Además de las sabias recomendaciones de nutricionistas, deportólogos, profesores de educación física y etcéteras varios; me atrevo a darte un par de consejitos para que llegues a alcanzar tu peso saludable y puedas mantenerlo.
1) No digas ni pienses: “tengo que bajar x kilos”, o subirlos.
La meta debe ser presentada de forma clara, positiva, exacta, firme, sin confusiones, sin atracciones hacia lo negativo. Por ejemplo podrías decirte y afirmarte: “Quisiera pesar x y lo haré”.
2) Ten siempre presente tu meta, delinéala con precisión, conócela, repítela, convéncete de ella, tenla como puerto al cual llegar, no dudes ni te confundas.
Si la meta propuesta es “pesar x”, entonces haz lo que tengas que hacer, que sea bueno Y justo, para lograrlo.
Porque, si al ver el chocolate, haces desaparecer la barra en medio minuto; si en el asado te comes la carne con papas y pan y cerveza y torta de postre además de helado al rato; porque encuentras un buen justificativo para cenar esas hamburguesas al pan enormes con una porción elefantina de papas fritas; si las golosinas de la media tarde son insustituibles; si el tarro de dulce de leche baja cada noche a impulsos de cucharadas de tamaño familiar… entonces, tu meta NO ES “tener x kgs. de peso”, sino que tu meta es pasarla bien y luego amargarte, quizás, con culpas y ayunos además de otros purgantes y angustiantes.
Pero, si tu meta es firme, cierta, adecuada, posible, consciente y querida, entonces evitarás las excusas, las tentaciones, las mentiras que a cada rato te cuentas.
Prueba ambos consejitos, además de las recomendaciones de los expertos, luego me comentas como te ha ido, ¿quedamos así?
Para concluir, ¿te has dado cuenta de que estas dos pautas de vida se aplican a todos los órdenes de la vida, no solamente para lidiar con la dura batalla contra la balanza?
Gracias Morè.