El RAMJAL menciona tres clases de personas que actúan bien, quien lo hace:
- por miedo al castigo;
- para obtener una recompensa;
- únicamente motivado por lo ético/espiritual.
Obviamente que todas estas personas son meritorias, pero su nivel de mérito varía de acuerdo a lo que los mueve.
De hecho, solamente la persona que se conduce de acuerdo a la ética/espíritu, está a más a salvo de desviarse adrede de la buena senda. Porque, el que huye del castigo, si encuentra la manera de que sus hechos no sean presentados en su contra, o de deslindar la responsabilidad, ¿por qué no habría de actuar mal? Realmente no está interesado en el bien ni en la justicia, sino simplemente en no padecer.
El que solamente hace lo bueno para tener ventajas, probablemente dejaría el bien hacer al informársele que no existen premios, o que por alguna cuestión no los recibirá de acuerdo a su deseo. También, en caso de estar ya satisfecho y no tener nada más por delante, ¿cuál sería el motor para sus buenos actos?
Ambos, además corren un gran riesgo, el de amargar su humor, enojarse con la vida, y por tanto dejar de lado lo bueno para hacer lo que les viene en gana.
Por su parte, la persona que está firme en su lealtad al bien porque es lo bueno y justo, lo que debe ser hecho, difícilmente traicione su identidad ética/espiritual.
¿Cómo hacer para ser una persona ética?
Mi opinión es, que para ser una persona que haga el bien por amor al bien es eso. Amar el bien, apreciar y sentir el placer que este da por ejecutarlo. Y no me refiero a esperar que este placer sea la recompensa, sino que esta maravillosa sensación sea un motivador para seguir en el bien.