No meter el mal dentro de la casa

"No meterás en tu casa ninguna cosa abominable (toevá), para que no seas anatema juntamente con ella.
La aborrecerás del todo y la abominarás, porque es anatema
."
(Devarim / Deuteronomio 7:26)

Este párrafo dentro de su contexto advierte acerca de no ingresar al hogar, a la vida propia, cosas pertenecientes o que conduzcan a la idolatría.
Cuando se deja abierta una rendija a la falsedad, pronta ésta se adueña del lugar, reina y decide. Como una mortal epidemia que comienza con una pequeña infección, imperceptible, inadvertida, pero que va creciendo y adquiriendo virulencia y poder, hasta finalmente descalabrar al organismo y al sistema.
Por ello, hay que ser terminantes, estrictos, sin mediatintas con la idolatría, ni un milímetro es permisible, para que el peligro no se transforme en realidad.

Recordemos que la idolatría no solamente es adorar dioses que no son Dios, o hacer de Dios otro dios, o tener estatuas u objetos de religiones; idolatría es, básicamente, hacer del EGO una deidad, el salvador, el centro de la existencia. Cada dios (que no es lo mismo que Dios) es una manifestación del EGO, sin excepción; incluso entre aquellos que dicen creer y seguir al Eterno, pero hacen de Él y/o Sus cosas un ídolo. Están los que adoran hombres, sabios, textos, objetos, acciones, con la excusa que son de santísimo origen, o que serían provenientes del Eterno; el problema que han hecho de ello una falsa deidad, que el Uno repudia y rechaza. Dicen amar al Eterno, pero no salen de su celdita mental, impuesta por sus EGOs, entonces disfrazan al Eterno y Sus cosas con los ropajes del EGO.
Siempre que hay idolatría, es el EGO a quien se sirve. Aunque las máscaras cambien, los rituales sean diferentes, las plegarias e invocaciones disimiles, siempre el “dios” es el mismo: el EGO. Sobre el tema ya hemos explicado con detalles en oportunidades anteriores, por lo que no me extenderé aquí, te pido que si deseas busques en serjudio.com, encuentres, leas, estudies, desaprendas y aprendas.

Al servir al EGO, se desplaza la verdad para sostener la falsedad, se impulsan las acciones que afectan lo que es bueno y justo, se exila al hombre de su identidad. Al respecto enseña el sabio Salomón: “Abominación (toevá) es al Eterno todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune” (Mishlei/Proverbios 16:5). ¿Notaste que se usa la misma palabra, toevá, que en el versículo que dio comienzo a esta clase? Esa misma cosa abominable que no hay que permitir que entre en nuestro interior, esa idolatría, esa adoración ajena, ese dios falso que se impone como salvador y solución.
Pero, ¿esto significa que todo servidor del EGO es altivo?
La respuesta es: no.
Está aquel que se quiere imponer a su sentimiento de impotencia con apariencias de poder, autoritarismo, violencia, coacción, lo que fuera que le dote de algún disfraz que le permita sentirse por encima de sus debilidades. Por supuesto que esto no quita el peso de la impotencia, ni da real poder.
Y está aquel que se deja consumir abiertamente por la impotencia, se arrastra, se niega, se auto castiga, se comporta y siente como felpudo, pareciera que no fuera altivo. Y sin embargo, también es altivo, puesto que deja (conscientemente o no) que el EGO controle su vida, permitiendo que una pequeña fracción de sus dotes cerebrales quede a cargo sin depositar su confianza en el Eterno y en todos los potenciales que le ha otorgado.

Al adorar al EGO, en la representación que le asignemos, estamos como despojando al Eterno de Su trono en nuestro interior, para sentar en él al EGO. Como dice Rabi Akiva en el Midrash: “No hagas al Eterno según tu imagen y semblanza”, pero eso exactamente es lo que hace todo idólatra, sea un creyente en alguna deidad, o el que pervierte la relación con el Eterno, o el que manifiesta no creer en ningún dios o poder supremo. Hace de Dios un dios más; de la Presencia del Eterno en nuestro ser (la neshamá o Yo Esencial) una sombra, un fantasma, una fantasía.

Esto que explicamos acerca de la idolatría, en particular, aplica también para todas las manifestaciones del EGO.
Cada abominación del EGO debemos dejar fuera de nuestras vidas, para de esa manera preservar y depurar nuestra santidad interior, nuestra conexión con el Eterno y así embellecer nuestra existencia.
Por ello, quejas, gritos agresivos, violencia física, engaños, adicciones, ira, incomunicación, mentiras, entre otras conductas son las que corroen y es necesario extirpar.
Hasta la mínima expresión del EGO, fuera de su rol útil y necesario, es peligroso: “Primero el pecado comienza con ideas sueltas, luego son burlas, luego falta de respeto y termina en crueldad” (Derej Eretz Zuta cap. 6). Cuando el pensamiento está trastabillando con las incitaciones del EGO, hay que proceder de inmediato a desactivarlo, con técnicas que ya hemos explicado en otros textos que compartimos aquí.

6 comentarios sobre “No meter el mal dentro de la casa”

  1. Me llama la atención esta frase: «… puesto que deja (conscientemente o no) que el EGO controle su vida, permitiendo que una pequeña fracción de sus dotes cerebrales quede a cargo sin depositar su confianza en el Eterno y en todos los potenciales que le ha otorgado…»

    Y se me ocurre una pregunta: ¿confiar en Dios (o cumplir mandamientos) mas confiar en los potenciales personales es igual a tener confianza o vivir con sentido o seguro?

    1. supongo q es vivir con confianza en q uno esta haciendo lo mejor de uno.
      es darle un sentido trascendente a la vida.
      en cuanto a la seguridad, comono depende de uno solo, sino de infinidad de factores, no creo q pueda aseverarse…
      q le parece a ud mi amigo?

      1. Me parece que hay una relacion directa entre el cumplimiento de mandatos con los potenciales individuales, que da como resultado un «algo».

        que puede ser ese «algo»? Seguridad?, sentido de la vida? confianza?..

        y por otro lado: como se descubren esas potencialidades? experimentando? viviendo? trabajando?

  2. Estamos a sólo unos pocos pasos de la idolatría, a veces no entendemos completamente lo que implica o involucra y por ello el Ego… puede llevarnos a traspasar esa línea que nos separa de cometer o no idolatría, de adorar cosas que no son Dios.

    Conocer del Ego, de ¿cómo opera en nosotros?, de las herramientas que nos ofrece… es la tarea que nos corresponde, es como tender el puente que conecta nuestras «emociones básicas» junto con sus reacciones en su mayoría instintivas a «la razón», quizás entonces dejemos que nuestro ser Esencial que haga manifiesto. No hay magia… hay un compromiso y un trabajo personal, solo así podremos crecer….

    Gracias querido moré…. por compartir Vida, un abrazo!

  3. La confianza esta relacionada con la accion sin prejuicios de hacer lo corecto segun lo que Hashem haya ordenado y no segun lo que mi ego me haga creer que este bien o mal. Cuando Adan y Eva fueron arrastrados por el ego, solo pensaron en si mismo, justamente el arbol que esta prohibido ese era el que les faltada, y esa fue una buena excusas para transgredir, y asi nos vamos justificando todo lo malo o lo que no conviene. La famosa serpiente a la que muchos han culpado, entre otras cosas representan las fantacias de nuestra mente, que nos lleva a desviarnos de la realidad, sacando al ego fuera de sus funciones naturales. Paz a todos…

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