Existe un plano de estudio de Torá que se denomina cabalístico.
Suponen muchos que trata de asuntos místicos, invocar fuerzas ocultas, obtener poderes mágicos, realizar maravillas sobrehumanas, conocer misterios insondables, a veces podría haber cosas que lo parecieran, pero realmente es el estudio en el cual prima la fidelidad al mensaje que se va trasmitiendo-recibiendo de maestro a alumno.
Cabalá es recepción.
Se recibe el mensaje, se lo aprehende, se lo transmite.
Se originó un contenido explicativo de la Torá y por tanto de la realidad, el discípulo lo obtuvo de su maestro, lo hizo parte de su vida y llegado su momento encontró al receptor del mensaje.
Eso es Cabalá.
El origen más elevado es el propio Dios, quien lo delegó a Moshé, éste a su alumno, éste a quien le sucedió y así una tras otro.
En numerosas ocasiones el contenido del mensaje es tan simple, que el ignorante no puede comprender la importancia y magnitud y trascendencia y santidad del mismo.
Es que, suele ocurrir que lo más santo es lo más simple.
Por ejemplo, el agradecer en verdad, sinceramente.
¿Sabes cuánto poder hay en el sencillo “gracias”?
¡Ni te imaginas la cantidad de puertas de LUZ que se abren con el agradecimiento!
A través de él se derraman chispas sagradas de eternidad, que alumbran y dan vida, permutan la noche en bendición, la amargura en prosperidad.
Solamente por ser agradecidos, en verdad.
Diciendo la palabra “gracias”, o cualquier sinónimo de ella, y acompañándola de la acción agradecida.
Escucha bien, acompañando la palabra sincera con la acción correspondiente.
Puede ser sonriendo, pero también puede ser aportando materialmente para el necesitado o para las causas que provocan la aparición de la LUZ en el mundo. Por ejemplo, ¿cuántas veces te has tomado la “molestia” de agradecernos por nuestra tarea sagrada? ¿Lo has hecho solamente con palabra o también con ayuda económica? ¿Has compartido los textos y consejos en tus redes sociales? ¿Invitaste a otros a regocijarse con este santo festín? ¿Hiciste lo que estaba a tu alcance para no solamente recibir y aprovecharte, sino también para dar y extender la bendición para ti y otros? En resumen, tú obtienes, pero, ¿agradeces?
Cuando lo haces sinceramente, y no solamente como una mera fórmula social ni para causar alguna impresión, sino con verdadero espíritu agradecido, tienes que recordar que estás alegrando a otro, pero especialmente estás saliendo favorecido tú.
Así pues, agradece con palabras y con hechos.
Gracias por haber compartido conmigo la lectura de este cabalístico texto. ¡A aplicarlo!
bien, a hacer.
gracias por estas luces.
Se enseña en algunos cuentos a los niños que existen dos palabras mágicas «Por Favor» y «Gracias», pero se olvida recordar que las palabras han de ir acompañadas de acciones que de alguna manera alimentan la palabra dicha.
Gracias por compartir esos mensajes profundos, en apariencia simples…
Muchas Gracias Moré!
muy cierto,
gracias por leerlo y comentarlo