Ya viene Purim y dejando de lado los hebraísmos para que no exista confusión de identidades debo decir que es un honor para mí el poder estar aquí hoy con ustedes y compartir otro año de vida pues esta es una fecha muy especial tanto para mí de manera personal como lo es en general para los judíos y los noájidas pues durante Purim recordamos el milagro que se dio y lo que es más interesante, refleja una verdadera construcción de Shalom, es decir, de paz y armonía.

                Ayer por la noche conversaba con un muchacho quien sigue sumido en las cadenas de la idolatría pero quien poco a poco ha venido mejorando su vida, pasó de ser delincuente y fármaco-dependiente a conseguir un empleo y a comenzar a cuidar de su familia. Pese a su idolatría, el muchacho lleva a un proyecto de vida digno, no se reúne con las juntas que lo llevaron al precipicio en el pasado y utiliza sus experiencias vividas para enseñarle a la gente.

                Algo que noté y que me llamó mucho la atención es que no hace referencia al colgado de Nazaret a pesar que se denomina como cristiano y más bien tiene una visión más amplia del mundo pues siempre critica a los mercaderes de la fe que lucran con la estupidez e ingenuidad de los demás. Poco a poco hemos sostenido conversaciones y noto cómo es que él se va inclinando por la alternativa noájica, aunque todavía no está liberado de su celda mental con su carcelero elcolgado y demás compañía de parásitos que se hacen llamar pastores, sacerdotes, padres, etc. Lo cierto del caso es que tengo la convicción de que poco a poco despertará así como ya muchas otras personas lo han hecho.

                En Purim tanto judíos como noájidas celebramos algo que, a nuestro criterio como suscribientes de este comentario, nos parece evidente y que tiene que ver con la capacidad innata del ser humano de construir Shalom pues tal y como mencionaba el Moré en uno de los comentarios (http://fulvida.com/ajenos/israel/purim-dimensin-interior-revelada#comment-45371), el vocablo meguilá se asocia con descubrimiento y ese descubrimiento se da en nosotros mismos cuando dejamos de lado al EGO, cuando vencemos a Amán, a ese fanfarrón interno que se obsesiona con ser adulado, adorado y exaltado sin razón alguna.

                Nos descubrimos tal y como le pasara a quien suscribe durante un Erev Purim hace muchos años, como le sucede a muchos noájidas todos los días. Despiertan un día, se dan cuenta que las cosas no andan bien, que no tienen dinero para pagar los servicios básicos o para darle un dinero extra a sus hijos para compren una golosina y se dan cuenta que no tienen dinero que “están quebrados” mientras el energúmeno fetraficante local conduce un coche del año.

                Se despierta el Mordejai interno que se rehúsa a hacer reverencia al Amán quien con su látigo y arrogancia despoja al individuo de su fortuna, internamente le dice, “soy tu amo y debes de rendirme pleitesía” y el insensato Ajashverosh baja la cabeza y escucha a un don nadie que sólo porque grita, patalea y llora, las personas le temen y se someten a sus caprichos.

                Luego sale Ester y trata de convencer a Ajashverosh que no dé dinero al ladrón local, le dice al sometido: “Mirad a vuestros hijos que sufren por no poder ir al paseo que les habíais prometido desde hacía mucho tiempo, ¿es que acaso sois tan insensato como para no daros cuenta que estáis pagando por ser engañado y manipulado?”

                Por un momento el individuo dice: “¡Qué tonto he sido! Todos estos años he dado mi dinero, mi tiempo, mis fuerzas, mis… a una causa sin sentido, al enriquecimiento de otro que lo hace con el sudor de mi frente. Que me dice que las cosas no van bien porque no doy suficiente dinero, que me dice que mi esposa enfermó porque no sólo tenía que bailar en una pierna sino que tenía que sostener la pandereta con la mano derecha, no con la izquierda. Bueno, lo más importante es que ahora aceptan tarjetas de débito y crédito y ya no tengo que ir al cajero a sacar efectivo, ¡qué bueno que existe VISA!, dios es bueno y veo que bendice al pastor, estoy seguro que algún día me bendecirá a mí también de la misma forma…”

                Y así sigue la insensatez, comiendo y corroyendo el interior y el exterior del ser, intentando extinguir esa llama de búsqueda de conexión a lo espiritual y, el EGO, el Amán interno que hasta cierto punto todos llevamos, busca saciarse, a él no le importa si la persona está al borde de la quiebra, al borde de la muerte, seguirá exprimiéndola hasta su último respiro porque es como ese colchón inflable que se infla por accidente dentro del coche cuando vas conduciendo por la autopista a más de 90 KMH y ocupa todo el espacio de la cabina, porque es ese caballo brioso que alza sus patas y te tira al suelo y luego sale corriendo, porque es esos celos incontrolables que sientes contra tu pareja, es el asirse sentimentalmente y sin razón al apostador que alardea de sus apuestas y sus habilidades ludópatas porque piensas que lo puedes cambiar, porque es la fijación con relaciones tóxicas, es el no poder perdonar a la persona que amas por nimiedades, es la búsqueda de la prosperidad económica a costas de tu salud, y tantos otros ejemplos que podríamos dar, pero que estoy seguro podremos deducir a través de nuestro propio intelecto, por lo que no es necesario darlos.

                Purim nos recuerda la valentía de Mordejai, ese personaje, ese hombre honorable y fiel servidor de Dios que de manera altruista nos trae de vuelta a la consonancia y es el que se enfrenta a nuestro Amán interno y lo pone a raya.

                Este Purim nuestra misión debe ser el detener a Amán, no el andar con kipás o recitando palabras en pseudo-hebreo o imitando lo que no nos corresponde. La lección de Mordejai es clara, nuestro compromiso es con Dios, con nosotros mismos y con nuestro prójimo, no con nuestro EGO o el EGO de los demás.

                Les deseo un excelente Purim en compañía de sus seres queridos y sigamos construyendo activamente Shalom.