El método de la “lectura en frío” tiene que ver con videntes y tarotistas, y las profecías…con supuestos profetas -es decir, “videntes”-. Sea como sea ambas cosas tienen que ver con la hipotética adivinación o “visión” del futuro -respecto al presente de quién realiza la adivinación- o con la revelación de cosas que quién lo hace no podía saber. Veamos primero que es una “lectura en frío” después pasaremos a las profecías -sus tipologías y sus características-.
La “lectura en frío” comparte la filosofía de lo “ad hoc”, es decir de aquello preparado ex profeso para garantizar el acierto o la confirmación de algo, en ese sentido todo se orquesta hacia la autoconfirmación de lo vaticinado. Se realiza a partir de una doble vía: por una parte se extrae sutilmente información del consultante por otra se le ofrecen predicciones de difícil error o -cómo mínimo- de gran facilidad de justificación. A partir de estas dos premisas se realiza el “oráculo” y la “adivinación”, ambas premisas son extremadamente útiles para el vidente, pues la primera confirma a ojos de quién le consulta que la mancia practicada “adivina” o facilita la “visión” de cosas que en principio sólo sabía el consultante, la segunda muestra “aciertos” no de “sucesos pasados” desconocidos por el vidente sino en “tiempo presente”, en realidad este segundo aspecto es el que más interesa al “consultante” pues a partir de aquí se supone que se “verá” el futuro, en puridad los aciertos de “información pasada” sólo sirven para apuntalar la “reputación” del vidente a ojos del consultante, aunque también le ofrece al adivinador información que puede resultarle valiosa a la hora de elaborar las predicciones “a futuro” y confirmar las “adivinaciones” de “tiempo presente”.
La “lectura en frío” se sirve por una parte del lenguaje corporal y por otra de las informaciones verbales que, poco a poco, se van consiguiendo del consultante, cada una de ellas es un cimiento más en la construcción del “oráculo” pero, sobre todo, se sirve…de la necesidad del consultante de creer, por alguna cosa ha ido a consultar. Ahora bien, no hay que confundir necesariamente “necesidad de creer” con “credulidad”, ambas cosas pueden combinarse pero no de manera “sine qua non”. En ese sentido alguien puede tener la “necesidad de creer” porque…necesita soluciones -a sus inquietudes, problemas, dificultades emocionales o cualquier otro motivo perentorio que le impulsa a buscar soluciones “dónde sea”-, aunque de entrada no haya “credulidad” directa, sin embargo, la “necesidad” estará presente y eso llevará a…la necesidad de creer, lo cual facilita la tarea al “consultado”. Por otro lado la “credulidad” puede estar también presente, en ese caso cabe añadir ya una predisposición favorable del “consultante” respecto al “consultado” lo cual, evidentemente…aún facilitará más las cosas al último.
Bien ¿la información como se extrae? Pues, en primer lugar, a partir de lugares comunes, el “vidente” lanzará un “anzuelo” en busca de información, tampoco va a ser tan difícil decidir el tipo de “anzuelo” dado que el consultante, de entrada, ya habrá ofrecido cierta información, por ejemplo, en relación a que se interesa en la consulta: si se trata de salud, de cuestiones amorosas, económicas…si ha ido para una consulta en primera persona o para interesarse a cosas que afectan a terceros, etc.
Eso ya da una base para la especulación, con cierta ambigüedad el “vidente” irá tirando de esos hilos, no arriesgando -por ejemplo, en cuestiones de salud o enfermedad, una manera de “entrar” sin excesivo riesgo de error es citar una zona del cuerpo a la vez genérica y que queda “cerca de todo”, dónde además se hayan numerosos órganos importantes: el tronco, a fin de cuentas si no es ahí (y hay muchas posibilidades que lo sea) siempre se puede recurrir a que…cualquier extremidad o la cabeza quedan cerca del tronco-, apuntalando sus “aciertos” tanto en la información verbal como en el lenguaje corporal -este último también es buen indicador de que se va “por buen camino”, de las preocupaciones del interlocutor o de sus temas sensibles- y, por supuesto, en la necesidad que ha impulsado a la consulta que lleva a una colaboración “inconsciente” e “involuntaria” del consultante a la hora de transmitir informaciones al “vidente” -incluidas aquellas que cimentarán el “prestigio” del adivino a ojos del consultante, aquello de “¿cómo podía saber tal o cual cosa?” pues…porque se lo acaban de decir, tal vez por mera confirmación de una “especulación sondeante”-.
