¿De dónde parten?

Aumentar exigencias sobre exigencias.
Restringirse excesivamente en lo permitido.
Sostener expectativas exageradas.
Imponerse sacrificios con un supuesto ánimo espiritual.
Abundar en juzgamientos.
Mantener esperanzas en fantasías de índole religiosa.
Derrochar hasta el extremo en pretendida generosidad, llevando la propia existencia al hastío y al receptor a una situación de impotencia al no generar su bienestar, sino solamente recibir sin devolución.
Confundir humillación con humildad.
Tener fe en absurdos, evidentemente irracionales.
Ser tan firme en sus convicciones que termina siendo inflexible, duro, terco, intransigente.
Comprometerse con decir lo que se cree “la verdad” sin respetar al oyente, quien quizás no esté en condiciones de recibir el mensaje.
Cargar con las penas de otros, una y otra vez, para luego estar hundido en sufrimiento, decepción, quejas.
Dudar, para volver a dudar; hacer de cuenta que se escoge, para paso seguido se vuelva a dudar sin llevar a cabo las decisiones.
Seguir apegado a personas tóxicas, con la idea, compromiso, pretensión de que así se las cambiará para bien algún día.
Aferrarse a creencias, sectas, grupos, compañías, líderes, sintiendo que son un desastre, sabiendo que es una tragedia seguir así, pero no salir a la libertad por miedo a lo que dirán, o por suponer que la vida necesariamente es una amargura y decepción constantes.
Procurar todo tipo de amuletos, pócimas, santificaciones, indulgencias, estampitas, bendiciones, como manera de manipular mágicamente la realidad.
¿Parten del EGO, o son manifestaciones de LUZ?

3 comentarios sobre “¿De dónde parten?”

  1. Del ego Moré parten del ego, porque nos sumen en la mediocridad y el desastre.

    Es un gran ejercicio retratarse en ellos para modificar lo que no este bien.

    Gracias por la luz, un abrazo!!!

      1. Es una gran pregunta Moré, creo que iria por partes es decir en cada aspecto que haya desequilibrio, tomare uno de los ejemplos que dio mas arriba para explicar y tomo esa porque es la que me parece mas facil de explicar no porque tenga pareja (la cual no tengo) sino porque se me hace mas sencillo.

        «Seguir apegado a personas tóxicas, con la idea, compromiso, pretensión de que así se las cambiará para bien algún día».

        Supongamos que la influencia toxica es la pareja, lo primero que haria es admitir que tengo sentimientos hacia esa persona y que estos mismos me condicionan en determinada manera para seguir apegado a ella, admito que me causa tal o cual sentimiento que puede condicionarme a seguir en esa relacion.

        tambien he de admitir que esta relacion me hace daño en determinado aspecto/s y que debo alejarme por salud e integridad y entonces procedo a aceptar con salud la impotencia «No debo querer controlar aquello que no puedo controlar, debo hacer mi parte, el resto no me corresponde» entonces a mi me corresponde tener salud, integridad emocional, equilibrio en lo social, a mi me corresponde alejarme de tal persona o relacion que me hace daño, no me corresponde cambiar la actitud de dicha persona pero si me corresponde vivir con equilibrio.

        Ciertamente no puedo cambiar a dicha persona pero puedo hacer para ser mas pleno, no necesariamente ahi, puede ser en otro lado y eso me corresponde a mi.

        Espero haberme dado a entender.

Deja una respuesta