
Habrá dudas, resquemores, rencor, temor, angustia, ansiedad, deseos insatisfechos, ambición espuria, vanidad, agresión, molestia, intranquilidad.
Estarás en Mitzraim/Egipto, bajo el dominio del tirano que te mantiene con vida para seguir con vida él.
Por ello, haz algo para alcanzar tu libertad, tu felicidad, porque naciste para ser feliz.
Aprovecha los sucesos de tu vida, los reales y los imaginarios, descubre tu miedo, aunque sepamos que finalmente es al no poder. Descúbrelo, admítelo, déjalo pasar. Fluye.
Descubre al EGO operando, aunque no puedas en el preciso momento en que estás actuando como títere del mismo, pero luego, así irás aprendiendo. Ejercítate para ser libre. Déjalo correr. No es necesario que demuestres a nadie que no eres impotente, igualmente lo eres… Fluye.
Encuentra la paz interior que te dará paz multidimensional.
Enfócate en hacer buenas obras, en vivir con justicia, en ser leal.
Piensa positivo, habla positivo, actúa positivo.
Igual, el resultado será el mismo: morirás.
Pero la gran diferencia está en que tu vida habrá tenido sentido, valor, eternidad aunque el tiempo se termine.
¿Comprendes?
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Hacer el bien, por y para otros sin esperar nada a cambio. Eso es vivir una vida significativa, eso es lo que trae sentido a la existencia.
Qué pena por aquellos que la vida se les está pasando y viven metidos en lo ajeno, por ejemplo Torá, Hebreo, Cábala, Judaismo, etc, mostrando asi desprecio por su identidad y odio hacia el Creador.
Gracias Moré, qué gran texto. Estoy seguro que más adelante lo volveré a comentar.
jona, a ver, ayudemos a los q recien llegan.
pq muestran desprecio por su identidad los q se meten en lo q no les corresponde, e incluso tienen vedado por orden de Dios?
pq es penosa la vida de la gente q vive pendiente de lo de otros y q nunca sera de ellos?
me ayudas a responder? gracias
Moré, se es gentil porque Dios lo quiso así. Cuestionar la voluntad del Creador es pretender estar por encima de perfecto criterio. Estar inmerso en el legado judio, siendo gentiles, es una clara expresión de falta de aprecio por la identidad propia, la noajida, por tanto de Dios.
Quien vive así nunca sabrá para qué nació, qué rol jugaba en la Creación, qué se esperaba de él. Cuando parta de esta realidad hacia la otra, no le preguntarán qué tan pendiente estuvo de lo judio, sino qué hizo con su identidad. Recuerdo que un Sabio de la Luz dijo que a lo que más le temia cuando partiera era a que Dios le preguntara qué hizo él con su identidad, y su respuesta fue que le preocupaba en gran manera no saber qué responder. La historia cuenta que este Sabio de la Luz, era una persona que vivió su identidad al 100%, pero aun asi consideraba que pudo haberlo hecho mejor. Si esto es asi con un Maestro de la Verdad, qué queda para el gentil que se ocupa de lo ajeno y descuida su identidad espiritual noajida?
gracias jona,
estan los q son muertos en vida,
y estan los q viven hasta morir.
Si moré, se comprende…
El miedo visto con ropajes de impotencia,… es la chispa que enciende el fuego devastador de nuestro ego,
Y entonces, temerosos, esclavos, carentes de conocimiento, y ciegos por completo, acallamos nuestra esencia, silenciamos nuestro ser, negamos lo verdadero y nos empecinamos en defender lo falso,
Allí, presas del ego buscamos la felicidad en un oasis imaginario, ficticio y falso, usurpando, robando, quitando, copiando… y en el fondo nos hacemos cuál mendigos,
un mendigo que empobrece sin ver la riqueza que tenía, ó desechándola al creerla vacía, es el miedo sumado a la ignorancia a la «falta de conocimiento» aquello que provoca desastres para nuestra alma, mientras parece cada vez mas esquiva la felicidad!!!
Muchas gracias, por ayudarnos a despertar, un Abrazo!!!
Sí, ¡comprendido!
No estoy muy seguro qué sea la felicidad o si haya la ‘felicidad absoluta’, pero desde que he sido consciente de mi identidad y haber dejado los dioses de mis padres, el practicar los mandamientos me hace feliz, porque estoy haciendo lo correcto, pero como en todo, la vida tiene sus retos y algunas dificultades, decepciones y malos momentos… Si no existieran, ¿de qué forma creceríamos?
Gracias, Moré. Lo comparto.