Por lo demás lo anterior se trata de completar “blindando” los posibles “patinazos” del “vidente/lector”. Así ante un error flagrante se sale simplemente mediante coletillas como decir “pues…¡que raro!…lo dicen las cartas…¿no tiene alguien cercano a quién le pase eso?…” o bien “pues las cartas dicen que vigile (lo que sea) porque en unos seis meses o un año algo de esto puede pasar”, digamos que es cuestión de recurrir a adverbios de tiempo o lugar, condicionales siempre -o siempre que sean posibles- y que minimicen el error cometido y que, a su vez, impliquen escaso margen de error o una “disolución” del mismo en un lapsus de tiempo suficientemente amplio para que “no se note”.
Finalmente un buen “vidente” se basará siempre en condicionales, en la ambigüedad y en el “no arriesgar”. Magnificará cualquier “acierto” y explotará a fondo la información que le proporciona el consultante y que le permitirá alcanzar esos “aciertos”.
En definitiva, se trata de jugar a “balón seguro”, es decir: creando condiciones “ad hoc” que permitan siempre el acierto -aparente- o el “autocumplimiento” de lo vaticinado y…la justificación de los “fallos” -a los que siempre se denominará de otra manera, hasta si son a futuro podría buscarse la “justificación” de los mismos en la labor realizada en pasadas consultas efectuadas, por ejemplo, decir “claro, el ritual que le dije que hiciese ha solventando el problema” o “ha modificado las cosas”-.
Así nos encontramos que la “técnica” empleada en la “predicción” -y el saber “profesional” a la hora de ejecutar esa técnica-, la necesidad que ha impulsado al consultante y -si se haya presente- la credulidad del mismo facilitan esas condiciones “ad hoc” que generan el “acierto” de la mancia y su ejecutante.
En ese sentido “técnico” resulta conveniente que el “vidente” emplee lo que se conoce en las técnicas de investigación documental a través de encuestas y entrevistas como “técnica embudo” (Kerlinger, 1983, las sugiere especialmente para obtener información en las entrevistas), esto es la realización de una serie de preguntas de tipo “embudo” -que facilitarán “filtros” que ofrecerán información fiable- y preguntas de sondeo al interlocutor.
Las primeras intentan obtener información adicional sobre el tema que se haya planteado. Así se comenzará planteando preguntas muy amplias -de hecho es lo que se hace, por ejemplo, cuando se “acotan” temas: salud, amor, economía, etc…- a partir de las cuales se irá reduciendo el planteamiento a temás más específicos de interés.
Las preguntas de sondeo buscan medir y conocer la información que el interlocutor maneja sobre el tema tratado -a partir de lo cual se pueden calcular también parte de la motivación que condiciona las respuestas del interlocutor-. Preguntas de sondeo serían las del tipo: “¿puede ampliarme la respuesta? ¿puede concretar la respuesta (o el dato)? ¿puede exponerme con mayor precisión su punto de vista?” y otras similares.
Las preguntas “embudo” y las de sondeo son complementarias y, por otro lado, parecidas -aunque no exactas-.
Existe otra tipología de “técnica embudo”, y es el referido a plantear alternativas diferentes todas las cuales resulten aparentemente inadecuadas o descartables excepto una. Aunque ese tipo de “embudo” no va tan dirigido a obtener información del interlocutor como a llevar a éste a la aceptación de una conclusión que cree propia y lógica cuando…es ajena e inducida.
Sencillamente: es difícil fallar cuando no se dice nada y…te lo dicen todo. A la gente le gusta hablar -es increíble el volumen de información que se extrae sólo escuchando con atención y…dejando hablar-.
Y ahora pasemos a las profecías, aquí encontramos ciertos aspectos comunes a lo anteriormente explicado, así la profecía se mantendrá en la ambigüedad y hasta en la oscuridad en sus aspectos futuribles, dará datos concretos y exactos en relación al pasado -de quién realiza la profecía, tampoco es muy difícil puesto que ya los conocerá- y datos conocidos en relación al presente -respecto al momento que se realiza la profecía-.
Los datos de “presente” en realidad son los más “peligrosos” puesto que…su futuro inmediato es variable. Lo cual vuelve a abundar en la necesidad de ambigüedad y “oscurecer” algo esos datos, digamos que ofreciéndolos de manera que sean reconocibles pero “camuflandolos” lo suficientemente para que en caso de evolución de los acontecimientos inmediatos desfavorable a la finalidad de lo profetizado esto quede disimulado.
