Hace unos días escribí y publiqué el texto llamado: “Del caos al orden”, el cual contiene el siguiente pasaje:
“Observemos que el día séptimo, Shabbat del Eterno, es el período que estamos transitando actualmente.
La Era Mesiánica implica el comienzo de una nueva “semana”, un nuevo orden de la realidad, más perfeccionada.”
Recién un querido amigo me preguntó: “Según el párrafo, ¿toda la historia de la humanidad esta dentro de un período de tiempo que se entienda como un «gran día sétimo»?”.
La respuesta es un claro y rotunda SÍ.
Cada uno de los seis “días” anteriores, que como dijimos son períodos indeterminados de tiempo extensamente largo, finaliza con una misma fórmula: “baiehi erev baiehi boker”, que se traduce habitualmente como “fue el anochecer y fue la mañana”, pero que nosotros aprendimos que es más correcto comprenderlo como “fue el caos y fue el discernimiento”.
Pero, del día séptimo no encontramos tal fórmula.
Por tanto, estamos en el proceso que va del caos al orden que corresponden a este tramo de la evolución de la creación.
Aún no hemos finalizado este día séptimo.
Cuando lo hagamos, el nuevo tiempo será la Era Mesiánica.
Esto que te estoy comentando ahora no es una mera opinión personal, sino que el propio texto santo de la Torá lo expresa negro sobre blanco:
«Así fueron terminados los cielos y la tierra y todos sus ocupantes.
Finalizó Elohim en el séptimo día la obra que había estado haciendo, y cesó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
Y Elohim bendijo y santificó el séptimo día, porque en él cesó de toda Su obra, que Elokim creó para hacerse.»
(Bereshit / Génesis 2:1-3)
El Eterno cesó de crear, pero dejó la obra creada para hacerse.
Es decir, tenemos nosotros que tomar la posta y continuar el proceso de creación.
Hay todo un mundo por desarrollar a partir de lo que Él nos ha otorgado.
Porque Él, está “descansando”, es decir, se abstiene de realizar obra creativa.
Nos dejó a cargo, tal como los gentiles pueden realizar “melajá” en Shabat (día séptimo, de no labor creativa por parte de los judíos), pero los judíos deben abstenerse de realizarla.
Nosotros estamos encomendados por Él para continuar la tarea, completarla, llevar al mundo –en aquello que está a nuestro alcance- desde el caos al orden, en la faceta que corresponde a este período de la creación.
Cuando el día séptimo finalice, cuando el “sol caiga” y esté comenzado la noche del día siguiente, estaremos listos para comprobar si hemos hecho nuestra tarea, o si entraremos a la nueva semana en falta.
El Socio evaluará y entonces veremos si comenzamos la Era Mesiánica de modo apacible, por haber hecho nuestra parte en la Obra; o seremos zarandeados por las circunstancias, que deberán acomodar la realidad a la nueva Realidad.
Si somos atentos, estamos ya en el ocaso del séptimo día, la semana está finalizando.
El retorno de los hijos de Israel a su patria es una gran señal, así como un Estado fuerte e independiente augura el comienzo de la nueva etapa.
Los que están trastornados por sus EGOs, los que creen poder oponerse a Dios (que también es su Dios), harán lo posible para mantener el caos, para que el nuevo día no comience.
Pero, es imposible detener el proceso.
Podemos ser parte constructora de SHALOM, o entorpecerlo, sea como sea, habrá SHALOM.
Aprovechemos el séptimo día universal que está finalizando, para completar humildemente nuestra tarea: construir SHALOM con acciones concretas de bondad Y justicia.