No, los celos en modo alguno son un signo de amor.
Los celos son demostración de profunda vulnerabilidad, escaso amor propio, violencia más o menos contenida, un apego desmedido al EGO y por tanto a una imagen ilusoria de sí mismo.
De amor, poco y nada.
¿Por qué será, entonces, que tanta gente crea que el celo es una forma del amor?
¡Qué buena pregunta!
¿Es necesario darle respuesta?
Supongo que no la daré, al menos directamente.
Mejor, pensemos juntos.
Si tratamos de hacer ver a un celoso que en el fundamento de su creencia y vivencia se encuentra el EGO y no el AMOR, ¿lograremos algún avance?
Estando tan aferrado el celo a la impotencia, a la desvalorización, a la dependencia tóxica, a la inestabilidad emocional que repercute en lo mental; resulta evidente que el EGO estará manejando los hilos de esa vida, llenando de miedos, dudas, angustias, excusas, violencia de todo tipo. Así, difícilmente admita el celoso su des-amor; por el contrario, se refugiará aún más en sus creencias nocivas, en sus conductas perjudiciales, se hundirá en su impotencia. Se apartará, sea recluyéndose, o huyendo, o insultando, o reforzando sus creencias con más ideas perturbadas y secuestradas por el EGO. Al sentir la amenaza de su modo de vida, la respuesta no será pacífica, casi seguro. Aunque quien traiga la lámpara tenga la mejor de las intenciones, aunque solamente se busque el beneficio del prójimo enclaustrado en el celo, es improbable que logremos que avance siquiera un paso fuera de su celdita mental.
El apego desesperado del celoso a su objeto de celo, no se trata de amor, sino de posesividad, de manipulación, de agarrarse a cómo dé lugar del pedazo de madera flotante que salve del hundimiento. Sentir que esa madera salvadora se pierde, es sentir el ahogo inminente, el terror, la soledad, la muerte.
Entonces, se hará hasta lo increíble para mantenerse a flote, aunque no se esté en un real naufragio, porque el naufragio se experimenta como real en el mundo interno, en la pantalla de las creencias; pero nada hay que demuestre su existencia más allá de sus creencias.
El celoso no está preocupado por su celado, sino por sí mismo.
No quiere el bienestar del otro, sino evitar su propio sufrimiento.
El celoso recurrirá a cualquier mecanismo para obtener su deseo de poder, porque no está movido por el AMOR, sino por el EGO. Habrá mentira, extorsión, amenaza, violencia física y simbólica, porque eso es lo que lo mueve.
¡Nada más lejano al amor que el celo!
Y esto sin tomar en cuenta los casos patológicos, que son afectados por desbalances en la estructura o funcionamiento cerebral, que llevan a una desconexión aún más radical con la realidad compartible.
Ahora, supongamos que tú eres la víctima del celoso, ¿qué puedes hacer?
Difícil, muy difícil.
Porque, seguramente ya lo has experimentado, hagas lo que hagas, el celoso encontrará evidencias para justificar su imposición, si es celoso manifiesto; o sus actividades de espionaje sigiloso, si es de los que sospechan pero se mantienen ocultos.
¿Una llamada equivocada a mitad de la noche? Una amante.
¿Un mensaje borrado? Una cita con la amante.
¿Maquillarse, perfumarse, arreglarse? Un encuentro furtivo.
¿Adelgazar? Estar a la pesca de romances engañosos.
¿”Me gusta” a cualquier tontería en la red social de alguien? Evidentes jueguitos de flirteo.
¿Cambiar la clave el email? ¡Por algo lo ha hecho!
¿Tardar un poquito en atender el teléfono? Algo habrá estado haciendo que tenía que esconderlo.
¿Quedarse horas extras en el trabajo? Excusas para encamarse con alguien.
A veces puede que coincida alguna de estas suspicacias con hechos reales, porque hasta un reloj parado dar correctamente la hora dos veces al día. Pero, el celoso satura con su opresión, sus conjeturas, sus persecuciones, su desconfianza, sus presiones; al punto que suelen provocar que sus miedos se conviertan en realidad, de una u otra forma.
En otras ocasiones, el celoso tiene casi toda la razón, ha sido víctima de uno o más engaños de parte de su pareja/amigo/familiar/socio quien fuera.
Lo ha descubierto, pero ha escogido seguir en esa relación, aunque ahora salpicada y sumergida en celos.
Tal vez no tenía más posibilidad que seguir en la relación; o tal vez podía haberla quebrado definitivamente. Si sigue, ¿por qué será? ¿No es mejor terminar ese vínculo torpedeado, en lugar de seguir aferrado al sufrimiento y sazonado hasta el hartazgo con los celos?
En cuanto a ti, el perseguido por los celos del celoso, aunque trates de evitar las situaciones que suscitan sospechas, igualmente el celoso se las ingeniará para convertirlas en evidencia indiscutible de tu falta de lealtad.
Tan grave es el círculo vicioso, que el celoso encontrará tus intenciones de vivir de manera abierta y clara como una confirmación de que tienes algo para ocultar.
Ciertamente, el trabajo lo debe emprender el celoso consigo mismo.
Es como si llovieran monedas de oro a tu alrededor, solamente te harás rico si abres la mano y las sujetas; pero, si te empeñas en tener el puño cerrado, ¿cómo lograrás tus monedas?
Así ocurre con el celoso, aunque el mundo se acomode a sus caprichos y enfermedad, de poco y nada sirve en tanto no sea el celoso quien se abra al cambio y lo impulse con responsabilidad y constancia.
Que el celoso se exprese, por medio de la Comunicación Auténtica.
Que no intente controlar.
Que aprenda a disfrutar de lo permitido.
Que tenga en cuenta los límites y los respete.
Que juzgue con bondad Y justicia, a sí mismo, al prójimo, a las situaciones.
Que emprenda el viaje de autoconocimiento y perfeccionamiento, por medio de CABALATERAPIA o algún otro sistema que ayude eficazmente.
He titulado este artículo como “celosías”, que en español significa: “Enrejado de pequeños listones, generalmente de madera o hierro, que se coloca en las ventanas y otros huecos análogos para poder ver a través de él sin ser visto.”
¿Tendrá algo que ver con los celos?
Para finalizar, ¿quieres compartir en los comentarios historias en los que has sido celoso, celado o testigo del dolor involucrado?
¿Pistas para resolverlo?
Gracias.
Buenas tardes, empecemos por el final. Titulo y significado se van como anillo al dedo. Por desgracia, en ejercicio de mi trabajo veo demasiado a menudo el resultado de estas relaciones tan nocivas, que por lo normal acaban en maltrato fisico y/o a la larga, en homicidio, «por amor»????
Un buen parecido a los celosos, es aplicable lo que comentabamos el otro dia en el hilo «buscando un dictador» al final todo se reducea los trucos del EGO para hacernos desgraciados. Es muy complicado sacar al celoso de su situacion, pero no es imposible, el gran problema es que solo advierte su error en aquellos pocos casos donde el celado abandona al celoso, solo asi recapacita a posterior en las palabras y consejos de sus cercanos.
Por ultimo, fui celado durante un tiempo, mi solucion mal me pesara, romper la relacion, porque no podia seguir viviendo de esa forma.
muy nutritivo el comentario, muchas gracias