Pese a que pueda parecer lo contrario la utilización de datos pasados -que en sí mismos conforman una “retroprofecía”- ya conocidos puede conllevar sus riesgos para el “profeta”, así imaginemos que uno ya conoce el dato de determinada catástrofe, lo ofrece como “hito de confirmación” respecto a la facilitación de cierto “autocumplimiento profético” y eso lo vincula a una profecía de futuro…pasa el tiempo y ésta no se cumple, en ese caso el “dato pasado” que era “prueba de autocumplimiento” se va conviritiendo en “prueba de cargo” de…no cumplimiento. Imaginemos así, por ejemplo, el vincular la destrucción -ya conocida en el momento de la realización de la profecía- de determinado templo con el “fin de los tiempos” -el fin del mundo-, sucede que…pasan los lustros, los decenios, los siglos, los milenios y…la Tierra sigue girando. Bien, en ese caso, el “hito de confirmación” -tramposo en sí mismo, evidentemente- se convierte en “prueba de cargo” en contra del cumplimiento del vaticinio en cuestión. Así que…los datos en pasado pese a lo que pueda parecer a primera vista pueden resultar hasta peligrosos para la “fiabilidad” de la profecía, hay que tener cuidado como se manejan…No obstante son “peligrosos” para la “estabilidad profética” de cara al futuro, en el presente de quién realiza la profecía no lo son tanto, a fin de cuentas en ese presente…aún no existe ningún futuro que pueda confirmar o desmentir nada.
Los “datos de futuro” estricto son los más tranquilos para el “profeta”, especialmente si elude vincularlos abiertamente a elementos de pasado en cuanto “hito de confirmación” y de “autocumplimiento” profético. En ese sentido aquí el recurso ha de ser el oscurantismo, la ambigüedad, el símbolo y la pretendida clave, pero, sobre todo, lo que ayuda a la “profecía” y al “profeta” son los dos primeros. De esa manera cualquier interpretación “a futuro” será factible, incluida la de difuminar plazos si se han dado, por ejemplo, a partir de subdivisiones y de decir que tal o cual subdivisión del “plazo temporal” dado aún no se ha producido porque no se ha especificado cuando se producirá. Y aunque esto no sea necesariamente exacto respecto al momento que se realizó la profecía, sus exégetas y partidarios posteriores siempre podrán recurrir a tal expediente para…remitir a un futuro el cumplimiento de tal plazo, con eso entramos en el “maravilloso reino de la multiprofecía”, que lo es, sobre todo, de los exégetas favorables posteriores más que del propio “profeta”.
En sentido estricto el recurso a la “multiprofecía” es algo que utilizan los interpretes favorables a la veracidad de tal o cual profecía o vaticinio a posteriori de efectuada la profecía. Ningún “profeta” utiliza la “multiprofecía” en su presente, eso lo harán quienes quieran utilizar esa profecía en tiempo futuro -es decir, posterior a efectuada la misma- para sus propios fines -coincidan o no con los del “profeta” cuando ejecutó la predicción-.
Es, por tanto, un recurso de interpretación más que de ejecución de la profecía -lo llevarán adelante más los exégetas de la profecía que el “profeta” que la realizó en su día-.
La “multiprofecía” es, por su propia naturaleza, un “recurso-trampa”, digamos que juega con “cartas marcadas” en el sentido de favorecer, nuevamente, un resultado “ad hoc”. En este caso favorable a la interpretación que “a posteriori” desea darse al vaticinio efectuado, algo de ese mecanismo se ha mostrado cuando se ha hablado de la “difuminación temporal” para desvincular determinadas “profecías” de recursos de “autocumplimiento” una vez que estos pasan a clamar…respecto al “no cumplimiento”. No tan sólo se recurre a este método para justificar “fallos de temporización” -los plazos no cumplidos ya mencionados, por ejemplo-, sino para desligar lo profetizado de acontecimientos que o bien ya han acaecido -nuevamente aparece aquí el “recurso de autocumplimiento”- o bien no tienen relación -más bien juegan en contra- con lo que el interpreté de la profecía tiene por finalidad a la hora de utilizar la profecía.
En realidad la “multiprofecía” completa o cierra un círculo, mediante el cual quién o quienes la plantean dan confirmación “ad hoc” a su interpretación recurriendo a una falacia retórica -una variante de la falacia “ad ignorantiam”-: dado que algo no se puede demostrar que no ha sucedido eso “demuestra” que sucederá, eso incluso…aún demostrando que no ha sucedido lo que pretendidamente había de suceder o que ha sucedido otra cosa: la multiprofecía -al ser “múltiple”- remitirá siempre a un futurible indeterminado y…a acontecimientos indeterminados o distintos a los determinados en origen. Con lo cual -y por medio de un mecanismo de falta de garantías-…se “garantizará” siempre el cumplimiento de lo profetizado.
