D_os, mística y lenguaje

Es un error común pensar que D_os –referido a Hashem- es el Dios veterotestamentario, este último es un Dios cristiano, el primero no lo es.

El Dios del cristianismo ofrece a simple vista aspectos vengativos, iracundos o similares, que hace extremadamente difícil justificar tales características o no llegar a plantearse la malicia más que la bondad de la divinidad –es lo que lleva a Leibniz a escribir su “Teodicea”-.

Incluso podría observarse mala fe al establecer, como cosa salvífica, unas obligaciones supeditadas al cumplimiento de condiciones de imposible cumplimiento –eso anularía la obligación en Derecho civil-.

Pero eso es quedarse con la versión del cristianismo del Dios veterotestamentario, que, dicho sea con todo respeto, es un Dios profundamente antropomorfo más que antrópico e incluso «naif» -tanto el «iracundo» veterotestamentario como el «bondadoso» neotestamentario del «Señor Jesús».

El D_os de Yisrael

Para hablar del judaísmo y del D_os de Yisrael -que es Hashem- no cabe quedarse con la narración y la literalidad de esa narración, hay que profundizar más. ¿En qué? Pues en la mística que es la que permite volver comprensible a un D_os y da las claves del mismo que, de otra manera, pues… sería absurdo.

La primera clave para entender ese concepto es lo que sigue: la idea de «Logos», complementándola si se quiere con otros términos: El Nombre, La Palabra, El Verbo… es lo mismo, porque, en el fondo, todas aluden a lo mismo.

La manera de entender a Hashem es la semántica, pero la semántica del texto, no lo que aparentemente dice el texto, no tiene apenas importancia la narración que se cuenta en el Bereshit/Génesis, por ejemplo, o en otras historias, esas historias, como narración, no importan nada, la clave ahí esta en la letra misma, que es la forma que tiene encriptado el «mensaje de D_os» y, en él, las claves de la Creación.

La semántica

Porque Hashem, Elohim, El Shaday creó su Universo con… números, con letras, con libros y con la palabra hablada («Sepher Yetzirah», también cabe referirse al «Zohar»). En ese sentido D_os es semántica, se encuentra en cualquier rincón del «Tanaj», en lo más inesperado de la «Torá», y ahí… está contenido el D_os de Yisrael, no en lo que dice la letra, podríamos decir que está en la forma, en la “textura” del texto, no en la literalidad o en la interpretación hermenéutica.

La Cábala judía se dedica a estudiar eso. Porque D_os da su esencia cuando alguien se acerca a Él, pero eso es algo que «quema», para pasar del «estar» al «ser» -y el único que «es» es «Yo Soy»- es necesario algo iniciático, de una u otra manera, es una de las vertientes del libro de Job/Iyov -además de otras como un canto a la Omnipotencia- en el libro de Iyov no se prueba fe alguna -concepto ajeno al judaísmo- se prueba a la persona: a Iyov.

La esencia de D_os

¿Para qué? Pues para darle… la esencia de D_os algo, aunque sea fragmentario, de su Ser, con ello cambia la «transitoriedad» de Job/Iyov y le dota de «ser» -permanencia-, luego: le da ontología.

Pero… resulta que el acercarse a la divinidad, a los mortales, e incluso a los no tan mortales, porque también cabe referirse a los «dáimón» -sí, seres como Lilith o Samael- les «quema» -metafóricamente-. Pero no hay más remedio que forjarse en ese fuego divino para que D_os transmita su sustancia, de ahí el carácter iniciático -que «quema»- de todas las pruebas de Job/Iyov, de ahí, también el precio de la demonización de Lilith y Samael. Recordemos que Lilith empieza a demonizarse cuando… pronuncia El Nombre, el Shem Hameforash.

A partir de ahí -del contacto directísimo y sin ritual con El Nombre- Lilith se reafirma en varias cosas: el «ser» -porque «toca» la presencia de D_os y eso le da ontología-, en la inmortalidad y… en el precio de todo ese «quemarse» ante la presencia directa de Elohim: en su caso la demonización.

El significado de “dáimón”

Uno de los sentidos de la palabra «dáimón» en griego es «esperma del Logos», sí: esperma de la Palabra. Porque eso es un “dáimón” -como un humano como Job/Iyov, cuya historia no puede tomarse literalmente sino… como el compromiso de Hashem de dar su ser, de dotar de ontología a la humanidad- y el precio de ser «esperma del Logos» -de tener parte de su semilla- es otro tipo de «fuego iniciático”, diferente al ejemplo de Job/Iyov pero idéntico en su fin: transmitir a lo que es «estar» pues… el «ser».

El D_os de la semántica

Ese es el D_os de Yisrael, el que está en la letra, en los libros, en la palabra hablada y en los números. Es un D_os de lenguaje, de semántica. Ni más ni menos. Lo que no es es el furibundo Dios cristiano del llamado «Viejo Testamento» -dicho sea con todo respeto para el cristianismo-.

“Con treinta y dos senderos de Sabiduría asombrosa grabó Yah, el Señor de los Ejércitos, el D_os de Israel, Elhoim vivo, El Shaddai Misericordioso, Elevado en el cielo y Exaltado, mora en la Eternidad y su nombre es Santo. Creó el mundo con tres libros, con letras, con números y con la palabra hablada.

Diez Senderos de la nada y veintidos letras de Fundamento: Tres Madres, Siete Dobles y doce Elementales.”

(fragmento del «Sepher Yetzirah»)

Eso que dice el «Sepher Yetzirah» cabe resumirse en los conceptos de comunicación y lenguaje, porque a todo lo que nos remite ese fragmento es a formas de lenguaje, y el lenguaje solo tiene sentido por y para la comunicación.

De ahí, también, la importancia de la “textualidad” en el texto, de la forma, porque el contenido está en el interior de la forma, buscarlo en la apariencia e incluso en el supuesto contexto del momento –en un significado original-, en este caso, no lleva a ninguna parte. Hay que acudir a desmenuzar la estructura, digamos que un poco por los caminos “derridianos» de la deconstrucción.

Los inicios de el comienzo (Bereshit)

Nada de lo anterior quita validez al muy importante comienzo del Génesis/Bereshit, por el contrario, creemos que aclara su significado a otra luz que la que nos hemos criado en el catolicismo romano teniamos -que no era luz sino confunsión- ayuda a aclarar ni más ni menos lo que sigue: el concepto de D_os, que se expresa con claridad en los primeros capítulos del Bereshit, que muestran, también -y alegoricamente en el sentido y con comunicación en la forma- la voluntad limitada de… la voluntad ilimitada -Ein Sof o «infinito»-, en definitiva eso, lo que nos habla, es de lo que es la idea de D_os, pero no solo hace referencia abstracta, concreta las cosas solo que se debe atender, para ver esa concrección, a la «textualidad» -la «textura»- del texto.

Saludos

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