Al igual que en el caso de los videntes “cara a cara” aquí es importante la necesidad, la necesidad del público al que va dirigida la profecía jugará a favor del profeta que la efectuó o de sus interpretes posteriores, y si a la necesidad se une la credulidad pues… miel sobre hojuelas.
da para pensar, como siempre, un pan sabroso para degustar lentamente.
gracias
Para que gastar el dinero en adivinaciones o lectura de cartas. Solo es meditar acerca de nuestras acciones y asi definimos como sera nuestro futuro. Gracias.
ES INCREIBLE LAS PERSONAS DESESPERADAS POR SABER LO QUE NO SE PUEDE SABER RECURREN ACOSAS QUE NI SIQUIERA TIENEN SEGURIDAD PERDIENDO SU DINERO LO CUAL SOLO SON SUPOSICIONES PUESTAS COMO VERDADDES ABSOLUTAS EL PROBLEMA ES LA FALTA DE ANALISIS LOS DISQUE ADIVINOS SON SERES COMUNES QUE SE APROVECHAN DE LOS DESESPERADOS INCAUTOS
Y desgraciadamente hay mucha desesperación en el mundo, producto del EGO
PRONTO LA VENIDA DEL MASHIAJ TRANQUILIZARA CORAZONES BUSCANDO SALVACION VERDADERA DE SU PROPIO EGO
fabian, no es necesario poner en el futuro incierto lo q es necesario q cada uno haga HOY.
ud puede hacer la era mesianica en su vida, tiene las herramientas para hacerlo.
y si no las conoce, es hora de ponerse a estudiar para encotnrarlas en ud. y usarlas.
esperar al futuro incierto, es otra excus del EGO
para los mal pensados, «incierto» no significa en este contexto «no cierto», sino «borroso, indefinido»… o sea, simplemente «futuro».
cuando es HOY la unica realdiad q tenemos.
espero q el mensaje sea claro.
NO QUISE ADELANTARME A LOS HECHOS SOLO QUE CUANDO LLEGUE EL MASHIAJ TODA FUERZA ADVERSA A LA VERDAD Y A HASHEM QUEDARAN BORRADAS Y ECHADAS AL MAR SOLO ME ANIME UN POCO NO FUE MI INTENCION
y eso mismo es lo q tiene q hacer cada uno con su propia vida: elimiinar las fuerzas adversas a la verdad q hay en uno mismo.
del resto, aquello q no podemos controlar, no tratemos de hacerlo… viviremos mejor y mas felices
ES VERDAD CADA QUIEN CON SU PEQUEÑA PORCION JUSTICIA Y BONDAD GENERA UNA GRAN CONSTRUCCION DE SHALOM
Jorge, gracias por el texto. Al leerlo fue inevitable acordarme de las muchas veces que vi a supuestos profeta hablar en el nombre de Dios.
Estos prometian casas, carros, negocios, dinero, parejas, etc. Usaban hasta el abuso aquello de «… así te dice dios…» o «a partir de ahora dios te va a usar para tal o cual cosa…»
y no perdian oportunidad para decirle a la gente «acuerdese de mi cuando dios lo bendiga».
Sobraron los reclamos de parte de los creyentes en los profetas cuando las profecias no se cumplian. La respuesta ya estaba prefabricada, sólo habia que adaptarla a la situación de quien reclamaba. Por ejemplo, «hay algun pecado que esté obstruyendo la bendición?» o «dios puede retractarse» o «el tiempo de dios es perfecto» o «sus caminos no son nuestros caminos», etc.
Gracias nuevamente.
y como anda nuestro querido amigo alfredo? cariños para el y todos los de su grupito de gentiles q andan por el desierto. espero q pronto retornen a la senda correcta, son buena gente, pero despistada.
ahora, volviendo al tema del post…
Hola a todos,
La videncia y la profecia son dos temas diferentes que muchas veces se interrelacionan, por eso decidi presentarlos como una unidad en ese texto aunque diferenciando en dos partes.
Obviamente el texto se refiere a la falsa videncia y la falsa profecia, sucede que, personalmente, no me constan las verdaderas, menos en tiempo contemporáneo -si las hubo deben quedar en pasado-.
Videntes y profetas -o exegetas de profetas- comparten un punto esencial en sus técnicas y en sus formulaciones, y es el establecimiento de lo «ad hoc», es decir, de las respuestas preparadas de autocumplimiento.
Si la lectura en frio es la piedra filosofal de la videncia la multiprofecia lo es de las falsas profecías -o de la falsa exégesis-. La lectura en frio extrae información del propio consultante, que se utiliza ante él como «prueba de confirmación» de los poderes del vidente. La multiprofecia es, por su parte, tanto la manera de manipular textos ajenos -pensemos en la «interpretatio christiana» del capítulo 7 de Isaías, por ejemplo- como de evitar que colapsen -por incumplimiento- profecias propias -como la del fin de los tiempos de los textos evangélicos-.
Videntes, falsos profetas y no menos falsos exégetas hacen trampa, una de las maneras de descubrir sus trampas es analizar sus mecanismos y comprobar que se basan en lo «ad hoc», en lo ya preparado.
Saludos
quizas me haga de un poco de tiempo para explicar luego que se entiende por profeta o vidente en la Tradicion.
la videncia es algo que tiende a ser incierto y yo no tengo seguridad en algo sobre lo que dudo
en cambio una profecia es algo oficial y definitivo hay mas seguridad
dependiendo de donde venga osea su fuente
Gracias Jorge, al parecer todo este engaño se desarrolla en ese afán enfermiso de conocer el futuro, de indagar, de escudriñar en lo que está limitado, reglado, en fin, robar información a la flecha del tiempo. Pero lo que nuestro amigo enseña a partir de lo que dicen sus mayores y su tradición es que nuestra riqueza de vida esta en el ahora, en nuestro presente, en el hoy, el resto, el resto … es siempre engaño, embuste. Saludos.
y que el futuro nuestro lo fabricamos nosotros en el presente pero del resto es incierto
Precisamente, Yehuda siempre habla de construir shalom no de esperar prodigios, cualquier futuro se construye asumiendo responsabilidades desde el presente no abandonandose a lo imaginario, en ese sentido la idea de «reino mesiánico» parte de ir construyendo una sociedad mejor -que, en definitiva, es lo que encarnaría eso, no una «nueva Jerusalén» con ángeles subiendo y bajando con ojos en las alas-, con lo cual se vuelve a esa idea de «construir shalom», como algo práctico, no como cosa extática o meramente contemplativa.
Vuelvo a decir que los mecanismos que he descrito se refieren a falsos videntes y falsos profetas, la verdadera profecia no es cosa que yo controle así que no hablo de ella, seguro que Yehuda -como él mismo apuntaba más arriba- esta más versado en eso que yo.
Esos procesos de «multiprofecia» son totalmente «ad hoc» y, con los textos en la mano, no demuestran nada, son solo un recurso dialéctico,que se presenta o bien para «salvar» una profecía fracasada -por ejemplo, la del fin del mundo relacionada con la destrucción del Templo, en los sinópticos- o bien para elaborar una profecía inexistente -en el texto original en su contexto- que sirva de soporte a algún elemento dogmático o doctrinal. En el fondo es un mecanismo «ad hoc» que genera axiomas y el cual si, además, se aplica el principio de interpretación libre de la «sola scriptura» puede multiplicarse «ad infinitium».
Pondré un ejemplo de creación de una multiprofecia, primero selecciono el versículo 1:2 del Bereshit: «La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas», a continuación me voy a Mateo 27:51: «En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron», relaciono ambos asuntos -caos, confunsión, viento, oscuridad, temblores de tierra, procesos cataclismicos- y… ¡et voilà! ¡ya tengo una multiprofecia! a continuación digo que Bereshit 1:2 profetiza lo que se supone ocurrió en Mateo 27:51.
Evidentemente acabo de crear un nuevo sentido, en realidad inexistente en ninguno de los dos originales -negando, de paso, la ide de primacia de la ontologia original de los textos-.
Al crear un nuevo que anula la ontologia original he recurrido a un proceso deconstructivo del lenguaje -aunque generalmente los «multiprofetas» no tienen idea consciente de que están haciendo eso-.
Lo anterior es la manera en que la exégesis -mal hecha- cristiana utiliza el Tanaj convirtiéndolo en AT para buscar anuncios de su mesías del NT, ejemplos abundan, dos de los más conocidos son la descontextualización de Isaías 53 y la descontextualización y alteración de Isaías 7:14, pero no se detienen ahí.
Saludos
tal y como lo dije antes conocimiento robado
tergiverzaron la TORA volviendola el NT y convencer a la gente de que era verdad pero el NT tiene muchas contradicciones y misterios y qeuien cree en algo incierto
yo creo en las cosas firmes como la TORA y los mandamientos universales
no camaleones